Pasados dos meses de la…sinceramente no sé cómo calificarlo: si digo “desgracia” o “fatalidad” daría la sensación de que era cosa del destino; mas si lo tildase de “accidente” parecería como que no hay responsabilidad humana en el asunto y fue obra del azar; dejémoslo entonces en macabra noche de Halloween, los medios de comunicación nos informan de que “los teléfonos móviles municipales del Samur no funcionaron por un problema de saturación de la red Movistar”. Pero a estas alturas de la “Tragedia”, apelativo del todo apropiado por remitir a un guión cuya autoría seguramente fue más colectiva que la de Homero o Shakespeare, a la luz de cuanto vamos conociendo entre bastidores, casi mejor sería que nos sorprendieran en sus titulares con ¿Qué funcionó aquel día?
Resulta evidente que las instituciones responsables fallaron estrepitosamente en velar por la seguridad de los ciudadanos a la hora de permitir realizar actos multitudinarios en un recinto oficial que paradójicamente no cumplía la propia normativa de apertura precisamente por no reunir las condiciones de seguridad requeridas a cualquier otro edificio privado que deseara celebrar encuentros multitudinarios. Tampoco funcionaron nada bien los responsables del Ayuntamiento que adjudicaron la organización del acto a una empresa como Diviertt que incumplía abiertamente los requisitos legales mínimos con Hacienda para ser merecedora de dicha adjudicación. Parece claro que en el momento previo de inspeccionar in situ el local para dar el visto bueno, la coordinación entre organismos oficiales como Ayuntamiento, Comunidad o Gobierno Civil y entre los distintos cuerpos policiales tampoco funcionó como debían, pues como se ha sabido algunos agentes se acercaron por allí pero sin ser suya la competencia de dar el permiso pertinente dedicándose meramente a la inspección y levantar acta que un poco más al más puro estilo gilesco denunciado por el humorista exclamarían aquello de “¿Hay por ahí algún asesino?”. Las entradas vendidas fueron el doble de las declaradas oficialmente por los organizadores para cumplir con el aforo teórico, asunto que por lo que se ve queda al cuidado de quien gana dinero con ello, que es como dejar al zorro al cuidado de las gallinas; la entrada al recinto era cosa de una empresa de azafatos subcontratada por la anterior y la seguridad del recinto fiada a personal sin experiencia en grandes aglomeraciones. El equipo médico se reducía a un jubilado y su hijo en unas instalaciones que a duras penas podrían competir con un cuarto de socorro de la Señorita Pepis. las ambulancias no podían entrar al lugar donde la gente se estaba muriendo; el operador del Samur, reconoce que no estaba preparado profesionalmente para atender las llamadas de urgencias; la Comisión de investigación tuvo la misma fortuna en sus pesquisas que la montada para averiguar la verdad con el asesinato de Kenedy; la primera reacción del representante de los ciudadanos, el Vicealcalde Villanueva, fue la de defender a la empresa Diviertt, entre tanto, la máxima responsable política, la Alcaldesa de Madrid, Ana Botella, se iba de vacaciones de Sol y Playa al Sur de Portugal mientras los cadáveres estaban calientes y había heridos graves en los hospitales…Y no quiero seguir, porque me estoy poniendo de muy mala hostia. Pero, ¿Me puede decir alguien qué ha funcionado en este lamentable asunto del Madrid Arena?
Los medios de comunicación no lo están haciendo tampoco demasiado bien. Colar términos como los arriba citados parecen diluir la responsabilidad del factor humano y aunque es verdad que hacen públicos los datos, con las palabras “accidente” “desgracia” o “fatalidad” destruyen el buen hacer que podría haber en su profesionalidad pues lo correcto sería tratar el asunto como un atentado perpetrado por el crimen organizado integrado por funcionarios corruptos y empresarios sin escrúpulos con la aquiescencia de la Autoridad.
Por si lo anterior fuera poco, ahora vuelven con el asunto de la Candidatura Olímpica de Madrid para el 2020. No voy a decir más, porque soy Católico. Porque si no, es como para coger una amecedora y ponerles en fila contra la pared a todos los implicados para hacerles bailar el “Tacatá” del verano.
¿Funcionó algo en el Madrid?
http://www.youtube.com/watch?v=BJ-CmHZrKHU