LA foto de Rajoy que nadie esperaba

 

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Cuando todo el mundo espera un gesto, una foto de Rajoy con las autoridades europeas o con sus ministros, aparece esta instanténea del futuro presidente con mi persona, tomada en un parque de Bruselas ante el Palacio Real. Los asuntos de los que tratamos son materia reservada, hasta su toma de posesión, momento en el cual desvelaré más información clasificada.

Mierda y representación

 

Aunque sólo sea una vez cada cuatro años, pareciéndome del todo desequilibrada la proporción entre el tramo del calendario dedicado al atolondramiento general por medio de estímulos visuales, acoso constante mediante megafonía, anuncios sorpresivos que interrumpen la programación, propaganda partidista disfrazada de información en los Tontodiarios y misas mitinales exacerbando la más abyecta de las adhesiones a las que puede aspirar la voluntad humana, la Democracia dedica un día a la reflexión, que aunque en sus inicios pudiera resultar escaso margen para tomar una decisión tan importante como lo es decidir quién nos va a representar, según se suceden los distintos planes de estudios, observamos con admiración que el tiempo otorgado empieza a ser adecuado a las necesidades neuronales de la población educada fuera del espíritu crítico y en la total obediencia.
Dependiendo de la idea que uno tenga del Arte, este deberá representar la realidad tal cual es, mostrar su ideal corrigiendo sus defectos, servir de vehículo de ideas, surtir de ejemplos gráficos de la Verdad, la Amistad, la Fe, retratar cuanta belleza hay en la Naturaleza, el Hombre y la Sociedad, hacer de vanguardia estética ensanchando horizontes mentales…si bien está muy arraigada la impresión de que el Arte ha de gustar, cuando a mi modo de entender, bastaría con que precisamente se limitara a impresionar, es decir, a causar y transmitir impresiones, mal que estas causaran disgusto, desagrado y hasta repugnancia.
Los primeros humanos con nociones de representación y cánones estéticos, no dudaron en utilizar sus propios excrementos, entre otros fluidos cual natural pigmento. En la actualidad, no son pocos los artistas que han recuperado tan ancestral costumbre de contar con su propia materia prima como sangre, mucosidades, orines, sudor, semen, cera, saliva, heces y hasta lágrimas al objeto de implicarse en su obra más allá de la mera creatividad intelectual, dejando algo de si en ella a parte de su intención. La idea me pareció genial dentro de la esfera estética. Sin embargo, pronto comprendí la enorme fuerza simbólica que podía seguirse de este otro Arte Real Escatológico, de emplear su pringosa técnica para denunciar a los poderosos.
Yo, hasta este momento, tengo mi pequeña pinacoteca secreta, de la que ya dejé pista escrita en mi ensayo “Memorias de un retrete y otros escritos cochinos” donde en cada obra aparece retratada al mejor estilo de los “Grabados” de Goya, las distintas personalidades e Instituciones de nuestro tiempo que para evitarme querellas, las envío derechitas al excusado, pues aunque no veo delito en pintar a Reyes, Presidentes, Banqueros, Generales, Ministros…como diría Fernando Fernán Gómez ¡A la mierda! como tampoco lo es hacerles un retrato al oleo o a acuarela, como quiera que mi particular visión de lo que debería ser la función primordial del Arte, no participe la mayoría, creo comprensible que para espíritus tan nobles y delicados como los mencionados que han olvidado del todo que son mortales, no les haría ninguna gracia que se les representase con mierda y menos todavía que además de mortales, ¡son cagones! Porque quién más quien menos, todos producimos mierda.
Pensando sobre ello, sobre si tenía derecho o no a representar y retratar a las distintas autoridades y dignatarios con mierda y hacer una exposición pública de mis lienzos producidos en mi oculto taller donde por caballete tengo una taza y asiento un humilde bidé, tomé la terrible decisión para un artista de mantener mi obra desconocida para el gran público. No tanto por un falso respeto que esta gente de ningún modo merece, o porque me avergüence yo mismo de mis fechorías marrones. ¡Para nada! Lo que contra mis más enérgicos impulsos ha motivado que mi obra Escatológica no haya visto la luz en este cuarto de siglo, obedece nada más a que simpatizo con el derecho que toda persona tiene a ser retratada y representada con su propia mierda y no con mierda ajena, porque como bien saben ustedes, sólo huele mal la mierda de los otros.
Caí en la cuenta de esta terrible limitación moral, cuando estando estudiando en Florencia a comienzos de los noventa, rodeado como estaba de los espíritus de Da Vinci, Miguel Ángel, Brunelleschi, Giotto y demás genios de los Uffizi y alrededores, dieron comienzo los juicios contra varios amigos insumisos bajo los auspicios de aquel Biministro de Justicia e Interior que tenía cara de bellaco. Desde la patria de mi querido Maquiavelo, le dirigí una carta solicitándole que tuviera a bien reservarme un poco de su mierda y la delicadeza de enviármela por servicio urgente a la Residencia de Estudiantes donde me encontraba dispuesto ha hacerle un retrato. ¡Hasta hoy!
Su silencio, frustró mi carrera como pintor Institucional y ya ni les cuento de la Corte. Pero aprovechando la ocasión que me brinda el Estado de poder reflexionar sobre la representación, mientras ustedes piensan a quién van a votar, yo me empiezo a cuestionar si a caso cuando la mierda es general, pública, circulando por doquier sin la menor consideración e impudicia, estoy haciendo bien en ocultar por más tiempo mi talento e inclinaciones estéticas, por unos caducos principios que ya nadie respeta empezando por esta gentuza que nos hace elegir y comulgar con su mierda cuando bastante tenemos con la nuestra, y debería de dejar de tener escrúpulos en representarles a todos ellos en pública exposición retratados con mi propia mierda, pues, a fin de cuentas, toda la vida es mierda, y la mierda, mierda es.

¡Que peleen ellos!

 

Entre morir de pie y vivir toda la vida de rodillas, a Santa Dolores se le olvido explicar a los desgraciados que la escuchaban que cabía la posibilidad de escapar hacia Moscú en tren, para luego, transcurrido el éxodo en el desierto de la lucha, regresar como auténticos camaradas del exilio junto a Carrillo para compartir mesa y mantel con los nuevos demócratas como Fraga Iribarne y socialistas con cien años de honradez y como ellos, cuarenta de vacaciones.
Uno ha de pelear por lo que es suyo, por lo de su familia, por lo de su ciudad, su país…por lo de su gente, ahora que sabemos que no hay más derecho que el que tu fuerza te pueda garantizar. Sólo los tontos reclaman sus derechos mientras se les aplasta bajo la bota. Pero, la pelea o el pelear por pelear, no tiene sentido al margen de ejercitar los músculos como en el boxeo. De hecho, nuestro instinto que no nuestro interés, nos mueve a poner paz entre desconocidos que andan a la greña, pues experiencias milenarias han enseñado a la humanidad que nos va mejor en cooperación que en competencia.
Con todo, esa tontería en la que abundan las abuelas de que no hay pelea si uno no quiere, no es del todo cierto. Basta que uno quiera pelear para que haya pelea. Si son dos los implicados, quien no quiere bronca nada puede hacer para evitar el enfrentamiento si la otra parte está decidida a iniciar las hostilidades, pues de no querer poner la otra mejilla tarde o temprano se deberá defender. Pues bien, dado que vivimos en sociedad, las relaciones se transforman en alianzas en casos de dificultad y agresión, de modo que la pelea que empieza entre dos, fácilmente involucra a dos familias y quien dice dos familias, dice dos clanes, tribus, pueblos, naciones.
Cuanto más te toca, por cercanía de los implicados, por interés en su resultado, por cómo te afecten las posibles consecuencias que se deriven del final del combate o del combate mismo como explicita constancia dejo aquello de “ a mi me va mejor y guerras en Sebastopol”…más difícil lo tiene un individuo concreto para escaquearse de la situación ante sus semejantes, pues a ojos de los suyos e incluso de los que no son los suyos, no pelear junto a sus hermanos, amigos, vecinos y compatriotas, es un acto de cobardía y hasta de traición. Bla,bla,bla. Todo esto lo sabemos al dedillo. Pero ¿qué ocurre cuando de este ancestral mecanismo antropológico forjado por la filiación, la amistad, la solidaridad, el poder del grupo, etc, es manipulado por un segmento de la población para comprometer al resto en sus asuntos, cuando nada de lo que está en juego tiene que ver con sus intereses, ni con su gente?
En las próximas elecciones del 20-N en las que se enfrentan el PSOE y el PP – el resto de formaciones son meros comparsas decorativas – no se decide nada de lo que nos interesa, únicamente nos dan a elegir qué verdugo y qué método de ejecución preferimos, si el lento sádico de Rubalcaba o el más rápido de Rajoy. Ambos se llevan muy bien en lo personal y me les imagino partiéndose de risa tras el debate entre bastidores, pues no sé si se fijaron pero entre los candidatos había un tuteo y una química que superaba con creces lo políticamente correcto entre quienes se supone han de partirse los piños y no estar a partir un piñón.
Por si lo anterior fuera poco, además de que sospecho que la pelea está amañada, entre todos los candidatos, no hay ni uno sólo que sea de los nuestros, es decir, de los peatones, de los contribuyentes, de los hipotecados, desahuciados, enfermos crónicos, pensionistas, jubilados, parados…todos son de los de ellos, gente a la que Dios misericordioso haría bien en otorgarles la Paz y el descanso eterno. Porque nosotros, nosotros es lo que deseamos fervientemente. Si tanto desean pelear, ¡que peleen ellos! como los buenos salvajes hacían cuando deseaban averiguar quien mandaba en un territorio, sin necesidad de involucrar al resto en su lucha, como ocurre cual dominó entre la gente civilizada, donde se observa que a mayor grado de desarrollo, más población civil se ve afectada por las contiendas.

Microcréditos a la española

La presencia en España del Premio Nobel de la Paz y fundador del Banco Grameen, Muhammad Yunus, que acaba de inaugurar en Valladolid, la V Cumbre Mundial Contra la Pobreza, siendo como es el pionero de los microcréditos, nos motiva lo suficiente como para reflexionar que su referencia no podía llegar en mejor momento.
La ciudadanía está acostumbrada a los macrocréditos para comprarse una casa a veinte años, un utilitario con cómodas mensualidades, unas vacaciones a plazos. ¡En fin! Todos esos lujos propios de nuevos ricos para los nietos e hijos de emigrantes que nunca llegaron a entender aquello de “lo bien que se vivía con Franco…en Alemania”.
Pero ¡Ya están aquí! Los aplaudidos y reverenciados microcréditos que han hecho posible soñar con el “sueño americano” justa retribución al pobre emprendedor que no se resigna a vivir y morir pobre por el mero hecho de haber nacido así, auténtico factor disuasorio de apetencias revolucionarias que viene a decirnos, que el que padece la pobreza, es debido a su indolencia o mala gestión de sus oportunidades, cuando no por sus vicios y malas costumbres que lo envilecen cada vez más.
No es casual la visita de este banquero bonachón a nuestro mercado financiero en un momento en que hay más de cinco millones de parados, más de doce millones de pobres declarados, dos millones de ciudadanos comiendo gracias al Banco de alimentos, Cáritas camino de ganarse el cielo…Porque puede ser un filántropo, pero su filantropía va detrás de unos resultados. Y hemos de reconocer que el mercado español en cuanto a índices de miseria ya está en condiciones de ofrecer buenas perspectivas de futuro para abrir una sucursal entre nosotros e hincharse a conceder microcréditos a los Españoles ávidos de volver a consumir como antes, aunque tenga que ser en metálico en chinos y mercadillos y no ya a todo trapo con la Sisa Oro y la tarjeta del Corte Inglés.
Supongo que este banquero habrá encargado el preceptivo estudio de viabilidad del negocio que tiene entre manos, por lo que no le pasará desapercibida ni la acuciante necesidad que miles de personas están atravesando en nuestro país, ni la idiosincrasia del carpe diem en la que se ha forjado durante siglos. Así, si en países como la India, los microcréditos se concedieron para que los pobres pudieran abrir un pequeño negocio y jugar al Monopoly de verdad, aquí, Yunos tiene muy claro que su oportunidad está en concedérselo a los jóvenes mimados para que pasen el próximo fin de semana de botellón, para que las chicas se compren ese vaquero ajustado que levanta el culo, para que el padre de familia pueda comprarse el tabaco diario, la gasolina para ir a trabajar…
Los organizadores de la cumbre confían en que la cita de Valladolid permita para 2015: que 175 millones de las familias más pobres del Mundo, reciban créditos para financiar el autoempleo y que 100 millones de esas familias logren unos ingresos diarios de un dólar. No sé como les irá en el resto del planeta; De lo que estoy seguro es que en España lo primero, lo de convertirnos todos en autónomos lo veo inviable con la vocación de funcionarios que tenemos ya retratada por Galdós en “Miau! Pero de lo segundo, tal como vamos, no me cabe ninguna duda de que se alcanzará, más pronto que tarde. Por eso mismo, ustedes podrán observar como las grandes marcas se han apuntado a la campaña ¡Todo a un euro! en los embutidos, las hamburguesas, los desodorantes, etc.

Función del Telediario

Si la función del Telediario consistiera en mantener informada a la ciudadanía, entonces y sólo entonces, tendría sentido desear con Nicolás de Cusa aquella Docta Ignorancia que predicaba, cuya doctrina bien podría resumirse en ese refrán que advierte lo de “Ojos que no ven, corazón que no siente”, pues informar, siempre va unido al interés particular o colectivo del sujeto receptor de la información, y en consecuencia, de recordarle sus fatalidades pasadas o venideras, hemos de reconocer, pocos sabrían digerirlas con la parsimonia escolástica necesaria para que no les afecte el espíritu.
Pero, hete aquí, que tenemos la suerte de que por el Telediario, las más de las veces, la información es suplantada subrepticiamente por las noticias cuya esencia es darnos a conocer las desgracias pasadas y futuras de los otros, cosa que nos reconforta, cuando no nos hace reír a carcajada limpia, recurso circense de los payasos con sus patadas en el culo que bien supieron sacarle partido el cine mudo de Chaplin con sus continuas caídas, o más recientemente los mamporros sin fin de la pareja Terence Hill y But Spencer, pues el camino hacia la felicidad es doble: bien contemplando con agradecimiento cuanto tienes, bien en comparación con los que tienen menos que tú.
Pasada la costumbre de rezar las oraciones al amanecer dando gracias a Dios por la luz del día, de orar antes de comer por los alimentos que hay sobre la mesa, o meditar antes de acostarnos a la noche para hacer balance de cómo nos ha ido la jornada y un poco de autocrítica…la moda de ver el Telediario en sesión continua, mañana, tarde y noche, con boletines informativos a cada punto horario, como si algo inminente fuera a suceder, parece haber sustituido esa necesidad humana de trascendencia, pasando de ir media hora los Domingos a misa para reflexionar en comunidad sobre los problemas existenciales que nos preocupan a todos, a todos por separado en nuestras casas, regocijarnos o amedrentarnos frente al púlpito de plasma mirando las tragedias con las que morbosamente vamos a desayunar, comer y cenar llevándonos sus imágenes al mundo de los sueños para que no olvidemos lo bien que vivimos en nuestras Jaulas de oro y Torres de marfil.
Porque de eso se trata, de tenernos por un lado felices con las desgracias ajenas: Guerra en Afganistán, hambre en Somalia, un asesino en serie por Florida, un terremoto en Haiti…Y por otro tenernos amedrentados con los nuevos demonios colectivos como el Cambio Climático, la Gripe A, la crisis financiera, etc.
Yo también fui un adicto al Telediario. Lo veía tres veces al día. Escuchaba las noticias con la misma avidez que se espera un parte de guerra. Hasta que me di cuenta de que todo era un engaño. Me costó Dios y ayuda dejarlo. Pero hoy es el día en que ya no veo sus imágenes y me siento mucho más fresco, liberado y con una gran capacidad mental para pensar por mi mismo, cosa que me llena de felicidad, vaciada de basura mi existencia mental. Dejad de ver las noticias, me lo agradeceréis.