Exportación terrorista

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Los traidores antipatriotas de Wikileaks han vuelto a airear los trapos sucios. En este caso de la CIA, entre cuyos documentos secretos hay uno donde aparecen sus temores por la imagen internacional que pueda proyectar los EEUU como nación exportadora de terrorismo, según su curiosa percepción, debido a acontecimientos en los que se han visto implicados varios de sus ciudadanos, bien para luchar junto a los talibanes, bien para unirse a las fuerzas sionistas de Israel para aniquilar palestinos.

Tiene gracia la cosa, porque si alguien o algo ha hecho lo imposible para exportar el terrorismo por el mundo entero fuera de sus fronteras, esa ha sido la propia CIA, secuestrando personas, alimentando guerras fraticidas, traficando con armas, apoyando golpes de Estado, entrenando escuadrones de la muerte, atentando contra indefensos civiles dedicados a las luchas sociales, envenenando poblaciones indígenas enteras, saboteando conversaciones de paz, y un dilatado historial de atrocidades que forzaron a la mismísima administración de la Casa Blanca, a ponerle freno a sus numerosas felonías, sin conseguirlo. Por poner un símil, es como si la empresa BP expresara su preocupación por el perjuicio que para la industria del petróleo supone la contaminación debida al incremento desmesurado de la industria del automóvil.

Hace tiempo que los EEUU tienen fama de constituir un Estado terrorista, si por terrorismo concebimos aquella actividad planificada por un grupo debidamente identificado con unos determinados objetivos sean estos ideológicos, militares o filatélicos para cuya consecución no se duda en emplear violencia cobardemente indiscriminada contra individuos o colectivos a los que se pretende aterrorizar con el fin de que claudiquen y concedan cuanto se les exija. Pues bien, aunque la ONU haya sido incapaz de alcanzar un deseable consenso sobre la definición del término “Terrorista” pocos nos equivocaríamos en emplear dicho adjetivo a la “Política Exterior” de este King Kong de la escena internacional; bastante esfuerzo semántico hacemos en denominarlo “Política” cuando su actuación no obedece ni al lógico ejercicio prepotente de un consolidado Imperio, de ahí que, apenas se escuche en foro cabal alguno el binomio “Diplomacia Estadounidense”, de no ser que, por ella entendamos un tiro en la frente mientras Schuarzenagger exclama ¡Shaionara baby!

En el citado documento, la CIA se muestra preocupada por las posibles futuras consecuencias que dicha imagen como nación exportadora de terrorismo pudiera tener de cara al recelo de países aliados respecto a sus ciudadanos, posibles demandas de extradición, apertura de causas en el TPI, potenciales demandas judiciales por indemnizaciones, exigencia de reciprocidad planteada por algunos Estados, etc. Sin embargo, lo que le debería preocupar al conjunto de la sociedad Yanqui y por extensión a todo Occidente, no son ese elenco de fruslerías, sino la inminencia de una desfavorable balanza de pagos.

Heredero Froilán

Vamos a bailar el ¡Dale Don dale! de Don Omar...
Vamos a bailar el ¡Dale Don dale! de Don Omar…

 

Quienes acostumbramos a leer prensa extranjera para enterarnos de las cosas que ocurren aquí, estamos de enhorabuena con el reciente artículo firmado por Doña Consuelo Font “Un verano más sin verse las caras” en el que se ocupa, sin desperdicio, de lo mal que se llevan las Infantas Doña Elena y Doña Cristina con la Princesa Doña Letizia, por cuanto supone un sano ejercicio mediático indagar los entresijos de la Casa Real de forma profesional sin llegar a lo chabacano de inmiscuirse en la intimidad de las personas. La pieza, correcta en estilo, abiertamente da detalles de los distintos roces habidos entre cuñadas, presentándolos como base de dicho distanciamiento. Así, se hace eco de la negativa recibida por Doña Cristina de parte de Doña Letizia a su petición de que esta acogiera a sus suegros, los padres Don Iñaqui en su casa de Zarzuela la víspera del Bautizo de Doña Irene en el 2005, o el menosprecio reciente de no asistir a la Primera Comunión de Doña Victoria Federica, asuntos que por si solos son bastante feos, pero que, a mi modo de ver, no son el meollo de la cuestión que se le escapa a la intrépida autora.

En un esfuerzo por asomarse al problema del que esquiva ocuparse como merece, la periodista, al final de su artículo en un alarde de puedo y no quiero, apunta las posibles causas institucionales en la estrategia de la propia Casa Real de dar mayor relevancia a la pareja principesca en detrimento de las infantas caídas en desgracia, para consolidar el inminente relevo de la monarquía. Pero aquí estamos los demás, para añadir la reflexión que da sentido pleno a la información ofrecida en dicho texto.

Antes de continuar, deseo dejar claros a mis amigos lectores los puntos cardinales de mi posición en este texto, por si todavía alguno no los tuviera claros: Primero, soy firme partidario de la opción republicana, pero no por ello soy antimonárquico; la monarquía, como la esclavitud, fue en su época todo un avance humano, si hoy no la apoyo, es porque creo que mal que bien, la sociedad ha madurado para dotarse de representantes democráticamente elegidos, de igual modo que, los esclavos ahora cobran para malvivir. Segundo, soy rotundamente contrario a la discriminación de la mujer, por ende, de la Ley Sálica amparada por nuestra mierda de Constitución que no contenta con ser antidemocrática, es militarista, clasista, xenófoba, falsa y por lo que se ve, también misógina; Tercero, siempre me he declarado partidario de la Infanta Doña Elena, de su causa, me he pronunciado contra la injusticia cometida con ella y con sus descendientes, por quienes siento mucha lástima a la vez que profunda simpatía; Y cuarto, pese a mi tendencia a la teorización soy persona práctica, pactista, posibilista, partidaria del mal menor, que no tengo el menor escrúpulo en abandonar momentáneamente mis ideas, si al abrazar la causa contraria, contribuyo a su destrucción. Dicho lo cual, paso a explicar lo que a mi juicio, está sucediendo…

Digamos que, una cosa es saber intelectualmente lo que va a pasar y otra muy distinta, que eso pase. Desde que nacieron, las Infantas fueron educadas para aceptar con absoluta mansa sumisión, como corresponde a su condición inferior femenina, su posición secundaria en toda escena protocolaria pública mediática ceremonial, cosa que como dicen los constitucionalistas, el pueblo consagró democráticamente al refrendar la Carta Magna. Y la técnica funcionó, mientras estas dos Doñas fueron felices adolescentes, inocentes de la vida, que vivían como iguales entre los acogedores muros palaciegos; Mas, tan pronto como debieron abandonar el nido, padecieron sobre sus carnes las terribles diferencias a las que una despiadada costumbre dinástica de tomar solo en consideración a quien le está reservado el derecho de heredar el Trono, las condenaba de por vida, no sólo en asuntos de imagen, cargos de honor, posición en la foto, sino a algo tan aterrador como ver a tus hijos despojados de las mieles que tu misma gozaste durante la infancia, las cuales, ya jamás podrás disfrutar ni tu, ni tus descendientes, quienes se perderán por siempre en la bruma de los plebeyos, mientras contemplas como tu otrora igual, tu hermano, acapara todos los privilegios para si, garantizando a su estirpe todo aquello que a ti se te ha negado. Tan sombrío destino, no escapa si quiera a mentes borbonas que, aun incapaces para alumbrar a la humanidad ciencia o arte, han demostrado ser muy mañosos en la supervivencia política pese a sus múltiples desmanes, traiciones y cobardías; En consecuencia, huelga decir que, mi querida Infanta Doña Elena, ya le habrá dado algún que otro trote en su linda cabecita amazona, a la injusticia que para con ella y sus descendientes se ha cometido entonces, ahora y para la eternidad; Y si no a ella, seguro que a Froilán sí, que ya apuntó maneras durante aquel memorable bautizo…porque los niños pueden ser pequeños, pero intuyen mejor que nadie cuanto sucede y lo expresan a su manera.
Pues bien, anuncio al mundo que desde hoy, queda inaugurado el bando Froilanista cuyas filas paso a engrosar como su máximo representante, al que espero se sumen pronto todo género de intelectuales, artistas, deportistas, gente de la farándula, el circo, la ufología, y la masonería, con ánimo lúdico-festivo para reproducir cómicamente las añoradas disputas Carlistas, en esta ocasión en clave froilana. El motivo es evidente: el heredero al trono, no le corresponde a Don Felipe, sino a la primogénita Doña Elena, o en su defecto al primogénito de esta, Don Felipe Juan Froilán de Todos los Santos.

Para empezar, creo que todos estaremos de acuerdo en que la Constitución, en el capítulo dedicado a la Casa Real, es como mínimo anticonstitucional y no por un solo concepto, sino por varios, entre los que se haya la discriminación por motivo de sexo para acceder al trono. Hemos aquí que la sociedad española no puede, ni debe consentir que de continuar la monarquía entre nosotros, la Corona que actualmente reposa sobre las sienes de Don Juan Carlos, pase a manos de Don Felipe, pues no sólo supondría una afrenta a Doña Elena y su familia, también para todas las mujeres españolas por constitución, europeas por el Tratado de Roma, del mundo entero atendiendo a la declaración de los DDHH de la ONU y aún de los varones que estamos contra el maltrato animal… Únicamente en la Iglesia Católica semejante atropello podría encontrar cristiana comprensión, pero la misma que hallaron en su seno pío los criminales de Guerra, los dictadores sudamericanos, la mafia financiera del Banco Ambrosiano y los pedófilos. No hay argumento que sostenga la tremenda injusticia que en breve se va a cometer, ante la mirada de todos sin que nadie levante la voz al respecto, que digo yo, algo debería hacer la defensora del Pueblo, la Ministra de >Igualdad, los observadores de Amnistía Internacional y resto de organismos que se ocupan de estas cosas.
Pero supongamos que, escaldados de las guerras en las que esta Sagrada Familia nos ha metido desde que llegó al Trono, la gente no deseara más malos rollos y prefiriese dejar las cosas como están. ¡Vale! Hagamos una especie de Transición Sálica que salvaguardara los dos extremos de legitimidad, la Primogenitura y la masculinidad: Por una parte, conservaríamos de la Ley Sálica vigente que Elena no reine. De haber muerto Don Juan Carlos antes del nacimiento de Froilán, no habría otra alternativa que enfrentar la primogenitura de Doña Elena, a la legalidad que otorgaría el Trono a Don Felipe y no cabría otra lectura de la situación. Pero resulta que durante el reinado de Don Juan Carlos, Doña Elena fue más rápida que Don Felipe en gestar un Nieto Varón, de modo que, su Primogenitura, unida a haber dado un macho a la saga, le devuelve en cierto modo el derecho dinástico, si bien puenteado, en favor de su hijo Froilán. Esta lectura transicional de la Ley Sálica que les brindo, es el quebradero de cabeza de la Corona Borbona, que ve como de nuevo las jugarretas de las braguetas les pone en el centro de todas las miradas, cosa que se traduce en esos continuos roces, plantes y desplantes de los que ha comenzado a hablar la prensa autóctona del coto real, para marear la perdiz, pero de la que les mantendré al tanto con su correcta perspectiva.

Referéndum y representación

Lo dije en cierta ocasión, pero vuelvo a repetirlo. Si un gobernante consulta al pueblo sobre las cuestiones capitales que le afectan, este mismo pueblo, puede empezar a sospechar que dicho gobernante es incapaz de tomar decisiones por si mismo, o peor aún, puede cogerle gusto a eso de opinar y querer pronunciarse sobre esto y aquello entorpeciendo las labores de gobierno.
Lo dije en cierta ocasión, pero vuelvo a repetirlo. Si un gobernante consulta al pueblo sobre las cuestiones capitales que le afectan, este mismo pueblo, puede empezar a sospechar que dicho gobernante es incapaz de tomar decisiones por si mismo, o peor aún, puede cogerle gusto a eso de opinar y querer pronunciarse sobre esto y aquello entorpeciendo las labores de gobierno.

Tan malo es abusar del referéndum como obviarlo por completo. En el primer caso, el Pueblo se expone al riesgo del Asamblearismo donde el exceso de reflexión o la disputa eterna, paralizan la acción, negándole al Gobierno la capacidad de responder a los problemas comunes con cierta coherencia ejecutiva, la cual, permita ser evaluada, juzgada, aprobada o recusada por la propia ciudadanía. En el segundo caso, aparece el vicio de la sobrerrepresentación del gobernante que niega al Pueblo su soberana capacidad de decisión en asuntos, que a lo mejor, no son susceptibles de resolverse por delegación, de igual modo que en un quirófano no hay votación que valga.
En democracia, los asuntos capitales de la sociedad suelen dirimirse por medio de elecciones en las que, tras debatirse las distintas opciones, la ciudadanía elige a sus representantes para que se ocupen de las cuestiones fundamentales de forma profesional continua y supervisada, por un periodo de tiempo limitado, según las líneas generales de un programa que ha sido debidamente publicitado con anterioridad. Normalmente, los programas suelen nutrirse de vaguedades bienintencionadas, grandilocuentes promesas, cuya interpretación depende del presunto sesgo ideológico del electorado o de la tradición histórica de las siglas a las que se asocia. Los partidos mayoritarios, rara vez se atreven a llevar en ellos propuestas radicales que puedan dividir a su feligresía, suscitar la división interna, romper la disciplina de voto, causar recelos entre sus filas, etc. Lo normal, es que afronten los temas controvertidos en escaramuzas mediáticas anunciando y desmintiendo medidas o reformas, para según sea la contestación social, recomponer su discurso.
Pues bien, son precisamente esos temas controvertidos que afectan a la sociedad de forma transversal, más allá de ideologías, clase social, nivel cultural, incluso club de futbol al que se pertenezca, los que requieren un tratamiento democrático suplementario al representativo, pues la sociedad, a todas luces, es muchísimo más plural que lo que aparece retratada en nuestro Parlamento, donde a día de hoy, bien podrían ir a votar ocho políticos cada cual con la fuerza numérica del partido al que representase, pero no con la legitimidad moral del pueblo al que dicen representar. Porque, me niego a pensar que, seamos tan cazurros como para creer que todos los parlamentarios del PSOE, están a favor de la retirada de crucifijos de las aulas o que todos los miembros del PP, estén en contra de la interrupción del embarazo en la práctica. Antes bien, en todas y cada una de las fuerzas políticas habrá una enorme pluralidad de planteamientos, pareceres y experiencias, que quedan acalladas por tan enfermizo modo de entender la representación, cuál es, la de no dejar opinar al Pueblo en nada de cuanto le afecta, salvo cada cuatro años, para escoger al menos malo de cuantos se presentan para usurpar la toma de decisiones.
Temas como la Monarquía, el aborto, la eutanasia, el consumo de ciertas sustancias, la presencia de crucifijos en las aulas, la enseñanza obligatoria de inglés, los permisos para la instalación de antenas de telefonía cerca de los barrios pobres, la incorporación de productos transgénicos en el mercado alimentario o el reciente conflicto de los toros, en los que nadie sabe a ciencia cierta, cuál pudiera ser el sentir general de la ciudadanía y en los que difícilmente puede alcanzarse un consenso político por hallarse en juego matices que transcienden el mero cálculo partidista, deberían empezar a dejarse en nuestras manos, que de no ser menos aptos para la libertad individual de pensamiento y conciencia que los californianos, italianos, holandeses, suizos y resto de personas que viven en democracia, no veo motivo para que en estos asuntos, como en muchos otros, no se nos consulte periódicamente y se nos escamotee tan férreamente como se hace, la convocatoria de consultas populares, a excepción de sondeos de opinión y encuestas, de las que estamos más que sobrados, pero cuyo valor legal no supera al de los billetes del Monopoly.

¿ Por qué los yanquis sólo tienen negros y nosotros además, gitanos?

http://www.youtube.com/watch?v=bXy88aXSoU0

En clave racista, la pregunta puede entenderse como una queja europea en toda regla donde se recoge el malestar general de que en nuestro continente haya personas de raza negra además de gitanos, hecho aún más lamentable cuando otro continente como América, sólo tiene a uno de los dos. En este caso, hemos de explicar a los racistas, que los yanquis y por extensión, el resto de americanos, tienen una especie autóctona de gitanos, a los que antiguamente decíamos indios y últimamente se les llama indígenas, precolombinos, o cualquier otro eufemismo, por lo que los escasos gitanos que se atrevieron a cruzar el charco pasaron del todo desapercibidos, pero no por ello deja de haberlos. Para su consuelo, también cabe hacerles saber que tanto yanquis como Europeos, compartimos judíos de los que no nos hemos podido deshacer, ni a los que hemos podido convencer para que se vayan a Israel. Que por cierto, tienen palestinos, como los demás tenemos judíos.
En clave antropológica, la respuesta debe parcelarse. Al interrogante de por qué los yanquis tienen negros, la respuesta es que ellos se lo buscaron. Los portugueses, españoles y yanquis fueron a África e importaron mano de obra barata en forma de esclavos, introduciendo con ello la negritud. En cambio Europa tiene negros por proximidad geográfica con África, que es su reserva natural. Desde antiguo, los negros intervienen en nuestra historia continuamente: en forma de soldadesca, reinas, mercaderes, personajes literarios, Baltasar, sin ir más lejos. Su pintoresca realidad ambivalente entre lo exótico y peligroso, ha sido una constante cultural. Actualmente, con el fenómeno de la invasión – inmigración- los negros, forzados por la necesidad, se nos ofrecen en neoesclavitud bajo la forma de precariedad, clandestinidad y ley de extranjería.
Caso distinto es el de los gitanos. Para los antropólogos, son un pueblo oriundo del Norte de la India, aunque hay historiadores que lo vinculan con Egipto y no faltan mitólogos que lo relacionan con la desaparecida Atlántida…Sea como fuere, lleva entre nosotros como el que más. Sin embargo, la cuestión gitana sigue siendo un problema espinoso en el corazón de Europa que demanda una solución final como pone de manifiesto lo que está sucediendo en la Francia de Sarkozy, solución final ya reclamada explícitamente por el Presidente de Rumanía Basescu, hace dos años cuando Berlusconi hizo un amago de pogrom en la bella Italia. Llama poderosamente la atención que esto ocurra, cuando apenas se ha hablado de su diáspora u holocausto, o quizá precisamente por eso, convirtiéndose sin pretenderlo en la mejor prueba sociológica a favor de la constitución del Estado de Israel, como contrapunto de lo que les sucede a las minorías de no organizarse a parte, futuro parecido al que aguarda a tibetanos, kurdos, saharauis, etc.
Europa, fracasada la vía del exterminio ampliamente consentida por el resto de potencias aliadas, que supo aprovechar magistralmente la ocasión para desembarazarse del excedente judío y de paso del propio antisemitismo, en cambio no acertó a dar satisfactoria salida al problema gitano, más que nada, porque todo el mundo los contempla como fenómenos aislados, cuado, a lo mejor, se trata del mismo problema.
Solo es una hipótesis que barajo desde hace tiempo, pero creo que merece la pena sea atendida por la comisión que se cree en la UE para estudiar la cuestión gitana, por cuanto de verificarse, podría resolver para siempre su presencia entre nosotros, e incluso a nivel internacional. Todos conocemos la leyenda de la famosa decimotercera tribu perdida de Israel; Pues bien, resulta curioso que nadie haya reparado en que el pueblo hebreo, si vamos más allá de Abraham, su origen apunta más a Oriente de lo que ellos mismos desearían, casualmente en el camino donde los antropólogos sitúan a los gitanos. Resalta toda una coincidencia que, ambos pueblos han pasado por Egipto del que conservan profundas huellas culturales; Ambos detestan cruzar su sangre con otros pueblos con los que sin embargo han de convivir en minoría, resistiéndose a perder su pureza y tradiciones, prefiriendo padecer desprecio, marginación, segregación, expropiación, persecución, martirio y muerte, antes de integrarse en una cultura ajena a la suya, porque sienten que son una raza superior y un pueblo elegido, aunque a ojos del resto no lo parezca; Es indudable que Gitanos y Judíos, participan con igual entrega a la adoración de lo Otro, unos con Libro, otros sin él; Lo que me hace sospechar, junto al vago recuerdo que los hebreos oficiales supieron recoger en sus tradiciones de aquella tribu perdida, que la separación de ambas ramas, hemos de buscarla mucho antes de la redacción de los primeros textos sagrados y aún de las tradiciones orales que les dieron pie. Hay dos posibilidades: la primera, señalaría a alguna tribu rezagada oriental que llegó a orillas del mediterráneo mientras el grueso hebreo, empujado por el hambre y la sequía fueron a Egipto; a su regreso, fueron combatidos como extraños siendo expulsados del lugar como cainitas, adoradores de Baal, quienes hicieron entonces el camino inverso de escapar a Egipto. Otra posibilidad sería, que los gitanos fueron aquellos hebreos que no realizaron el Éxodo, por lo que no participaron de las tradiciones de Moisés pero que si supieron incorporar toda la magia, el misterio, alquimia y secretos de la tradición Hermética filtrados a través de sus costumbres orientales, síntesis que supieron mantener y transmitir oralmente cuando salieron de Egipto, quien sabe si enrolados en tropas alejandrinas, o más tardíamente, mezclados con vándalos, sarracenos, y demás, llegando a la península Ibérica con los musulmanes, o las dos opciones cuya complementariedad, explicaría tanto la actual localización, como su distribución geográfica y densidad por todo el continente europeo.
Podría decirse entonces, que Europa, continua con el problema gitano en su seno, por no haber tenido los reflejos suficientes, cuando se halló la feliz idea de enviar a Palestina a los Judíos, pues bien se pudo haberles encontrado acomodo entre ellos como la tan añorada tribu perdida, que si coló lo de la Tierra Prometida…

Operación Flor de Lis

bomba IIIIII

Cuando tras toda una vida reclamando lo que por naturaleza le correspondía, todos nos alegramos de que a Don Leandro le reconocieran los tribunales ser hijo de Alfonso XIII concediéndole el derecho a llevar el apellido Borbón, pocos supimos presagiar, contra la empatía que en nosotros despertaba, que de aquella feliz resolución no podía seguirse nada bueno, como tuve la audacia de dejar por escrito en un artículo titulado “Por una Real planificación familiar” donde exponía mis temores de ver convertida España en un coto anacrónico de la Borboneidad. Fui tachado de exagerado, de tenerla tomada con la Sagrada Familia, etc. Lamentablemente, ni el tiempo ni la historia han tenido la gracia de absolvernos, y ahora, este célebre bastardo que ostenta el lucrativo título de Decano de la Casa Borbón, anuncia al mundo que el próximo Octubre, en Ciudad Real va a tener lugar la Primera Convención Borbónica, a la que están invitado más de medio millar de familiares desperdigados por todo el Orbe, desde Argentina hasta China, Australia o África del Sur.
Don Leandro, sólo reconoce en la insólita iniciativa motivos sentimentales, emocionales, folklóricos, tradicionales, a los que pretende dotar de una infraestructura formalizada de la que carecen hasta la fecha como familia, al margen de los propios lazos sanguíneos, históricos e institucionales. Sin embargo, hacía tiempo que yo estaba al tanto de que algo se estaba cociendo en Palacio, por supuesto, mucho más despacio, que el año, dicen desde su Casa Oficial, les ha llevado orquestar esta aparente bravuconada, no sin la aquiescencia del Jefe que deja hacer por lo mucho que hay en juego si se saben jugar con habilidad las bazas.
Resueltas borgiamente las asperezas del otrora bonsái borbónico, éste se ha rebelado a la sombra de Don Juan Carlos, como un robusto baobab, empero cuya vigorosidad puede tener los días contados, pues los altibajos en sierra que describen las gráficas respecto a la pervivencia histórica de la institución, apuntan a la baja con mayor precipitación que la descrita por la Iglesia Católica, cuando se atiende más allá del inmediato ciclo vital. Sus más destacados representantes, que tienen muy claro no ser meros transmisores de la herencia que les dejaron sus padres, sino que tienen en préstamo los futuros recursos de sus hijos, han tomado la sabia decisión de crear una mastodóntica Corporación familiar para acrecentar su descomunal poder institucional a nivel Internacional manteniendo su colosal imperio financiero, influencia que tienen intención de extender al mundo de la moda, los medios de comunicación, las artes, los deportes, y aunque les es muy ajeno el tema, también pretenden inmiscuirse en asuntos académicos y científicos.
De todo esto ya se habló, toda vez Carlos Hugo renunciara a la Corona de España –inteligente decisión entonces, en función de los antecedentes y aún después, visto lo visto, con los postulantes al trono de Francia- en una supuesta reunión secreta que tuvo lugar en Roncesvalles a mediados de los ochenta entre representantes menores de las trece Casas con interés en el asunto, en donde presumiblemente se redactaron los Protocolos de los Siervos del Borbón, conocidos bajo las siglas PSB de los que me ocuparé otro día. Desde entonces, todo cuanto ha acontecido entorno a la Casa Real, ha seguido fielmente aquellos incipientes trazos estratégicos, desde la creación de los Premios Príncipe de Asturias para ganarse a los intelectuales y tenerles a su merced, hasta los distintos casamientos habidos hasta la fecha. La revelación de la existencia de la denominada Operación Flor de Lis por boca del Jefe de la Casa de Don Leandro, Don José Liberto López, puede parecer casual, pero no lo es. Desde el susto clínico-mediático del que se nos ha dicho que el Monarca ha salido airoso, todos los indicadores apuntan a una actividad frenética en todos los frentes, entre ellos, ultimar esta compleja red de influencias socio-económicas-institucionales, para que no les coja el toro. Hay motivos para la premura como ha demostrado la baja de Carlos Hugo.
Tal y como ha declarado el elefante blanco de esta trama, el acontecimiento se inaugurará con un discurso suyo, como corresponde al anfitrión, Padrino para la ocasión de la Familia Borbón, con el que se dará inicio a todo un fin de semana repleto de actos pomposos, propios de otros tiempos, cuya finalidad, esta vez, no será dar pábulo a las vetustas tradiciones de las que son fósiles vivientes, sino la de camuflar el verdadero contenido de las discretas reuniones que entre recepciones, bailes y banquetes sus máximos representantes entre los que cabe citar a Luis Alfonso de Borbón Duque de Anjou, Carlos de Borbón Duque de Castro, María de las Nieves Borbón y Parma, y un etcétera verdaderamente preocupante, tienen previsto entablar para organizar, como corresponde a la época en que vivimos, la futura supervivencia de la Sagrada Familia, en los órganos de poder y decisión Internacionales.
La noticia ha sido tomada a chufla y solo le ha faltado haberse conocido un 28 de Diciembre para pasar por inocentada. Y seríamos unos auténticos inocentes de tomarnos el asunto como una trasnochada ocurrencia proveniente de alguien que solo busca un poco de reconocimiento…La historia de la Sagrada Familia, da cuenta por si sola, con qué habilidad sus genes se hicieron con el poder hace más de Mil años y con que fortaleza lo han ostentado desde entonces. No es descabellado pensar que tras esta convención borbónica, se halle el anhelo de reunificar la Hispanidad bajo la corona Borbona e instaurar en cada país con representantes Borbones una especie de embajada familiar como se le ha escapado aventurar al propio Don Leandro. En esta línea, me han llegado rumores de que hay pretensiones de hacerse con un sillón en la Asamblea General de la ONU, en la que ya cuentan con cargos dentro de la UNESCO o UNICEF; así como dentro del FMI, BM, COI, etc.
(En breve les haré entrega de anteriores trabajos sobre la materia, aparecidos en mi libro semiclandestino “La Sagrada Familia” y como novedad, iré sacando en forma de capítulos cuanta información dispongo recopilada durante más de veinticinco años de esos Protocolos de los Siervos del Borbón…)