Se ofrece discursista

 

Bertrand Russell se preguntaba ¿Por qué no soy cristiano? Yo en cambio me pregunto ¿Por qué no soy mallorquín? Después del disgustó que me llevé al enterarme por el Caso Urdangarín de lo bien que se pagan por aquellas Islas estudios realizados o sin realizar, muy distintos a los por mi cursados de Filosofía y Teología a razón de 600.000 euros cada uno, ahora casi me da un soponcio al saber, gracias al Caso Matas, que en aquella Comunidad Autónoma, la redacción de discursos no le anda a la zaga en cuanto a emolumentos, a tenor del medio millón de euros percibido por el periodista Alemany, quién hacía de negro en las ocasiones especiales para el Ex Presidente Balear, dispensas gubernamentales que ni en la Ínsula de Barataria regida por Sancho Panza podríamos haber soñado cuantos nos dedicamos al innoble oficio de las letras.

Desconocía esta novedosa faceta para ganarme la vida haciendo lo que mejor se me da; Sabía lo de guionista, novelista, articulista, ensayista…pero ¿discursista? Posiblemente lo habré escuchado alguna vez en una película que recrea las elecciones de los EEUU, pero nunca sospeché que entre nosotros habíamos alcanzado tal nivel de refinamiento intelectual, acaso de atención, que se precisara la contratación de un discursista para que la intervención de nuestros políticos fuera aplaudida con motivo. Decididamente…Aquí con ustedes ¡Estoy perdiendo el tiempo!

Sea entonces, que utilice esta humilde tribuna para ofrecerme como discursista sin importarme lo más mínimo la causa o siglas a defender, tan prono pongo mi pluma al servicio de la derecha como de la izquierda, menester que ya no entraña mayor enjundia por no mediar gran diferencia. Soy ducho en la persuasión y el arte del convencimiento a cuyo objetivo no escamoteo recursos retóricos ni el empleo de falacias o sofismas. Dispongo de un arsenal de argumentos para proponer esto y lo contrario, incluso para desdecirme si hiciera falta, pues tengo sobrada capacidad para manejarme en la ambigüedad por medio de la polisemia y la sinonimia. Soy un experto en terminología biensonante cuyo estéril significado, sin embargo, permite construir frases mediáticas y arrancar las más fervorosas ovaciones de la audiencia, sin que por ello, el interviniente vea comprometida su actuación ulterior ni su pasado cercano. Me considero un Maestro a la hora de crear eufemismos o de unir ideas contrapuestas para hacerlas más agradables a las masas, como por ejemplo ocurre en mi modesta última invención “Paro dinámico”. En definitiva, ofrezco todo lo que un buen discurso político requiere hoy en día para triunfar.

Pero, si el interesado en contratar mis servicios deseara además que el texto fuera culto con alusiones a la historia, citas de autores reputados y alguna que otra frasecilla en latín…¡Yo soy su hombre! Desde Pericles hasta Churchill, personajes como Catón, Cicerón, Maquiavelo, Hobbes, Voltaire y compañía, serán asiduos en sus intervenciones y sus ideas manarán de su boca con la misma soltura que sus promesas electorales, de modo que nadie se atreverá a discutirle por cuanto ya no tendrán que vérselas con usted, sino con ellos que han resistido el paso del tiempo. Claro que, ya aviso que de cuando en cuando, habrá que hacer mención de autores menos conocidos como Pedro Abelardo o Francisco de Vitoria para desconcertar a sus rivales y que no tengan posibilidad de pronta réplica por si también estuvieran asistidos por un colega mío, de este modo, usted diga lo que diga, podrá terminar su alocución aseverando “ Y esto que estoy diciendo hoy aquí, ya lo dijo en su día Romanones” sentencia que ofrece seguridad al necio, agrada al ignorante que cree aprender de usted sin esfuerzo y hace callar al escéptico en tanto en cuanto intenta desmentirlo.

Por la extensión del discurso y el estilo ¡No se preocupe! No le cobraré ni por palabras, ni por motivo, sino por minutos. Usted sólo tiene que darme a conocer cuánto desea que dure y yo le redactaré un texto para cada ocasión que se ajustará milimétricamente a lo establecido, incluidos los silencios para provocar el aplauso, que también tiene su técnica. Huelga decir, que yo sólo me ocuparía de escribir un relato brillante, de leerlo con su gracia ya es cosa suya . Si por un casual su persona tampoco anduviera sobrada para la expresión y la declamación, entonces, hable con la Casa Real para que le asesore quien allí redacta los soporíferos discursos del monarca; Mi talento no alcanza para tanto.

Libertad ¿Sólo comercial?

 

Antes de nada, me gustaría felicitar a los medios de manipulación, por haber facilitado a la población asimilar sin demasiados traumas que trabajar los días festivos es una más de las libertades a sumar a nuestro estado Democrático del Bienestar. ¿Con qué derecho los dependientes de cualquier tienda pueden imponernos al resto de los ciudadanos sus ganas de hacer fiesta, precisamente cuando podríamos ejercer nuestra libertad para consumir en nuestro tiempo habilitado para el descanso?

Es posible, que antaño, la gente parcelara su vida en un periodo para trabajar, otro para descansar y un tercero para realizar las compras y que lo hicieran todos a la vez. Pero hoy, ya no es así; Sólo contamos con tiempo para producir momento en el que no podemos consumir y algún ratito que en principio lo deberíamos reservar para el descanso y los afortunados al ocio. Mas, por lo que se ve, hemos de dedicarlo a consumir como se espera de nosotros.

La libertad de horario y calendario comercial, no sólo permitirá trabajar a las personas de este gremio de Lunes a Domingo las 24 horas del día, también posibilitará al resto de la clase trabajadora poder hacer sus compras fuera de su jornada laboral, por la noche si es preciso y en épocas festivas, si es que quedan. ¡Eso es lo que todo el mundo quiere! Pero ¿Por qué sólo libertad de horario y calendario comercial? ¿Por qué no igual libertad en la Administración? así todos podríamos hacer nuestras gestiones de madrugada antes de ir a currar. ¡Tiempo al tiempo!

Porque de aprobarse la libertad de horario y calendario comercial, no se tardará en exigir lo mismo para el transporte público, pues de qué vale que las grandes franquicias y superficies estén abiertas todo el día y todo el año, si autobuses, trenes y demás medios de locomoción tienen reducidos los servicios como sucede actualmente a un tercio de lo habitual. Por supuesto, teniendo operativos distribuidores, tiendas y transportes, lo suyo es que bares y restaurantes tampoco bajen la persiana nunca y con tanta gente circulando lo deseable sería que tampoco se viera reducida demasiado ni la plantilla de policía, ni de bomberos u hospitales, pues ya no bastaría con la de guardia o urgencias. Una actividad tal, requeriría que los bancos, pusieran de su parte para evitar que la riqueza generada esos días permaneciera fuera del circuito financiero a disposición de los cacos. Evidentemente, con tanta gente trabajando y consumiendo, los niños serian toda una molesta carga. A tal efecto, lo mejor sería diseñar un plan de estudios que obligara a los colegios a permanecer abiertos para permitir a los padres llevarlos allí durante los fines de semana, puentes, vacaciones, a cualquier hora por lo que el profesorado debería también estar sujeto al nuevo régimen de libertades. En definitiva, se generaría tanta burocracia, que lo quieran o no, las administraciones e instituciones se verían obligadas a abrir de par en par sus puertas para atender al ciudadano que se lo viene reclamando desde hace más tiempo que al comercio, pero con menos atención de su parte.

De este modo, la libertad comercial se traduciría en libertad de distribución, de transporte, de construcción, sanitaria, alimentaria, educativa, en la Administración…como desde siempre ha sucedido en prensa que están al pie del cañón hoy sí y mañana también. Será por ello que con tanto entusiasmo apoyan desde sus tribunas y titulares estas medidas tan liberadoras.

Egipto ¡Sabe!

EGIPTO ¡SABE!

Ya para los autores de la antigüedad como Herodoto, Egipto era antiguo. Pero cuando aquello, su antigüedad no era sinónimo de atraso; Antes al contrario. Su imponente pétreo testimonio de sabiduría y esplendor, seguramente dieron pie a la expresión “Todo tiempo pasado fue mejor”.
De nuevo Egipto da muestras del genio que le hiciera brillar bajo el Sol en su remoto pasado, sin necesidad de abundar en los conocimientos de geometría, elaboración de calendarios, avances en la navegación, técnicas de construcción o cuantas ciencias y artes sirvieron antaño para hacerla merecedora del noble título de “Cuna de la civilización” heredera de los Atlantes. Ha bastado para mi, que la fiscalía haya pedido formalmente la Pena de Muerte para el Tirano recientemente derrocado.
Es verdad, y así hemos de reconocérselo, que los EEUU, la mayor Democracia contemporánea, a lo largo de su joven historia, ha ofrecido varios episodios de Magnicidio que aún de factura individual achacados a dementes, han sido muy efectivos, por lo que seguramente en un futuro no muy lejano nos ofrecerá también ejemplos tan civilizados como el que durante estos días nos brinda para el avance de la ciencia política, la sociedad egipcia.
Sin embargo, mientras aguardamos mejores muestras del Imperio, últimamente algo está cambiando a nivel mundial: Israel condena a un ex Presidente, Ucrania encarcela a su anterior Primera Ministra…pasos tímidos, pero inequívocos, hacia el ideal de ejecutar de modo pacífico y democrático a quienes se han servido del poder para atentar contra su propio Pueblo. Reconozco que mi afición a la egiptología juega en contra de la objetividad para ver el paralelismo con sus inmediatos antecedentes de lo sucedido con el matrimonio Ceaucescu, lo acaecido en Irak con Sadan Husein o el más cercano y vecino trance libio de Gadafi. Pero hay notables diferencias entre estos desenlaces de la historia que recuerdan a algunos, eso de que son mortales, y lo que está pasando en Egipto, no digamos ya comparado con la eliminación de Osama Bin Laden.
En Rumanía como en Egipto, fue una parte del Régimen la encargada de eliminar a la otra parte: los Tiranos fueron juzgados de modo sumarísimo, sin tiempo para su defensa, en un tiempo record y ejecutados a escondidas como si se estuviera cometiendo un crimen del que avergonzarse; Lo de Irak fue tres cuartos de lo mismo con el agravante del concurso directo y necesario de una potencia extranjera. Y lo de Libia fue toda una chapuza porque es evidente que su ejecución no fue premeditada, de lo contrario no se hubiera difundido sus imágenes capturado vivo. Egipto por el contrario está respetando todos los procedimientos necesarios antes de ejecutar a su Tirano: primero le ha depuesto sin derramar demasiada sangre; inmediatamente le ha colocado bajo arresto y le ha sometido a juicio con las debidas garantías procesales; Tercero, el proceso se está llevando a cabo con luz, taquígrafos y observadores internacionales; Cuarto, la Fiscalía ha solicitado Pena de Muerte por los crímenes cometidos…nada de dejarle morir en la cama.
Por lo que se ve, no es necesario ser una Democracia plena – Egipto no lo es – para asumir comportamientos profundamente democráticos, de igual manera que no es preciso ser una Dictadura reconocida, para que las Democracias formales se comporten como tales. Casi me atrevería a postular que de ser Egipto a estas alturas una Democracia al estilo occidental, la Fiscalía no se habría atrevido a pedir la Pena de Muerte para un ex mandatario, que lo del juicio de Núremberg fue la anécdota.

Pues bien, este es el camino para mejorar nuestra Democracia formal: introducir en el Código Penal, la posibilidad de ejecutar a los anteriores gobernantes de modo racional, pacífico y democrático, si estos han cometido crímenes contra la sociedad. Porque lo que sucede actualmente con su sacrosanta absoluta impunidad, antes durante y después de las tareas de Gobierno, es más propio de las mejores Tiranías eternas que otra cosa. En su defecto oremos por que el buen Dios les de su justo castigo.

Prueba de corrupción

http://www.youtube.com/watch?v=QX-5k83MYME

El otro día, expliqué de pasada cómo selecciona sus cuadros y dirigentes un Partido Político al margen de primarias o congresos. Lo hice con tal brevedad, que mis palabras rozaban el surrealismo como me han hecho ver algunos exegetas en los comentarios remitidos a mi blog “Inútil Manual”. Sobre todo, no quedó nada clara la expresión “Prueba de corrupción” a la que toda agrupación menesterosa somete a sus recién estrenados militantes en tareas de organización o gobierno. Este artículo pretende corregir los posibles malentendidos a los que haya podido dar lugar.

Como cualquier grupo humano, en un Partido Político hay de todo. ¡Sólo faltaría que en su seno se dieran cita únicamente sinvergüenzas! De ello se valen los canallas para acallar las críticas con el consabido “No se puede generalizar” conocedores de lo difícil que es en el Reino de Orbajosa, no ya condenar en firme al criminal, siquiera probar que lo es cuando no hay más evidencia que pillarle con las manos en la masa. Es lo que da de si la presunción de inocencia en nuestros días. Sea entonces que reconocemos que hasta en el PSOE y el PP hay gente sana y de buenas costumbres. La cuestión es ¿Qué pintan unos y otros a la hora de dirigir y gobernar dentro del partido y en las Instituciones que acaparan?

Participo de la idea, de que el hombre es malo por naturaleza y la sociedad lo empeora. Con todo, dado que nacemos dependientes, como que nuestro ego se modera a regañadientes amoldándose a una moral estándar de no agresión que es a lo que llamamos ser buena persona. Así, los distintos talentos se ubican según su oportunidad y vocación, unos a adorar al becerro de oro y otros al oro del becerro. Cuando todo felizmente coincide, es posible que alguien llamado a hacer el bien social, acuda como buena persona que es, lleno de ilusión e ingenuidad, elementos estos que si bien son imprescindibles para dar el paso creyendo que va a poder cambiar a mejor las cosas, a la postre, puede resultar sumamente perjudicial de llegar a ser Presidente de Gobierno, pues la moral del Gobernante no puede ser la misma que la que rige para el ciudadano de a pie. Para evitar que el ciudadano entrado en Política llegue a los más altos cargos con unos principios basados en ficciones de la Conciencia inocuas en un marco familiar de cortas distancias, pero muy peligrosas a nivel institucional, en ámbitos estatales y supranacionales, se le somete a una serie de pruebas que garanticen al Partido y por extensión a la sociedad, que la persona que se pone al frente de la gestión o en quien va a confiar los destinos del país, es lo suficientemente capaz de soportar la presión de la responsabilidad de que, haga lo que haga, le van a criticar y de que, quiera o no quiera, siempre va a perjudicar a alguien. ¿Cómo se consigue esto?

Bueno, todo depende de en qué condiciones psicológicas llegue al Partido el sujeto en cuestión: Si debido a una negligente educación familiar que le ha castrado mentalmente para mirar por su propio interés haciendo de su persona alguien sin ambición ni ánimo de lucro o por lo que sea, ha interiorizado en exceso el curriculum oculto del profesorado saliendo del colegio más obediente y disciplinado de lo que sería deseable para trabajar, entonces y sólo entonces, no hay nada que hacer, salvo tenerle en la sede para atender el teléfono, pegar carteles y recurrir a su perfil como ejemplo de militancia y aún así no estaría del todo claro que pudiera permanecer en la formación por mucho tiempo. Por el contrario, si aun siendo buena persona, ni la religión, ni la educación, ni mucho menos EpC, han logrado apagar el fuego interno de su individualidad, entonces, es posible que el aparato del Partido pueda sacarle algún provecho dirigente.

Sería tedioso pormenorizar los distintos mecanismos que concurren a la hora de formar líderes y seleccionar Altos Cargos en un Partido Político, labor que dejo para otra ocasión. Hoy sólo nos ceñiremos a uno de esos procedimientos por los cuales se hace la primera criba de los aparentemente aptos – descartados los anteriores por motivos psicotécnicos – cuál es, la “Prueba de Corrupción”. Esta, consiste en someter al novato militante de base que se ha destacado por querer ocupar algún puesto en su agrupación local, a algo que en principio le debería repugnar a su moral estándar, esa que tiene la ciudadanía.

Para cerciorarse de que los individuos son plenamente conscientes de estar ante una tentación que pone a prueba su virtud, aquella ha de ser lo bastante explícita como para que no se pueda aceptar por un malentendido, pero debe ser igualmente lo suficientemente liviana, como para que no le espante y nunca se llegue a saber sí su rechazo obedecía a fuertes convicciones o al natural miedo de ser pillado en un renuncio. Pues bien, quienes se dejan tentar y aceptan, pongamos por caso ir a comer a cargo del presupuesto del Partido o recibir una dieta de viaje con la que puede ir, volver, y tomarse unas copas a costa del Congreso…esos son los que tienen futuro dentro del organigrama; Es a ellos para quienes están reservados los Cargos de confianza y puestos institucionales. Por el contrario, quienes se mantengan firmes e incluso amenacen con contárselo a la Junta – en cuyo caso pueden darse por expulsados ipso facto – esos, ya son rechazados para la gobernanza del país y la dirección del partido, siendo inmediatamente derivados para la administración y el funcionariado en escalafones intermedios, siempre vigilados de cerca para evitar que contagien con su comportamiento a otros miembros del Partido, sembrando dudas y hablando todo el día de honradez.

Es así como se explica lo que dije el otro día, que si bien no todos los que van a la política van a lo que van, no es menos cierto que todos los que se quedan en ella, se quedan porque se quedan. Y hay que ver lo que cuesta sacarles de la poltrona…

¡Ya sé! ¡Ya sé! “No todos los Partidos Políticos son iguales” Es verdad. Entre las formaciones mayoritarias, donde abundan los recursos externos y hay múltiples ocasiones con las que ir formando a los futuros cuadros, la “Prueba de Corrupción” se realiza con más tiempo y profesionalidad que en los partidos minoritarios, municipales o Regionales, donde la falta de medios y oportunidades, obliga a acelerar los procesos favoreciendo la aparición de gente chapucera que más pronto que tarde son carne de banquillo desprestigiando a los de su clase, o por el contrario dada su vertiginosa carrera, son captados por las grandes formaciones creando escisiones de por medio.

En otras palabras, la “Prueba de Corrupción” es a la Política, lo que el primer delito de sangre es en las organizaciones criminales, donde uno pasa a ser alguien de confianza, después de haber demostrado a todos, primero ser capaz de matar con sus propias manos y segundo tener un motivo para no delatar al resto.

Pero ahora viene lo bueno. No crean ustedes que este método de corrupción gradual, escalonado, meticulosamente calculado, racionalizado y estudiado es nocivo para la sociedad. Paradójicamente ¡Funciona! Y funciona por lo que he dicho, no al inicio del inicio, pero casi: que somos malos y la sociedad nos empeora. Si fuéramos una Comunidad de Santos, una Congregación de Ángeles – a una convención de hermanitas de la caridad ya no me atrevo – entonces, sería posible que lo ideal para poner al frente del Estado o del Gobierno, fuera un hombre piadoso, alguien honesto, justo, sabio e incorruptible, porque indistintamente de sus cualidades, no haría falta que intercediera en nuestros asuntos. Pero resulta que somos, como diría Nietzsche, demasiado humanos, por consiguiente, es necesario que un agente externo, tan malo como nosotros o peor, nos gobierne, vigile, oprima, reprima y mande, ante cuyo semblante, siempre salgamos ganando espiritualmente en la comparación, pues lo que no puede ser es lo contrario.

El verdadero objetivo de la ciencia

 

Desde mi más profunda vagancia, desayuno con desasosiego la inquietante apreciación con la que se estrena en una entrevista Carmen Vela, Secretaría de Estado de I+D+i, para quien “el objetivo final de la ciencia es generar trabajo, empleo y riqueza.” Del susto se me ha atragantado el donut.

Aun comprendiendo qué le ha conducido a proferir semejante aserto dirigido al mundo de la industria y a una opinión pública cuyo horizonte causa-efecto se pierde más allá del próximo finde…tal afirmación, es rechazable como mínimo en sus dos terceras partes.

Yo siempre he pensado, que el final primero y último de toda Ciencia, es el Hombre, su felicidad y sobre todo, su supervivencia, teleología que la colma de sentido, por cuanto permite adaptarnos más cómodamente al entorno, cuidar la salud, vestir y alimentarnos de manera más idónea, desarrollar nuestras capacidades comunicativas, de transporte, interpersonales, haciéndonos más comprensible la propia Naturaleza, la sociedad en que vivimos, desentrañar en qué consiste la vida, qué es el Mundo y algún día cuál es el origen del Universo, por qué hay Ser en vez de Nada y demás misterios de la Existencia. Nunca se me pasó por la mente que el final último de la Ciencia fuera crear trabajo. Antes ¡al contrario!

Una de las funciones que la sociedad tiene confiadas a la Ciencia, es precisamente ahorrarnos el mayor trabajo posible o en su defecto, convertirlo más liviano o derivarlo a terceros como animales o máquinas y si es posible minimizando los costes energéticos y maximizando su rendimiento. ¿Estoy en un error? ¿Es posible que mi amor por la Ciencia me haya cegado tanto que lo que yo veo como un hermoso lunar, sea en verdad una terrible verruga? No lo creo.

La temprana lectura del “Discurso sobre las ciencias y las artes” de Rousseau durante el instituto, me vacunó lo suficiente como para no caer en la candidez de reemplazar la Fe por la Razón y la Religión por la Ciencia como iba camino de hacer en una marcha intelectual a la que le vino muy bien escuchar aquello de “A lo mejor, el progreso ha ido demasiado lejos” que me permitió entender, ya en segundo de carrera, la observación de mi profesor de Antropología, Carlos Beorlegui, de que, el desarrollo de humanización no iba muy parejo al de hominización. En consecuencia, no albergo temor alguno de haber sufrido ningún tipo de ensoñación al respecto, pues siempre me he mantenido muy crítico, no con el verdadero objetivo de la Ciencia, sino con el de los científicos, los cuales se ven obligados a rendir pleitesía a quienes desde el Poder establecen las prioridades del momento y de su época, no siendo infrecuente que al igual que le sucede a los artistas, los científicos deban supeditar sus investigaciones a los distintos caprichos de los mecenas-patrocinadores y de igual manera que aquellos se han pasado la vida pintando retratos feos y bodegones absurdos, estos han debido dedicar su preciada existencia a construir armas, con la esperanza de poder desarrollar su auténtica vocación e íntimos ideales.

Quién está en una enorme confusión, es la nueva Secretaria de Estado. Es cierto que la Ciencia en su eliminación de trabajo antiguo, ha generado nuevas formas de trabajo, verbigracia, el tractor ha sacado del campo a miles de campesinas que de sol a sol azada en mano no levantaban cabeza, pero ha dado empleo en las fábricas donde se construyen los tractores. ¡Vale! Pero concluir de ello que •el objetivo de la ciencia es crear trabajo…es como si la Ministra de Salud saliera con que el objetivo de la medicina es formar a médicos y construir más y mejores hospitales. Porque no se puede tomar por objetivo de una Ciencia lo que meramente es el instrumento para su consecución.

Y ahora para limar asperezas, me dejaría nombrar su asesor personal, pues mi objetivo en esta vida es no trabajar.