Soy de temperamento simplista-reduccionista, tendiendo a generalizar demasido en mis afirmaciones para ahorarme continuas matizaciones. Ayer discutí acaloradamente con un inteligente amigo porque dije “Todos los políticos son corruptos”. Evidentemente, él que es un militonto en vez de un militanto, se ofendió y entendió en mis palabras que hablaba de esos pobres concejales carne de cañón que ponen tiempo y de su bolsillo para sacar adelante los proyectos comunes…Para hacerle comprender a qué me refería, sin dar mi brazo a torcer en lo esecial, cuál es, mi derecho a generalizar, le coloqué ante el reto de citarme 10, al menos 10 Diputados del Congrso incluidas Congresistas – me abstengo decir “Diputadas” por lo mal que suena – que desde el comienzo de la Partitocracia, hayan denunciado la corrupción, no en las filas de otros partidos, que de esos hay a cientos, sino en el suyo propio y con publicidad, que para hacerlo por lo vahinis ya está el confesionario. Para animarle le aposté una cena en el mejor restaurante que encuentre.
Aunque ambos nos crecimos de palabra, no hicimos nada por cerrar la apuesta y así se quedó. Y me he quedado con la intriga de saber si hubiera ganado o perdido la apuesta.
Así que…he decidido hacer la siguente propuesta a propios y extraños: me comprometo a no volver a generalizar nunca más si entre los miles de seguidores del INÚTIL MANUAL me confeccionais esa lista de 10 justos que salven al resto de pecadores. Es más, de haberlos, emprenderé una inciativa denominada “El Jardín de los justos” donde plantaré un bonsahi para honrar la memoria de cada uno de ellos.