ZOON ELEKTRONIKÓN

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«Agrupémonos» – que decía aquel ( ¿quién?) ayer  los blogeros locales  que circulamos por la red de la mano de este  diario que nos acoge ( Eskerrik…asko!, of course ) en los V Encuentros Digitales . Yo llegué para aplaudir a los premiados ( y premiadas) y particularmente al fervoroso Félix Mugurutza, que con su «El arca de no sé» ha sido la revelación del año.

Prometíle al suprascrito , en presencia de testigos cualificados – tal que nuestro general en jefe Josetxu Rodríguez y los compañeros Julen Rekondo  e Iñaki Murua -enmendar mi patológica tendencia al paseo urbanita – que tras las correspondientes sesiones psicoanalíticas veo relacionada en sentido adverso con mi larga vida infantil en la huerta de la Rochapea pamplonica –  y  seguirle algún día por las piedras del Gorbea procurando no desfallecer  ni hacer mucho el quijote.

Ya de vuelta  a casa, remontando lentamente la ría con un recio viento de NW de popa, fui recordando lo que un día yo escribí ( pensando en ti ) en clave neo-aristotélica sobre este tipejo que he denominado «zoon elektronikón» y que decía así ( ¡ perdón por autocitarme cual Umbral neo-acontecido: » Nada podría afirmarse, en un sentido negativo, de una socialidad en la que la socialización, por muy light que sea, por mucho que no reúna los requisitos de los modelos anteriores, por más que evite la fricción de la socialización supuestamente plena, no pueda lograr la generación de microclimas sociales en los que se pueda desenvolver la vida de los individuos con aquellos que les son próximos e indispensables emocionalmente. Todo ello con tal de que el ser humano no acabe siendo un ser “sin tribu, sin ley, sin hogar”, como afirma una y otra vez Aristóteles».

«Pues eso», que volvería a decir un Umbral.

IN-A-GADDA-DA-VIDA…Y UNA BUHARDILLA EN LA CALLE SAN LORENZO…1973

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Ayer por la tarde llovía sin parar y me quedé en casa. Sentado en el sofá con la luz apagada,  estuve escuchando durante un  buen rato el repiqueteo de la lluvia contra los cristales .

No me apetecía  ver ninguna película- tengo un buen repertorio que veo una y otra vez – porque habíamos quedado a partir de las ocho para celebrar un  cumpleaños, así que  encendí la luz  y me hice con el portátil . Como tengo pendiente una traducción, me rasqué la oreja y  me puse al curro no sin antes buscar algo de música que me acompañara.

La casualidad ( o no) permitió que junto a una selección que escucho habitualmente , saltara de pronto «In-A- Gadda-Da-Vida»(1) de Iron Butterfly, una canción de 1968 que no oía desde  hacía muchos años. Al principio me hizo gracia , teniendo en cuenta que suelo trabajar con música de fondo de Deep PurpleAC/DC – trasunto que no entienden mis colegas inmediatos que más bien me verían con música  de «piscina cubierta» para estos menesteres.

Al cabo de unos minutos, me di cuenta de que tenía que optar entre seguir  con la traducción  sin música o dejarme llevar  precisamente por aquella melodía insistente y sus estiradas improvisaciones. Y , sin pensármelo dos veces , aparté el ordenador, cerré los ojos y me vi  desde arriba oyendo aquella larga canción- diecisiete minutos: ocupaba toda una cara de un LP-  tumbado sobre un colchón, en una buhardilla de la  calle  San Lorenzo, en medio de una nube de maría y rodeado de panfletos. Era 1973, el franquismo estaba moribundo y todo parecía posible…

(1) IN-A-GADDA-DA VIDA ó EN EL JARDÍN DEL EDEN: https://www.youtube.com/watch?v=UIVe-rZBcm4&index=1&list=RDUIVe-rZBcm4

A PROPÓSITO DE ARTURO CAMPIÓN

Me llegan noticias de que se está armando una buena al calor de la decisión del Gobierno de Navarra relativa a la concesión de la Medalla de Oro del viejo Reyno a Arturo Campión y Jaimebón.

Como siempre,  entre los dímes diretes, hay varias maniobras de apropiación política, todas interesadas y todas probablemente legítimas.

Pues bien, cuando nadie daba ni un duro por Don Arturo, en 1981 publiqué un ensayo en la Revista Príncipe de Viana (1) que ha sido sistemáticamente obviado en estudios posteriores y cuyo resumen periodístico, publicado en Muga (2),  ha sido, a su vez, troceado y manipulado una y otra vez – sobre todo por un gran copión post- napartarra.

No sé porqué ha  ocurrido todo lo anterior y tampoco me importa mucho porque aquella línea de investigación, dirigida por Koldo Mitxelena y apoyada por Goio Monreal, fue capada sin mayor explicación- a pesar de ser solicitada- por nuestro eterno nano-candidato al Premio Nobel de Física  que por entonces ejercía de Consejero de Educación .

Pero en fin, lo que yo defendía en aquellos años era que Campión fue un innovador al poner el euskera ( algo que , al fin y al cabo, se puede aprender) en el centro  de la identidad  apartándose un tanto de los argumentos historicistas , antropológicos o étnicos más propios de la época.

Una época en la que en los ambientes intelectuales que frecuentaba Campión se era muy reticente  a los avatares progresistas o republicanos.

Así que cada uno y cada una saque sus consecuencias, pero , por  favor , sin manipular ni mentir más…

(1)» Ideología y Política en Arturo Campión». Príncipe de Viana, año 42 , Núm. 163.

DIALNET: https://www.dropbox.com/s/an6vngpws73m9by/Dialnet-IdeologiaYPoliticaEnArturoCampion-15672.pdf?dl=0

(2)»Arturo Campión. Aproximación a un vasco desconocido», Muga, núm. 9, 1980, pp. 56-65

…Y EL ABUELO ATAÚLFO, UN NACIONALISTA VASCO DEL SIGLO PASADO

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Hablaba antes del receso americano de mi abuelo paterno Vicente, y hoy se me ha ocurrido, no sé muy bien porqué, poner por escrito algunos recuerdos del materno.

El abuelo Ataúlfo Urmeneta ( de quien llevo mi segundo nombre) era un hombre vigoroso a pesar de su apariencia  siempre tímida. En su juventud , tras el servicio  militar en la Marina, pensó en dedicarse a algún trabajo relacionado con el mar, pero reclamado por la tradición familiar, militante del PNV por los cuatro costados, volvió a Pamplona y se integró en el periódico nacionalista La voz de Navarra colaborando también en Kaiku y Napartarra. Licenciado en Ciencias Exactas, vivió de dar clases particulares mientras iba introduciéndose en el mundo de la banca local, llegando a ser director de la Caja de Ahorros Municipal.

El levantamiento faccioso de 1936 le  llevó a una situación crítica y ambigua, pues por un lado no quería traicionar a su patria-  sin ninguna duda,  Euzkadi- pero tampoco a su Dios, dado que era un católico de ángelus y rosario diarios. Al final, según la leyenda familiar, su catolicismo le salvó del paredón, ayudado por la mano amiga del carlista Ignacio Baleztena que aseguró que coincidía con él todas las mañanas en la primera misa de la Iglesia de San Nicolás. Y probablemente, además, ayudo y mucho, a que sólo se le pusiera una multa de guerra, la figura cada vez más relevante de su hijo y mi tío Miguel Javier Urmeneta, que siguiendo la estela del abuelo, fue luego, al decir de los historiadores que se han dedicado a ello, un vasquista infiltrado a fuer de ser alcalde de Pamplona y Diputado Foral de Navarra en pleno franquismo.

El abuelo Ataúlfo murió sin conocer la televisión.Era un gran lector , y de su biblioteca  todavía conservo varios ejemplares de las obras del polígrafo Arturo Campión, un manual de sánscrito muy trabajado y, sorprendentemente,  una de las primeras ediciones de El origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado  de Federico Engels.

Entre los papeles que dejó hay algunas bellas páginas de ensayo en un tono romántico y pausado, y  otras , para mí aún mas bellas y curiosas, en euskera, firmadas con el pseudónimo Latz, que era también el nombre de uno de sus perros…

UN PUENTE SOBRE AGUAS NO TAN TURBULENTAS

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Esta mañana  la ría bajaba lenta , densa y silenciosa  hacia la mar oscura. Se llevaba con ella   un manto de  hojas secas  amarillas y rojas, que  era tan tupido que daba ganas de atravesarlo  sin mayor prisa.Más vale que no lo he intentado pues en este, como en otros casos, lo físico se lleva un tanto mal con lo metafísico.

Pero aún así…Este cruzar las aguas parece ser una de las matrices comunes de muchas civilizaciones. En la más próxima, la judeo-cristiana, Moisés abrió en dos el Nilo para permitir pasar a los suyos perseguidos por las huestes egipcias; y el mismo Jesucristo sorprendió a los también suyos yendo y viniendo tranquilamente por el lago Tiberíades. Otro sí, en el mundo oriental – y por poner un ejemplo   diferente –  el libro-madre-de-todos-los-libros, el  I Ching , da  una singular importancia  a   la ocasión para «cruzar las grandes aguas» o «permanecer símplemente alerta» o, incluso , «dejarse llevar por la corriente».

Y si las aguas, y cruzar la aguas  tienen ya de por sí fuertes connotaciones simbólicas, el puente, los puentes  que habitualmente sirven para  unir (y separar ) las riberas, no las tienen menos. Al menos  así lo entendieron los Papas cristianos (Pontífices: ponti-fex), pero también  sociólogos como  Simmel  o  Bollnow que dejaron escritas  agudas reflexiones sobre ello.Y por otro lado, ¿quién no se acuerda de El puente sobre el rio Kwai de David Lean o aquel Bridge over  Troubled Water, de Simon y Garfunkel…Hoy en día también se habla mucho de «tender puentes» y/o «volar todos los puentes» como si fueran remedos de soluciones o verdaderos remedios.

Vaya , que es increíble lo que se me va la olla cuando,haciendo un alto en el camino,  levanto la mirada de la ría y me encuentro con algún puente bajo  el que pasan aguas no tan turbulentas…

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MON SEMBLABLE…MA SOEUR

No ha podido ser. Aunque el proyecto de los amigos yankis  me resultaba interesante y podía profundizar en la propuesta del “zoon elektronikón” lanzada el año pasado (1), me ha pillado con el paso académico cambiado , ya en las puertas de la jubilación. Más vale que  una colega bastante más joven y puesta al día ha aceptado sustituirme- fue una de esas alumnas  de las que ya se sabía desde la primera clase del  primer curso que sería una guapa-lista (2).

A decir verdad, mi deseo  de continuar  estas líneas se ha acoplado a la objetividad del desasimiento institucional en perfecto milagro hegeliano. Así que aquí estoy de nuevo dispuesto a dar un poco la tabarra, intentando no ser un cansaalmas –como dicen en mi tierra originaria- y procurando mover más a la sonrisa que a la risa con la relacion de estos paseos físicos y metafísicos.

Volverá también,y con más ganas si cabe ,la turbamulta polifónica de “los desayunos de los martes” con Mikel,Itzi, Laura, Marta, Patxi y Koldo. Y ,de vez en cuando, alguna rememoración para combatir  sottovoce este ambiente desmemoriado y un poco romo que nos rodea.

Y como cuando se inicia, como ahora, un nuevo ciclo, hay que acogerse, como decía Dos Passos, a alguna deidad terrena del panteón particular, yo reivindico en este punto al Josep Pla del “Calendario sin fecha”, pues sin fecha ,o quizá sólo la de caducidad natural, espero que sea todo lo que aquí salga. Vale, Fabio!

(1) Sobre el “zoon elektronikón: http://revistas.ucm.es/index.php/POSO/article/view/50776/0

(2) «Guapa-lista»: se trata de un concepto acuñado partir de 1) la expresión masculina griega clásica “kalós k´agazós “( bello y bueno) puesta en femenino;2) la idea de la “cousine d´alliance” de Montaigne; 3) algo de la ” mujer con la que puede mantener una conversación ” del ínclito Pío Baroja;4) un toque de la propuesta de “estupenda señora” de José Luis De Villalonga. Ver casuística en columnas anteriores

AGUR T´ERDI. HA SIDO UN PLACER.

El paseo de esta mañana me ha llevado hasta  los confines de la península de Zorrotza . La larga caminata ha sido también ocasión de meditación peripatética para quien esto suscribe ,en libre interpretación del  kin-hin zen que he practicado durante muchos años. Ya de vuelta, al llegar a la altura del Zubi-Zuri luminoso y de su  exacto reflejo en la vieja ría, he comprendido , de pronto,que debía hacer un alto en el camino. Un alto en esta travesía  de casi quinientas entradas, sobre todo porque  mis amigos yankis recien que me han reclamado para integrarme en una de sus pesquisas neuro- metafísicas y uno ya no da para tanto.

Así que me voy a dar  un plazo para dar el Sí ( o el No) a esta nueva aventura , y tomada la decisión y reorganizadas mis huestes , una vez recuperado el mando en plaza, abrirme acaso camino entre nuevas espesuras. No puedo, pues,  decir aquello tan nuestro  de «¡Volveré!» y me conformo por ahora con un «ha sido un placer». Agur t´erdi!

KATIXA AGIRRE Y LAS NOVELAS SOBRE ETA

Ayer el paseo vespertino me llevó hasta la Librería Louise Michel ( Ah la Commune !), de Bilbao. Había recibido una invitación para acudir a la presentación del libro de Katixa Agirre titulado Los turistas desganados, versión en castellano de Atertu arte itxaron ,publicada en  2015.Y , cuando me invitan, no dudo en acudir.

Presentó el acto Aixa de la Cruz, con lo cual había cierta garantía de un debate interesante: no siempre se puede ver un mano a mano entre dos guapas- listas ( dicho sea con perdón  para quien me lea por primera vez y no sepa qué quiero decir.

Y así fue el diálogo entablado, una sucesión de incisivas y pertinentes sugerencias sobre  el mundo de la violencia y de ETA que es en torno a lo que gira esta novela.

Una novela más sobre el tema que como bien se dejó  muy claro en el debate es continuación de una línea abierta hace ya  muchos años por Ramón Saizarbitoria o Iban Zaldua   y no sólo por la traída y llevada y premiada Patria de Fernando Aramburu.

Y una novela más , hábil en mostrar y plantear preguntas, y sobre todo  en reflexionar sobre esa culpa colectiva que unos asumieron sin pensárselo dos veces y otros continúan inculcando y extendiendo por doquier: acaso sea esta una tierra de carlistas y de carlistas disfrazados de liberales ( o incluso de revolucionarios) y todos  cantando por lo bajini aquello de «por Dios, por la Patria y el Rey lucharon  nuestros padres, por Dios, por la Patria y el Rey lucharemos nosotros también».

Acabada la presentación , se abrieron unas botellas de vino , y sobrevino esa cierta  confusión habitual  entre quienes se quedan y quienes se van, ocasión que yo siempre aprovecho para darme el dos…con un buen sabor de boca.

BREVE APOLOGÍA DE LA ESCUCHA

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Cuenta Josep Pla en su siempre magnífico El Cuaderno Gris, que un colega de Palafrugell le comentó en una ocasión que, como no tenía dinero para comprar libros, se dedicaba a escuchar a la gente en los cafés durante todas las tardes. Y que tenía, además, un sistema de escucha muy refinado , una combinación de cabeceos sistemáticos, leves asentimientos, guiños y fórmulas rituales del tipo «Por favor, ¿podría repetir esto último? Es que me ha parecido muy interesante pero  creo que no lo he  entendido muy  bien».

Y ciertamente, el arte de la escucha, más allá de su dimensión recreativa, es muy antiguo.Ya  se manifestó en el procedimiento mayéutico tan caro a los primeros filósofos griegos, con su subsistema de preguntas y respuestas – no muy ajeno en realidad, contra lo que pueda parecer, al método del koan del mundo zen. Se expandió por medio del sacramento de la confesión cristiana añadiéndole una connotación de secretismo y tomó  mayor cuerpo en la modernidad con el psicoanálisis freudiano, en el que ya la escucha se ubicó desde una atención latente para implicar mínimamente al terapeuta y ser efectivo en la dimensión catártica del hablar de lo innombrable.

Hoy en día, sin embargo, la escucha parece ser algo periclitado, sustituida mayormente por esos monólogos  interminables ,  centrípetos  y en ocasiones rayanos en lo cabalístico que se establecen a través de las redes sociales. Y para escuchar, para practicar la escucha, para recuperarla ,parece necesario recuperar también sus lugares, desde la cocina doméstica  hasta el paseo urbano, pasando por la librería y , como no puede ser menos, por el bar  y el café, aquel lugar  del que el amigo de Pla había hecho su terreno propio … y propicio…

UN ABUELO DE LOS DE ANTES

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Sanfermines de 1934

Como lo mencionaba ayer en la crónica, una lectora me ha preguntado por mi abuelo paterno. Pues bien, mi abuelo Vicente era un hombre grande y de costumbres fijas.  Se levantaba siempre con el sol , se estiraba y hacía un poco de una particular gimnasia sueca . Desayunaba una sopa de ajo y algo de chorizo o de jamón  y bajaba a la huerta.

En la huerta el abuelo escardaba, removía la tierra aquí y allá, y lo que  para mi era más fascinante, conducía el agua que sacaba  del río Arga  con un motor rudimentario por canales y canalillos a golpes de azada. Luego, a media mañana volvía a  la casa y no perdonaba su hamaiketako de huevos con txistorra o birika y, entonces sí, un gran café con leche. Después volvía a la huerta hasta la hora de comer.

Comía frugalmente y solo – la abuela había fallecido años atrás bastante joven-  y a continuación se  retiraba a la sala, un espacio grande y algo oscuro con ventanales  hacia la terraza. Allí, sentando en un  gran butacón en la penumbra, junto a una mesa camilla, se dejaba llevar por una siesta que nunca llegaba a la media hora y que era compartida, en butacas y un pequeño sofá por Puente y Manuela, dos empleados de la casa.

A eso de las tres o tres y cuarto se despertaba y, al calor de un café fuerte y una copita de pacharán, echaba una partida de chinchón o de brisca con Puente a la que yo me sumaba siempre que podía. A las cuatro terminaba el receso y  bajaba de nuevo a la huerta o bien iba de visita hasta los almacenes de Semillas Huici que se levantaban  cerca de los Corralillos del Gas. Después, pasaba por la oficina del negocio familiar y se entretenía haciendo cuentas , corrigiendo facturas y firmando letras.

A las ocho y media  subía de nuevo a la casa y picaba algo antes de cenar, lo que no hacía más tarde de las nueve. Luego veía un poco la tele y cuando  notaba que se estaba quedando dormido, se dejaba caer sobre la cama.

Esta rutina sólo la rompía los domingos por la misa y alguna comida familiar y, por supuesto, en sanfermines. La leyenda familiar cuenta de él que el día  seis de julio solía decirle a mi abuela cuando todavía vivía: «Agapita, hasta el catorce».Nadie sabía qué hacía, dónde comía , dónde dormía aquellos ocho días de fiesta, pero el catorce de julio se presentaba lúcido y repeinado y no volvía a salir hasta los sanfermines siguientes…