
A las 00:25 horas del 25 de abril de 1974, Radio Renascença transmitió la canción » Grândola ,Vila Morena «. Poco despues de las cinco y media de la tarde , Marcelo Caetano, último representante de la dictadura salazarista ,se rindió ante el general Antonio de Spinola. La revolución de los claveles había comenzado en Portugal.
Al poco tiempo, Triunfo ,una revista clave de aquella época, publicó un número extraordinario sobre el cambio que se estaba produciendo en la vida política portuguesa, intentando establecer posibles correspondencias con lo que podría suceder en nuestros lares.
Quienes nos interesábamos por esta cuestión- y algunos hasta llegamos a viajar hasta allá para vivirlo en primera persona – el cambio tenía que ser de gran calado y en clave socialista cuando no comunista. Pronto nos dimos cuenta, sin embargo,de que se trataba de la simple revolución burguesa siempre pendiente en la piel de toro.
Pasaron los años y aquella expectación ante el Gran Cambio que tanto entusiasmaba a Kant fue cediendo. Cuando en el año 2000 , estando casualmente en Lisboa con ocasión de un congreso profesional , asistí al estreno de Capitaes de Abril, de María de Medeiros, la enorme sala de cine Sao Jorge estaba casi vacía…
Por aquí, la dictadura franquista pereció con el mismo Franco que murió en la cama en 1975, y luego vino lo que vino…Pero por aquel año ya se oía de voz en grito una consigna que se había acuñado en Catalunya : » Llibertat ,amnistia y estatut d’ autonomia!»
Una consigna que, conveniente actualizada, a lo mejor podría ser una base mínima de acuerdo para el futuro. Eso, sí, una vez que no se ceda a la provocación del insulto personal , la interrupción constante del oponente y el catastrofismo que, según George Lakoff (No pienses en un elefante. Lenguaje y debate político), son las principales características del estilo de la internacional ultra- conservadora, que la hay aunque no lo lo parezca…








