Un comentario en «Sobre el vicio. Ocurrencia»

  1. Ahora la ciencia se inclina a pensar que no hay vicios. Antes el borracho era un vicioso;ahora es un enfermo alcohólico. Al jugador empedernido nos lo han convertido en ludópata; y al mujeriego, se le clasifica como adicto al sexo. Lo que los sacerdotes y moralistas no lograron en siglos pasados, lo han conseguido psicólogos y psiquiatras: acabar con los vicios, mediante el sencillo expediente de transformarlos en enfermedades. De esta manera se consigue aligerar la carga de remordimientos del enfermo y facilitar su recuperación, tarea tan difícil ahora como antes.
    La ciencia nos descarga así de responsabilidades, pues convertirse en alcohólico o ludópata vendría a ser algo similar a padecer una enfermedad coronaria, siendo lo primero fruto de un determinado ambiente psicosocial y la segunda fruto de una alimentación excesivamente rica en colesterol y triglicéridos.
    De todas formas, trátese de vicios o enfermedades, estoy de acuerdo con la reflexión que haces. Más aún, pienso que el asumir nuestros vicios es condición sine qua non para superarlos.

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