Cagamos a escondidas porque cagamos mierda. Lo curioso del asunto, es que si cagáramos oro y diamantes, también lo haríamos a escondidas.
Cagamos a escondidas porque cagamos mierda. Lo curioso del asunto, es que si cagáramos oro y diamantes, también lo haríamos a escondidas.
La frase de hoy me recuerda que los aztecas, o tal vez fueran los mayas, llamaban al oro la inmundicia de los dioses. Les causaba cierta extrañeza ese afán de los conquistadores españoles por encontrar oro.
Hay que indicar que en el siglo XVI se produjo en España una fuerte inflación como consecuencia de la monetización de grandes cantidades de oro y plata. Y es que, como todos sabemos, cuando aumenta la masa monetaria los precios suben.
A mí me encantaría tener el poder de cagar oro y diamantes; pero con la condición de que el resto de los mortales no poseyera tal facultad. En caso contrario la inflación nos ahogaría y entonces si que podríamos decir que la hemos cagado.
si cagáramos oro y diamantes,
en ese caso naceriamos sin culo o el oro y los diamantes no tendrian ningún valor
Cagarse de la risa es algo mas que natural
Esta idea solo puede ocurrírsele a uno en la taza del váter, observando sus heces con cierta melancolía. Hay algo poético en ello, y también narcisista. No te juzgo, las mías ayer mismo tenían tropezones de frutitos secos. ¡Quién sabe con qué nos deleitarán hoy! Un olor diferente, ¿tal vez? ¿Una textura cremosa semejante a la de un yogurt griego? Y yo digo: ¡solo por esto ya merece la pena levantarse cada día!
Saludos y enhorabuena por tu ocurrente escrito.
Amigo Pillastre, me has provocado la risa y creo que te mereces saber que la ocurrencia está inserta en mi obra «Memorias de un retrete y otros escritos cochinos» por lo que no es flor de undía, sino fruto de una prolongada meditación filosófica. Si te interesa el tema te recomiendo también el famoso Tratado del Pedo y Todo sobre el ojo del culo» de Francisco de Quevedo.
Ya no sé donde leí que en la antigua China, los campesinos invitaban a los viajeros a deponer (exonerar el vientre) en su huerta, por ser el abono un bien escaso.
También, en caso de que un policía te grite: «Deponga su actitud», se te pueden aflojar los esfínteres, con parecido resultado.
He dicho esfínteres con intención, porque anatómicamente hablando, la boca se considera como un esfinter más.
Y toda esta elocuencia sin hacer mención a cagar.
El mejor tesoro que pasa por los inodoros son los buenos textos.
Y no tengo más que decir. Un abrazo.