Fin de la Coca Trola

Según parece, la “Globalestaf”, denominada coloquialmente “Crisis”, ha debido afectar al presupuesto que las multinacionales dedicaban al soborno mediático también llamado publicidad con el que amordazaban a los periodistas íntegros cuyos reportajes denunciando sus abusos contra la clase trabajadora, eran relegados al olvido por la empresa sacrificando con ello el interés periodístico por contar la verdad en aras de salvaguardar los potenciales ingresos que llenan páginas en los periódicos, interrumpen las melodías en radio, molestan en la pantalla del televisor, por aquello de no morder la mano de quien te da de comer, con la canina excusa de que gracias a su silencio podian alzar la voz en otros ámbitos, siempre que no afectaran a los intereses de dichas multinacionales asociadas a la Banca o a los partidos de régimen cuya propaganda institucional y subvenciones, tampoco es moco de pavo que digamos para su supervivencia en el mercado dirigido por indices de audiencia que tratan de convencernos que la gente está más preocupada por los temas del corazón o el deporte que por la economía y la Política. Así que, ¡Marrón y en botella! ¡Toma Caca Cola!

Digo que les ha debido afectar la crisis, porque de otra manera, no me explico ni el seguimiento dilatado en el tiempo, ni la inmediata repercusión que lo sucedido en la planta de Coca Cola de Fuenlabrada (Madrid), ha tenido en la prensa escrita, radio, televisión e internet, cosa del todo inaudita, más si atendemos a la excelente calidad de los artículos aparecidos en grupos editoriales nada dados a retartar hechos semejantes en el pasado, lo cual, me hace sospechar que la Coca Cola ha debido descuidar últimamente su estrategia de marketing para con los medios de comunicación, y estos le han pasado factura dejando de vendernos la Coca Trola, con igual prontitud que los profesionales del ente público canal 9 iniciaron la crítica al Gobierno valenciano en cuanto este les puso de patitas en la calle. Que una cosa es dejarse comprar por el Poder y otra muy distinta quedarte vendido por este.

Ayer Jueves, hemos podido ver ¡hasta en TVE1! como los trabajadores de esta Multinacional han sido atropellados en sus derechos civiles y laborales tanto por la empresa como por el ARE (Aparato Represor del Estado) por supuesto, siguiendo las directrices de Gobernantes criminales que para eso están. No sólo eso. Nos han informado bien informados de los antecedentes y de lo que ha ocurrido con pelos y señales que paso a resumir:

Hace algunos meses, la Audiencia Nacional, obligó a la empresa embotelladora a ejecutar lo establecido en su fallo de anulación del ERE presentado. Lo que implicaba readmitir a los 821 trabajadores que recurrieron el despido o bien a pagar sus salarios aunque no vayan a trabajar incluidos los atrasos de todo ese tiempo transcurrido. Así nos enteramos también, que sus trabajadores, llevan más de un año acampados ante la planta de la multinacional, a fin de vigilar que las élites extractoras no desmantelen sus instalaciones con la aquiescencia de los Gobernantes criminales. Pero, por sorpresa, ayer Jueves a primera hora de la mañana la tensión en torno a la fábrica de Fuenlabrada se ha disparado al constatar los trabajadores que arrancaba el desmantelamiento de su fábrica y con ello sus puestos de trabajo. Evidentemente, multinacional y nuestros representantes criminales estaban coordinados en la operación para robar a la ciudadanía su riqueza, porque ya desde las 7:30 horas, la policía hacía acto de presencia como madrugador Piquete Patronal que es.

Algunos pobres trabajadores, en su ingenuidad, debieron pensar que la Policía que sigue órdene criminales, desplegó allí decenas de efectivos ¡por fin! Con objeto de proteger sus legítimos derechos constitucionales, para hacer cumplir la ley dictada por los tribunales, para defenderles como ciudadanos de bien que pagan sus impuestos, con los que se pagan los salarios policiales y con este ánimo de darles la bienvenida, se acercaron hasta la dotación de antidisturbios cual despreocupado séquito hawaiano. ¡Lo que es no interpretar bien las señales! Ante su proximidad, la policía reaccionó cargando contra los trabajadores para dispersarlos de la zona e incluso detuvo a un pobre hombre por resistirse a la Autoridad.
Bueno, de todo esto me he enterado sin tener que investigar en la red en páginas revolucionarias de gente revoltosa dispuesta siempre al levantamiento sistemático, la protesta diaria o la contestación civil. Si cunde el ejemplo y las empresas automovilísticas, las farmacéuticas, las petroleras, las inmobiliarias…dejan de pagar su tributo publicitario, corro el riego de quedarme sin motivo para escribir, pues me tengo por persona extremadamente vaga y no me tomaría la molestia de hacer lo que todo el mundo hace y menos, para hacerlo peor si son profesionales del periodismo de verdad quienes se ocupan de denunciar la injusticias sociales y vigilar a los Gobernantes.

El Bandismo

9788415511090

Llevaba meses ultimando un próximo artículo versado en banderas, bandos, bandas y bandidos, con intención de referirme a la realidad socioplítica sin mencionarla, cuando, por una de estas serendipias que salpican mi destino, quiso el azar que en un trueque con un colega, a cambio de mi reciente publicación del segundo volumen sobre la “Historia oculta de la Masonería”, recibiera, sin yo buscarlo, un volumen de ensayo cuya portada con dibujos y título jocoso “Si te gustan las rubias ¡Eres un machista!” publicado por “Editorial Inciciativa Mercurio” a primera vista, despista sobre su intrínseca relevancia, pues a mi entender, alerta sobre un extendido fenómeno que el librepensamiento padece a diario entre nosotros, a saber, “el Bandismo” voz acuñada por el autor y que debería haber aparecido como título del trabajo.

Juan Antonio Espeso, alias “Randy” para los amigos, ha rellenado una laguna de la reflexión colectiva, al ocuparse como nadie de analizar esa extendida tendencia que tenemos de ubicar a la gente en bandos, tanto en la esfera política (Partidos, ideologías), como económica (Corrientes), religiosa (Judíos, Cristianos, Musulmanes), deportiva (locales y visitantes) y aún artística (realistas, abstractos), denunciando sus peligros y vicios, a la vez que ofreciendo recetas para evitarlos en la medida de lo posible por medio de ingeniosas formulaciones académicas del estilo Teorema de, Hipótesis de, Axioma de, etc, apoyadas en fuentes imaginariamente eruditas, en caustico retruécano a la casta intelectual que envuelve sus elucubraciones pretendidamente elitistas cual renovados medievalescos Argumentos de Autoridad, acentuando así, más si cabe, su decidida apuesta por favorecer el denominado “Espíritu crítico” que a estas alturas ya ha adquirido el rango de fantasma, por lo que, en mi sana opinión, la mera lectura en bachillerato de esta genial obra de filosofía práctica, recuperaría para la sociedad y los ciudadanos en menos de dos generaciones, la facultad de pensar por uno mismo sin miedo a ser encasillado por el resto, ni a autocensurarse la persona por celo de falsa coherencia interna, pues como he advertido muchas veces, “yo jamás me contradigo: me complemento”. Claro que, como subraya el artífice de esta joyita literaria, podemos caer entonces en la denominada “Paradoja Randyana” cuál es, la de dividir al mundo en Bandistas y no-Bandistas, como si no tuviéramos bastante con las banderas, los bandos, las bandas y los bandidos, asunto del que me ocuparé en otra breve cita con los lectores.

El Bandismo aparece magistralmente definido como aquella falacia mediante la cual se nos persuade de que los pueblos y los individuos pertenecemos irremediablemente a un bando, palabro que ilustra mejor la manipulación del hasta ahora denominado “Frentismo” por cuanto el primero abarca un mayor número de casos, siendo el segundo sólo una consecuencia del anterior. El mejor exponente de ello lo tenemos en que por el hecho de nacer, ya somos sicilianos, italianos y Europeos, sin necesidad alguna de estudiar o pasar un examen, mientras otros, por capricho de las coordenadas geográficas que no espaciales, se les atribuye ser Cameruneses y Africanos. Y además, nadie puede escapar a ello, pues si es difícil la apostasía en el seno de la Santa Madre Iglesia, prueben ustedes a intentar dejar de pertenecer al Estado francés o español.

El Bandismo se reconoce por entender que todos hemos de pertenecer a un bando; siendo preferible el Bandismo simple, es decir, la separación del Universo del Discurso en dos bandos como Israelitas y gentiles, payos y Gitanos, fieles e infieles, izquierdas y derechas; preferiblemente enfrentados como indios y vaqueros, taurinos y animalistas, madridistas y barcelonistas; por supuesto del todo excluyentes al modo de blancos y negros, esclavistas y abolicionistas, abortistas y provida, muertos y resucitados, buenos y malos, etc.

El planteamiento Bandista procura hacernos creer que por mantener una premisa A por ejemplo “Los homosexuales merecen todo nuestro respeto” ya pertenecemos al Bando A Bando homosexual; y lo contrario, si criticamos A es que no somos A seguramente se nos adscriba al bando B. Dividida de esta guisa la población, resulta sencillo convencerla que por que piensen A quienes piensan lo mismo son de los suyos e incluso amigos y quienes no lo hacen son de los otros, que es como el existencialismo de Sartre definiría el Infierno. Porque es propio del Bandismo pretender que por afirmar algo sobre A como “Estoy a favor de la unidad de España” y pertenecer incluso al bando A es decir, ser español, ya tienes que estar en contra de B, o sea, en contra de que vascos y catalanes tengan derecho a decidir su futuro por vias democráticas en referéndum.

El Bandismo también se caracteriza por asociar paquetes de ideas arbitrariamente en bandos de modo que si afirmas X como “Soy católico” de inmediato tienes que ser Z de derechas y un meapilas o por ser P como vegetariano necesariamente debes ser Q ecologista, pacifista, y bricomaniático.

La obra desgrana una a una las distintas formas y sutilezas con que se presenta el Bandismo en los medios de comunicación y en las relaciones personales sean estas laborales, vecinales o de pareja, trufado su contenido de casos destornillantes y de anécdotas como la referida en la introducción donde se nos relata que tras dejar el borrador del texto a un conocido para que le diera su impresión, aquel muy serio le dijo: “Sería necesario que aclararas un poco más al público de parte de quién estás”.