Capital cochino

Si algún día el Socialismo se quejó del ¡cochino capitalismo! estamos a tiempo de rectificar la expresión, ahora que el buenismo zapateril no le hace ascos a un régimen despótico, dictatorial, con pena de muerte a pleno rendimiento, cuya población es sometida a explotación laboral en ínfimas condiciones de trabajo esclavo, que contamina como el que más, a imagen y semejanza de vuestra Majestad el Rey que hace migas con las tiranías de Arabia y los Golfos Pérsicos…cuyas características recuerdan bastante a las primeras fases del Capitalismo salvaje sufridas por el proletariado, las cuales, San Karl Marx denunciara acertadamente en su día. Ah…Es cierto. El PSOE renunció a toda ideología en Suresnes, y la economía nada tiene que ver con la moral. Tal como van las cosas, no me extrañaría que, en breve, se enseñe en nuestras escuelas que, la plaza de Tiananmen, simboliza su etimología coloquial, a saber: “Puerta hacia la paz divina” ¡Un momento! Pero si no hace falta, que el programa infame de la Cuatro, ya se ha ocupado de ello, con el “Pekín Express”.

Ahora que media España se las va a ver como la chinita del chiste, o sea, chin-lú, chin-agua, chi-electrichidá…muchos se acordarán de como no hace tanto, por nuestras calles y plazas, los niños, hucha en mano, salían de los colegios y parroquias a pedir por los chinitos…¡Menudo cuento chino! Nos engañaron como a chinos; pues los chinos que se beneficiaron de toda aquella bonanza y generosidad, como diría el infatigable Cid Campeador de Aznar, no andaban muy lejos, ni vivían en remotas montañas. De todos modos, el caso es que hoy, es China la que ha venido en rescate de España, y no al revés. Mas estos chinos, son otros muy distintos, de cuya realidad ya no nos podremos librar con política alguna de inmigración. Una vez que han entrado por derecho propio, vienen a quedarse y su influencia difícilmente podrá sacudirse como vulgar china en el zapato, antes bien, ellos fagocitarán cualquier resquicio de nuestra plácida existencia, no sin antes hacernos padecer los refinados suplicios de la casa, dándose vuelta las tornas y acabando nosotros haciendo el trabajo de chinos para sus élites.

Por que, la afabilidad y honorabilidad fumanchesca de la milenaria cultura china que tantos beneficios ha dado a la humanidad como la pasta, la salsa de tomate, la brújula, el papel, el papel moneda…, no debe hacernos caer en la tentación de quererlo abrazar como si de un osito panda de peluche se tratara por hacerse cargo de la deuda, antes bien, deberíamos ser conscientes en todo instante que, pese a su aspecto entrañable, el abrazo de un oso panda del alma de tal tamaño y envergadura, por su propio peso puede matarnos de de amol, pues sea panda o no, se trata del abrazo de un oso, al que no servirá de nada atacarle con tirachinas, ni se le podrá engañar con chinitas y opio como en el Siglo XIX hicieron los Ingleses…Además, es probable, que su entrada en el mercado financiero español, introduzca el típico aroma agridulce tan característico de su gastronomía y nuestra economía salga más achinada de lo que ya está. Para rematar estas líneas, solo queda que usted las lea tomándose un capuccino.

Un comentario en «Capital cochino»

  1. buenas,el otro dia revisando noticias,lei,china seguira comprando deuda española,dentro de mi despiste y poco obserbador se me vino a la mente,que hacen por aqui estos diminutos seres para tan poca cosa,hoy leyendo el articulo lo voy entendiendo,pero señor NICOLA este tranquilo tenemos la mala suerte que contamos con un cazador ducho e internacional contra el oso,pero el problema quién le emborracha y con qué,yo he pensado chin-vin,un saludo

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