CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS (3.-Una educación a distancia)

Una sonrisa tan escéptica como contenida recorrió los rostros de la mayoría de los asistentes a aquella reunión en la que se presentaba la plataforma virtual de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Un encendido vicerrector y antropólogo de pro había afirmado que muy pronto el profesorado desaparecería de las aulas y que el estudiantado seguiría las diferentes materias cómodamente, desde su casa. Todo esto ocurría en el filo del cambio de siglo.

La apuesta de la UNED por las nuevas tecnologías fue decidida y sin vuelta atrás, y supuso una enorme inversión en formación, implementación de equipos y, sobre todo, en el desarrollo de un software adecuado, pues de hecho el que se utilizó inicialmente – la WebCT- tenía un costo elevadísimo (¡ 6.000€ al día! ).La innovación fue poco a poco modulándose, se optó por plataformas libres o de bajo coste y se retranqueó su utilización con sucesivas reformas y readaptaciones, con el objetivo, entre otros aspectos, de reconducir el gigantesco déficit que se había generado.

Al calor de esta experiencia singular fueron apareciendo otras plataformas virtuales universitarias, en primer término como entidades tan sólo on line – como la UOC- y más adelante como desdoblamientos de las actividades presenciales. Para la segunda década del presente siglo, casi todas las universidades, sobre todo las privadas, contaban con campos virtuales, si bien , en la mayoría de los casos, su función resultó más extensiva que intensiva, y el control de la actividad fue predominando sobre la propia actividad, resumiéndose en un cuantitativismo romo y meramente estadístico.

El fenómeno de la educación virtual u on line, paralelo al desarrollo de lo que se han denominado » nuevas tecnologías» y a la eclosión de las «redes sociales», fue desde sus inicios motivo de reflexión (1) por las transformaciones que suponía y tanto más puesto que se enmarcaba en una cambio social de caracter general, como se ha señalado en otras ocasiones (2).

Sin embargo ha sido necesario un colapso de la presencialidad , como el que ha ocurrido con la declaración del Estado de Alarma, para que se pusiera a prueba esta nueva dimensión educativa, y hasta tal punto que se ha postulado como la única posible.

La prueba será por lo tanto y como se solía decir antes, una prueba de fuego. Una prueba que habrá que documentar exhaustivamente para poder evaluar con posterioridad sus ventajas y sus inconvenientes. Para detectar las nuevas posibilidades que se vayan abriendo , fruto de la creatividad generada por la necesidad, y también para reseñar los obstáculos que vayan apareciendo y los medios inmediatos y a veces intuitivos de su superación. Para apreciar , por fin, sus virtualidades , más allá de una utilización tecnocrática…

(1) Huici, V. 2015. «El uso de las TIC en la educación»

(2) Huici, V. 2017.»Crisis y zoon elektronikón».

#yomequedoencasa

CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS ( 2.- Informaciones, denotaciones y connotaciones)

Aceptando el obligado cumplimiento del confinamiento en función de, como se decía antes, «un bien superior», la cuarentena social puede permitir un mayor y mejor aquilatamiento de la información que se va recibiendo.

Y sin aceptar, al menos por ahora, teorías conspiratorias como las que se pudieron deducir de crisis sanitarias anteriores – la más reciente la de la gripe A (H1N1) que sirvió claramente para oscurecer la crisis económica del 2008- no deja de ser cierto que la tensión informativa directa que se mantiene acerca del COVID-19 está obviando otras denotaciones y connotaciones.

Así ha ocurrido en lo denotativo singular, por ejemplo, con la noticia protagonizada por la Casa Real Española en la que el actual rey Felipe VI ha renunciado a la herencia que le podía transmitir su padre Juan Carlos I, retirándole asimismo la asignación que como Rey Emérito le correspondía, al descubrirse ciertas malas prácticas del monarca designado por Franco como «sucesor a título de Rey» tras uno de aquellos famosos síferendums.

Lo cual que ha desatado una linea de contra-información antimonárquica, más allá de los exhabruptos indecentes y racistas o de los oportunismos políticos, que de todo ha habido.

Y otro sí, y en lo connotativo plural, ha sobresalido ese empeño en dejar claro una y otra vez que la lucha antiviral emprendida lo es de toda «España como nación», obviándose las distintas sensibilidades al respecto y, sobre todo, el concurso de las autonomías y de sus respectivas administraciones. Un mensaje que se ha transmitido en todas las ocasiones sobre un escenario de atrezzo severo y uniformado tan inusual como acaso excesivo.

Algo que, por cierto, y a la contra, desde su imprevisible guerrilla particular ya había anunciado el por otro lado poeta Jon Juaristi Linacero, renovado cura de Santa Cruz en este país de carlistas disfrazados de liberales y carlistas, afirmando que «es justo reconocer que, pese a todo, el sistema autonómico sirve …para que el poder no se concentre en un Gobierno central ocupado por una banda de desaprensivos, de delincuentes o de nulidades… para tomar iniciativas desde la periferia frente a la inanidad o a la parálisis del centro…»(1)

En fin, que, como se puede deducir de estos dos ejemplos tomados al azar, las horas de holganza para las que siempre hay un equipo de sicólogos de guardia preparado para intervenir – y gracias mil- pueden dar también para el divertimento breve, oculto y comparativo…

(1) Juaristi, J. «Emergencias» ABC.

#yomequedoencasa

CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS ( 1.- La tele- socialidad)

En el suplemento dominical de un periódico de gran tirada, «la psiquiatra, psicoanalista, psicoterapeuta y en general vigía de las zonas oscuras» (sic) Marie-France Hirigoyen ( 1949), autora del libro Los narcisos han tomado el poder, afirma en una entrevista sobre una joven que conoce lo siguiente: «No tiene vida social. No va a bares. No va a restaurantes…»

Resulta curiosa la coincidencia de estas declaraciones – programadas para su publicación acaso con demasiada antelación- con la implantación en todo el «territorio español» del «estado de alarma» ante la progresión del coronavirus COVID-19 que entre otros aspectos ordena el cierre de todas las instalaciones de hostelería.

Parecería así que, según la mentada experta en zonas oscuras, toda la población sería sometida a una régimen de asocialidad absoluta pues la sociabilidad estaría estrechamente vinculada al compadreo y comadreo en dichos establecimientos.

Y sin poner en duda que, mayormente entre los habitantes del mundo mediterráneo y afines , la socialidad está ligada a la comida y , sobre todo, a la bebida en tabernas, cafeterías y tugurios similares, no es menos cierto que hay que padecer cierta ceguera para no percibir que hoy en día, y desde hace ya unos años, hay una socialización paralela que es la del mundo electrónico, a través de la telefonía móvil y de las redes sociales: así lo confirma el uso habitual del correo electrónico, Whatsapp , Facebook, Twitter o Instagram.

Y puede decirse que en los momentos que estamos viviendo, estos soportes son medios utilísimos para mantener el vínculo social a pesar de todas las prevenciones teóricas y empíricas que se puedan tener – que yo mismo he tenido (1). De hecho, y de cara al futuro, es muy posible que los estemos poniendo a prueba en su escala más alta , y que, consecuentemente y sin darnos muy bien cuenta, seamos cada vez más capaces de distinguir los derroches de creatividad que se están generando de las fake-news o de los pescadores virtuales en río revuelto – que también están echando sus anzuelos.

Todo ello sin eludir esas manifestaciones espontáneas y catárquicas como los cantos desde los balcones o los aplausos colectivos para esos sanitarios que, a pesar de los recortes y de los medios limitados, se están esforzando por atendernos lo mejor posible.

No percibir estas nuevas formas de socialidad, y remitirlas a un romo narcisismo, puede ser la consecuencia de la vejez biológica, o , peor, mucho peor, de la ortodoxia ideológica disfrazada de crítica razonable. Aunque ,claro, teniendo en cuenta que en el suplemento mentado se ha dado «carta blanca» al sacerdote católico Pablo D´ Ors , ahora tan à la page (2), para que nos vaya acompañando de ahora en adelante en sucesivos «viajes espirituales» , todo puede ser…

(1)Del Zoon Politikón al Zoon Elektronikón. Una reflexión sobre las condiciones de la socialidad a partir de Aristóteles

(2) Pablo d´Ors o el catolicismo Zen

#yomequedoencasa

TIEMPO DE SILENCIO

Según me comentan algunos lectores habituales, no resulta ya fácil continuar leyendo estas columnillas en el orden en el que yo suelo publicarlas. Supongo que detrás habrá algunos problemas de orden técnico que ya se produjeron a finales del año pasado y que , como lego en estas materias, no alcanzo a comprender.

Por otro lado, y amparándose en la anonimia de «nicks» de lo más variados, me llegan frecuentemente comentarios de tono insultante que, en algún caso, reproduzco porque se responden a sí mismos. Aun así no resultan de recibo en esta actividad que nunca he concebido como un activismo y que, como es conocido, no me genera estipendio alguno, sino más bien agradecimiento y mucho al medio que soporta esta blogosfera.

Consecuentemente, creo que ha llegado, objetiva y subjetivamente, el momento de hacer un alto en el camino y de reconsiderar el empeño antes de que se convierta en despeño, pues «tanto importa una vella retirada como una vizarra acometida» que decía aquel jesuita ilustrado que fue don Baltasar Gracián.

Vale!

ETA ( y las peras del olmo)

En un suplemento cultural que leo semanalmente con mucha atención, se comentaba hace unas semanas el último libro de Bernardo Atxaga en su edición de castellano y titulado Casas y tumbas ( Etxeak eta hilobiak en su edición original, Pamiela, 2019). La recensión finalizaba con las siguientes palabras: «En Casas y tumbas no se encuentra ni una brizna del dolor colectivo que exorcizó Fernando Aramburu en Patria. Atxaga ha compuesto una novela ideológica en la que toma partido a favor del olvido y la desmemoria».

Por otro lado, en un reciente homenaje al arquitecto Julián de Larrea Basterra, que durante la época franquista diseñó buena parte de los edificios del ensanche bilbaino y participó en la construcción de los nuevos barrios obreros de la periferia, más allá del cumplido repaso profesional que realizó el historiador del arte Javier González de Durana, se mencionó su traslado a Madrid en 1980 ante las exigencias del pago del llamado «impuesto revolucionario» por parte de ETA.

Asimismo,tras el vuelco de la plantilla electoral ocasionado en el seno del Partido Popular del País Vasco por la defenestración de Alfonso Alonso, su sucesor designado, Carlos Iturgaiz, ha hecho un claro llamamiento al reagrupamiento ( incluyendo a VOX )de quienes nada quieren saber de paños calientes con el nacionalismo y los «herederos de ETA».

Desde luego, no resulta difícil admitir que la acciones de ETA, sobre todo cuando estuvo liderada por sus dirigentes más militaristas, quebraron muchas vidas y muchas familias , y también muchos futuros profesionales, ocasionando una diáspora dramática en la mayoría de los casos.

Pero sí resulta un tanto incomprensible que diez años después del cese definitivo de su actividad armada, se pretenda una y otra vez un regreso al pasado como si fuera un regreso al futuro, tildando a quienes no acepten jugar con esas cartas de desmemoriados.

O, mucho peor, de ideologizados, pretendiendo quienes así los mentan representar La Verdad, como si esta pudiera ser una y única al modo de una trasnochada concepción metafísica, y no construída socialmente como ya nos hicieron ver, por ejemplo, los sociólogos Maurice Halbwachs o Peter L. Berger y Thomas Luckmann.

Pues no se pueden pedir peras al olmo, salvo en un retruécano poético – como hiciera Octavio Paz- y si se quieren pedir hay que escuchar todas las voces y no sólo las propias e interesadas, interesadas políticamente, por supuesto.

TELE-CORONAVIRUS

Las informaciones resultan cada vez más contradictorias. Lo que en principio era similar a una simple gripe estacional, se ha convertido en una pandemia que se extiende muy rápidamente y que es mucho más letal de lo que se decía. Una universidad de cierto prestigio ha propuesto un modelo matemático para detectar el avance del coronavirus, pero, como todo lo cuantitativo, no ha tenido muy en cuenta ( ya lo avisó Max Weber) la irracionalidad cualitativa de sus portadores- any way, se agradece el intento. Se suspenden unos eventos multitudinarios, por prudente prevención pero otros, igualmente multitudinarios, continúan celebrándose con desenfadada alegría . No se sabe si se llevarán a cabo los Juegos Olímpicos de Tokio ni la Eurocopa, pero se mantiene abierto Disneyland-Paris…

Entre tanto, las bolsas se hunden – un amigo, modesto inversor, me ha comentado que ha perdido un 10% en un par de meses- , la FED baja el tipo de interés y el BCE está a punto de hacerlo. Las previsiones de crecimiento se replantean a la baja, y sobre todo en el caso de China, (16% del PIB global) que aun así llegará al 4,9 % ( Oh my God! ) en este año:- atención : Estados Unidos : 1,9%; la Eurozona: 0,8.

Las redes (sociales, of course) , por su parte, no cesan de divulgar repetidas bromas y chanzas aleatorias, acaso en un intento de opacar las trompetas apocalípticas que resuenan a lo lejos.Una de las más divertidas es una versión italiana de My Sharona de los setenteros The Knack.

Pero, quizá, lo más curioso es que los llamados a la prevención y entre ellos particularmente los que se encaminan a la cuarentena , proponen la alternativa del tele-trabajo, tras el tele- diagnóstico y a su vez implican la tele-compra y,otro sí, la tele-educacion y las tele-relaciones…

De manera que, entre la globalidad omnipotente y la particularidad resiliente, se puede llegar a sospechar que, de paso ( o no ),estuviéramos ensayando de facto un régimen de tele- sociedad electrónica …Vamos que, como decían nuestros abuelos , «no hay mal que por bien no venga», aunque venga entre pantallas…¡Tele-coronavirus!

CORONAVIRUS ( et , cui prodest?)

Más alla de las implicaciones geopolíticas mayores y más acá de las modificaciones menores de la vida cotidiana, la expansión del coronavirus COVID-19 está generando el progresivo colpaso de uno de los paradigmas de estos nuestros tiempos post- modernos: la movilidad.

Pues «la movilidad» es una de las claves conceptuales del presente social y del futuro histórico. Una movilidad casi siempre de carácter horizontal, en la que el paradigma subsume desde la adaptabilidad personal y continua a los movimientos informativos generados por los medios de comunicación y las redes sociales , hasta la aceptación de una globalización absoluta de bienes , personas y servicios. Sin obviar, por supuesto, una educación cada vez mas mediada internacional y electrónicamente, y una tipología general básica laboral que exige una serie de actualizaciones sin fin.

En este sentido, la expansión del coronavirus COVID-19 ataca de frente este paradigma, deteniendo cualquier tipo de movilidad , personal, educativa, profesional, ( …deportiva ) y sugiere un confinamiento inmediato de mayor o menor duración por mucho que se insista en su baja letalidad final.

Aun así , no es posible concebir una utilización social aleatoria de este virus. Pues algunos precedentes indican lo contrario. Tal fue el caso del VIH , que facilitó el exterminio de un buen número de «indeseables » , así como la reconversión general de las conductas sexuales a partir de los años ochenta del siglo XX ; o el de la gripe A (H1N1) , que desvió la atención de la crisis financiera mundial del 2008.

Por lo tanto, y sin despreciar las cuestiones higiénico- sanitarias, habría que hacerse la pregunta de siempre: Cui prodest? .O sea, ¿ a quién beneficia? Por ejemplo …¿A quién ha beneficiado ya la suspensión del Mobile World Congress Barcelona 2020?

ZAZIE DANS LE MÉTRO (revisited)

En medio de un ambiente tan cargado por la amenaza de una pandemia que acaso oculta una endémica y solapada guerra comercial , y entre los corchetes de milenarismos resucitados y dimisiones no hace mucho impensables, consuela y mucho tener la oportunidad de ver Zazie Dans Le Métro, del director francés Louis Malle ,filmada en 1960.

Esta impagable oportunidad hay que agradecérsela al ciclo sobre «Cine y Ciudad» que, presentado por el siempre excelente Eneko Lorente, ha organizado el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro en su sede de Bilbao (1).

Y consuela porque la divertida historia de Zazie , una traviesa y respondona niña que llega a París para pasar un tiempo con su tío Gabriel y cuya única obsesión es hacer un viaje en metro, es una hábil excusa para hacer una ácida crítica de la sociedad francesa de los años sesenta, y constituye una apuesta formal innovadora y disruptiva.

Pues más allá de mostrar las derivas hacia un futuro de ciudades colapsadas ,dependientes de los transportes, o la transformación de los viajeros reposados en turistas frenéticos, la combinación de registros tan diferentes como el cine cómico, los documentales de largos planos -secuencia , los picados y contrapicados expresionistas o los juegos de cámara surrealistas, permiten una resolución agil y a la vez contundente, convirtiendo el film en un clásico.

Y la prueba más clara de ello es que, sesenta años después ,
Zazie Dans Le Métro continúa moviendo a la sonrisa y a la reflexión, dos manifestaciones ciertamente ausentes hogaño en nuestros lares, entre tanta supuesta y gritona severidad casi siempre abducida de irracionalismo…

(1)CIUDADES DE CINE» CICLO DE CINE Y CIUDAD COAVN 2020″

CATÓLICO ( «no estar muy…»)

«Hoy no me siento muy católico» es una frase que oía de vez en cuando a mis mayores durante la infancia. Se utilizaba siempre en sentido negativo – jamás escuché «hoy me siento muy católico » – y para indicar que quien la decía no andaba en aquella ocasión muy bien de lo que fuera.

He recordado esta identificación de «lo católico» con lo bueno, lo positivo – más allá de su significado etimológico como «universal» ( Corominas dixit) – ,tras echar un vistazo al libro La estirpe del camaleón, de Julio Gil Pecharromán .En esta obra se intenta llevar a cabo una historia de la derecha política en España – que no solo española – y concluye su autor afirmando que el rasgo característico de esta tendencia ideológica ha sido su adhesión a la defensa de la «nación católica», entendiendo por tal la plasmación política institucional de los principios morales de la Iglesia Católica. Como estrambote, se añade que lo que en otros lugares se ha mostrado como conservadurismo liberal tan solo ha constituido, en este caso, un conjunto de breves, casi brevísimos, episodios de su devenir.

Lo más curioso de esta larga y documentada reflexión es que contrasta y mucho con la menor aceptación manifiesta de la Iglesia Católica en la actualidad.Y no ya tanto porque algunos de sus recursos orgánicos básicos, como la cobertura de los ritos de nacimiento y matrimonio, y acaso cada vez más de los morturorios, estén cayendo en desuso, o porque su moral circule ahora democráticamente como una opción más, sino también porque, como se ha podido comprobar recientemente, las aportaciones de la ciudadanía al mantenimiento de la Iglesia Católica a través del IRPF, han disminuído notablemente en algunos lugares de la piel de toro.

En este sentido es muy singular el caso de las anteriormente muy católicas Provincias Vascongadas – las del «Dios, Patria , Rey» y el «Jaungoikoa eta Lagizarrak» – en las que las contribuciones han caído globalmente. Y particularmente en Gipuzkoa ,donde tan sólo el 17, 2% de los contribuyentes ha señalado la casilla correspondiente, recaudandose 330.904 euros menos.

Es posible que este último dato se deba a la deriva del obispo José Ignacio Munilla, un prelado no aceptado, incluso rechazado por amplios sectores de la Iglesia guipuzcoana, y que además ha incurrido en los últimos tiempos en algunas especulaciones de carácter inmobiliario, en principio harto impropias de su institución.( 1)

Visto lo visto, haría bien el obispado de Bizkaia en no seguir esta vía especulativa y renunciar de una vez por todas a su proyecto de construir un gigantesco edificio de ocho plantas y cuatro sótanos en la parcela que actualmente ocupa la Escuela de Magisterio- BAM en el barrio bilbaino de Abando , un proyecto que ha sido denunciado ante los tribunales y ante la opinión pública como un gran pelotazo inmobiliario…(2)Pues las consecuencias podrían ser similares y lo que se obtendría por la puerta grande se podría escapar por las ventanas pequeñas.

En cualquier caso, y por otro lado , el hecho constatado de que una gran parte de lo recaudado a través de estas aportaciones a la Iglesia Católica se destine al mantenimiento de una cadena de televisión (3) de corte totalmente reaccionario y nacional-católico, no hace sino ratificar la tesis de Gil Pecharromán , de forma y manera que se repite la fórmula a pesar de que los tiempos, incluso eclesiales, están indicando un cambio de tendencia.

Quizá sea, por lo tanto, el momento de que todos los implicados se pongan a «hablar en cristiano», otra expresión muy escuchada también en mi infancia y que acaso cobre de nuevo una singular vigencia porque a lo peor «no estamos muy católicos»…

(1) San Sebastián: Diez años sin paz en la diócesis del obispo Munilla.

(2) Abando Habitable.

(3) La financiación de 13TV


23-F ( sin subtítulos)

«Buenas tardes.No va a ocurrir nada, pero vamos a esperar un momento a que venga la autoridad militar competente para disponer lo que tenga que ser y lo que él mismo diga a todos nosotros. Esténse tranquilos , no sé si esto será cuestión de un cuarto de hora, veinte minutos, media hora , me imagino que no más tiempo. Y la autoridad que hay competente, militar por supuesto, será la que determine qué es lo que va a ocurrir. Por supuesto que no pasará nada, así que esténse ustedes tranquilos…»(1)

De todos los recuerdos de aquel 23 de febrero de 1981 que me vienen a la memoria son estas frases de retorcida sintaxis y reiterado contenido las que conservan todavía mayor vigencia. Pues en su anacoluto en torno a la «autoridad competente, militar , por supuesto», se resume la insuficiencia verbal de quien las decía y la de quienes en un silencio sobrecogido las escuchaban frente a la soberbia suficiencia de las armas que mientras tanto se exhibían.

Aquello fue un intento de golpe de Estado de los de verdad, y un escalofrío recorrió toda la médula espinal de la oposición al franquismo, recientemente legalizada. Muchos, yo mismo, previendo una involución inminente, destruímos cualquier tipo de material comprometedor y, por supuesto, no dormimos en nuestros domicilios habituales : a la mañana siguiente, «restablecido el orden constitucional», supimos que ya se habían elaborado rápidamente «listas» de refractarios al nuevo orden que se pretendía imponer.

Un intento de golpe de Estado que pretendió restaurar un régimen conservador , confesional y centralista , como lo consiguió el general Pavía en 1874 y el generalísimo Franco a partir de 1939 y que quedó militarmente en nada salvo las duras condenas iniciales para el propio Tejero, el teniente general Jaime Milans del Bosch que había sacado en Valencia los tanques a la calle por su cuenta, y para el general de división Alfonso Armada, artífice intelectual de una conspiración en la que las ramificaciones políticas quedaron sepultadas para siempre.

Un golpe de Estado de los de verdad, insisto, algo de lo que deberían tomar nota algunos políticos de hogaño que utilizan esta expresión banalmente, no se sabe si por desfase generacional, por una incultura general básica o por esa carrera hacia el tremendismo que tan a menudo les informa…

(1) Antonio Tejero y el golpe de Estado del 23-F