Hablamos de economía como si no dependiera de acciones, intenciones, voluntades y comportamientos humanos, dándosele el tratamiento de divinidad caprichosa, que hoy te da lo que mañana te quita, zarandeandonos en el juego de la vida como relatara Homero en la Odisea hacían con Ulises, trayéndole y llevándole por el Egeo, Mediterráneo y una lectura atenta, allende los mares atlánticos, cuando no todo un proceso natural de primer orden, con sus ciclos y estaciones que nos viene impuesto ante lo cual, solo cabe estudiar sus signos y señales para prever con no mayor precisión que la meteorología, el porvenir de aquí a final de mes. Tampoco se hace ascos a otorgarle el rango de pseudo ciencia, como se opera con la astrología, usando una jerga especializada, que remite a la más confusa de las jerigonzas con las que se engaña a los tontos, que siempre caen embelesados ante locuaces charlatanes…
Se habla en tercera persona de la Economía, como si fuera agente que toma decisiones por su cuenta, por ello, se nos dice que la economía va bien, que la economía va mal, que el comportamiento económico no resulta predecible, que su realidad es inestable, etc. Y por supuesto, los nuevos gurús de la tribu financiera no dejan de hablarnos del futuro, cuando todos bien sabemos gracias a Agustín García Calvo, que cuando los gobernantes y economistas hablan de futuro, en verdad nos hablan de muerte. Aceptada esta situación de tratar a la economía como si fuera del todo ajena a nosotros, salvo para afectarnos, la pregunta de moda que circula en los mentideros políticos, en los corrillos de bolsa, en las tertulias televisivas y en un sinfín de artículos periodísticos, es ¿Hacia dónde se orienta la Economía?.
Es curioso que hablemos de orientar la economía y no de pacificarla, acaso más apropiado, pues a todas luces, como en todo proceso de cambio, las turbulencias y convulsiones de la misma, están a la orden del día, cuando no es un terremoto financiero, es un cataclismo en la bolsa o una riada en los tipos de interés, un ciclón de rumores que espantan a los inversores. Pero puestos a responder la cuestión, hemos de decir que la economía no dispone de mejor invento chino, la brújula, que la de dejarse fluir por los surcos de la tierra como el agua hace cuando cae del cielo en forma de lluvia por las laderas de las montañas en un proceso taoísta conocido como Wu-Wei. Así sucedió cuando de los valles fértiles del Éufrates y el Tigris, la economía fluyó hacia las aguas del Mediterráneo. Así ocurrió cuando los imperios del Mediterráneo vieron escapar su momento vía estrecho de Gibraltar hacia el Atlántico, cuando Saladino les cerró el camino a Oriente. Desde el siglo XV la economía mundial ha estado balanceándose entre la costa atlántica americana y la costa atlántica europea, principalmente en su hemisferio norte, pero ya desde el último tercio del siglo XX, se ha visto un tránsito constante e in crescendo desde el Atlántico al Pacífico y a todas las aguas que bañan la costa asiática percibiendo cómo al mítico Atlas se le escapa la fuerza por momentos viniéndosele el mundo encima, mientras el complaciente Buda sonrie sentado desde lo alto viendo llegar de nuevo a su remanso, la hija perdida que se había extraviado en aquel mismo siglo XV.
Por qué los intelectuales, economistas y gobernantes de occidente todavía se pregunten en voz alta ¿Hacia dónde se orienta la Economía?. Toda la ciudadanía tenemos claro y bien presente, que la economía se está orientando, pero no en el sentido de guiarse o conducirse, sino en el sentido de Oriente. Esperemos que la milenaria sabiduría Oriental, formadas en la paciencia , en la prudencia, la constancia, la diplomacia, la educación, la cortesía, el respeto a la naturaleza a la vida, a las formas, a las esencias, forjadas, alimentadas y ejercitadas desde Confucio con técnicas como Yoga, Filosofías del Tao y la práctica Zen, hablen de la economía a partir de la siguiente década una realidad más humana en donde no se pierda de vista que somos nosotros los personajes que la hacen representar en el teatro de sombras todo cuanto acontece, no confundiendo el movimiento de sus figuras con la realidad oscura de sus formas al margen de quienes con la ayuda de la luz proyectan sus ideales, pensamientos, arquetipos y sublimaciones desde el más vergonzoso de los anonimatos en una condición más esclava aún si cabe de aquellos de los que Platón hablara en su célebre Mito de la Caverna y que tomaban por ciencia al fuego, por verdadero lo que aparecía en la pared y por loco a quien venido desde fuera, había logrado contemplar la claridad del día a pleno sol.
Hacia donde se orienta la economia , ,,…. quizas hacia un nuevo orden ,? estan preparadas las nuevas generaciones para afrontar su futuro ? , no lo creo y no es que sea pesimista pero la moralidad es una de las fuentes que posee el enriquecimiento individual de cada semejante ,la sociedad atraviesa periodos de oscurantismo y ojala me equivoque.