Esta semana preelectoral, el demagogo Joan Ridao, ha llevado al Congreso de Sin Vergüenzas, el denominado internacionalmente como “Efecto Sonajero” ya aludído en un artículo anterior que puede leerse en mi “Inútil Manual”, pero ni por esas, el gobierno Sociópata Zapateril se ha bajado del burro y sigue con su tesis de que, la devolución de la vivienda para anular la hipoteca supondría un peligro para la salud de los bancos. Con todo, ahora, el oportunista ZP declara “estar dispuesto» como buenqueda que es, a formar una subcomisión parlamentaria que estudie la cuestión de si devolver la vivienda al banco debería ser suficiente para cancelar la hipoteca, como sucede en Francia, en Gran Bretaña o en EEUU. No obstante, al ser interpelado por el diputado de ERC ¿De qué lado están ustedes, de los bancos o de la buena gente? Zapatero no tuvo empacho en argumentar que,»el problema es que, la buena gente, tiene su dinero en los bancos, así que parece razonable que queramos preservar la solvencia de los bancos. Hay que prevenir sobre endeudamiento, y eso es mejor que cualquier medida que pueda poner en riesgo la solvencia del sistema financiero».
Mucho más tajante estuvo Elena Salgado, quien descartó que se impulse una reforma legal en este sentido,
máxime, cuando la prioridad actual del Gobierno, es reforzar los balances del sistema financiero de cara a las próximas pruebas de resistencia de la banca, que examinarán pormenorizadamente el riesgo inmobiliario. Por el contrario, también en estas fechas de precampaña, Sáenz de Santamaría, avanzó que el PP desea analizar con serenidad y sensatez todo el sistema hipotecario en su conjunto, no sólo la fórmula de la dación en pago.
Pues bien, parece que “el efecto sonajero” que desde hace años venimos reclamando los ciudadanos hartos de la situación criminal en la que nos encontramos a merced de los verdugos bancarios y esbirros políticos, en España sólo ha conseguido hacerse notar, junto al que yo bautizo como “Efecto chupete” cuál es, el cariño que los despreciables tapujos tienen a seguir chupando de nuestros impuestos y el miedo cíclico que les entra a perderlo en cuanto despertemos de la siesta democrática y descubramos cuál es la verdadera mano que mece la cuna, auténtico motivo que a unos les ha llevado a plantear la cuestión, la FIP (Falsa Izquierda Parlamentaria) como ERC o IU- a otros, a estar dispuestos a discutir el asunto justo cuando vienen las elecciones, las FAC ( Fuerzas Anti Ciudadanas) como el PSOE o el PP, sin importarles lo más mínimo las miles de familias que lo han perdido todo a lo largo de la misma legislatura en la que el guillotinable ZP daba a manos llenas nuestros ahorros a los empalables banqueros y a los fusilables empresaurios, cuando lo suyo hubiera sido ayudar a los hipotecados ciudadanos honrados y a las sufridas PYMES. Nada parece importarles que mientras ellos, banqueros y políticos, retozan en sus palacios de mármol y pocilgas de terciopelo respectivamente, el resto, nos vemos obligados a enterrarnos vivos en los nichos urbanos dando las gracias de no entender del todo la futura felicidad que nos hacecha, cantada por la Orquesta Topolino de vivir en una casita de papel.
En algo tiene razón, los ciudadanos de bien tienen su dinero en los bancos. Aunque no del todo, los ciudadanos de bien metieron su dinero en los bancos y estos lo han sacado para meterlo en otros sitios. es posible que lo hayan invertido en ladrilo y en que se encareciera el precio de la vivienda para que en lugar de pedir 15 millones tuvieramos que pedirles 30 y pagarnos su interés. Al final se ha dado un dinero que ni se tiene, el que se tenía se ha desvanecido y ya no hay dinero para dar.
El día en que a los bancos se les obligue a contabilizar los inmuebles procedentes de las hipotecas a precios de mercado, será el llanto y crujir de dientes financiero y las maravillosas cifras de beneficios se evaporaran, pues en parte son ficticias.
Las familias hipotecadas también son culpables por creer ingenuamente que los precios subirían hasta el cielo.La fiesta se acabó y el tintineo de las llaves devueltas no se parecerá en nada al de Jingle bells