Desde la humilde tradición familiar del nacimiento, hasta la más sublime faceta artística, todos escogemos los pasajes evangélicos de Mateo y Lucas para ilustrar el espíritu navideño, cuando a mi entender, el texto que mejor describe el ánimo con el que la época presente evoca sus episodios, es Eclesiastés, donde Qohelet pronuncia su sentencia Todo es Vanidad Parecerá paradójico que un texto que trata de la Vanidad, tenga algo que enseñarnos al respecto. Sin embargo, pronto apreciaremos que Navidad y Vanidad guardan entre sí una relación mayor que el mero juego de letras que propicia el castellano.
A día de hoy, querámoslo o no, la Navidad es vanidad por cuanto hace alusión a lo vano, a lo hueco, a lo vacío y a lo carente de realidad, identidad o sentido de una pretendida fiesta que detrás de tanto fasto, lujo, y derroche, de tanta luz, color y decoración, de tanto bullicio, ajetreo y alboroto, de tantos abrazos, regalos y felicitaciones… está desprovista del genuino significado que la viera nacer. Y por cuanto, también, hace referencia en la esfera individual a la deformación de la personalidad que padecemos cuando exageramos nuestra autocomplacencia narcisista, orgullosa, y egoísta, en el plano moral en el que nos movemos, que dificilmente podemos doblegar en pos de obtener la artificial atmósfera navideña de paz, amor, solidaridad, concordia, y armonía general evanescente. Ante tan crítica situación, a la débil conciencia, sólo le resta inmolarse en el inútil intento de torcer el rumbo de los hechos, o bien aceptar la realidad tal cual es. La mayoría optamos por ésta segunda alternativa.
Y es aquí donde Qohelet nos expone con toda crudeza la vanidad del mundo, lo inútil de todo esfuerzo por acumular riqueza, lo efímero de cuanto consideramos importante, lo falso y engañoso de toda ostentación de poder, lo aparente e ilusorio de todo pretendido conocimiento, lo estéril de todo proyecto emprendido… En definitiva, el sinsentido y absurdo de la vida humana, vanidad entre vanidades. Pero Qohelete, que se pronuncia desde su desdicha al comprobar que todo cuanto le rodea es vanidad, no nos hace partícipes para que nos entreguemos sin más, al alegre Carpe diem antiguo de Horacio, o al deprimente Nihilismo contemporáneo de Nietzsche, sino para que tomemos conciencia del hecho, y sepamos sacar el único provecho que a su juicio es posible obtener para todo hombre en su corta existencia, a saber: comer y beber en compañía. Enseñanza ésta, que curiosamente para nuestra sorpresa, coincide plenamente con lo que hace la mayoría de la gente durante la Navidad.
Por consiguiente, si al individuo no le está permitido celebrar la fiesta en soledad, por muy genuino y sincero que sea su íntimo sentimiento, y por contra, la sociedad en la que vivimos parece haber renunciado irremediablemente a tan noble propósito… sólo nos queda disfrutar su Vanidad, comiendo, bebiendo y deseándonos unos a otros ¡Feliz Vanidad!
Autor: Nicola Lococo
Educación recurrente
Más por necesidad que por racionalidad, se va asumiendo socialmente que la educación, si bien nunca se inicia con la escuela, tampoco termina en ella. Si hubo un tiempo en que preparaba a los ciudadanos para las futuras ocupaciones que habrían de desempeñar, digamos que hace lustros pasó a la historia trabajar en lo que se había estudiado, ejercer su oficio hasta la jubilación, que la profesión no variase demasiado a lo largo de la vida laboral, y demás características propias de la era industrial del pasado Siglo.
Cada vez escuchamos más a menudo hablar de mayores que vuelven a las aulas, de inauguración de centros para adultos, convocatoria de talleres de formación, para atender una persistente demanda intelectual de parte de una población que va muy por delante de la oferta pública, pues no son pocos los jubilados que se sienten realizados acudiendo a estos cursos donde poder hacer realidad aquellos estudios que en su día dejaron aparcados por tener que afrontar sus responsabilidades familiares, y los desempleados que ven en ellos una oportunidad de incorporarse al mercado de trabajo. Es elogiable las iniciativas que en este sentido han sido anunciadas desde los distintos organismos, empero advirtiendo de su insuficiencia, dado que es toda una lástima que, adoptemos este enfoque a remolque de los acontecimientos en lugar de un modo planificado, cosa que requeriría adecuar la producción a la educación, y no al revés, como sucede hasta la fecha, porque entre otras cosas, se ve, que ya no funciona.
Lo deseable no es que personas con curiosidad, apetito intelectual, y ganas de formarse en las distintas áreas del saber sean estas científicas, sapienciales, técnicas, mecánicas, o manuales, deban postergar su desarrollo personal, entregándose a ello solo cuando se lo permite la producción – paro, jubilación – pues aunque nunca es tarde si la dicha es buena, todo tiene su momento, y lo conveniente es que los aprendizajes se realicen de modo constante y recurrente a lo largo de toda la vida de la persona, no dando por sentado que el tiempo de aprender es la infancia y juventud, la de trabajar la madurez, y descansar la vejez, no dejando nada que hacer para la ancianidad…
Hasta hace poco, se creía que el cerebro a penas sufría modificaciones sustanciales superada la pubertad, si no eran para menguar sus facultades, atrofiar sus capacidades, o degenerar en patologías. Pero recientemente se ha descubierto que el cerebro está en evolución constante, que las tareas intelectuales y psicomotrices como jugar al ajedrez a decir de Leontxo García, le ayudan a mantenerse en forma, retrasar cuando no evitar, los problemas de Alzheimer, Parkinson, y a ser feliz. Y qué mejor gimnasia mental para nuestro músculo gris que, estar siempre estudiando, aprendiendo, memorizando, y ejercitándose en una educación recurrente…
Su puesta en práctica requeriría trastocar el actual sistema de producción: Para empezar, la educación obligatoria debería integrar la polivalencia en el aprendizaje de oficios; más adelante, cuando haya acreditado un mínimo genérico que le capacite en dicha polivalencia, podrá decantarse por su especialidad, mas antes de recibir la titulación habría de superar un periodo de prácticas; ya inmerso en la vida laboral, cada seis años, tendría obligación de tomarse un año sabático con sueldo, para disfrutar su juventud viajando, formándose en idiomas, informática o los avances y novedades de su especialidad. La edad de jubilación se retrasaría según la naturaleza del oficio, tantos años como se haya tomado sabáticos.
Como puede observarse, la educación recurrente ofrece muchas ventajas, y pocos inconvenientes, y es toda una tragedia que esta medida que estaba entró a estudio a mediados de los Ochenta en el foro de la UNESCO, se haya guardado en el cajón de las utopías junto a otros proyectos como el “Cheque tecnológico” una vez se hubiera caído el Muro de Berlín.
Lo saben en Colombia, lo saben en la China: La Coca Cola ni tortura ni asesina
CEDO ESTE ESPACIO PARA EL COMUNICADO ENVIADO POR MARY SOLICITANDO UN SOS para con los trabajadores fleteros y consecionarios en medellin
El día 13 de Diciembre de 2010, 18 Concesionarios y trabajadores subcontratados en Coca-Cola en la ciudad de Medellín, se afiliaron a SINALTRAINAL, al día siguiente ya eran 48, de inmediato los funcionarios Coca Cola iniciaron la campaña de presión y desinformación para se retiren de SINALTRAINAL y lograron dos desafiliaciones.
El 16 de Diciembre de 2010, varios concesionarios y trabajadores subcontratados, decidieron no sacar los camiones con los productos al mercado y permanecen dentro de la embotelladora de Coca-Cola en Medellín, la respuesta de la empresa fue llevar el Ministerio de la Protección Social y a la Policía para que constate lo sucedido, pero los concesionarios y trabajadores deciden seguir en la protesta. Sinaltrainal, el movimiento sindical, la CUT, los trabajadores directos y familias respaldan esta justa reclamación, acompañando la carpa instalada a la entrada de la Embotelladora de Coca-Cola y otro grupo bien representativo de trabajadores se han afiliado a Sinaltrainal.
Los trabajadores no salen a distribuir los productos de Coca-Cola, porque están cansados de las presiones, el maltrato, la falta de solución a los problemas y rechazan el despido de uno de los concesionarios que se había afiliado a Sinaltrainal, por un faltante de dinero de las ventas, que está plenamente comprobado es un crédito otorgado a un cliente.
Se vieron abocados a esta protesta, por las inhumanas jornadas de trabajo, el poco ingreso, las diferencias en el pago de comisiones, el cobro de la rotura de envase y productos, la larga lista de enfermos a consecuencia de las condiciones de trabajo, la negación de los derechos laborales y los injustos contratos.
La administración de Coca-Cola hace una campaña de desinformación a los trabajadores diciendo que Sinaltrainal ha usado mentiras para que los trabajadores se afilien
La campaña de terror se mantiene, están llamando a las casas parta intimidar a las familias de los trabajadores, amenazando los dejaran sin trabajo, que pasaran una navidad amarga, que la empresa se siente secuestrada y que llamaran a la fuerza pública para que los desalojen violentamente, están filmando, fotografiando, provocando y llamando a descargos los dirigentes de Sinaltrainal.
Es justo rechazar tanto abuso de Coca-Cola, apoyemos a nuestros compañeros de la ciudad de Medellín, levantemos nuestra voz de protesta, reproduce este comunicado, llévalo a tu familia, al tendero, informa de la brutalidad con que actúa Coca-Cola contra los trabajadores.
Los Concesionarios y Trabajadores Subcontratados También Son Seres Humanos, Merecen Respeto y Tienen Derechos.
Ingresa la Policía a la Embotelladora de Coca-Cola para Desalojar a los Trabajadores.
El día 17 de Diciembre de 2010, en las horas de la mañana, la administración de Coca-Cola, representada por el Mexicano José Antonio Gutiérrez, ingresó a la embotelladora en Medellín a la policía, con carros tanqueta y blindados para sacar por la fuerza a los trabajadores, que desde el 16 de diciembre permanecen dentro de la embotelladora y se niegan a movilizar los carros distribuidores.
Los trabajadores han hecho una cadena humana, se mantienen unidos de las manos, permanecen arrojados en el piso dentro de la embotelladora de Coca-Cola, para evitar su desalojo por la fuerza y tratando de impedir que los carros cargados de productos Coca-Cola, no pasen sobre su humanidad, ya que la empresa, ha ingresado personas traídas de otras regiones para que movilicen al mercado los camiones.
Los trabajadores no salen a distribuir los productos de Coca-Cola, porque están cansados de las presiones, el maltrato, la falta de solución a los problemas y rechazan el despido de uno de los concesionarios que se había afiliado a Sinaltrainal, las inhumanas jornadas de trabajo, el poco ingreso, las diferencias en el pago de comisiones, el cobro de la rotura de envase, la larga lista de enfermos y lisiados en accidentes, la negación de los derechos laborales, los injustos contratos.
La administración de Coca-Cola se ha mantenido reunida con los mandos de la policía dentro de la embotelladora, los trabajadores son víctimas de llamadas a las familias recibiendo amenazas de despido, personas en nombre de Coca-Cola y escoltados por la policía están llegando a las casas de los trabajadores para dejar cartas de despido.
Lo invitamos para que rechace tanto abuso de Coca-Cola, ayúdenos a difundir este comunicado, llame al sitio más cercano de Coca-Cola y pronúnciese.
¡SINALTRAINAL PRESENTE!
Bono, no es un chorizo
Es posible que muchos de ustedes tengan la convicción personal de que José Bono, el actual Presidente del Congreso, tercera autoridad del país, es un auténtico chorizo. Pero vivimos en un Estado Democrático y nuestras leyes garantizan la presunción de inocencia a todos los españoles, incluido él. En consecuencia, no se puede ir por ahí llamando chorizo a todo el que se nos antoje, menos aún, tratándose de personas tan perfumadas, enjabonadas y lustrosas como el aceitoso Señor Bono. Pero el daño ya está hecho. La incontinencia verbal de Willy Toledo profiriendo en mitad del Congreso de los Diputados ¡¡Chorizos!! motivó que el bien entrado en carnes Presidente del Congreso le enviara, ipso facto, detenido a los calabozos, decisión enérgica que los mal pensados de siempre, han atribuido a un acto reflejo defensivo de su rolliza persona al sentirse aludido, cuando lo cierto es que actuó purlonamente de oficio.
La defensa de Bono para demostrar que no es un chorizo, seguramente en su día requirió de infinidad de papeles, intervención de los mejores abogados, toda la comprensión de la fiscalía, el buen hacer de la Hacienda pública, siendo la mejor prueba de su inocencia que todo aquel grasiento asunto no pasó de la primera plana de algunos periódicos. También la NASA podría haber hablado en su favor con distintos experimentos trigonométricos y hasta la OTAN habría presentado pruebas irrefutables en la ONU de que España no esconde chorizo alguno en el Congreso. Sin embargo, no hay más ciego que el que no quiere ver, ni sordo que el que no quiere oír y ustedes serán muy libres de continuar viendo en Bono a todo un chorizo sin pruebas científicas ni financieras que les respalde, guiados únicamente por los maliciosos rumores que le atacan por declararse abiertamente católico en un momento de beligerante ateísmo y subversión relativista.
Y si lo que he dicho de Bono, es correcto ¿cuánto más no lo será, cuando se le llama chorizos indiscriminadamente a todos y cada uno de los Congresistas que estaban allí presentes condenando tibiamente lo sucedido en el Sahara? Como diría María Teresa Campos ¡¡no se puede generalizar!! Hasta para insultar hace falta un poco de cultura y educación…Es posible que para muchos de ustedes, Bono sea un chorizo, pero ¿es aplicable el término por igual al Leire Pajín? Evidentemente no. Lo apropiado en el caso de que quisiéramos emular a este actor de pacotilla, sería referirnos a los y las Congresistas como chorizos y morcillas, o si se prefiere salchichones y salchichas, chóped y mortadelas, jamones y jamonas…Mención especial merecerían las distintas variedades regionales con reconocida denominación de origen y representación parlamentaria como el chorizo de Pamplona, de Salamanca, de Guriezo o Cantimpalo, sin olvidarnos de la riqueza gastronómica nacionalista como la txistorra, la butifarra, etc.
De cualquier modo, lo que importa respecto a la cuestión aquí tratada, es lo que ha dicho el Tribunal Supremo, toda una autoridad en asuntos de charcutería y que en resumen, viene a dejar constancia judicial de que Bono, ¡no es un chorizo! Pues, en el auto remitido por EFE indica que, las consideraciones incluidas en la querella en relación al patrimonio familiar y personal del presidente del Congreso son opiniones personales del querellante que «carecen de indicio objetivo de comisión de delito y que no pueden justificar una investigación penal. Lo que me recuerda la canción de La Banda del tio Honorio ¡Qué se puede hacer con los chorizos del alcalde…
House y la terapio-terapia
Series como House, basadas en la terapia-ficción, han elevado a su máxima potencia la merecida confianza que el ciudadano tenía en este saber humano que aún plagado de errores y fracasos, con todo, nunca hasta ahora, había frustrado tanto a pacientes y familiares que mal acostumbrados a visionar en la pantalla como los problemas se resuelven ipso facto sin necesidad de más ¡Abracadabra! que una cáustica salida de un genial excéntrico, se exasperan a la más mínima demora en el diagnóstico, cualquier pequeña falta en el tratamiento, imprecisión del análisis o equivocado tratamiento, pues cualquier resultado adverso, es actualmente juzgado desde la necia intolerancia al mal más natural de cuantos hay, el de la propia limitación de nuestra naturaleza, que sólo en la fantasía de los guionistas discurre exitosa entre los distintos obstáculos argumentales que se precisan para el desenlace previsiblemente feliz.
A consecuencia de todo ello, nuestra Sanidad, esa que es practicada por médicos de carrera en grandes hospitales públicos, dotados del mejor instrumental pagado con nuestros impuestos, auxiliados por los cuidados de enfermería y la industria farmacológica que se han formado en nuestras universidades estatales, corre el riesgo de morir de éxito sin que nada lo pueda remediar.
Por un lado, sin saberse muy bien por qué, de pronto, la gente ha empezado a buscar la cura de sus males en otras disciplinas marginales que no han encontrado el suficiente acomodo en la ortodoxia terapéutica occidental, como la color-terapia, músico-terapia, aroma-terapia, riso-terapia, cristal-terapia, pareciendo que todas las cosas que nos rodean tienen la facultad de curar, desde el agua de la homeopatía a los pinchazos de la acupuntura sin olvidarnos de los beneficios de la hipnosis, el Feng shui y la práctica del yoga, todo, menos la medicina y los medicamentos, por lo que es posible que al final lo que se este demandando sea una terapia de la terapia, aunque lo único que se está consiguiendo es generar una terapiopatía que compulsivamente busca curas en la superchería mas recóndita y en los cachivaches más insospechados, como esas pulseritas magnéticas o como acabo de leer en los diarios, en unas bragas de tela prodigiosa a base de algas marinas.
Es posible, que la medicina moderna basada en el estudio intelectual, la observación científica, el trabajo de laboratorio, que tan buenos resultados ha cosechado en prevenir, combatir, controlar y eliminar la enfermedad, sin embargo, haya descuidado al paciente aquejado de la misma y ciertamente, requiera incorporar algunos elementos que ofrecen esas otras curas que ahora se ofrecen como alternativas, cuando desde una perspectiva más amplia podría denominarse complementarias. Y efectivamente, es posible que la medicina ortodoxa necesitara ella misma una terapia que corrija este defecto de desafecto tendente al cientificismo, excelente para combatir a los agentes patógenos, mas ya trasnochado e ineficaz para tratar con las personas. Mientras no se acometa esta cura de la propia medicina, por muchos que sean los éxitos positivos que el más avanzado instrumental pueda ofrecer, nunca colmará ese anhelo de atención que requieren los enfermos y que es precisamente el que ofrecían antaño los chamanes, hechiceros, brujos, curanderos, confesores…y en la actualidad, homeópatas o psicólogos, al margen de quienes se dedican a las disciplinas enumeradas y un sinfín de charlatanes de los que no está exento saber alguno, ingrediente imposible de recetar por prescripción médica y que no puede adquirirse en las farmacias que es el que precisamente el espectador detecta en la serie mencionada en la que todo un equipo de médicos no hacen otra cosa en sus vidas que preocuparse por lo que le ocurre al paciente de turno desde todas las perspectivas posibles, razón última de que al final, el bien, prevalezca sobre el mal y haya una cura rápida y efectiva. Mientras ello no suceda, la gente irá de terapia en terapia buscando aquella cura que solo las personas pueden dar a las personas y que mucha gente echa en falta en una profesión que debería ser vocacional.
Y de otro lado, las inquietas mentes neoliberales creen hallar la pócima milagrosa en la privatización de la Sanidad pública poniendo como ejemplo a tan nefasta serie donde los pacientes son tan bien tratados, no por la vocación o capacitación de los personajes que en ella intervienen, sino porque esos pacientes son además clientes que pagan las facturas, auténtico mensaje subliminal que nos administra la quintacolumnista programación televisiva a toda la familia en el hogar, sin necesidad de que vayamos a recibir las píldoras milagrosas de esperanza Aguirre y el Partido Popular en este capítulo, haciéndonos olvidar que en nuestra Sanidad pública, precisamente los pacientes por ser sólo pacientes, somos tratados como tales, indistintamente de nuestra nómina, pero evidentemente, no gratis, que para algo son los impuestos.