LA UNIVERSIDAD Y EL «PAS» SILENCIOSO…

Siempre detrás de un mostrador procurando poner buena cara a pesar de las muchas procesiones que vayan por dentro…Saben que son, en muchas ocasiones, la cara  pública de la institución y  en cualquier caso dan la cara por el profesorado o por  las diferentes escalas de la  jerarquía universitaria …Solventan cuestiones que parecerían perderse en  los vericuetos administrativos más intrincados y alivian  a familias, municipios y sindicatos con informaciones precisas  tan largas como sean necesarias…

Han pasado y pasan  una y otra vez de los documentos apilados en archivadores a la red electrónica contributiva, pero en cualquier caso saben con exactitud dónde está tal acta o tal instancia, o también aquel   libro o esa revista, o incluso ese cable tan urgente como necesario…Son muy conscientes de que deben estar en una formación permanente que se les exigirá en cualquier momento.

Trabajan según un horario convencional llevando el peso del cada día como si fueran partes de un dragón amaestrado o un diplodocus bien educado…Y por ello a veces no entienden los horarios particulares del profesorado, sus presencias y sus ausencias , pero , atisbando que  ese otro tipo de trabajo a veces se hace más fuera que dentro,  lo respetan…y lo facilitan.

Por fin, se mantienen en silencio, o sonríen, o incluso ríen y siempre agradecen un «por favor» aunque sepan que lo que se pide forme parte de su dedicación…Son el fluido que todo lo engrasa y que permite que, unas veces  de prisa , otras despacio,  todo continúe funcionando…Figuran  como «el PAS», como «el Personal de Administración y Servicios»…

COLEGAS…THE BEST MINDS OF MY GENERATION…

…Aunque también hay que hablar de ellos y de ellas…

De quienes han conservado como un don oculto su curiosidad y se han  servido de sus intuiciones para llevar adelante sus investigaciones…A pesar de las modas intelectuales…A pesar de los requerimientos tecnocráticos de una calidad medida cuantitativamente…A pesar de las presiones institucionales para producir unos frutos más aptos para el consumo académico…En contra, muchas veces, de su propia promoción …

De quienes no han llamado nunca a sus estudiantes «clientes» ni en broma….Que  se han entusiasmado cuando en las aulas surgía un debate que tocaba las entrañas  individuales o sociales…Que  han comprendido y repetido una y otra vez que la paciencia y la buena letra son indicadores–  como se dice ahora – de madurez…Que no han tenido la osadía de  » gestionar» nada, ni menos las relaciones con sus alumnos y alumnas, por mucho  que las plataformas electrónicas así lo facilitaran hasta la abducción…

De quienes han asumido en silencio cargos y cargas que nadie deseaba…Que han defendido a los colegas que se lo merecían, procurando sacar de cada uno de ellos aquello que mejor les salía…

Solitarios solidarios, avejentados, consumidos, pero siempre con una sonrisa en la boca…

I saw the best minds of my generation…

LA MIRADA DE LOS ESTUDIANTES…

…Pero quedará el recuerdo de la mirada de mis estudiantes…

La mirada sorprendida  ante una imagen desconocida,  otra, afilada al escuchar  un argumento nuevo, otra más encendida al sentir el eco interno de una discusión,  e incluso aquella adormecida por el sueño y el cansancio…

Ya me lo había dicho un catedrático a punto de jubilarse: » Cuando en los claustros escuches mentiras como puños, cuando las reuniones de Departamento se transformen en luchas de gallos o gallinas,  cuando te aprieten las tuercas indignamente con la última reforma universitaria, cuando te exigan publicar más de lo que quisieras para legitimar un capital simbólico ajeno, cuando tomando un café tan sólo te llegue una queja  colectiva sobre el nivel del alumnado…Tú, recuerda siempre la mirada viva de tus estudiantes, sobre todo la de aquellos y aquellas para quienes fuiste algo más  que un profesor répéteur » …

…Y sí, la mirada de los estudiantes…que al alba ya confundo con la mirada  de algunos de mis viejos profesores…

BYE, BYE, UNI…

El 4 de setiembre de 1978  , a las 9 de la mañana, comencé mi andadura como profesor en el mundo universitario.

En las aulas, heredadas de antiguos edificios generalmente religiosos, se agolpaban los alumnos y alumnas entre una espesa nube de humo de tabaco  al que contribuía,  con ahínco , el profesorado – y yo el primero. Los apuntes se tomaban a mano casi al dictado, y por lo general se refundían en fotocopias por las Comisiones correspondientes.

En los despachos, muchos con mobiliario de canonjía, se escribía con máquina a poder ser eléctrica  y ya pronto llegarían los primeros Mac cúbicos  de pantalla lenta y letras verdes. El contacto con el exterior se articulaba en teléfonos fijos y el fax.

La relación  cara a cara era imprescindible entre profesores,  alumnos  y el PAS- con quienes había que llevarse muy bien , pues soportaban el gravoso peso de todo lo administrativo.

En el ámbito de la investigación, más allá de la presentación de la ineludible tesis doctoral,  el trabajo del profesorado se manifestaba en sucesivos libros, densos y aquilatados, que se publicaban cada cuatro o cinco años…

En estos días , pasados cuarenta años,cuando ya estoy a punto de jubilarme, dejo atrás  una universidad bien diferente.

Las aulas son , por lo general, nuevas, relucientes y, según la última moda, traslúcidas; se ve claramente al alumnado, que toma pocos apuntes esperando el power- point al uso o que parece tomar notas en ordenadores portátiles o tablets .

El profesorado trabaja en sus despachos,  mayormente en red y con unos cascos puestos. Atiende al alumnado según protocolos preestablecidos y da cuenta de los encuentros en plataformas ad hoc, que luego generarán una documentación pertinente para un numerado label de calidad.

En el ámbito de la investigación,  se priman las investigaciones puntuales  que puedan obtener unos » índices de calidad» que después  serán sancionados por empresas o agencias ajenas a la universidad.

Visto lo visto,  no sabría decir si lo que ahora dejo atrás  es mejor o peor que lo que me recibió, pues de por medio ha pasado el tsunami » bolonia» que todo lo ha burocratizado. Lo más que puedo afirmar es que este modelo, tan mercantilizado y tecnocratizado, no me gusta porque no veo ningún  deseo de conocimiento, ninguna perspectiva de crítica  ni ningún  compromiso  ético diáfano…Pero quizá sean cosas de la edad,  de la edad de alguien que entró con muchas ( acaso ilusas ) ilusiones en este mundo en los albores de una democracia incipiente tras la larga noche del franquismo…

Los desayunos de los martes: balance vacacional

Con el objetivo de sumarnos a las sinergías del NCP, la Reunión Ordinaria de la Junta Extraterritorial del Desayuno de los Martes, se ha desarrollado hoy miércoles en su sede matricial del Café Iruña a partir de las diez horas y cinco minutos de la mañana.( 1)

Han acudido,  y por este orden, Koldo, muy bronceado,  Mikel, rosáceo,  Patxi,  blanco banquísimo y , en alegre biribilketa  Marta e Itzi, morenas-morenazas. Ha excusado su ausencia Laura, todavía en Salou.

Tras las salutaciones y besos habituales se ha procedido a hacer un balance vacacional.

Koldo, nuestro pírrico psiquiatra, ha estado navegando con su adorada hija   circunvalando Fuerteventura. Ha confesado que ha venido tan relajado que va a proponer al Consorcio de Aguas que se duplique la dosis de alprazolam en el suministro con el fin de mitigar el síndrome post- vacacional.

En este punto , ha intervenido Itzi,  señalando que » ahora es el momento de comenzar a administrar la energía  solar acumulada » ( sic) y aunque no lo hemos entendido muy bien, nos ha parecido aceptable.

Marta ha reconocido que su moreno es agrowoman y de terraza, pues a  una tal ha salido de vez en cuando en el apartamento rural del Maestrazgo en el que cohabitado sin cesar con su novio espigado y nórdico ( y con Hegel cuando el precitado se adormecía.

Patxi, que debido a su condición de rentista no distingue muy bien los periodos  vacacionales, ha confesado que apenas ha salido de su piso de la Gran Vía sino para ir al cine, intentando dar forma de guión a aquello-que -yo -escribí-pensando-en-tí y que llevaba por título » La muerte accidental del Señor Otazu» (2), de lo cual le he quedado muy agradecido y  hago constancia aquí de ello.

Por fin, Mikel, ha permanecido silencioso y con un toque  de oriental alejamiento  ocular durante la mayor parte de la tenida ,hasta que inopinadamente ha exclamado para sorpresa de todos » ¡ Ábreme la tré!» ( sic)- Itzi ha apuntado que se le ha ido el verano en un largo cólico miserere.

Y , en llegando  las once horas y veintidós minutos, se ha dado por concluida la Reunión.

De todo lo cual doy fe, ante diem IV Kalendas Sep.  Anno DCCXVIII ad Bilbao urbe condita.

[ hay firma: Ataúlfo ]

(1) Quienes no conozcan a los personajes de esta saga, pueden consultar: http://blogs.deia.com/el-paseante/2016/11/20/dramatis-personae/

(2) Ver: http://blogs.deia.eus/el-paseante/2018/08/26/aste-nagusia-1979/

ASTE NAGUSIA 1979…

José Antonio Nielfa, La Otxoa, en una de sus primeras actuaciones en Aste Nagusia en los años 80. /E. C.

En agosto de 1979, residiendo ocasionalmente en Pamplona,  me encerré durantre una semana en una habitación del  piso de estudiantes que un amigo tenía en Deusto.

El objetivo de tal encierro era escribir mi primera novela seria en total aislamiento, fiándome de mi voluntad y de unas botellas de whisky. La novela ya estaba bastante estructurada cuando comencé a escribirla a razón de  veinte páginas al día, diez por la mañana , y diez por la tarde, con un descanso al mediodía. Cumplí  con mis planes – a ello me ayudó y mucho mi moderado pérfil maníaco-obsesivo- y el domingo por la tarde pude poner la palabra FIN a 130 páginas escritas con una  Olivetti portátil… Y también un título: LA MUERTE  ACCIDENTAL DEL SEÑOR OTAZU.

Aquella mi primera novela era una novela político-militar y en ella un profesor de enseñanzas medias , recién llegado a un hipotético instituto del barrio de El Antiguo de San Sebastián, comprobaba en sus propias carnes cómo, a pesar de la recién estrenada democracia, los franquistas seguían enquistados   en  muchos recovecos , entre ellos el mentado instituto, regido con mano durísima por un tal señor Otazu, de bigotillo en línea. Tras avatares varios, incluida una paliza a manos de los Guerrilleros de Cristo Rey, aquel pequeño héroe despistado se enteraba de  que el relamido director había fallecido al caer, sin que se supiera muy bien cómo, por el hueco de la escalera de su casa, manifestándose así  la justicia metafísica  con definitiva contundencia  física.

Yo había intentado copiar el modelo de Manuel Vázquez Montalbán, pero al llevarlo a  mi mirada política de entonces, todavía sobrecogida por el asesinato de mi compañero de clase de los maristas, Germán Rodríguez, en los sanfermines del año anterior, la  había mutilado de misterio y gracejo… Pero , bueno, el objetivo estaba cumplido.

Duchado y repeinado – llevaba el pelo muy largo-  salí del barrio de Deusto, y sin conocer muy bien la ciudad, siguiendo la ría , llegué hasta el Arenal, y  al son del » Libérate » de La Otxoa, me dí cuenta de que el gentío que me estaba rodeando celebraba con muchas y nuevas ganas  unas fiestas, que, según luego me dijeron,  era la Aste Nagusia…

Pasaron los años , recorrí otras ciudades y el amor me trajo a Bilbao en medio de las inundaciones de 1983. Escribí aquí varias novelas más, incluso una larga trilogía, hasta que me dí cuenta de que  no valía para novelista…Y en estas estamos…Hoy , como entonces, en el último día de fiestas…

REMOVIENDO TUMBAS…

Vuelvo de Portugal  con el recuerdo de la polémica sobre la ubicación definitiva de los restos de José Alfonso,  el célebre cantautor de los setenta.

La Sociedade Portuguesa de Autores cree que debería estar enterrado en el Panteão Nacional de ilustres de Lisboa , pero  la família  se opone arguyendo  que más que un honor sería un deshonor: no resultaría muy propio que quien puso su voz a » Grãndola, Vila morena » iniciando la Revolución de los Claveles en 1974, tuviera una tumba aristocrática.

Insisten los académicos en que se trata de un reconocimiento simbólico  pero, otra vez desde la familia  , se responde que Alfonso es un símbolo en sí mismo y que no necesita ser hipersimbolizado.

Y es que, por lo que ya se va viendo,  no hay más que darle un gran premio institucional a un gran escritor o a un o una gran artista para abducirlo a un olimpo  de convencionalidad o, peor, para inhabilitar su capacidad creadora.

Aunque  siempre hay soluciones excepcionales , como la del hoy olvidado Jean-Paul Sartre que en 1964 rechazó…  ¡el  Premio Nobel de Literatura! Claro que eran otros tiempos…

Pero  he aquí  que,  nada más  cruzar la frontera  me encuentro con otra  polémica , en este caso sobre el traslado de los restos del dictador Francisco Franco…muerto ( dicen) …¡en 1975!

¡Ver para creer!

O NOVO ALENTEJO

Cuando al escritor portugués Miguel Torga, recién licenciado en medicina,le propusieron una vacante en el Alentejo, exclamó : «¡ Me moriría de tristeza  por esas llanuras!»

Ha pasado ya casi  un siglo y, al parecer, ahora el Alentejo está de moda como destino vacacional de playa.

El matiz es importante porque  en las guías turísticas de los noventa, se pasaba muy por encima de esta región  portuguesa y , como mucho, se mencionaba  el Alentejo interior, destacándose lugares como Évora,  Monsaraz o Mértola, sin hacer la menor alusión a la costa. Era entonces, por lo tanto, un lugar para viajeros de pantalón largo que   según se decía, podían disfrutar en las mencionadas  ciudades  de » un espacio-tiempo mágico » por romántico,  y, por supuesto, de una particular y espléndida gastronomía a base de cerdo negro.

Pero , como se ha comentado, el estímulo se ha ubicado ahora en el turista de pantalón corto y chancletas, al que se le ofrecen playas más o menos desabridas y frías entre bellísimos acantilados, siguiendo , con dificultad , el modelo de El Algarve, que no es sino el del levante español. Por si la apuesta estrictamente playera fracasa, la Administración  propone a los más arriesgados un poco de paracaidismo y otro poco de barranquismo  pero ya atisba también  que quizá pueda llegar a ser un buen destino para jubilados activos ( » Séniores activos») que se repliguen en campos de golf y huyan del sol a museos temáticos y  castillos sin mazmorras.

Nihil novum sub sole,  en fin, sino  la lenta adecuación  de los tristes latifundios de alcornoques descorchados a la moda del Capital  siempre especulativo,  if necessary ,a lomos de  cocodrilos de plástico…

Pero, eso sí, todavía se puede comer excelentemente en cualquier pueblo del interior…

( Agradeciendo al Restaurante A Praceta, de Santiago do Cacém, su buena comida y  cálido trato)

UNA ALDEA MINERA (Lousal)

Hoy, para cumplir con el débito patrimonial, hemos visitado la Aldeia Mineira do Lousal, en el Alentejo Litoral.

Alejándonos  de Lisboa y de las playas de viento pertinaz  y aguas congeladas cuando no congelantes, hemos remontado la Sierra de Grãndola  entre grandes alcornocales  y  ya con treinta y cinco grados de los buenos, secos y severos, hemos llegado al complejo minero.

La visita, excelentemente guiada por André Torres, ha comenzado con la proyección de un film propagandístico de la empresa belga propietaria de estas minas de pirita. En las imágenes se ve a un gran número de los mil trescientos obreros que allí trabajaban celebrando la  fiesta de Santa Bárbara con carreras de sacos,  cucañas y bailes ante las sonrisas comedidas de los directivos : aquel era el único día festivo junto con el 25 de diciembre .

Tras la proyección, hemos visitado la antigua Central Eléctrica , sede del Museo. Entre los grandes generadores de aire comprimido  que se usaban para alimentar los pesados martillos neumáticos,  nos han recordado  la vida oscura y subterránea de las galerías ( por la tarde hemos tenido la oportunidad de entrar en una de ellas),   las largas y duras jornadas y  los limitados  apoyos médicos,  singularmente para combatir en lo posible – que no evitar- la silicosis, pues se trabajaba sin máscara.

Finalizado el recorrido ,hemos tenido la suerte de encontrar  una mesa en el restaurante anejo situado en el antiguo Armazém Central y la resuerte de escuchar, mientras degustábamos unas migas y la deliciosa vitela a casa, antiguos cantos mineros en las voces de un grupo alentejano.

Una larga y calurosa jornada de interior, en fin, y de implosión histórica…En estos días de explosión festiva…

LA CIUDAD BLANCA

Cruzamos el Puente del 25 de Abril al trote de una nube de coches y camiones. Ya en la Plaza del Marqués de Pombal, el comienzo de la Avenida da Liberdade tiene un tono de sol y sombra ibérico que recuerda al Paseo de los Recoletos madrileño.

Poco a poco todo se va adensando:hoteles, grandes mansiones, arbolados y sobre todo, gente,  mucha gente.  La Praça dos Restauradores está a rebosar y al pasar frente al Elevador de Santa Justa, la cola es más que kilométrica. Por  fin ,bajo un sol de esos que antes se decían de justicia, la Praça do Comérço ( Terreiro do Paço, para los indígenas) se abre desabrida y pretenciosa, como si quisiera  abarcar toda la mar atlántica, bien poblada de terrazas y de corrillos de  turistas que esperan la llegada de los historiados tranvías rojos ,verdes y amarillos.

Lisboa, ciertamente, ha ido cambiando al paso de otras ciudades europeas. Cuando la visité por primera vez, allá por finales de los setenta,todavía tenía un ambiente un tanto provinciano de cuartel y casino, aunque el impulso de la Revolución  del 74 continuaba muy vivo.

En los noventa, un segundo viaje me permitió ver a los primeros ejecutivos en traje gris marengo desfilando por A Baixa y hablando en inglés.

Pocos  años antes de la crisis económica, con ocasión de un congreso, me encontré  con una ciudad recrecida, con precios ya un tanto disparados y cierta displicencia de nuevo cuño…

Ahora, según compruebo, le ha tocado sumarse a la oferta del turismo de masas y selfies como por una prescripción maldita y hegeliana…Esa oferta que tanto encandila a algunos de nuestros próceres…

En fin…¡Qué  poco queda de aquella  Lisboa contemplada por la tierna mirada de Bruno Ganz en aquella preciosa película de Alain Tanner titulada En la ciudad blanca!