
Hemos estado cuatro horas en un bar de carretera de O Pereiro do Carrizo, rodeados de fuego y mucho calor entre familias desesperadas y niños aburridos.La televisión gallega tan solo daba constancia de lo que podíamos ver con nuestros propios ojos, que no era sino un reguero de incendios en todas las colinas aledañas a la carretera nacional 525 y a la autopista A-52.
Entre conversaciones rumorosas, un bombero de una cuadrilla que se estaba tomando un refrigerio ,ha comentado que la mayoría de los incendios son provocados y que son muchos los intereses implicados, pero que al cabo lo que se pretende es destruir completamente el bosque para sustituirlo por grandes molinos blancos de viento y campos grises de placas solares.
Por otro lado, el bombero confesaba que estaba agotado tras varias jornadas de veinte horas, cobrando el salario mínimo y sabiendo que su contrato temporal se extinguirá en septiembre.
Cuando por fin se ha abierto la autopista y hemos podido reanudar el viaje, la primera radio que hemos pillado mostraba varios testimonios indignados de algunas gentes y también los reproches cruzados de la clase política en el mismo tono beligerante que explotó tras el desastre de la dana valenciana.
Al pasar a la altura de Verín, entrevisto entre un humo denso y oscuro, yo he recordado aquella canción de Os Resentidos que precisamente se titulaba Arde Galicia…
(c) by Vicente Huici Urmeneta
Buena canción, buenos tiempos, los mismos incendios…