Según parece, Mariano Rajoy, ha estado tentado de sucumbir a la moda de los logos que mezclan letras y números, como si de un automóvil salido de la fábrica se tratara, encandilado seguramente, por ese 3% de los votos cosechados por el PSOE que los analistas políticos adjudican a la irrupción de la marca ZP en las elecciones de 2004.
Es una lástima, que el Presidente del Partido Popular, finalmente no se haya atrevido a dar un paso más en esta tendencia, para observar de qué manera la incorporación del frío número masculino hubiera dado ese toque científico a su imagen pública del que adolecen las cálidas femeninas letras y cómo ello hubiera podido incidir en un electorado acostumbrado a elegir entre productos adornados con fórmulas como Omega3 o Vitamina B12, que en cambio ha de escoger en la parrilla televisiva entre programas como OT o DEC, para averiguar entre qué segmento de la población, cala más su mensaje, si entre el de operarios técnicos o el de las folclóricas.
La primera intención es la que vale. A mala hora, su gallega indecisión le empujó a consultar la idoneidad de anunciarse con las iniciales de su nombre asociadas al año de la próxima cita en las urnas, y hacerlo precisamente a Campmany, artífice de la marca ZP, que impropiamente le ha desaconsejado continuar con dicho proyecto, dado que, el resultado MR-12 le recordaba al nombre de un misil…¡Como si su ZP no nos trajera a todos a la memoria al Zorro, Zipi y Zape y los PetaZetas! reacción propia de artistas engreídos que desean pasar a la historia en solitario, sin crear Escuela ni tradición alguna; Además, ¿quién nos dice a nosotros que dicha asociación de ideas no hubiera fructificado en una corriente de simpatía entre los jubiletas añorantes del R4 y el 2Cv y la nueva generación net 2.0 como nos sucediera a quienes entre medias nos enamoramos de R2D2 y C3Po. Este reconocido publicista, no tenía derecho alguno a desanimar a nuestro voluntarioso Mariano: si él, Campmany, tuvo la feliz idea de aprovechar la anglosajona costumbre de citar sólo las iniciales para referirse a los nombres de pila como entre nosotros acostumbran periodistas del prestigio de PJ Ramírez o JJ Santos, para mezclar la inicial nominal de Zapatero con la inicial del cargo al que se presentaba, Mariano Rajoy habría superado la técnica de su antecesor, al asociar sus iniciales, no al número de su camiseta como hace el futbolista CR7, sino a un año determinado, en este caso el 2012. La única pega que yo observo a MR-12 es que, a diferencia del famoso ZP que aparecerá en todas sus biografías acompañándole hasta su tumba a José Luis Rodríguez Zapatero, la fórmula elegida por Rajoy, tendría los días contados, ganase o perdiese las elecciones, con permiso del Fin del Mundo que los Mayas anunciaron para esa misma fecha.