Este film debería ser de obligada visión , pues , junto con otros diversos y contrastados materiales, puede permitir comprender en sentido weberiano algunas dimensiones de lo que ocurrió durante aquellos años y, por lo tanto, ayudar a discernir las derivaciones del presente, entre ellas las referidas a las consecuencias de la institucionalización de la izquierda abertzale…
En cuanto Netflix me ha dado noticia de que estaba disponible «No me llame Ternera», la larga entrevista de Jordi Évole a Josu Urrutikoetxea, me he dispuesto a verla, libreta y bolígrafo en ristre, sin esperar nada de particular cinematográficamente hablando.
El interés era doble. Así, por un lado, deseaba documentar la biografía de este miembro destacado de ETA, representante de una generación que abrazó la lucha armada en p`leno franquismo. Y, por otro lado, quería constatar si, como se había comentado, el film suponía un intento de blanqueamiento de la violencia ejercida por ETA.
Respecto a la primera cuestión, Urrutikoetxea se muestra firme en la defensa de su decurso vital, desde su decidida entrada en la organización armada en 1968 hasta su salida silenciosa hacia el 2006, resaltando el contexto de aquellos años, asumiendo la irreversibilidad terrible de algunas acciones , reconociendo el sufrimiento de todas las víctimas y, por fin, dando cuenta de su mediación, junto con Jesús Eguiguren para el cese de la actividad armada y la disolución de la organización. En este aspecto,y a pesar de los intentos recurrentes de Jordi Evolé, Urrutikoetxea no muestra arrepentimiento alguno, a pesar de que reconozca errores mayores e incomprensiones drásticas- como en el caso de Miguel Ángel Blanco.
Consecuentemente, no se podría decir que se manifieste ningún elemento de «blanqueamiento del terrorismo», a no ser que se parta de un apriori tan ahistórico como inútil, como suele ser la pretensión de juzgar con criterios del presente situaciones del pasado, proyectando los intereses mayormente políticos de hogaño sobre algunas interpretaciones torticeras de antaño.
Por todo lo anterior, creo que este film debería ser de obligada visión general pues , junto con otros diversos y contrastados materiales, puede permitir comprender en sentido weberiano algunas dimensiones de lo que ocurrió durante aquellos años y, por lo tanto, ayudar a discernir las derivaciones del presente, entre ellas las referidas a las consecuencias de la institucionalización de la izquierda abertzale, algunas tan reseñables como el reciente pacto de investidura del Presidente del Gobierno de España o la moción de censura presentada en el Ayuntamiento de Pamplona.
(c) by Vicente Huici Urmeneta
Totalmente de acuerdo con usted si no me ha bloqueado y lo lee.
He visto en Netflix la película documental y es muy interesante y hay que verlo aunque las gentes de derechas, sin verlo. Despotrican.
Un saludo señor Vicente Huici.
En efecto, a pesar de todas las distancias políticas, ideológicas o éticas, considero que merece la pena ver esta entrevista y, desde luego, que no es de recibo desautorizar sin haberla visto.Gracias por el comentario.