Nuestros antípodas

¡Siempre nos quedará Gibraltar!
¡Siempre nos quedará Gibraltar!

Los ciudadanos de Australia, pese a que su país es independiente de Gran Bretaña desde 1901, por decisión propia, comparten con los de la metrópoli, la vergonzosa condición de súbditos de su Graciosa Majestad la Reina Isabel II, situación esta que fue refrendada democráticamente, a finales del siglo pasado, en consulta popular. Pero todo parece indicar que en aquellas lejanas tierras, a diferencia de las nuestras, no todas las fuerzas políticas tienen perenne vocación plebeya, menos aún lacaya, y en consecuencia, varios de sus máximos dirigentes entre los que se encuentra, nada más y nada menos que su Jefe de Gobierno, la laborista Julia Gillard, tienen la valentía de plantear sin tapujos que según se acerca la natural defunción de la Sombrerana octogenaria, se impone abrir el debate sobre si Australia ha de continuar bajo una Monarquía o por el contrario, transformarse en una República, sin esperar a que los hechos consumados de la realidad, dificulten ulteriormente las decisiones democráticas. Julia Gillard, espera que la Reina disfrute una vida larga y feliz, pero cree que la situación ha madurado lo suficiente como para iniciar una transición hacia la República al objeto de que la Monarquía en Australia finalice cuando concluya el actual mandato.

En cambio, los ciudadanos españoles, pese a que nuestro país es independiente de Gran Bretaña desde siempre, por indecisión impropia, compartimos con los de aquella metrópoli, la ruinosa condición de súbditos de su Graciosísima Majestad Juan Carlos I, situación esta que fue impuesta dictatorialmente a finales del siglo pasado sin consulta popular. Pero todo parece indicar, que aquí, entre nosotros, a diferencia de aquellas lejanas tierras, ninguna fuerza política está dispuesta a abjurar de su condición esbirra, cortesana, palaciega, ni dejar de prestar humillante servicio a la Ralea, y en consecuencia, sus máximos dirigentes entre los que se encuentra nada más y nada menos, que el Presidente de Gobierno, el Socialista Rodríguez Zapatero, no cejan en su empeño de presentar a los Borbones como la única opción democrática, esperando con ello que los hechos consumados de a Rey muerto, Rey puesto, eviten de nuevo ulteriores decisiones democráticas.
Rodríguez Zapatero, no necesita desearle al Rey que disfrute de una vida larga y feliz, pues nada ha de temer de las idas y venidas a Palma, aunque de tanto ir el cántaro a la fuente, este se rompa, porque disponemos de herederos suficientes a los que rendir honores y pleitesía. Además, la inmadurez del pueblo español, de nuevo desaconseja un radical cambio de Régimen que pueda traumatizarlo.

Etiquetas inteligentes

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Algunos somos de la opinión de que, mientras la humanidad crece, la inteligencia permanece constante, lo que no es óbice, para asustarse cada vez que vemos asociado el término a realidades distintas de la humana, sean estos los Servicios Secretos, programas informáticos, edificios, bombas, o ahora las etiquetas, pues no hay ocasión que así suceda que tras su eufemismo, no se escondan poderosos mecanismos para coartar nuestra ya escasa libertad.
Antesdeayer, la Agencia para la Protección de Datos y el Instituto de Tecnología y Comunicación hicieron pública una guía muy útil advirtiendo a la población de la alarmante proliferación de las Etiquetas de Identificación por Radio Frecuencia o para los que no sepan castellano, conocidas internacionalmente por las siglas RFID cuyo uso se ha generalizado en comercios para un mejor control de productos y mercancías, tarjetas de transporte público, de acceso a zonas restringidas, de crédito y que en breve se extenderá en el área sanitaria para el seguimiento de pacientes hospitalizados o necesitados de asistencia externa, marcado de mascotas, recién nacidos, empleados durante su jornada de trabajo…
Sucede que estos dispositivos que parecen inocentes pegatinas junto al código de barras, a las que no damos mayor importancia, de no ser adecuadamente desactivadas, tienen la propiedad de permitir el detallado seguimiento de cualquier ciudadano, almacenar en un banco de datos sus movimientos, tenerle localizado allá a donde vaya, archivar su historial, información que entre otras cosas, puede ayudar a conocer a empresas y gobiernos los auténticos usos, rutinas y costumbres de la población, cosa que en palabras de estos dos reputados Organismos, pone en serio riesgo nuestra seguridad e intimidad con solo llevar de paseo un libro, un calzado, o una libreta de ahorros.
Lo que resulta curioso, no es el potencial uso indebido que de este artilugio se realice, sino el nombre con el que mediáticamente se ha bautizado al mismo. Hace tiempo que los consumidores veníamos reivindicando las Etiquetas Inteligentes, o sea, aquellas donde figurasen todos los elementos relevantes a la hora de informar a la clientela sobre las propiedades, ingredientes y advertencias al objeto de propiciar un consumo inteligente en el que el consumidor tenga acceso inteligible de lo que está adquiriendo, porque es muy sospechoso que mientras las autoridades sanitarias, el Ministerio de Industria, y los legisladores permiten, consienten, e incluso animan la publicidad a todo volumen y en letras gordas, productos con Omega 3, bífidus, Ph neutro, y características como Oxiaction Cristal White, no obligan a identificar con un distintivo claro y visible los alimentos transgénicos o que contienen sustancias peligrosísimas para la salud, basta con que en letra más canija que la que te dan a firmar en la hipoteca de un Banco, ponga entre paréntesis Maíz modificado genéticamente,

Es probable, que la publicación de esta verdadera información, no le haya hecho gracia al Ministro del Interior Rubalcaba, pero la seguridad ciudadana va mucho más allá de la lucha antiterrorista, porque lo que a los ciudadanos verdaderamente nos aterra, es vernos sometidos a todas horas a vigilancia en detrimento severo de nuestra libertad. Más que nada, porque a todos nos gusta que nos miren, pero a nadie agrada que le observen.

¡Todos somos Naomi!

Me parece del todo bochornoso el mal trago que se le ha hecho pasar a la modelo Naomi Campbell forzándola a prestar declaración ante el TPI de la Haya en el juicio que por crímenes de guerra y contra la humanidad se le ha abierto al ex Presidente de Liberia Charles Taylor.  Considero que dicho trance, es un daño colateral del vicio oculto de este Tribunal que persigue solo a las prima donna de las atrocidades locales, dejando impune a los tramoyistas, guionistas, productores y directores internacionales de sus macabras actuaciones, de modo que un regalo recibido de manos de Taylor, Milosevic, Kagame, Obiang, y compañía puede meterte en un lío, pero no así, si quien te lo ofrece es Blair, Bush, Sarkozy, o ZP, pues esta gente jamás de los jamases será juzgada y por consiguiente, sus dones no arrojan sobre la persona agasajada la indeleble mancha de la sospecha.
Pero el sacrificio de Naomi no ha caído en saco roto. Su inmolación mediática, ha servido para que una cuarta parte del mundo se pregunte si sus dedos, muñecas, orejas y cuellos, lucen lágrimas de sangre arrancadas en carne viva a los infelices habitantes de zonas bendecidas por la Naturaleza que tuvieron la mala suerte de tener bajo su suelo grandes riquezas que no llegarán a disfrutar, pero si maldecir, por la ruina y dolor que para sus pueblos ha supuesto que Occidente haya puesto los ojos en ellas. Es muy posible que podamos exclamar con fuerza eso de ¡ Todos somos Naomi! porque la sangre que falta para atender las demandas hospitalarias, corre a raudales a la hora de proveer nuestra misteriosa abundancia.

La gente debe pensar que nuestra minoría privilegiada tiene derecho natural a gozar del Paraíso, mientras la inmensa mayoría sufre a diario el anunciado Fin Apocalíptico de Juan, cuando lo que ocurre, es que todo lo que comemos, vestimos, usamos, y vemos, está estrechamente relacionado con lo que desde el Tontodiario se nos presenta bajo la inocente forma de conflicto bélico, de los que por supuesto, el peatón urbanita no se siente culpable.

Sin embargo, desde que nos levantamos, hasta que nos acostamos, estamos conectados directamente con esos crímenes que se juzgan tan grandilocuentemente en la Haya, y de los que solo nos sentimos espectadores, empezando por el desayuno a base de café o té robado con artimañas mercantiles a países a los que se les ha forzado dedicarse al monocultivo, continuando con la ropa barata de marca confeccionada a destajo por niños esclavos en Asia, siguiendo con la gasolina que echamos al coche para ir a trabajar procedente de las peores dictaduras como los Emiratos Árabes, los muebles de madera desarraigada a punta de fusil a sus ancestrales dueños en el Amazonía, el coltan compuesto mineral imprescindible para mantener las prestaciones de la alta tecnología como la del móvil, cuyo comercio estratégico, propicia y mantiene la guerra en la República del Congo y países limítrofes…hasta la hora de cenar algo tan humilde como pescado ultracongelado en aguas internacionales frente a las costas de todo el mundo, menos del nuestro. Naomi Campbell ha pagado muy caro no haber rechazado en su momento aquellas piedras sucias. Nosotros no seremos menos… Nuestro Juicio Final se acerca.
diamante

Blanco sobre negro

blanco sobre negro

El azar ha querido que justo cuando España y media recibía como a la reina de Saba, a la Primera Dama Negra, el Gobierno de su marido Obama advirtiera a los turistas afroamericanos sobre los prejuicios racistas de nuestros cuerpos de seguridad, comentario que tras las debidas gestiones del Ministerio de exteriores, fueron suprimidas de inmediato, pero cuyo testigo ha sido recogido por la oportunista diplomacia marroquí, que no pierde ocasión.
Hace tiempo que tengo muy claro que por aquí no somos racistas, más que nada, porque nuestra propio historial genético, nos lo impide al ser la mayoría de nosotros un amasijo de culturas, ellas sí indisolubles. De ahí, que precisemos del futbol, lenguas y estandartes para hallar motivos de continua trifulca, toda vez supimos deshacernos de moros, judíos y protestantes. La mejor prueba de lo que mantengo, la tenemos en el enorme contraste de lo sucedido con las poblaciones autóctonas de la América precolombina entre las zonas donde dominaron portugueses o españoles y allá donde lo hicieron los Anglosajones. Y más cerquita todavía, la devoción casi enfermiza que se le profesa a nuestras Vírgenes Morenitas…
Los latinos, no somos racistas; esta condición está reservada para pueblos como el Hebreo, el Gitano, o el Anglosajón que desprecian al resto del mundo abiertamente. Nosotros para compensar somos mucho más clasistas y no es un chiste lo que digo, por lo comentado arriba; Dado que entre mediterráneos es imposible distinguirnos en exceso por la sangre, el cabello, la piel, etc, hemos necesitado más que nadie de las clases sociales, lo que no quita para que entre aquellos pueblos también surja el clasismo y entre nosotros el racismo. Lo que pretendo destacar, es la primacía de un componente sobre el otro en cada caso.
Para ahondar en el matiz sin tener que recurrir a las temibles definiciones de la RAE, voy a ilustrarlo con un ejemplo: un racista sería aquel padre que se opusiera a la boda de su primogénita con un guapo, apuesto, elegante joven, sano, deportista, médico de profesión, de buena familia, con altos ingresos que viviera en el barrio más chic de la ciudad, por el mero hecho de que éste fuera negro, mientras el clasista no pondría demasiados reparos al respecto. Situación retratada magistralmente por Stanley Kramer en la película “Adivina quién viene a cenar esta noche…”
Espero que no se me malinterprete, cuando diga que, me alegro de que la casta política obligue a nuestra policía a emplearse a fondo en la caza de ilegales negratas sin papeles o de sudacas de mierda por las aceras de nuestra democracia, por el mero hecho de ser pobres, en lugar de detener y repatriar a los jubilados ingleses que desde Benidorm a Fuengirola agotan sin misericordia los recursos de nuestra seguridad Social, de igual manera que me congratulo de que nuestras nuevas generaciones, prefiera dar de hostias con bates de béisbol a mendigos autóctonos que demostrar su capacidad de combate con los negros y chicanos de las bases yanquis como la de Torrejón, porque a nuestra industria turística, solo le faltaba que además de racistas, se nos acusara de xenófobos, cuando no hay necesidad de acudir a terceros para solventar nuestras más arraigadas prácticas, pues para ejercer de racistas si nos apetece, a mano tenemos los gitanos, y para la xenofobia ya sufragamos las Autonomías.

 

Primarias secundarias

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Tenía mis dudas sobre el verdadero trasfondo sonriente de ZP, de quien, algo me decía, no encajaba del todo en el perfil de Mr. Bean, como tampoco Aznar lo hace en el de Charlot, pues si la personalidad de uno le transforma en Henkel el otro lo hace en Joker. Así de claro lo tengo tras el episodio acontecido en la FSM donde el talante democrático de nuestro Caudillo ha salido a relucir primero, sugiriendo entre bastidores, luego persuadiendo mediáticamente, más tarde presionando en secreto, para finalmente aceptar ir a primarias, que ya parecen secundarias, por si no había quedado claro en los bochornosos precedentes de este Partido, que pese a todo es de alabar lo siga intentando.

Parece que el Politburó del PSOE, está convencido de que los Pueblos, como los borregos, las ovejas y los burros, necesitan de líderes que les guíen en el tortuoso camino de la libertad, sin cuya tutela perecerían en el camino a la primera bifurcación por su incapacidad para escoger en situaciones críticas lo que les conviene, como le sucediera al famoso Asno de Buridán.

La traducción castellana que la Curia de Ferraz maneja del término Democracia no es la misma que se le inculca a la plebe en las clases de EPC, donde se dice que la voz Democracia proviene de la conjunción de dos términos griegos Demos Pueblo y Krátos Gobierno, que puede entenderse como Gobierno del pueblo; lo que ya no explican es el correcto modo en cómo debe entenderse tan manida fórmula…porque la pobre gente, tiende a entender de modo pobre la expresión, por lo que, solo es capaz de tomarla en el sentido de que es el Pueblo el que gobierna, o que el Gobierno es del Pueblo, o similares, cuando también cabe interpretarlo de modo menos forzado con los hechos, cuál es, el sentido en que lo entenderíamos si sustituyésemos Gobierno por Conducción y Pueblo por Ganado, o sea, la Conducción del Ganado, en cuyo caso, a nadie se le ocurriría pensar que el ganado se conduciría a si mismo, como tampoco la educación del niño, presupone que el niño se eduque por su cuenta.
Así las cosas, la Democracia, cuando finalmente sucede, además de ser el menos malo de las formas de Gobierno, también hemos de empezarla a contemplar como el último recurso del buen gobernante que antes de permitir que el Ganado Humano decida en cuestiones de Estado, ha de buscar por todos los medios posibles, como ha hecho nuestro talantoso Presidente, el consenso de los iguales en el órgano de dirección, la renuncia de un potentado en favor de otro, los pactos entre las distintas fuerzas representadas en aras del equilibrio de poder y cuantas componendas se les ocurra, con tal de disminuir en lo posible esa lacra inevitable que acompaña a todo colectivo, consistente en que la conciencia individual desea participar por una malentendido concepto de libertad.
En cambio, la militancia gregaria del PSOE, parece tener por ejemplo de su conducta a la oveja descarriada a la que aluden Mateo y Lucas, pues cada vez que el aparato ha apostado por alguien, siempre ha salido victoriosa la otra opción. Lo curioso del asunto, es que Zapatero, que a la sazón sufriera esta lamentable conducta dirigista en un partido supuestamente democrático para vencer a Bono, como en su día Borrel frente a Almunia, ahora, se ponga de parte de los malos, reproduciendo tan nefasto modus operandi, refrendando el refranero que advierte “No sirvas a quien sirvió, ni pidas a quien pidió” aunque, es posible que esta mente preclara, haya aprendido de lo bien que le va a los Popus con la dilatada sobreactuación del dúo Pimpinella encarnado por Esperanza Aguirre y Gallardón, y decida recrearlo en versión Sociata con Tomás Gómez y Trinidad Jiménez. Porque para tan corto viaje en nuestra querida España, no hace falta tanta alforja, como demostró Aznar con su famoso cuadernito azul.