ELECCIONES (¿2D/3D?)

¿Toda esta gente hubiera sido capaz de tragarse  toda la película en ese 2D desvaído?

A lo largo de estos ocho años en los que vengo publicando estas escriturillas gracias a la generosidad de este rotativo y que van a sumar unas mil quinientas ( ¡1.500!), ha habido muchos seguidores explícitos e implícitos, a quienes aprovecho para agradecer y mucho su atención.

Entre los primeros, últimamente el más proactivo está siendo un tal SARRASKETA del que algún día tendré más datos que su seudónimo. Pues bien , el ( o la) colega en cuestión me ha recordado una columnilla que hace tiempo yo escribí pensando en mí y que no sé por qué le ha parecido que debería volver a poner en circulación.

Y así lo hago, sin más, como dicen ahora los adolescentes, si bien bajo el nuevo título que S. propone ,para fermento de rostros cariacontecidos:

«Acabo de salir del cine. De la película  no voy a hablar pues, aunque recomendada, me ha parecido un bodrio  más de esos que circulan entre lo que antes se consideraba engagé y una sensiblería tan de moda como infantil. En esta cuestión, como en tantas, no he podido traspasar la barrera de los años setenta- ¡Ya quisiera alguien hacer algo parecido a Tarde de perros, de Sidney Lumet!

No, voy a hablar de la sesión en cuanto que tal. Para ello, y en primer lugar, he de describir mi situación al modo del nouveau roman: sentado en el extremo de la fila 5 asiento 11, en una sala sin pasillo central, tenía por delante un grupo de veinteañeros que formaba , ya en la oscuridad, una barrera multicolor mientras tecleaban con ardor sus teléfonos móviles; por detrás, una cincuentona se abanicaba a ritmo de tendido de sol aunque yo más bien me había arropado ante el frío glacial habitual en estos recintos ; y a mi derecha , un señor bastante entrado en carnes deglutía sin cesar ( y ostentoreamente que hubiera dicho Don Jesús Gil y Gil ) más y más palomitas que sacaba sin descanso de una bolsa big-size.

Pues bien, pasados diez minutos de la proyección y teniendo en cuenta que era una película en 3D, yo no alcanzaba a ver sino un 2D desvaído por lo que se me han ocurrido tres hipótesis: a) que mi nervio óptico se había dañado repentinamente; b) que las gafas que me habían dado ad hoc ( previo pago de 1 euro) no eran las adecuadas ; y c) que había algún  problema en la cabina. Descartadas las dos primeras hipótesis tras las oportunas averiguaciones, he decidido levantarme, y  ante la conmoción general básica y sucesiva, atravesar doce asientos para llegar al pasillo y alcanzar la salida.

Ya fuera, me he encontrado con un acomodador somnoliento al que le he contado mis cuitas. Se ha encogido de hombros, ha dado media vuelta y ha desaparecido tras una puertecilla en la que ponía «PRIVADO». Al cabo de unos minutos ha salido y ha dicho » Ya está».

He vuelto a la sala y a mi asiento.  Me he colocado las gafas y he comprobado que veía perfectamente. Por delante y por detrás, y a mi derecha  todo seguía igual. Y entonces he pensado… ¿Toda esta gente hubiera sido capaz de tragarse  toda la película en ese 2D desvaído? Y he recordado a tantos dirigentes (de familias, municipios y sindicatos) que con un gesto de  sufrida humildad suelen decir: «Esto es lo que hay».  Y me he dormido».

Any way, me ha parecido que para compensar estas lineas acaso tan delicuescentes, y visto el finde que se nos aproxima, no está de más aportar esta amplia reflexión que ha hecho al respecto Juan Ignacio Pérez Iglesias (Iñako) en su blog Conjeturas y que se títula: «Lo que nos jugamos el 9 de junio».

Vale!- que diría Quinto Horacio Flaco.

(c) by Vicente Huici Urmeneta

FERIA DEL LIBRO ( entre Karmele Jaio y Goiatz Labandibar)

Tras el sentido homenaje que recibió Patri Urkizu el lunes con ocasión de la concesión del Premio Pluma de oro en la 54 Feria del Libro de Bilbao – y que me permitió saludar a viejos amigos sin incurrir en aquello que Pla llamaba dolorismo recreativo tan propio de estas nuestras edades – ayer por la tarde acudí a la Biblioteca de Bidebarrieta.

Bajo el título de «Amores y pecados capitales», se desarrolló un interesantísimo coloquio entre Karmele Jaio (Premio Pluma de plata 2024) y Goiatz Labandibar- que recibió el premio Zazpi Kale de la mano de Jose Agustín Iturri, presidente de la Cámara del Libro de Euskadi- a cuenta de la presentación de sus respectivos libros Maitasun kapital y Bekatua.

El interés del acto residió, en mi opinión, en dos aspectos , uno explícto y otro implícito que se manifestaron sin solución de continuidad.

Así, por un lado, y gracias a la habilidad de la presentadora, Idoia Jauregi,se fueron entrelazando varias y diversas aproximaciones de la percepción que algunas mujeres de diferentes generaciones pueden tener del mundo amoroso, con sus sentimientos a veces contrapuestos, destacando la importancia del autoconocimiento así como del respeto y el reconocimiento mutuos, apuntando levemente hacia una sororidad de larga duración.

Y por otro lado, la condición de que el debate transcurriera tanto en castellano como en euskera, proporcionó un botón de muestra más de que también en esta última lengua se pueden tratar sin remilgos y con un punto de vista diferente los temas arriba comentados.

En un reciente artículo acerca de la supresión de las lecturas obligatorias en las próximas pruebas de acceso a la universidad en Catalunya, Magí Camps recordaba aquello de que «si no lees, no pasa nada, si lees pasan muchas cosas» ,algunas tan sugerentes como las señaladas, y eso a pesar de que a la hora de planteárselas los escritores, en esta caso las escritoras, continúen afirmando que, como dijo en su momento Roland Barthes y dejó caer Karmele Jaio, en principio escribir es un acto intransitivo…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

MESIANISMOS (a la carta)

Desde que en Europa la política ocupó el lugar de la religión como criterio de dilucidación ideológica – o sea, más o menos desde el siglo XVIII- tanto la  izquierda como la derecha han utilizado el mecanismo mesiánico para intentar tomar el poder y, al parecer, lo continúan haciendo, configurando muchas variantes, algunas de ellas claramente etno-nacionalistas y/o populistas.

Ha habido muchos comentarios sobre el artículo del profesor Martínez a que se refería la última columna – DE RODODENDROS ( elecciones y democracia)– pero solo se ha publicado uno que no contenía insultos ni descalificaciones – para eso ya tenemos a «los parientes mayores» y a «los padres ( y madres) de la patria».

La piedra de toque ha sido mayormente cierta indignación ante el reconocimiento de la política referencial de hogaño como una variante civil de la religión tradicional de antaño.

Al respecto, quiero recordar hoy una frase de Josep Pla, esta vez referida al fascismo mussoliniano : «La gente estaba bien, pero una vez leída la propaganda, le parecía que estaba mal».

Pues bien , he aquí otra magnífica muestra de mesianismo , en este caso fascista, en una vertiente civil que no puede apenas ocultar su profunda raigambre judeo-cristiana. Pues todos los mesianismos, implícitos o explícitos, parten de este principio de desvelamiento de una supuesta penosa situación para, a continuación, sumirse en el acaramelamiento en torno a un líder salvador – el supuesto mesías- que con su autoridad carismática -Max Weber dixit – dirige a las sensibilizados, a veces naciones enteras, supuestamente hacia la libertad.

Las pautas últimas de comportamiento de estos movimientos mesiánicos pueden encontrarse sistematizadas en el libro bíblico del Éxodo ( lectura  muy recomendada) pero se hallan convenientemente socializadas en muchas partes del mundo por medio de la enseñanza de las religiones semitas en cualquiera de sus variantes.

Curiosamente, desde que, en Europa, la política ocupó el lugar de la religión como criterio de dilucidación ideológica – o sea, más o menos desde el siglo XVIII- tanto la  izquierda como la derecha han utilizado el mecanismo mesiánico para intentar tomar el poder y, al parecer, lo continúan haciendo, configurando muchas variantes, algunas de ellas claramente etno-nacionalistas y/o populistas, sin que se puedan atisbar otras posibles alternativas salvo las precisamente apuntadas por Paco Martínez.

Bien es cierto que el sociólogo Karl Mannheim, en su obra Ideología y Utopía , otorgó el carácter de utópicas a aquellas formas de pensamiento que denunciando situaciones sociales opresivas, incitaban a la movilización social, pero cualquier movilización, por mucho que pretenda cambiar las cosas a mejor, no consigue necesariamente su objetivo: el mismo Mannheim hubo de exilarse a raíz del triunfo del nacional-socialismo alemán. Pues el mesianismo, en cualquiera de sus variantes, es, sin duda, desde su origen y en su práctica, un irracionalismo.

Pero, en fin , parece que si hay alguna mentira más allá de todas las mentiras sobre la condición humana no es sino aquella que decía » Historia, magistra vitae», pues la estupidez masificada, y más si es programada – y ahora convenientemente difundida por las redes sociales- neutraliza cualquier capacidad de reflexión, y más bien anima a salir a la calle cantando de nuevo un a modo de aquello de «Por Dios, por la Patria y el Rey…»

(c) by Vicente Huici Urmeneta

DE RODODENDROS ( elecciones y democracia)

Dicen que cuentan que en una ocasión, dando un paseo con un amigo, el célebre poeta Rubén Darío se detuvo de pronto extasiado ante un arbusto floreado y que preguntó qué era aquello, a lo que su amigo le respondió : «Esto, querido Darío, es un rododendro, uno de esos arbolicos que sueles mencionar tan a menudo en tus poemas».

Es sin duda excusable que en el mundo de la literatura se le pueda conceder a Darío y a otros tantos una licencia poética como la que se manifiesta aquí, incluso aunque asuma una dimensión ontológica en versión nominalista, pero no está muy claro que tales excepciones sean trasladables a otros ámbitos de la vida como, por ejemplo, la política.

Y así ocurre en algunas circunstancias que a los políticos se les llena la boca con palabras como Constitución o Democracia , pero luego se les tiene que recordar algunos artículos frecuentemente olvidados de la primera y varios procedimientos establecidos en la segunda, lo cual que resulta bastante penoso.

Ahora que se acercan unas nuevas elecciones en medio de la astenia primaveral en la que mayo mucho marcea, convendría no olvidar estas distinciones ,pues es legítimo llamar a la participación tanto para ganar como para derrotar, para detener o, en su caso, aislar, arguyendo «que nos jugamos mucho», acaso «el todo por el todo», configurando estos comicios casi como revolucionarios en la medida en que de ellos dependería una radical alteración de lo que hasta ahora tan solo ha evolucionado, sea el huevo de la serpiente o el fuero y el huevo.

Pero alzando la mira, en ese nivel macro-político es más que posible que , como le hacía decir Giuseppe Tomasso de Lampedusa al Príncipe Salina en El Gatorpardo , todo cambie para que todo siga igual, porque así es el juego político, y sea quien sea quien tenga el mando en plaza, nadie va a renunciar al marco liberal burgués que todos llevan en su esencia y que es la condición de su existencia.

Y si bien, en primera instancia, es posible que al menos podamos librarnos de aquello de que «volverá a reír la primavera que por cielo, tierra y mar se espera», todo apunta a que los verdaderos cambios (¿revolucionarios?) provendrán más bien, como ha comentado mi viejo amigo Paco Martínez, de que se creen la condiciones para ellos, para lo cual se precisa un esfuerzo colectivo y cotidiano de muy larga duración, sorteando con habilidad los enjuages ling¨´üísticos que confunden las palabras y las cosas… Por ejemplo, los rododendros con los rododendros, o la democracia con la democracia…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

¿SPOILER? ( Sí, por favor)

Según vengo comprobando una y otra vez, en las presentaciones de libros de narrativa suele haber un a modo de contención a la hora de hablar del contenido para , según se dice, «no hacer spoiler».

Curiosa expresión este anglicismo que se usa con el sentido de ‘revelación de detalles de la trama de una obra de ficción’, según la RAE que , a su vez, recomienda usar en su lugar destripe ( como acción de anticipar el desenlace de una historia a quienes no lo conocen») que ciertamente suena «más peor» – que dirían en la Ribera- y otro sí, menos cuqui.

Pero justamente «spoiler» era lo que se hacía en la Grecia clásica al resumir antes de cualquier representación teatral el argumento de la obra, pues la importancia se otorgaba no tanto a la trama sino a la forma en que se (re)presentaba, es decir a la habilidad expresiva de quienes actuaban o cantaban y a los «decorados» que les rodeaban.

Este rito o costumbre, por lo que se sabe, se fue manteniendo durante la Edad Media y hasta los albores de la modernidad ,y acaso fue progresivamente desapareciendo cuando la novela asumió la primacía social frente al teatro (Bourneuf, R. – Ouellet, R. La novela ,1983) ,acentuándose con las novelas por entregas de los primeros periódicos y más adelante, de mano de la novela negra, madre de todas las intrigas que en el mundo de hoy son, han sido- ¿y serán?

Pero, aun así, no parece que la elusión del» spoiler» permita generar muchas expectativas pues salvo contadas ocasiones los argumentos son tan canónicos como repetitivos, pues como destacaron los formalistas rusos con Vladimir Propp a la cabeza, las situaciones y los personajes son limitados a pesar de sus aparentes variaciones.

Así que, bienvenidos sean todos los «spoiler» posibles, pues de esa manera se dirigirá la atención hacia la evaluación de la forma en que se presentan los argumentos, con lo que , de paso, se podrá valorar mejor el trabajo de creación que hay detrás de lo leemos línea tras línea…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

100 HAIKUS (de Valentí Gómez-Oliver)

Siendo conocida mi inclinación por la literatura japonesa, hace unos días me llegó por correo 100 HAIKUS (Lapislàtzuli, 2024), de Valentín Gómez-Oliver.

El autor (Barcelona, 1947) cuenta con una dilatada trayectoria como profesor en La Sapienza y en la Università degli Studi Roma III y en tanto que experto en literatura comparada, así como traductor y escritor.

En esta ocasión, Gómez-Oliver ha elegido un centenar de haikus de entre los muchos que ha escrito para presentarlos en forma de libro a lo largo de cinco capítulos, en los que las ilustraciones del propio poeta se alternan con traducciones de los poemas , originariamente escritos en catalán, a diferentes lenguas como el castellano, el inglés, el francés, el alemán, el italiano y el japonés.

No hay duda de que en esta recopilación se lleva a cabo un uso singularmente personal de esta breve forma poética japonesa tan sugerente , pues por un lado, y desde el punto de vista formal, cada haiku incorpora una inusual rima generalmente en consonante entre el primer y tercer verso , esbozando entre los dos últimos un a modo de contraste sorprendente (¿kireji?).

Y, por otro lado, su temática es muy variada , pues yendo más allá de los motivos habituales con su correspondiente mención estacional (kigo), asume breves apuntes reflexivos aproximándose al aforismo- Inte.ligècia: ho fa la pensa:/ aprende coses noves/ gran recompensa (XLIII)- o desarrollando un anecotario referido a personajes históricos y mitológicos – Minotauro: Animal mitic/ meitat home i toro/Teseu fou crític (LXV) – o a coyunturas recientes- Coronavirus: covid-19/ s´ amaga i ens tortura/ un virus nou (LIX)-.

Conclusivamente, ambos aspectos confieren a 100 HAIKUS una particularidad acaso objetual, más allá de los principios teóricos tradicionales en los que se ha articulado mayormente la creación haikista.

Quedando a la espera de una prometida antología de los haikus de Gómez-Oliver en euskera, he de confesar que para mí, que en estas lides soy más bien clásico, uno de los mejores de este libro es el titulado Sicilia: el taronger/ l´ olivera, la vinya, / el mar proper (XXXIII)…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

UNA FOTO DE ESPERANZA ( ¿Gaza?) por Valen Riaño

El cruel conflicto que se está desarrollando en Gaza está teniendo también eco en el Taller de Escritura que coordino. Una buena muestra de ello es este texto de Valen Riaño:

«Mis ojos lo iban escrutando todo. Cualquier detalle era vital, y eran muchos. El dolor me absorbía. Sin poder resistir empecé a llorar, no podía soportar lo que veía. Maldije la decisión. – ¡Vaya sueño de mierda! Se me escapó de los labios. Me di la vuelta y volví al hotel.

Cuando vienes de la civilización, la guerra es un horror. No piensas en los motivos, en la posibilidad de la liberación con la barbarie, solo ves el horror.

No hay futuro, solo presente. Y el drama es el presente.

En mi habitación pensaba en el papel que había elegido. Las cámaras encima de la cama me esperaban ansiosas, dispuestas a captar el escándalo.

Pero, ya no tenía esa necesidad. Los disparos reales y los morteros impactando en los edificios, me habían centrado en una realidad sin destellos de color, en un blanco y negro de miedo y dolor.

Revolví en mi cerebro, rebusqué en las ilusiones de la Escuela, donde nos enseñaban a seguir la noticia hasta el final. No encontré esa lucecilla, solo vi la desgracia y la indignidad.

Seguí allí parado, y pensé en mis padres, en sus rabias, en las angustias que vivieron en su conflagración. Y las lágrimas me volvieron a desbordar.

Así recuperé la chispa. En el fondo, era por ellos, por todos los silenciados, por lo que había elegido este camino.

Recogí el chaleco amarillo de prensa, las cámaras y el teléfono.

Necesitaba, no ya la foto del “pulitzer”, el triunfo, el reconocimiento ajeno.

La imagen denuncia, esa era mi lucecita, y necesitaba el grito, el alarido de la rabia.

Con el pensamiento erizado comencé mi caminata, moviéndome entre la destrucción. Una ráfaga de metralla me hizo retroceder.

– Unos pasos de precaución nunca están de más. Pensé, mientras me agachaba. Metros y metros, agazapado, esquivando el odio de todo aquello. Un combatiente, a mi lado, me gritaba, en mi protección. Y yo entre los escombros. El fuego de un edificio iluminaba la oscuridad de la mañana. No se oían voces, solo disparos, el sonido del tableteo. El combate era angustioso, directo, el enemigo enfrente, el exterminio gritando.

Di la vuelta, entre los cascotes de un edificio derruido. Y allí estaba mi horror, mi denuncia en imagen. Lo vi fácil, lo vi real, lo vi miserable. Pensé en el horror, desde fuera, sintiéndome el denunciante.

Una cría, de apenas 6, 7 años, haraposa, sucia, con los ojos negros infinitos, sujetaba a un bebé inmóvil, desvencijado, sin vida, entre sus brazos. No lloraba, solo miraba, solo sentía como el calor le abandonaba, cómo se quedaba sola en un mundo hambriento de muerte, sin padres, sin hermano, sola.

Le di al disparador de la cámara, una y mil veces, queriendo olvidar aquello, queriendo inmortalizarlo. Entonces sí lloré, intentando lavar la conciencia de mi culpa, en la vergüenza de ser persona.

Me agaché y les abracé, en mi desagravio. Oí otro clic, detrás de mí.

La historia la recompuse de camino del hospital, internet hizo el resto. Mi noticia se publicó con éxito. Me sentí reconocido.

La foto dio la vuelta al mundo, no la mía, sino la de mi compañero. El premio fue para él. Pero yo conseguí uno mejor.

Han pasado 4 años, y aún recuerdo aquello con lágrimas. Pero ahora mi hija de 10, juega en los columpios y en sus ojos negros, ahora, hay felicidad».

[VHUk argitaratuta]

TASIO (40 years after)

Se acaba de estrenar en el Festival de Cine de Cannes una copia restaurada de Tasio, la opera prima del cineasta navarro Montxo Armendariz. El film original vió la luz allá por 1984…

…En una cena que recordaré siempre, y en la que se comentaron algunos aspectos del guión y del rodaje, un desgraciado equívoco, fruto de las intrigas intestinas del mundo del cine de aquella época y que ninguno de los implicados ni implicadas quiso aclarar -recuerdo haber pedido al respecto más de un careo- me apartó personalmente de su director cuya obra sin embargo he seguido con mucha atención.

Era yo por entonces un joven inocente y bastante habladorico y , en ciernes de publicar mi primer poemario – Teoría del extraño movimiento -, todavía pensaba que el mundo de la creación artística era un ámbito tan puro como el de mis haikus, en el que tan solo se intentaba conseguir una cierta perfección estética.

Con con el tiempo me fui dando cuenta ,y acaso aquel incidente fue el primer aviso,de que en dicho mundo como en otros barrios del quehacer humano hay envidias solapadas y amoríos inconfesables, fidelidades coyunturales e infidelidades oportunistas, y sobre todo muchos intereses ocultos de los que darían muy buena cuenta tanto la psiquiatría como la economía.

Pasados cuarenta años, no puedo sino alegrarme de la recuperación institucional de esta película que marcó un antes y un después en el devenir del cine español contemporáneo , y acompañarla con el aplauso que en su momento me fue a priori negado.

Y, en cualquier caso, sería conveniente recordar para el futuro que son las obras quienes hacen a los artistas y no los artistas quienes hacen las obras, mal que les pese…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

LA FÁBRICA DE MI PADRE ( o un pasado no tan lejano)

El documental La fábrica de mi padre debería ser de obligada visión y activo comentario en colegios ,escuelas y universidades, para dar cuenta de la vida cotidiana del mundo obrero, de sus reivindicaciones y de sus luchas, en un pasado no tan lejano pero acaso ya olvidado.

Me acerqué ayer por la tarde al Palacio Euskalduna Jauregia de Bilbao donde se presentaba el documental La fábrica de mi padre, tras haber recibido la invitación de Mikel Toral (ex-camarada sensu stricto), coguionista y codirector del film junto a Txutxi Paredes.

La sala estaba llena de supervivientes del mundo obrero y progresista del tardo-franquismo y de los primeros años de la Democracia, y el acto fue presidido por la Diputada Foral Teresa Laespada.

Esta doble condición volvió la convocatoria muy significativa a fuer de emotiva pues , por un lado ,se pudo asistir al relato puntual y sucesivo de los testimonios de trabajadores y trabajadoras de las grandes fábricas vizcaínas de aquellos años, como Luis Alejos , Marijose González o Txato Etxaniz, así como del abogado laboralista Perico Ibarra, y por otra parte se sumó el reconocimiento institucional, plasmado en la ayuda prestada para producción del film.

Un reconocimiento en forma de memoria articulada ya que , como destacó Imanol Zubero, sin memoria no hay perspectiva de futuro, avanzando la conclusión de que los derechos conquistados , y entre ellos los laborales, no lo son de una vez para siempre y que es a través de la organización y de la lucha como se deben mantener, siendo este último el mensaje del mínimo común multiplicador que se puede transmitir a las nuevas generaciones.

Así, La fábrica de mi padre debería ser de obligada visión y activo comentario en colegios ,escuelas y universidades, para dar cuenta de la vida cotidiana del mundo obrero, de sus reivindicaciones y de sus luchas, en un pasado no tan lejano pero acaso ya olvidado…

(c) by Vicente Huici Urmeneta

MIGUEL SÁNCHEZ-OSTIZ Y EL BARÓN DE MÜNCHHAUSEN( ( sobre «Osadías y descalabros»)

Libro único y directo, ajeno a la autocomplacencia o al alegato, Osadías y descalabros nos abre de nuevo «el cuarto de los baúles de los viajes ultramarinos» siempre por hacer en «el riesgo de buscar sin descanso la ventura…», y nos recuerda el valor prístino de la escritura, esa coleta de la cual se puede tirar para no hundirse en la oscura ciénaga, como el barón de Münchhausen…

Para quien alguna vez ha sentido el scripturire, esa manía de escribir de la que habla Roland Barthes citando a Sidonio Apolinar en su La preparación de la novela, no hay nada como recibir el último libro de un colega y más si además es amigo de larga duración, pues se adivinan detrás de las páginas recién impresas, el peso de ganas y desganas, de entusiasmos y tristezas, y de muchas, muchas correcciones.

Así lo he he sentido yo al recibir Osadías y descalabros, de Miguel Sánchez-Ostiz, primorosamente editado, como es habitual , por Pamiela.

Y de todo lo mentado hay en este libro, fruto de un renacimiento digno de aquel barón de Münchhausen  que logró salir de una ciénaga tirándose de su propia coleta.

Pues bien que ha tirado de sí mismo M S-O, tras sufrir un ictus que le dejó fuera de combate durante unos meses y cuyas secuelas ha ido superando gracias al cuidado, la farmacia y una nueva apuesta en el juego que mejor ha dominado , la escritura, un juego del que ha salido siempre triunfante, como lo prueba la cincuentena de obras publicadas , entre novelas, poemarios , dietarios y ensayos por las que fue reconocido con varios galardones, entre ellos el Premio Príncipe de Viana de la Cultura en 2001.

En este caso, el escritor navarro ha dado cuenta valientemente de esta vuelta a la vida frente a una muerte que «se mete en el espejo profundo de la sala de reposo y desde esa lejanía te observa, paciente…», consiguiendo que renazcamos con él a través de sus palabras.

Libro único y directo, ajeno a la autocomplacencia o al alegato,Osadías y descalabros nos abre de nuevo «el cuarto de los baúles de los viajes ultramarinos» siempre por hacer en «el riesgo de buscar sin descanso la ventura…», y nos recuerda el valor prístino de la escritura, esa coleta de la cual se puede tirar para no hundirse en la oscura ciénaga, como el barón de Münchhausen…

(c) by Vicente Huici Urmeneta