Hemos quedado en el Iruña entre la cena de ayer y la comida de hoy. El personal va de caldito ( «caldico» que le llamo yo) salvo Patxi que no cenó con nadie y no va a comer ni con su hermana y que se puede permitir un marianito.
Laura está luminosa, radiante: «Me encanta la Navidad, las luces, los regalos…». «La navidad es un invento de El Corte Inglés» le corrige Patxi. Mikel levanta los hombros. Después de lo que nos contó ayer…Pero parece que el caldo le reanima: «Más allá de mi experiencia personal, como sociólogo…». Patxi se vuelve sobre sí mismo, Laura se mantiene atenta y yo le animo con la mirada. «Pues, eso que, como sociólogo, creo que estas fiestas son muy necesarias a no ser que nos inventemos otras. Al fin y al cabo son un ritual y cumplen una función que no es sino reactivar los lazos familiares …».»Al precio del aburrimiento y de las broncas» le interrumpe Patxi. «Al precio de lo que sea, los ritos son los ritos y, sí, ahora hay matrimonios civiles o parejas de hecho, pero la cosa se pone un poco más difícil cuando alguien próximo se muere…La mayor parte de nosotros acabamos en la parroquia porque es difícil plantear una alternativa».
La conversación me resulta densa. Demasiado densa para este mediodía. Rito, sin duda. Y yo añoro los primeros años del Olentzero en Pamplona, cuando no se sabía si iba a poder salir o no hasta el último momento. Y si salía era de una multiculturalidad en transición que comenzaba con un a modo de Portal de Belén y terminaba con gentes vestidas de pastorcillos y pastorcillas con pancartas varias y con el sonido de fondo de los cencerros del zanpantzar de Ituren. La celebración se prolongaba luego brevemente y lo típico era tomarse dos o tres finos ( ¡ a saber por qué!) antes de ingresar en la casa familiar.
«¿Dónde estás, colega?» me pregunta Laura. «Recordando el Olentzero cuando no había Mari Domingi». «Ya, yo era más bien de los Reyes Magos, pero bueno está bien recuperar tradiciones vascas». «Navarras, más concretamente de Lesaka, si a usted no le importa». Laura sonríe. La mirada de Mikel me indica que está a punto de comenzar una nueva discusión. Algo me llama la atención más allá de la cristalera del Iruña. ¡Vaya, ahí está otra vez La Gaviota del Ensanche haciendo sus florituras frente a la puerta principal de los Juzgados!