Capitalismo Nininista

El gusto de la literatura por agrupar a los escritores en Generaciones como la del 98 o la del 27, ha degenerado en la costumbre mediática de etiquetar cada cierto tiempo a las Quintas con expresiones como del Baby Boon, del Kronen, la X y la que ahora da tanto la lata bautizada como Ni-Ni que al comienzo remitía a la ni por asomo representativa “Ni estudia. Ni trabaja” sembrando con ello la semilla necesaria entre la opinión pública para cosechar la que se les avecina, pues quien más quien menos, acepta como merecidos los recortes para cuantos desde hace tiempo, se les ha proyectado la sombra de la cigarra a modo de capirote, con el fin de poderles restregar los valores del sacrificio en los que se forjaron sus abuelos cuando al hambre no había pan duro y llenos estaban los seminarios de boca-ciones, ahora que han llegado las vacas escuálidas, para terminar identificando actualmente a todos aquellos que no tienen ni casa, ni coche, ni empleo, ni sueldo, ni vacaciones, ni pagas extra, ni cesta de Navidad, ni subsidio, ni prestaciones, ni subvenciones, ni Seguridad Social, ni tarjeta sanitaria activada, ni pensión, ni jubilación, ni viajes del IMSERSO….ni esperanza alguna de tenerlos algún día.

Pero la cigarra original de la fábula de Esopo no las pasó tan canutas como las de los liberales La Fontaine y Samaniego en las que dos hormigas despiadadas las dejó morir de hambre…ni tampoco la liebre pagó tan cara su molicie ante la tortuga como ahora sufren los ciudadanos Ni-Nis a los que ni se ven, ni se oyen en los medios de comunicación por no dar buena imagen, ni se les mira a la cara al caminar por las aceras, ni su opinión es computada en sondeos y encuestas, ni tienen quién les socorra salvo la Iglesia a través de Cáritas, ni quién les conceda un crédito – ni los usureros – ni partido que les represente como clase social que son, ni sindicato que defienda sus derechos con la excusa de que no son trabajadores, ni medio de comunicación que refleje su problemática ¡pero la de verdad! que lo de callejeros raya lo bohemio – ni albergue que les cobije – es mentira eso de que la gente está en la calle porque no quiere ir a un albergue; Muchos me han comentado que no les dejan pasar, otros que no hay plazas para todos y les hacen rotar, algunos especulan con que hay favoritismos con gente que hace servicios especiales…- ni restaurante que les dé un plato de comida a cambio de lavar los platos como se ve en las películas, ni les dejan entrar a los bares para ir al baño a hacer sus necesidades, ni quedarse cerca de zonas turísticas, ni se les permite plantar patas en los parques para poder subsistir, ni se les consiente ya pedir por las calles porque al parecer de nuestros políticos es una actividad muy lucrativa, ni se les deja vender lo único que poseen, a saber, su cuerpo, en las calles porque existe el proyecto de que lo donen gratis a la ciencia por no tener ni dónde caerse muertos. ¡Eso sí! No sin antes haber entregado toda su sangre a la farmacéutica Grifols.
Así, si de aquel Socialismo utópico de personajes como Saint Simón se llegó al Marxismo Leninismo, puede decirse, que del Liberalismo económico de Adam Smith, hemos arribado al Capitalismo Nininista.

El Hospicio de los libros

 

Cuando a finales de los Noventa apareciera por aquí la moda del malsonante Bookcrossing importada del mundo bárbaro anglosajón, consistente en dejar abandonados los libros sobre el asiento de un banco del parque por ejemplo, con la esperanza de que algún desaprensivo se hiciera cargo de su cuidado, como antaño era costumbre hacer con los hijos no deseados o que uno ya no podía mantener por falta de recursos como se narra en los cuentos infantiles, pese a la mala pinta que tuviera la iniciativa por cuanto hacía añicos el prestigio que todo libro comportaba desde antiguo, nunca sospeché lo lejos que la lógica de los hechos llevaría semejante patochada, a saber: la creación de Hospicios para libros.
Aquella iniciativa me ha supuesto personalmente más de un trauma, porque hasta entonces, por experiencia yo sabía que si me dejaba olvidado un paraguas en día de lluvia, este desaparecía, si me bajaba del autobús sin la bolsa de la compra del supermercado, difícil era recuperarla en la taquilla del autobús, si por las prisas no recogía el móvil de la mesa del bar, ni me molestaba en regresar a recuperarlo, incluso los mismos periódicos si te despistabas por la mañana, eran capaces de desaparecer a tu lado sigilosamente. Pero los libros, ¡Los libros eran imperdibles! Cada vez que me despistaba olvidándome por ejemplo “El Ente y la Esencia” de Tomás de Aquino o “La vida es sueño” de Calderón, siempre tuve la certeza de que el ejemplar permanecería tal y como lo había dejado en el mismo sitio aunque tardara horas en regresar a rescatarlo. A veces incluso, cuando a punto estaba de no recogerlos, personas del todo desconocidas tenían la amabilidad de alertarme como me sucediera con mi queridísima Biblia de Jerusalén.

Pero desde que dejar las obras completas de Galdós diseminadas por la ciudad se ha coinvertido en toda una Performance literaria, debo poner los cinco sentidos en no soltarlos de la mano, porque ya han sido varios los ejemplares que no he recuperado por esta causa, dado que ahora quien los ve, por hacer la gracia se los queda creyendo participar de la cadena intelectualoide comunitaria de papanatas. Con todo, la pérdida de mis queridos libros a los que nunca más volveré a ver en la vida porque me han sido arrebatados en un ¡abrir y cerrar de ojos! al menos, me ha valido para descubrir que los medios de transporte públicos y sus inmediaciones son auténticos Agujeros Negros que alimentan a la Industria Editorial, que no por casualidad allí instalan puestos ambulantes para su venta inmediata, como si un libro leído pudiera reemplazarse con una copia.

Y de aquellos polvos, estos lodos. Durante la pasada Semana Santa visité la “Feria del Libro Antiguo de Valladolid” que pasa por ser una de las mejores. Pues bien, además de arruinarme por padecer bibliofilia compulsiva, me llevé el disgusto de mi vida. Yo ¡Gracias a Dios! No tengo hijos. Pero tengo siete libros reconocidos – publicados con su Depósito Legal e ISBN -, otros tanto secretos – no han visto la luz y están aún en manuscritos -, varios ilegítimos – publicados con pseudónimo para niños -, una veintena raptados – libros que me dejaron y no han vuelto a su dueño – y más de diez mil adoptados previo desembolso – aquellos que he comprado y han tenido el privilegio de vivir en mi Biblioteca -…y a todos ellos les quiero con todo el alma: Los busco, los pido, voy a recogerlos, los miro, los abro, los hojeo, los ojeo, los leo, los subrayo, les hago anotaciones al margen, los saco de paseo, les presento a mis amigos, los ordeno en la balda, los clasifico por autores, temas o según van entrando a mi casa, los limpio, los reparo, me siento orgulloso de ellos, o como ahora hablo de ellos…por eso me sentó como un tiro en la entrepierna ver como toda una “Feria del Libro Antiguo” que se supone pretende dignificar el estatus de los ejemplares que por haber venido al mundo en otra época y estar algo achacosos por el uso de sus dueños, parecen obsoletos y no merecedores de ser vendidos en una gran librería, ni si quiera en la infernal cadena en serie del Corte Inglés, no tuvo mejor idea que dejar un espacio baldío, desnudo, frio, sin la menor atención de nadie para que la gente dejase y cogiese libros a su antojo sin pedir permiso a nadie, ni solicitar más referencia que estuviera al alcance de su mano en este país de analfabetos confesos que por no tener, ya no tienen ni la guía telefónica y para mayor vergüenza bautizaron el lugar con el horrible nombre de “El hospicio de los libros”. ¡Y se dicen libreros!
¡Traficantes de libros! Eso es lo que son toda esa chusma. De haber tenido buenas intenciones, aunque la medida fuera contraria a mi particular sensibilidad para con los libros pareja a la de los protectores de animales para con las bestias de cuatro patas o los vegetarianos para con su dieta, seguramente se les hubieran ocurrido nombres más bellos como “El banco de los libros” “El Tiovivo de los libros! “Bibliópolis” “El Arca de Gutenberg” por citar los primeros que me vienen a la cabeza sin pensar mucho. ¿A qué perversa mente se le ha ocurrido la idea de llamarle así?
Para empezar, observese que tratándose de la “Feria del Libro Antiguo”, lo apropiado hubiera sido llamarle “El asilo de los libros” que suena igual de mal, pero parece más coherente. En cualquier caso suena mal. Porque, aunque no sea cuestión de utilizar eufemismos, y empezar a sustituir Hospicio por Casa de Acogida, Asilo por Residencia de la Tercera Edad, Frenopático por Centro de Salud Mental, etc, bien parece lo que bien suena y acaso suene con el tiempo igual de mal, porque mal es lo que albergan dichas instituciones, por mucho que se les disfrace el nombre. En consecuencia, así como no debería haber niño sin familia que lo amase, anciano sin hijos que lo cuidasen, loco sin amigos que le aceptasen y demás, tampoco debería fomentarse estas nefastas prácticas de Abandono literal de libros, porque en una sociedad que al despilfarrar materias primas le llama reciclar, a dar lo que le sobre le dice ser solidario y un sinfín de costumbres más, en verdad lo que se transmite es que el libro no merece nuestro aprecio, que no tiene valor. ¡Más todavía! Ahora que ha llegado la tecnología con prisas desterrando para siempre aquel entrañable Proverbio chino documentado durante la Dinastía Ming “ Hay dos clases de gilipollas: los que prestan libros y los que los devuelven”.

¿Qué sabe usted de elefantes?

1º ¿Como se conoce popularmente a la Infanta Helena? 2 PUNTOS
2º ¿Con qué nombre en clave se supone que los golpistas del 23-F se referían a S.M Don Juan Carlos? 3 PUNTOS
3º ¿Qué procura no cogerse nunca en público el Rey cuando se va de fiesta o vacaciones? 1 PUNTO
4º ¿Por qué tras haber jurado los principios sacrosantos del Movimiento se olvidó de haberlos jurado? 1 PUNTO
5º- ¿Cuál es su ciudad favorita de la Antigüedad? 5 PUNTOS
6º ¿Cuál es su país favorito? 4 PUNTOS
7º ¿Cuál es su Partido político favorito? 3 PUNTOS
8º ¿Por qué no le importó en su día abrazarse con Francisco Franco y sí le da reparo estrechar la mano de una mujer llamada Francisca? 7 PUNTOS
9º ¿Cuál es el avión que le gustaría pilotar al Rey? 3 PUNTOS
10º ¿Por qué su inconfesable secreto sería dejar de ser Rey y vivir humildemente como un chatarrero? 2 PUNTOS
11º ¿Cuál es la escena que más le impactó durante la infancia de una obra infantil que le regalaron cuando todavía era un Principito? 2 PUNTOS
12º ¿Cuál es para él la Banda Sonora más bella del cine? 5 Puntos
13º ¿Hasta qué elefante llegó a cantar de pequeño, la mejor de las veces, en la conocida melodía infantil “Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña…” 12 Puntos
RESPUESTAS
1º- Hele-infanta
2º- Elefante Blanco
3º- Una Trompa
4º- Por carecer de memoria de Elefante
5º- Elephantina
6º Costa de Marfil
7º El republicano
8º- Para no tocar Paqui-dermo
9º- Un Jumbo
10º- Para que le visite un elefante
11º- La de la boa comiéndose un elefante.
12º- Baby elephant walk
13º- Se tropezó en la primera, luego ninguno.
RESULTADO
De 1 a 10 puntos – Usted no ve al elefante ni detrás de una margarita de lo bien que se esconde.
De 11 a 25 puntos – Usted padece el complejo de Edipo tras ver desnudo a su padre.
De 25 a 40 puntos – Usted proyecta sobre el animal su sobrepeso.
De 40 a 49 puntos – Usted vió demasiado seguidas las películas de Dumbo y Drácula y cree en grandes vampiros con trompa y colmillos afilados.
50 puntos – Usted puede procramarse Rey de la Selva.