Manual para jóvenes emprendedores

Como diría el Tontodiario “Durante el último trimestre, España se ha colocado a la cabeza de Europa en tasa de paro juvenil alcanzando la cuota del 57,2%” dato que se presenta políticamente como muy desalentador por cuanto es en la juventud precisamente donde se han puesto todas las esperanzas de regeneración social, dando por perdidos para el futuro próximo los tramos medios sobrantes de edad, los que van de los 35 a los 65 años, en cuanto a la recuperación económica se refiere.
Pero, como el desaliento, como el bostezo, rascarse, carraspear, toser o quejarse, es contagioso a más no poder, y lo que necesitan los jóvenes de hoy, sobre todo los que se han tragado que pueden ser emprendedores, es todo lo contrario, que se les anime y como diría el canalla de Rajoy “Que se les infunda confianza”, me dispongo a ofrecerles una versión actualizada del “Manual de jóvenes castores” con algunos consejos prácticos para rentabilizar las múltiples oportunidades que brinda la crisis para cuantos hayan prescindido de los escrúpulos moral-espirituales de un pasado fracasado y caduco que nada puede ya brindarles salvo hambre y miseria.
Lo primero que un joven emprendedor español debe aprender, es saber hacer las maletas. La organización criminal ETA (Estado Terrorista Actual) no le dará opción de progresar en su tierra por medio de la formación, el trabajo honrado o el ahorro, son todas prácticas mal vistas por los sucesivos Gobiernos.
Lo siguiente sin embargo, es desaprender esa imagen peyorativa que se tiene del fenómeno de la emigración, como propia de pobres desarrapados. Ser emigrante es una gran experiencia de toda la especie humana desde la salida de África por el Homo Erectus pudiéndose afirmar que evolucionamos porque emigramos. En consecuencia, emigrar es bueno y saludable para el desarrollo de las personas y de los pueblos. Basta fijarse que cuando la gente está mucho tiempo en un sitio en cuanto le es posible practica turismo para satisfacer esta milenaria necesidad y desde la antigüedad grecolatina los pedagogos recomiendan viajar a los jóvenes para que vean mundo. La mejor prueba de que el futuro pasa por salir de tu país, es el programa “Españoles en el mundo”.
También es preciso que eches por la borda todo cuanto te hayan enseñado sobre artes y oficios, principalmente las aspiraciones profesionales que se te hayan inculcado de vivir trabajando siempre de lo mismo. ¡Hay que adaptarse si deseas sobrevivir! Las antiguas ocupaciones respetables, cada vez son menos y llegarán a su fin con los últimos ejemplares que las practican; los pocos puestos testimoniales que deje la tecnología a nuestro cuidado están reservadas para la clase dirigente y las élites extractoras que son duchas en ello. A la gente como tu, os espera infinidad de oportunidades en nuevos yacimientos de empleo o quizá no tan nuevos pero igual de idóneos para espíritus aventureros de mente abierta y gran disposición para marchar al frente de la vanguardia social. Y cuáles son estas nuevas ocupaciones que esperan ser cubiertas por los jóvenes emprendedores de hoy y del mañana?
El pujante mercado asiático está demandando ingentes cantidades de trabajadoras y trabajadores del sexo; aquí vosotras las jóvenes y los jóvenes tenéis una grandísima oportunidad de triunfar en los Emiratos Árabes donde cada año acuden más modelos occidentales y los niños de tez blanca son muy apreciados en países como Tailandia o Filipinas para la industria del cine infantil naturalista.
La experimentación médica es otro terreno a explorar ignoto para vosotros, tan rebosantes como estáis de vida y energía. La industria farmacéutica demanda continuamente personas dispuestas a poner en riesgo un poco su integridad física para poder ensayar vacunas y medicamentos antes de ponerlas a la venta, que no vuestra integridad moral. Al contrario: cuando un joven se ofrece para probar una nueva vacuna, no sólo colabora con la ciencia para salvar vidas, también alivia el dolor y sufrimientos de miles de personas que son forzadas a servir de conejillos de indias contra su voluntad como reos de muerte y ajenos a su conocimiento como los indigentes. Bien es verdad que no se paga mucho por cada experimento, pero puede ser un complemento ideal para el estudiante de ingeniería que no haya sido conseguido el empleo para el que opositaba en la franquicia del Fast Food del barrio.
Y por supuesto, debes dejar de percibirte parcialmente como una mano de obra; todo tú eres un cuerpo, una mina de recursos humanos por explotar. Debes mirarte al espejo y decirte: Yo soy mío. Soy mi propio dueño y hago con mi cuerpo lo que quiero, como las abortistas. Tú posees un enorme potencial de riqueza orgánica: puedes vender tu melena, tu dentadura, tu sangre, tu excrementos y si te atreves hasta un riñón, una córnea ¿Para qué crees que dios nos hizo nacer con dos? Evidentemente, no te entusiasmes y coloques en el mercado de trasplantes tu corazón o hígado…si tus ideas van por aquí, lo mejor es que atiendas al último párrafo.
Finalmente, para los jóvenes más aventajados en el Laissez faire ético inminente, ninguna falta hace que les explique que lo de “emprendedores” es un señuelo para camelar a los tontos de siempre, los que se creyeron que trabajando duro podrían salir de la pobreza, los que confiaron que ahorrando llegarían algún día a vivir desahogados en su vejez, cuantos pensaron que estudiando alcanzarían mejores puestos…que de lo que se trata es de convertirse en “Jóvenes depredadores” siendo a ellos a quienes fio la tarea de superar vetustas prohibiciones y ñoños tabúes, para poner los medios y medidas necesarias para que los compañeros de generación que deseen convertirse en trabajadores del sexo, presentarse como voluntarios para probar medicamentos, vender sus órganos o cualquier otra práctica hoy clandestina, puedan hacerlo libremente sin trabas políticas, jurídicas o policiales; si bien, será muy difícil que queden exentas de impuestos.

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