ESCRITURA (placer y goce de la)

Me ha escrito un antiguo alumno de un Taller de Escritura en el que participaba hace algunos años. Me dice que tras publicar un par de libros – dos novelas breves muy bien resueltas- se siente bloqueado y que no encuentra la manera de enhebrar de nuevo la escritura.

El bloqueo del animal de pluma es un tema viejo y sobre el que se han dicho muchas cosas, pero a mí siempre me ha parecido de lo más atinado un libro de Victoria Nelson, titulado precisamente Sobre el bloqueo del escritor, que ya recensioné hace más de una década. Así que, para no repetirme, ahí va aquella nota para él y para quienes puedan estar en una situación similar:

» La disciplina creativa surge del placer, no de la tiranía sobre uno mismo ni de la autocrítica «. La frase es de Victoria Nelson, cuyo  libro Sobre el bloqueo del escritor  es un excelente repaso a varias cuestiones acerca de la  práctica de la escritura y , por extensión, del arte.

En esas palabras  se acumula aparentemente mucha sabiduría, resultan un pequeño compendio exacto y  acogedor. Pero, más allá del asentimiento espontáneo que implican, ¿ se puede comprender adecuadamente qué es lo que postulan ? Vayamos por partes.

Hay en esta frase varias expresiones  claramente definidas, cuando no tópicas. Por ejemplo  disciplina creativa. Sobre esta expresión lo menos que se puede decir es que su contenido es ya  una verdad asumida y contrastada – salvo esas excepciones que siempre confirman la regla – : la creación precisa de una disciplina. Es  decir, el proceso de generación y desarrollo de nuevas formas plásticas o discursivas solicita generalmente de quien se dedica a ello un aprendizaje continuado y cierto sometimiento de su conducta a unas reglas más o menos severas.

Otro tanto ocurre con la expresión  tiranía sobre uno  mismo. Casi todo el mundo  ha experimentado la vivencia de tiranizarse en una situación excepcional  de tipo profesional – un trabajo que hay necesariamente que terminar – o personal – por ejemplo, obligarse a salir  con los amigos  sin muchas ganas después de un desastre sentimental.

En cuanto a la  autocrítica   es algo admitido que cuando es excesiva y repetitiva – y sobre todo esto último: ese arrepentirse continuamente de lo que se ha hecho – denota una inseguridad profunda, muy compatible, por cierto, con proyectos megalómanos  de relación interpersonal o de trabajo. Pero también se sabe  que una autocrítica matizada, lograda tras un discreto alejamiento de lo que se ha hecho o se ha pretendido hacer,  cuando se realiza amorosa y comprensivamente, es la mejor ayuda que cualquiera puede tener. Incluso más efectiva que cualquier crítica proveniente de un amigo o de un enemigo.

Sin embargo, la expresión  placer  es la que presenta mayores dificultades en su definición y tanto más cuanto que  se convierte en el eje  significativo de toda la frase.

En efecto, Victoria Nelson nos dice  que la disciplina a la hora de la creación no surge de la mera obligación, ni mucho menos de la obligación auto-impuesta como consecuencia de una autocrítica patológica, sino que surge del placer, pero,  ¿ qué  es el placer?

En principio el placer es un deleite proporcionado por algo que gusta mucho. Así, por lo tanto, el sometimiento que implica la creación vendría impulsado por el propio deleite que ella genera. Pero, ¿ cómo sería posible  un placer que requiere un sometimiento sin aceptar una interpretación masoquista? La cuestión se complica, además, toda vez que  el placer suele tener una connotación pasiva y, por el contrario, la creación resulta ser algo activo.

 ¿ Estamos, pues, hablando de otra cosa? ¿ Cómo podríamos  expresar una sensación que gusta mucho  pasivamente y que es, sin embargo, producto de cierto sometimiento  activo ?

Quizá la respuesta la haya dado, entre otros, Roland Barthes en su  El placer del texto. En dicha obra Barthes ha distinguido entre placer  y  goce, atribuyendo a esta segunda expresión un significado más aproximado de lo que queríamos dar cuenta. El  goce  no sería algo pasivo, sería un  placer activo  – muy equivalente, por otro lado, a la  activa inactividad   tan necesaria  ante la creación… pero ésta es ya otra cuestión. El  goce sería así  el placer ocasionado por un sometimiento activo que, además, generaría creación. Esta sería la diferencia, por ejemplo, entre leer y escribir. Pero esta sería también, como lo expone el propio Barthes, la diferencia entre un  texto de placer  y un texto de goce .

Así que  la frase de Victoria Nelson debería reformularse de la siguiente manera » La disciplina creativa surge del goce, no de la tiranía sobre uno mismo ni de la autocrítica «. De esta forma se podría superar la aparente contradicción entre el activo  sometimiento a una disciplina y un placer pasivo. El placer-goce de la creación.«

(c) by Vicente Huici Urmeneta

APOSTILLAS AL NOMBRE DE LA COPA

¿La excesiva presión social sobre los jugadores del Athletic no ayuda nada, deportivamente hablando?

Desde que a raíz del acta de la última reunión de la Junta Extraterritorial del Desayuno de los Martes, mi fiel seguidor (¿ o seguidora?) intitulado Sarrasketa mentara las palabras del ex Caparrós acerca de que la excesiva presión social sobre los jugadores del Athletic no ayuda nada, deportivamente hablando, he recibido un buen montón de comentarios, la mayor parte irreproducibles,bien por su extensión, bien por su acritud, bien por su inadecuacion ,así que he optado por borrarlos todos y dejar tan solo el primero sive original.

Any way, sí puedo ofrecer una clasificacion sintética y ejemplar de todos ellos , y que es la siguiente:

  1. INSULTOS ( del tipo «mal nacido», «hi de puta», » ¡ cállate, cabronazo!» etc.)
  2. ALGARABÍAS ( al modo «Athleeeeetic» y » A vi , a la va…», » ra, ra, ra»)
  3. DESAZONES ( «No sé cómo te puedes dedicar a escribir sobre esas tonterías», «Y de Gaza y de Palestina ¿qué?…)
  4. INTERPRETACIONES( «Idola fori», «religiones civiles» ,» mucho más que un club» …)
  5. VARIOS ( que no aparecen en esta clasificación)

Pero acaso, los listados mentados pueden resumirse en un comentario singular , de un tal Cartujano que decía: «Pero esta Copa, ¿ no lleva por nombre Copa del Rey? ¿Tanto monárquico hay por allí?»

Y, en fin, no puedo sino agradecer tanta atención, aunque, como diría Josep Pla, tampoco sé si lo anterior podría interesarle a alguien…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

LOS DESAYUNOS DE LOS MARTES (La Copa del Rey)

La Junta Extraterritorial del Desayuno de los Martes se ha reunido por fin y sorprendentemente un martes y a la hora del desayuno ( bueno, a partir de las 9 horas y 16 minutos) en su sede eqüe-principal del Café Iruña.

A petición anterógrada de nuestro sociólogo Mikel, la tenida ha sido convocada en la modalidad de situation room ,»dados los eventos consuetudinarios que acontecen en las rúas con banderolas y pancartas» (sic).

Ansí que, conticuere omnes, una vez aprobado el Acta de la Reunión Anterior por unanimidad, ha sido el infrascrito quien, churro en ristre, ha tomado la palabra para mostrarse preocupado por la deriva p´ublica en que ha devenido la próxima celebración del partido final de la Copa entre el Athletic de Bilbao y el R.C.D.Mallorca pues ,»como en ocasiones anteriores, los claros clarines están sonando demasiado pronto y se está vendiendo la piel del oso antes de matarlo, lo cual que puede trascender en caso de fracaso en una depresión colectiva que no va a ser en modo alguno el mejor contexto para la cita electoral que se celebrará prácticamente a continuación» (sic).

Intentique ora tenebant , hasta que ha intervenido Koldo nuestro «psiquiatra-siempre- de-guardia» indicando al respecto que no hay nada mejor que una buena depresión para llegar «al fondo de las cosas y de los cosos» (sic) y de esta manera tomar tierra después de tanta volatil algarabía,y que , además, y en su caso, darle al kalimotxo puntual suele salir mejor que el diazepam programado.

Por su parte, Patxi, ha apuntado que las depresiones colectivas son siempre un buen nutrimento para los guiones distópicos y aunque él está más bien a favor de las «distopías positivas» (sic) , piensa volver a ver Dune para inspirarse ad hoc, sobre todo tras el original análisis que ha leído en el blog de Javier González de Durana.

En el tendido del gineceo ha habido división de opiniones. Laura se ha mostrado sorprendida «ante tanta negatividad» (sic), aunque ella y su «marido-ideal-de-la-muerte» siempre han sido más bien del Real Madrid y este partido ni le va ni le viene.

Marta ha encarado el asunto citando profusamente a Durkheim y a los momentos de efervescencia colectiva que tanto hacen por asentar la identidad, por lo que,alzando su taza de té, ha soltado un discreto «¡Eup!» añadiendo un «aquí paz y después gloria».

Por otro lado, Itzi, no ha dicho ni mú, dedicándose tan solo a hundir una y otra vez su segundo croissant en su café con leche doble, y Amanda, nuestra jurista, ha preferido emitir un voto particular indicando que el tema no le interesa en absoluto y que por lo tanto se abstiene de esto y de todo lo anterior, señalando no obstante «el caracter monárquico del asunto en tanto que lo que se disputa es una Copa del Rey» ( sic, too)

Y, por fin, entre restos de bollería, tazas y vasos vacíos , a las 11 horas y 3 minutos , se ha dado por concluida la Junta.

De todo lo cual doy fe a.d. XIII Kal. Martius.Anno DCCXXII ab Bilbao urbe condita. Yo , el Secretario Perpetuo de la JEDM.

[firma ilegible]

(c) by Vicente Huici Urmeneta

IL CORSO ( dopo)

Lo más sugerente viene a ser la previsión de poder caminar un largo rato sin prisa , haciendo las paradas oportunas para contemplar la profunda entrada a un palazzo renacentista , la fachada barroca de una iglesia o el escaparate cilíndrico y multicolor de un kiosko en una esquina.

Y mientras tanto, dejarse pasar por las sucesivas oleadas de turistas de atrás hacia adelante ,de adelante hacia atrás, por la izquierda o por la derecha, redefiniendo con habilidad circense la marcha.

Y caminar ,eso sí, lentamente, sin ningún espíritu deportivo, sino más bien adoptando aquel antiguo modo de «fare il signore» – ya sin bastón, of course– que comentaba Josep Pla, convirtiéndose en un flanêur ( ya también , alora, en una flanêuse) tal como lo dejó apuntado Louis Huart en su famosa Physiologie du flanêur.

Y hacerlo, por supuesto, sin menospreciar a quienes van dulcemente teledirigidos por su teléfonos móviles, nuevos apaños de los viejos mapas de papel, o a quienes hacen esas largas colas en los establecimientos de moda- pues también tienen derecho a sufrir y a hacer de su sufrimiento común un nutrimento de su identidad colectiva en estos tiempos tan documentada y documentable electrónicamente.

Y hacer un alto en ese lugar siempre visitado, año tras año, y en compañías muy diferentes…

( escrito en una servilleta del Antico Caffè Greco, de la via dei Condotti)

(c) by Vicente Huici Urmeneta

REIVINDICACIÓN DEL SILENCIO ( por Valen Riaño)

Una vez más, en el Taller de Escritura que coordino se ha producido un pequeño milagro, en esta ocasión de la mano de Valen Riaño y su revindicación del silencio:

«Siempre pienso en el silencio como el amigo fiel, guardando las confidencias, asintiendo en mi pesar, gozando en mi alegría. Él a mi lado, dispuesto a oír mis rezongas.

Comencé el camino en la reflexión, con la soledad a cuestas, dispuesto a padecer. El desierto en el horizonte, el silencio lleno, sin perturbación. Mis labios sellados, con miedo de estropear la partitura de la nada. El conmigo, yo con él, diciéndonos todo, sin guardarnos nada. Mi cerebro y el suyo eran uno. Ningún reproche, la aprobación necesaria, la crítica precisa.

Los días pasaban, y seguía a mi lado, ayudándome en la reconciliación. La arena murmuraba, él a mi lado, como escudero fiel. El viento ululó, haciéndolo huir intimidado por el ruido. No le gusta molestar, ni ser molestado. La calma regresó, me miro de frente y volvió a callar.

¡Qué importante es tenerte cerca! – exclamé en la satisfacción. Mis palabras revoloteaban en el interior, sabedor de su amistad. No preguntas y si lo haces, pareces ausente, pero estás ahí. Te alejas y vuelves. La disertación, sin ti, se hace intrascendente, pero contigo inventa el buen hacer.

Hace poco oí una ocurrencia, en los labios de un erudito, reclamándote en la sabiduría de los idiomas. Compartirte en inglés, francés, español, en cualquier trance, merece tu consideración, revela tu importancia, y ayuda a disfrutarte. Pero en la monotonía del “unilinguismo”, también resplandeces por tus virtudes.

En el enigma de tu presencia, me revuelvo por tu indiferencia. Te has fajado en los eventos más dolorosos, huyendo de la protesta vociferante, dando el boicot a los insultos.

Hoy más que nunca te revindico, en la necesidad de hacerte más presente. En el sacrificio de tu valor infinito.

Y en el silencio callo mi ocurrencia«.

(C) Valen Riaño

TALKING HEADS ( y el Gamma)

He ido a ver la versión remasterizada de Stop Making Sense, el documental musical sobre varios conciertos del grupo Talking Heads, rodado en 1984 durante 3 noches y con 7 cámaras por Jonathan Demme y considerado uno de los mejores conciertos jamás filmado.

En aquellos años 80, la banda, compuesta por David Byrne (voz principal, guitarra), Chris Frantz (batería), Tina Weymouth (bajo) y Jerry Harrison (teclados, guitarra)  marcó un antes y un después en el devenir del rock combinando elementos del punk  y del   funk.

También en nuestros lares pudo percibirse su influencia, por ejemplo en la escisión de los recién creados Hertzainak que protagonizó Xabier Montoia ( con Kaki Arkarazo) y su grupo M-ak que hasta 1991 dio cuenta de las nuevas corrientes musicales que vertebrarían en paralelo el Rock Radikal Vasco rompiendo con la tradición nostálgica e intimista anterior.

La música del documental me ha devuelto a una etapa de mi vida muy vinculada sentimentalmente a la capital alavesa cuando , en plena Transición, parecía que la cultura vasca se estaba abriendo a las vanguardias siguiendo la senda de la pintura y la escultura.

Y he recordado a gentes como Montoia – el Gamma, si no recuerdo mal- que tras el protagonismo que le tocó desempeñar por motivos profesionales- era quien apuntaba musicalmente a una entonces recien nacida ETB- ha alternado su carrera musical en solitario con una larga dedicación a la creación literaria, desde Anfetamiña ( Susa 1983)hasta Hiriak eta urteak ( Pamiela, 2023)…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

PANORAMA Y PAISAJE ( según Juan Daniel Fullaondo)

Se presentó ayer en la sede vizcaína del COAVN la nueva edición de Juan Daniel Fullaondo.Escritos críticos, editada a cargo de la profesora María Teresa Muñoz, participando en el acto el arquitecto Carles Muro y el crítico de arte Peio Aguirre.

Como destacó la editora, este volumen podría inscribirse en una tetralogía en la que no faltaría una recopilación de los escritos sobre Bilbao de este arquitecto singular – como ha recordado recientemente el historiador del arte Javier González de Durana – , hombre de amplia y variada cultura que, además, fue el alma de la revista NUEVA FORMA( 1967- 1975), marcando un hito informativo sobre este arte que articula los espacios.

La obra presenta un conjunto de textos sumamente sugerentes combinando registros del gremio con otros plásticos, filosóficos o literarios.

Y a mí, sin duda debido a la deformación que padezco como «sociólogo -( del espacio) -en excedencia», me ha interesado sobre todo el capítulo titulado «Panorama y paisaje» que, creo, debería ser de obligada lectura para quienes ,de modo privado o bajo el amparo institucional, toman parte en la reordenación del espacio público, sea configurando plazas, parques o jardines, pues en mucho casos el «espacio arquitectónico» ( que diría Pierre Bourdieu) funciona tan algorítmicamente como «el sistema de la moda» ( que mentaría Roland Barthes), como ha puesto de manifiesto colateralmente el cineasta Felix Viscarret en su divertida y a la vez delicada Una vida no tan simple.

Pero la reedición de este libro ya es,como tal, algo muy de agradecer en estos tiempos de tanto alboroto y tan poca reflexión…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

PÍO BAROJA ( ¡a escena!)

La semana que viene me toca hablar de La última vuelta del camino, la larga autobiografía entreverada de Pío Baroja, en el curso sobre Memorias y Autobiografías que vengo desarrollando en las aulas de ACAEX-EGIKE de la UPV.

Revolviendo papeles y fichas – de papel, de las de antes- he encontrado un apunte que dice: «En la segunda parte de La ciudad de la niebla ( 1909), Pío Baroja sorprende a sus lectoras y lectores con unas reflexiones acerca del libro que están leyendo, para terminar anunciando que ha decidido “tomar la pluma de su heroína” y convertir lo que era un relato en primera persona en otro, escrito desde la tercera persona. Parece así que Baroja se hiciera eco de las teorías del formalista ruso Viktor Schkolovsky, quien pretendía que, con técnicas similares, se conseguía el efecto de extrañamiento ( ostranenie), una de las claves para la supuesta renovación de la literatura contemporánea. La cronología desmiente esta posible influencia , pues las teorías de Schkolovsky son una década posteriores a la redacción de la novela mencionada, pero, en cualquier caso, con el ejemplo apuntado, queda un tanto en entredicho el cacareado carácter decimonónico de la narrativa barojiana».

Creo que ya usé esta reflexión en un artículo anterior hace una veintena de años, pero, una vez más, y más allá de sus derivas anti-todo (antisemitas, antiparlamentarias, antidemocráticas o anticomunistas) fruto probablemente un pesimismo histórico bien fundado en Nietzsche y Schopenhauer, su figura continúa pasando desapercibida , salvo para algunos atentos lectores como es el caso de Miguel Sánchez-Ostiz que no hace mucho nos regaló Pío Baroja, a escena: Una biografía a contrapelo , en la que se recogen los fundamentos del colosal fresco barojiano dando cuenta, además, de la potencia de su escritura.

Una potencia que le hizo hacer lo que después inspiró a otros ( por ejemplo, a Hemingway) y que se cimentaba en comenzar a escribir por donde le viniera en gana, terminar de la misma manera , cambiar sin previo aviso el punto de vista, e incluir, ad libitum, diálogos intensos o descripciones varias de paisajes y paisanajes.

Algunos han visto en este hacer una indolencia y desaliño que le impidió llegar a ser un Proust o un Joyce , pero, todavía hoy, en tantos ámbitos en los que la escritura se mantiene ligada a las normas rígidas de la literatura sancionada por parte de la crítica y el profesorado , resulta para algunos irritante la obra de este vasco-madrileño que quiso ser un escritor sin veleidades literarias.

Quizá por eso, casi nadie se acuerda de él , y menos aún quienes “ a fuerza de leer y no vivir, han perdido la noción de la realidad” ( La vida es ansí, 1912) y desean hacer de la vida literaria la vida misma, a pesar de que, en el fondo de sus corazones, no le perdonan al primer solterón de Itzea que , en su momento, vendiera más ejemplares que quienes hoy encabezan esas famosas listas de los libros «más vendidos»….

(c) by Vicente Huici Urmeneta

DIEZ MINUTOS ( de Maite Moñux)

De vez en cuando llega al Taller de Escritura que coordino un texto que me deja sorprendido por su delicada sensibilidad. Es el caso del que viene a continuación, una breve pero intensa crónica sobre una parada de autobús , sutil escenario para la duración ajena al tiempo del reloj ,y firmada por Maite Moñux:

DIEZ MINUTOS

Día desapacible de frío, lluvia y viento, casi un completo de mal tiempo. Había sido un aperitivo largo de domingo. En la parada del autobús que me acercaría a mi refugio, no había nadie más – ¿Quién iba a estar en la calle a esas horas, con la fuerte borrasca? – . Las personas sensatas estaban resguardadas en sus casas. Pero yo permanecía allí, bajo la marquesina. La pantalla de información anunciaba diez minutos de espera.

De pronto me fijé en el alcorque que estaba al lado, todo un mundo cabía dentro de él. Las trombas continuas de agua lo habían anegado formando un pequeño mar. Los restos de colillas de colores flotaban como embarcaciones que eran movidas por las olas provocadas por la ventolera. Envolturas de chicles parecían barcos a la deriva y el residuo de una fruta ,quizá roída por un chucho, se mantenía a flote como un gran trasatlántico. Alguna semilla ,arrastrada por el aire, había hecho que brotara una extraña vegetación simulando un bosque de diminutos helechos que cubría casi la mitad de la superficie. En medio de aquella selva y océano embravecido, una perla blanca ponía el contrapunto. Acaso se había desprendido de un pendiente, en el fuerte abrazo de despedida de una pareja de adolescentes, antes de que ella se subiera al vehículo y dijera adiós con la mano.

Levanté la vista del suelo y observé que el color rojo del transporte urbano asomaba por la esquina. -¡Qué pronto!-, dije en voz alta. A mi lado, protegidas bajo la cubierta, descubrí a cuatro personas...

(c) Maite Moñux

ILUSIÓN ( el porvenir de una)

Levantarse del sofá y apagar el televisor o dejar de lado las redes sociales exige hoy más esfuerzo que romper las ataduras de la caverna de Platón y ascender penosamente hasta la salida.

Ahora que estamos en ese periodo que se suele tildar de pre-electoral y de diferentes y escaladas elecciones, resulta difícil escuchar a un candidado ( o candidata, of course) sin oír una frase en la que, más allá de numerosas esdrújulas forzadas, no aparezca la palabra ilusionante. Así, líderes ( y lideresas) de diferentes pelajes nos hablan de «proyecto ilusionante», «cambio ilusionante», «etapa (o fase) ilusionante» y otros tantos sintagmas nominales de ciertas pretensiones sonantes.

Curiosamente, este adjetivo no está recogido en el Diccionario de la Real Academia Española, pero sí ilusión, una de cuyas cuatro acepciones indica lo siguiente: «Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo».Otra de las acepciones torna el sentido y señala que la ilusión es una «viva complacencia en una persona, una cosa o una tarea».Otra más apunta a un registro retórico de «ironía viva y picante».

Pero la acepción principal es muy contundente, pues resuelve que la ilusión es el «concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos».

O sea, que, cuando alguien nos habla de algo ilusionante, intenta inocularnos un rayo de esperanza autocomplaciente que no tiene mucho que ver con la realidad y que supone una ironía inconsciente. Osease, y en cristiano, que nos quiere engañar, quizá sin darse muy bien cuenta.¡Vaya!

Este tema de la ilusión es viejo, muy viejo. Ya aparecía en la República de Platón, en el libro VII (lectura recomendada), cuando por medio del Mito de la Caverna nos anunciaba el futuro advenimiento de esa potente generadora de ilusiones que es la televisión.

También el amigo Freud, en El porvenir de una ilusión (lectura recomendada) y relacionándola con el deseo, nos decía que la ilusión es «una creencia cuando aparece engendrada por el impulso a la satisfacción de un deseo, prescindiendo de su relación con la realidad».

Entre el idealista Platón y el psicoanalista Freud, las ilusiones continúan desfilando frente a nosotros sin prisa pero sin pausa. Levantarse del sofá y apagar el televisor o dejar de lado las redes sociales exige hoy más esfuerzo que romper las ataduras de la caverna de Platón y ascender penosamente hasta la salida. Y acaso es así porque las ilusiones parecen satisfacer nuestros deseos, aunque lo hagan de un modo narcisista, es decir, buscando más un deseo de satisfacción que la satisfacción de un deseo.

Incluso los más rigurosos escépticos no fruncen mucho el ceño ante las «ilusiones de todos los días» porque, como dijo Josep Pla, «som uns conformistes d´ adhesió incompleta»(así, en catalán, para quienes lo hablan en la intimidad)…

(c) by Vicente Huici Urmeneta