Hegeliano que me sentía ayer y pues que tengo que reivindicarme hoy. Y es que ocurre que , fiel a otra de mis tradiciones, me acompaña en mi vuelo hacia Catania uno de esos librotes que tanto me gustan: en este caso las Lecciones de Estética del amigo G.W. F. Hegel.
Sé que hay en esta tradición algo de homeopático y también de profiláctico. Homeopático por aquello de dar a la zorra de la movilidad limitada del asiento de Iberia,el candilazo de la inmovilidad absoluta del concepto. Y profiláctico, por lo de curarme en salud de pensar a los miles de pies por los que circulo.
Pero aún así, hay tantos párrafos en esta obra que se adelantan a Durkheim, a Bourdieu o a Berger & Luckmann – la pareja de hecho de La construcción social de la realidad.
Como muestra dos botones:» Si bien el arte de hecho se somete a fines más serios y produce efectos nobles, no obstante, el medio que utiliza es el engaño»…Un engaño que » vivifica y tonifica la sombría y desierta sequedad del concepto»…
Mi amigo Mikel ,nietzscheano de primera generación siempre hace gala de su condición. Marta, por el contrario, se enorgullece siempre de tener un tan buen enemigo como Hegel que en sus escasos sesenta años de vida » habló prácticamente de todo lo hablable»( sic.
Pero, me adormezco…Estos párrafos tan largos están pudiendo conmigo…
¡Señor, señor! Este hombre no escarmienta. Como le vean con ese «material» en la mano por esos lares, levantará sospechas. Forre el libro por lo menos ¡buen hombre de Dios!
No se crea don Antonio.Ha habido dos guapas-listas que se han mostrado tan interesadas como sorprendidas…