Felices e infelices

No son pocas las situaciones en las que nuestro juguetón idioma dice precisamento lo contrario de lo que deseamos expresar, como cuando utilizamos la doble negación, motivo por el que la conocida máxima socrática “Yo sólo sé que no se nada” se reemplazó por la más adecuada “Yo sólo sé que nada sé”que también se las trae porque si sabe que no sabe, ¡Algo sabe! y si reconoce saber algo, vete a saber que dice no saber…especulación toda ella que se ha querido evitar la moderna sociología con la socorrida fórmula ¡No sabe! ¡No contesta! aparecida en toda encuesta, que de ser examinada más a fondo haría trizas la Docta Ignorantia de Nicolas de Cusa, pues la experiencia me dice, que hasta preguntando por una heladería hay gente que contesta sin tener repajolera idea de dónde está y basta ponerle a uno un micrófono delante para que te de una opinión que momentos antes brillaba por su ausencia entre sus neuronas. Lo que no es óbice para que, en ocasiones, diga uno como lo diga, suene igual de mal a la inversa que del revés, como le sucedió a un atropellado que al serle presentada la novia de un amigo y preguntarle aquel después por la impresión que le había causado, fue todo sinceridad amparado por una amistad de infancia y le respondió sin previo aviso ¡Las he visto mejores! Para acto seguido, sobre la marcha, procurar corregirse exclamando “Quería decir que ¡No las he visto peores!”

Algo de todo ello me viene a la cabeza al enterarme del informe publicado por la OCDE que pese a situar a España a la cola de los países desarrollados por su alta tasa de desempleo, su elevada corrupción política y deficiente sistema educativo, en cambio resalta que, al menos la mitad de la población reconoce ser feliz y hasta un 65% espera serlo dentro de un lustro, al modo en que proyectaría un moralista estajanovista su existencial plan quinquenal, de lo que es colegible que la otra mitad de la ciudadanía, si bien no llega a declararlo abiertamente, damos por sentado que cuando menos, serán infelices, que no es lo mismo que tristes, pues lo contrario a la tristeza es la alegría, cosa que no se debe confundir con la felicidad, matiz que a su vez permite que, uno sea muy feliz aunque pueda estar sufriendo como un condenado un auténtico calvario. Aunque no parece que este sea el caso de la España fustigada.

Y es que en nuestro querido castellano palabras que pudieran ser antónimas como “Feliz” e “Infeliz” a caso hacen el servicio de sinónimas, pues pocos de nosotros desearíamos ser señalados en público como lo uno o lo otro dado que remiten a la ingenuidad como sucede en “Eres un feliz si crees que los políticos trabajan para el bien común” pues al sustituir “Feliz” por “Infeliz” ocurre que en nada se altera el mensaje “ Eres un infeliz si crees que los políticos trabajan para el bien común” Con todo, entrando ya en disquisiciones que se adentran en lo más recóndito de la psicolingüística, podría decirse que, quien es “Un feliz” participa del principio activo del mal que le acaece, mientras quien es “Un infeliz” como que le viene dado en actitud pasiva. Por ejemplo, diríamos que Zapatero fue un feliz al darle subvenciones millonarias a la banca creyendo que con ello se animaría la economía, mientras los infelices de los españoles veian como aquellos les denegaban créditos, no les aplazaban los pagos de la hipoteca y les ejecutaban los embargos y deshaucios.

Es en este sentido que me explico tan paradójica revelación de la OCDE – especie de OTAN financiera – de cuya lectura sólo puede entenderse que media España es ¡Feliz! y la otra media ¡Infeliz! Eso sí: sin que falte el jolgorio, la alegría, el sol y el buen tiempo.

3 comentarios en «Felices e infelices»

  1. Y digo yo ¿por qué lo contrario a la tristeza es la alegría? Lo contrario a la tristeza es la falta de tristeza, la no tristeza. ¿Siempre que usted no se encuentra triste se encuentra alegre? No me lo creo.

  2. La felicidad ya pudiese estar predestinada para cada ser humano antes incluso ,del mismo nacimiento , para aquellas personas que creen que el destino humano es una condicion que llevamos .

  3. Bueno yo no soy ni feliz ni infeliz, generalmente ando neutral todo el dia, tengo un pequeno negocio y hago ejercicio por las mananas lo cual de cierta manera me hace feliz, hablando del ejercicio y hablando del trabajo me hace feliz tener dinero en el sentido de que me puedo dar mis pequenos gustos y por la parte sentimental no tengo ningun interes en ningun tipo de relacion sentimental, por que las considero una perdida de tiempo.

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