Sicilia es la región que ha resistido más activamente a esta manumisión de la historia y de la libertad, y ha demostrado en numerosas ocasiones que vive una vida de caracteres más propiamente nacionales que regionales (Antonio Gramsci)
Como este verano no podido hacer mi viaje anual a Sicilia, me estoy consolando viendo algunos episodios de El comisario Montalbano (en las espléndidas versiones de Alberto Sironi sobre las obras de Andrea Camilleri) mayormente para evocar sus paisajes y paisanajes.
Aún así, no puedo evitar reproducir una de las crónicas que escribí durante mi último periplo y que bajo el título Gramsci y la «unidad italiana » decía:
«En estos cincuenta años de vida unitaria, nuestros políticos se han dedicado en gran parte a crear la apariencia de una uniformidad italiana: las regiones habrían desaparecido en la nación y los dialectos en la lengua literaria. Pues bien, Sicilia es la región que ha resistido más activamente a esta manumisión de la historia y de la libertad, y ha demostrado en numerosas ocasiones que vive una vida de caracteres más propiamente nacionales que regionales.»
Siempre atento al matiz, siempre manteniendo una distancia crítica respecto de cualquier dogmatismo, me han sorprendido estas palabras de Antonio Gramsci escritas en 1918, hace ya más de un siglo.Y vista la situación que hoy todavía tenemos en la piel de toro, no sé si no convendría reflexionar sobre ellas, precisamente retrotrayéndonos a 1918 y a los problemas territoriales que ya por entonces se manifestaron, que se exaltaron crudamente durante la II República y la Guerra Civil, que se enterraron bajo el Franquismo, y que han vuelto a surgir con singular fuerza en nuestros días, tras unos años de supuesto consenso constitucional.
Porque, como también avisa Gramsci, «cuando se escriba la historia de estos últimos años con más vocación de verdad y exactitud que de deseo de suscitar estados de ánimo arbitrarios, muchos episodios aparecerán bajo otra luz…»
Y desde la Sicilia revisitada y sobre la que tanto he escrito , he aterrizado en estos lares y he comprobado que sí, que , en efecto, las palabras de Gramsci continúan teniendo un gran valor analógico y que por aquí pueden seguir siendo un estímulo para una reflexión politica global y estratégica, evitando los deseos de «suscitar estados de ánimo arbitrarios»…
(c) by Vicente Huici Urmeneta