Vals triste

VALS TRISTE

Más que por “El previsible” como a Don Mariano le gustaría ser apodado, va a pasar a las hemerotecas como “El rápido” que no “El breve” como vaticinara Rubalcaba durante la pasada campaña electoral, porque, salvo para dar la cara, rápido ha sido en desmentirse con la mil veces negada subida de impuestos, rápido su gobierno en competir en descoordinación con el anterior y tiempo le ha faltado para imitar a sus antecesores en el cargo de mostrarse lenguaraz fuera del territorio nacional para ofrecer titulares de política interna, aunque eso sí, a su estilo: sin quererlo decir.

Así, poco antes de dar inicio la reunión del Consejo Europeo, el Presidente del Gobierno, creyéndose a salvo de oídos indiscretos le confesó a su homólogo finlandés Jirki Katainen, ”La Reforma Laboral me va a costar una Huelga General”, declaración de intenciones, que por suerte o por desgracia, fue recogida por esos chivatos de micrófonos que las cámaras de televisión llevan incorporados cuyo sonoro registro hemos escuchado repetido en estas últimas horas cual fatídico coro de tragedia griega que recuerda a público y personajes el fatal destino que nos aguarda, por muy esperanzadora labor de exégesis e interpretación que haga el pobre apuntador de turno González Pons saliendo al escenario proclamando un desesperado “no hay que entenderlo al pie de la letra” convirtiendo el drama en un esperpento.

Más triste que “El vals triste” del finlandés Sibelius interpretado al violoncelo por “La niña que llora en tus fiestas” de la Oreja de Van Gogh, se me hace contemplar a nuestro Presidente en la necesidad de mendigar un poco de lástima y credibilidad de sus socios europeos, a quienes para convencer de lo duro de sus medidas, les anticipa sus temores, dándoles a entender que está dispuesto a realizar cuantos sacrificios sean necesarios para recuperar la confianza de los mercados y por encima de todos los esfuerzos, el personal suyo arriesgándose a dilapidar en la tarea el apoyo del electorado.

No está mal trabado el guión: el gobernante introduce medidas abiertamente impopulares que de inmediato serán contestadas en la calle por la ciudadanía y los sindicatos y precisamente esta respuesta social será la mejor garantía que el Gobierno del PP estará en disposición de ofrecer de que su ejercicio de ahorro y austeridad va en serio, pues a ese objeto, poco servicio le brinda su gestión al frente de las Autonomías más endeudadas del momento.

Pero ¿ Y si resulta que la gente no desea bailar el vals triste ni para protestar? Sería una gran faena el haber relacionado la efectividad de su plan de choque al natural pataleo de los españoles, pues en el norte de Europa se han acostumbrado a dar por buenas aquellas medidas que reconducen el tópico mediterráneo de la vida tranquila y placentera y para ellos sería muy, pero que muy extraño que un Gobierno anunciara recortes, subidas de impuestos, introducción del copago sanitario y educativo, el cobro de autovías, el abaratamiento del despido, eliminación de pensiones, subida de la edad de jubilación, etc, y que el indolente Pueblo latino se quedara tan contento pendiente de la Liga de fútbol o de irse de Finde a la playa a tomar el sol. Mas, que se puede esperar de unos dirigentes cuyos paisanos tienen el mayor índice de suicidios del mundo. Además, creo que pese a visitarnos los veranos, todavía no nos conocen.

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