Procurando comprender por qué personas tan bien remuneradas como son los Controladores aéreos, coinciden en protestar todos a una poniendo en riesgo su privilegiado sueldo y envidiable puesto de trabajo, hecho enormemente significativo que por si solo debería hacernos sospechar de lo que se nos cuenta en el Telediario, ahora también me veo obligado a indagar cuál ha sido el verdadero motivo que ha llevado al Gobierno de Zapatero a declarar el estado de Alerta, por primera vez en democracia, para sofocar la situación creada, pues a mi parecer, por muy caótica que fuera, no da para justificar el empleo del Ejército en estas lides sindicales cuando existen sobrados medios reguladores para encauzar situaciones semejantes que para algo están convenios, expedientes de trabajo y tribunales.
Tomando en consideración la reciente reunión de malhechores habida en la Moncloa, la supresión inmediata de los 420 euros a los desempleados de larga duración, que lo peor de la crisis está por llegar y que posiblemente los tapujos allí reunidos teman súbitos conatos de protestas civiles organizadas al margen de los vendidos interlocutores habituales sin que se pueda predecir dónde, cuándo y cómo harán su aparición, creo que el Gobierno ha decidido poner en práctica la enseñanza que Don Juan Manuel extrajo del consejo que Patronio ofreció al Conde Lucanor en aquella historieta en la que se relata “lo que le sucedió a un mancebo que casó con una mucha muy brava” que temiendo que esta no se plegara a sus deseos matrimoniales, durante su primera noche se mostró implacable con los animales de la casa, perro, gato y caballo a los que despedazó con la espada por no obedecer sus órdenes, tras lo cual, aquella joven doncella se mostró dócil y sumisa a sus requerimientos para sorpresa de todos y felicidad de la pareja.
Éste y no otro, ha sido el mensaje que desde la Patronal y el Gobierno se nos ha querido transmitir a los españoles: que están dispuestos a declarar el Estado de excepción a la mínima revuelta o levantamiento ciudadano. El tratamiento ya tuvo sus positivos efectos terapéuticos a comienzos de los Ochenta con el 23-F. Por eso, es muy, pero que muy preocupante que vosotros, infelices peatones de la democracia, aplaudáis como lo habéis hecho la atropellada respuesta que se ha dado al asunto de los Controladores, pues como dice el refrán, “ Si ves las barbas del vecino pelar, pon las tuyas a remojar”
