El recientemente estrenado Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, ha asegurado que una de las primeras medidas que adoptará su departamento, será impulsar una ley de mediación y jurisdicción voluntaria que suponga, entre otras ventajas, que los notarios puedan resolver matrimonios y divorcios, al objeto de aligerar la carga de trabajo a los tribunales y juzgados, porque en su opinión, «No tiene sentido que un divorcio de mutuo acuerdo no pueda ser directamente formalizado ante un notario por las partes” ni que la única alternativa en una sociedad moderna sea llevarlo todo ante los funcionarios de turno y al Registro Civil.
De sencilla y clara que es, la idea no es propia de la cabeza de un político y menos, si el político ocupa un puesto relevante del Gobierno en el transcurso de su formulación, pues es vox populi, que las mejores ideas para gobernar un país, sólo afloran en labios de nuestros representantes mientras se encuentran de campaña electoral, acaso durante su periodo de oposición, pero jamás en el ejercicio de su cargo.
Con todo, como quiera que toda sociedad moderna y compleja se tenga que dotar de un nutrido cuerpo de representantes políticos para trabajar en la solución de los problemas comunes que nos afectan a todos, dado que este extremo no escapa al conocimiento del mencionado colectivo, que más pronto que tarde, acaba comprendiendo que nuestra desgracia es la base sobre la que descansa su supervivencia como clase, siendo entonces todo su afán preservar los problemas sin solución hasta tener muy claro que han sido capaces de generar al menos otros dos que reemplacen al anterior, tan prometedora medida seguramente encierre algún que otro vicio oculto que todavía escapa a mi inteligencia. Y aun así, le doy la bienvenida, porque con la crisis que hay, no crean ustedes que la anterior regla se cumple en la parte conveniente, que ya empieza a suceder que ni se molestan en dar solución a problema alguno sin por ello renunciar a crear más, dándole la razón a quien observó que si bien no es posible limpiarlo todo sin ensuciar nada, en cambio, los hay muy capaces de ensuciarlo todo sin limpiar nada. En consecuencia creo que estamos de enhorabuena, momentáneamente, a este respecto.
Bueno…la verdad es que, la anunciada medida va a resolver muchos problemas jurídicos. Más de los que el mismo Ministro contempla y estaría dispuesto a contemplar; Me explico: Si el notario está capacitado para casar o divorciar de mutuo acuerdo a personas libres, adultas y en sus cabales, primero, se resolverá esa tontería ahora perseguida por ley de los mal llamados “Matrimonios de conveniencia” pues evidentemente como todos habrán sido convenidos y esta vez ante notario; segundo no sólo se podrán celebrar matrimonios homosexuales, que también tendrán cabida tríos, entrelazamientos de parejas y toda suerte de ligamientos conocidos en la comunidad de los “Pluriamorosos” elevando a las relaciones personales al rango disfrutado desde siempre por las S.L o las S.A. que sin necesidad de dar mayores explicaciones de cómo follan en la cama, las veces que se ven a lo largo de la semana, o de responder un cuestionario para averiguar, dónde y cuándo se conocieron los socios, hacen y deshacen a su conveniencia mientras se den de alta en el Registro Mercantil, paguen todos los impuestos y trimestralmente se pongan al corriente con Hacienda, que es lo que verdaderamente importa.
Ahora bien, toda esta alabanza de la genial idea de enviar al notario a quienes se deseen casar o divorciar de mutuo acuerdo, debe enmarcarse en el estado actual ñoño – que no romántico – de cosas en el que hasta las personas menos necesitadas de ello, se desean casar. Si fuera por mí, yo habría promulgado una medida bien distinta, prohibiendo el Matrimonio en virtud de las leyes que velan en el mercado contra el Monopolio, de inmediata aplicación para casos tan escandalosos como el de Elsa Pataki.