Ayer, como de costumbre, estuvimos viendo un Caso abierto antes de ir a dormir.Me gusta esta serie- aunque me consta que las hay mejores- sobre todo porque me gusta su protagonista femenina (Lily Rush/Kathryn Morris) física y moralmente.
El de ayer era un caso curioso. Un profesor universitario, casado y ligón, había sido acusado de asesinar a una alumna con la que mantenía lo que se suele denominar «una aventura». Ante la falta de pruebas había sido absuelto pero había sido expulsado de la universidad. Pues bien,dicho profesor se presenta en la comisaría exhibiendo un caso similar reciente y arguyendo su inocencia por medio de la teoría de la «construcción social de la realidad»: había habido un crimen, tenía que haber un culpable y lo fue él para dar sentido a lo ocurrido y restablecer el orden social. Al final se descubre que ha sido el mismo profesor el que ha cometido el primer crimen y que ha inducido a un criminal profesional a llevar a cabo el segundo para exculparse definitivamente y volver a la universidad.
Uno, que se dedica a esto, no puede contemplar este episodio con inocencia.Y no me refiero a la cuestión de los profesores ( y profesoras) ligones, sino al varapalo colateral a esa teoría de la construcción social de la realidad ( de P. Berger y Th. Luckmann) que genera una oportunidad de ser copartícipes de lo que llamamos realidad, no admitiendo que sólo haya una, ni siquiera un único relato de la misma, ni por supuesto una verdad absoluta salvo que se disponga de los correspondientes guardaespaldas metafísicos.
Parece que, tras estos años de revoluciones y postrevoluciones, de marxismo, nietzscheanismo y freudismo, desde el Imperio – que es el mas grande productor de series- nos van preparando poco a poco para una nueva era hegeliana en la que el Estado volverá a ser el Dios en la Tierra, un Estado en el que el Individuo sólo lo será precisamente por medio del Estado…
Y eso a pesar de que, como se dice al comienzo de esta y otras series » The following story is fictional and does not depict any actual person or even».