Al parecer , la carretera que da acceso a San Juan de Gaztelugatxe ha estado colapsada en varias ocasiones durante este verano .Y , al parecer también, todo se ha debido a que unos cuantos ( y cuantas) miles de devotos ( y devotas) de Juego de Tronos quería conocer el lugar (próximo) en el que se rodó algún episodio.Es este uno de los collateral que generan las series sean más o menos fantásticas y derrochen más o menos erotismo o violencia.
Pero luego hay serie y series. Entre las americanas las hay más o menos sinmás-como Castle– , o, en gradación, las apologéticas de la torturilla por un bien superior (Navy IC) o descaradamente vengativas como los varios CSI ´s con el recuerdo imborrable del recauchutado David Caruso diciendo aquello de: » Te -pu-dri-rás- en- la -cár-cel, je-je «, algo muy ajeno a todos los programas de resocialización de criminales varios.
Estos últimos días he seguido con pasión inaudita una mini-serie que ha tenido a bien programar nuestra televisión autonómica: «La mirada de la venganza». Ha sido todo un reto. No he podido detectar ninguna lógica argumental ni de ningún otro tipo. Los personajes, de tan malvados, resultaban inverosímiles. Las ambientaciones tan pretenciosas como tópicas. Y los diálogos , estúpidos cuando no incomprensibles ( esto último puede ser debido a una deficiente traducción. Y luego, al final , resultaba que todos eran medio-hermanos o algo así. En resumen, una serie mala malísima, la peor serie del mundo mundial, o «lo peor de lo peor» que diría una amiga de mi hija. Es de suponer que la tal serie pertenecerá a un paquete adquirido ( junto con Aragón TV) bajo los auspicios de una dirección anterior al nuevo responsable de la consejería ad hoc, acostumbrados/as que nos tenía a un régimen de casi calidad zero.
Pero, en fin… ya me he cansado y de las series españolas, hablaremos otro día…
la carretera a Gaztelugatxe está cortada en la parte de arriba donde hay dos txakolis y no se puede bajar en coche. Hay que ir andando y el camino es mas largo que el otro que está antes, a la altura donde para el bus de Bermeo. Es el camino medieval de siempre, la bajada es superable pero la subida muy dura y siete veces más que subir las escaleras que conducen a la ermita.
En efecto. No creo que la mayor parte de la gente «suba». Simplemente quieren verlo desde «abajo». Gracias por su comentario.