
Como dijo alguien en un libro que ahora no puedo recordar, hay que saber morirse a tiempo.
Y no tanto como en su momento se despidió el célebre y celebrado neurólogo y escritor Oliver Sacks dejando para el resto de los mortales todo aquello que no se había podido resolver – hay que señalar que Sacks no tenía descendencia– si no más bien para no tener que ver algunos fenómenos que en su momento emergían como extrañas derivaciones y que al cabo se han convertido en delirios colectivos y hasta electorales.
Tal es el caso de mi querido y desaparecido amigo Michael Roloff, que murió en 2019 sin llegar a conocer lo que se le veía encima al pueblo estadounidense que ha acabado por ser mayor y electoralmente la esquina retorcida de todos los valores que en su momento y precisamente llevaron a la constitución de una nueva Unión. Algo que , es de suponer, estará haciendo revolverse en sus tumbas a la mayoría de los padres ( y madres, of course) fundadores, a la vista del fondo y las formas del actual presidente republicano.
Confiaba por entonces Michael en aquello del equilibrio de poderes (checks and balances) , nota siempre preclara de la rutina administrativo -política norteamericana, pero hogaño, y a la vista del gran desequilibrio generado por la presidencia y sus aleatorios asesores, algunos y algunas, por lo que llega desde la entreverada prensa, dicen estar dispuestos a aprender cómo se puede organizar una Huelga General.
Y así tal que no hay que llevarse a engaño, pues por mucho que haya un empeño en llamar al Golfo de México, Golfo de América y asumir como América lo que tan solo son los Estados Unidos de América, el delirio lingüístico no es sino un camino más al despeño – que diría Baltasar Gracián- que solo podrán evitar quienes defiendan los valores constitucionales originarios y su temple colectivo y equilibrado. Quienes, en fin , formen parte del otro amigo americano…
(c) by Vicente Huici Urmeneta
Parece mentira que se tenga que recurrir al esquema jurídico burgués liberal en el país más liberal del mundo.
Bueno,un país que camina hacia el iliberalismo. Y ya decía Antonio Gramci que el programa mínimo del socialismo debería ser el del Partido Liberal…