¿Estamos tontos? ¡O qué!

El coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, manifestó en su día que, si finalmente el Gobierno de Rajoy iba a destinar fondos públicos para ayudar al saneamiento de Bankia por su exposición a los activos inmobiliarios depreciados “es el momento de pedir la nacionalización de esta entidad bancaria, con el fin de preservar los derechos de todos los ahorradores (…) ésta será la repuesta de IU (…) porque de los bolsillos de los ciudadanos no debe salir ni un euro más para tapar lo que ha sido una especulación financiera intolerable que han hecho determinadas entidades de nuestro país”. Pero estamos tontos ¿O qué?

Me habían dicho que si bien el PSOE era liberal, IU no le andaba a la zaga en las travesuras ideológicas adentrándose en la otrora traidora Socialdemocracia. Pero de ahí a compartir el juego Neoliberal de privatizar los beneficios y hacer públicas las pérdidas, todavía les debería quedar un margen de tres lustros para que todo el espectro político fuera, no ya igual en los actos durante las tareas de Gobierno que también cuando hacen oposición, porque es más que sospechoso que Cayo Lara proponga la Nacionalización de un banco peor que malo como es Bankia y vaya Dom Marrano Rajoy y le haga caso, como nos temíamos. ¿A quién se le ocurre?

Por supuestísimo, que como todo hombre de bien que sepa algo de economía, comparto con este quintacolumnista de Cayo Lara la parte del discurso biensonante sobre que no se debe dar ni un duro más de nuestros impuestos para sanear los continuos pufos de aquellos que han provocado la crisis a quienes por cierto, esta nunca parece pasarles factura y si atendemos al reparto de dividendos, aún les supone pingües ganancias, ¡Tantas! que alguien como Metegolzorri, apartado de toda actividad financiera en su retiro dorado de varios millones de euros al año, ha perdido el culo para sentarse donde estaba Rato, quien por cierto, también se va a llevar buen pellizco de la ruina en que ha dejado Bankia tras haber estado graciosamente un mal rato. Pero me parece una estratagema de camuflaje acústico-lectora para acompañar lo que de otro modo sonaría peor que Macaco hablando Inglés. Porque todos conocemos el truco de decir cosas bellas y entre col y col meter lechuga que es lo que acaba de hacer el representante de IU.

Porque ¡ustedes me dirán! ¿Para qué diantres queremos nacionalizar un banco con pérdidas? Puestos a nacionalizar, yo nacionalizaría, no sé…la banca está a punto de declarar la bancarrota y Georgie Dann anda dándole vueltas al temazo del próximo verano “El corralito”, pero Zara o Chupa Chups no parece mala idea.
Y es que, siempre estamos igual: la derecha del PPSOE vende a precio de saldo las empresas estatales rentables quedándose las ruinosas y la izquierda tonta cuando las empresas privadas están en pérdidas exigiendo su nacionalización.

La respuesta de IU no puede ser otra que oponerse al robo que se nos va a hacer, pero no pedir la nacionalización de Bankia que sería como convertir al ladrón en propietario y hacer del expolio público algo legal como si se acudiera a una notaría para dar fe que el piso de 200 metros cuadrados en el centro de Madrid se ha vendido por doce millones de las antiguas pesetas.

Claro que si este indocumentado de Cayo Lara que aporta la pincelada de pluralidad al Régimen tiene sus ahorros en la entidad como ha declarado tenerlos el Jefe de la ¿Oposición? Rubalcaba que ha pedido mantener la calma a los pequeños ahorradores en vez de exclamar lo que procede ¡Sálvese quien pueda!, entonces, es posible que no estemos tontos del todo y sólo sucede que estamos muy pero que muy listos, chupando todos del bote.

Justicia mangante

ANTECEDENTES, reunidas sus Excelencias para dirimir sus lindezas y flaquezas por si fueran pocas las sospechas que ya barruntaban los eslabones más débiles de la urbanidad sobre su genuino comportamiento en la intimidad que procura la opacidad de su compartimiento estanco en calidad de su independencia, se solicita se suspenda la Audiencia, para no dictar sentencia y para dejar constancia de la abierta diligencia paso a declarar que,

EXAMINADAS las actuaciones actuales de las partes testimonias, siendo hoy el día que es, considerando los hechos denunciados por el denunciante en su denuncia que anuncia la ascendencia de la indecencia a la más alta instancia de la Magistratura que tritura su moral catadura cuya distancia del caradura no parece mediar, disponemos que:
“DISPONEMOS de los suficientes hechos probados, no aprobados por este Tribunal para actuar contra el dispendiante ¡Dios mediante! que el fiscal echando una de arena y cal le exime de toda culpa por ser su conducta de lo más habitual dentro de lo legal, archivada la archisabida causa a causa de lo casual.
HECHOS probados son de este procedimiento que procede de la pieza separada del legajo 1-789, que no rectificados sino ratificados en sus atribuidas retribuciones de nuestras contribuciones retraídas, el intercepto parece ser adepto apto del clepto y ramplo, cuanto de soslayo, al leguleyo le va en ello su condición togada, agotada la venia que le venía dada por vía impositiva, positiva por ausencia, recurrida en recurrencia a la estupefacta observancia de la concurrencia que concurre en lo que ocurre cuando en su computación de la reputación debida no habida imputación de la misma en caja; ¡ni tenía por qué haberla! según norma de la Sala, donde quien no reclama regala factura no explicada por presentada, cobrada y pagada.
CONSIDERANDO, como fundamento de derecho, estar al acecho del malhechor en su fechoría proveyendo, no yendo más allá de lo que haya de suyo el sujeto geta cometiendo, ENTIENDO, que hay razón suficiente para abrirle expediente al Presidente de este jurídico Ente en mor de la Verdad, que, en verdad, no se encuentra presente ni de acusada ni de acusadora por no habérsele cursado en fecha y hora cédula de citación, actuación del todo prevista, para anular la vista ante la diosa imprevista que bajo venda ve que la legalidad va de lista esquivando su quehacer.
EXPONGO que habiéndose presentado el anterior escrito por el procurador en representación del afectado referido por el infraescrito, teniéndose por hechas las vertidas manifestaciones en el cuerpo dimanante de la parte entrante que no saliente del valiente acusante durante el encausamiento, MANTENGO que, no puede no ser, que por la tangente, en acción negligente la inteligencia diligente no le eche el guante al referido mangante por cuanto si de la turba vino el turbante, bien traída está la expresión para el ladrón que de las mangas de su toga y de sus sobresalientes manguitos blancos se le diga mangante que no por falta de caballo deja de ser caballero el dinero gastado por este corrupto de la justicia representante. Por consiguiente, dese por impetrado todo gobernante debiéndose estar a lo que se inste para un mejor impulso procesal en lo que se insiste, de las actuaciones ateniéndose a las consecuencias inherentes de la causa y caso, acaso a causa de su incumplimiento, prometo que miento si reclamo como apropiado el veredicto que no dicto, cuál es:

FALLO, que fallo porque no fallo por no fallar a la falla que separa hacer justicia de aplicar legalidad en esta Sociedad entregada a la molicie confiada como está en falsas instituciones regidas a borbotones por divares y demás, sobre las que se asientan naciones vacías de dignidad.

Multado por no multar

Mingote ha muerto. Pero el chiste nacional continua. Por si fuera poco que en plena crisis los pobres ciudadanos debamos socorrer con nuestros impuestos a los bancos, resulta que a un Guardia Civil adscrito a Tráfico en Huelva se le ha rebajado el sueldo en 200 euros por no poner suficientes multas. ¡Vamos! Que se le ha multado por no multar.

De la noticia se desprende al menos dos conclusiones a falta de un desmentido: de una parte que parece haber establecido un cupo de multas a cubrir por cada agente con el que nos cruzamos por la calle o la carretera y de otra, que vivimos en un Estado de Deshecho más que de Derecho, por cuanto se supone que la Ley es anterior al delito y el castigo de su infracción posterior al mismo, aunque evidentemente la necesaria coacción que acompaña a toda Ley para reforzar su cumplimiento en defecto o ausencia de amor y respeto a la misma por la ciudadanía, sea anunciada con antelación como no puede ser de otra manera para su eficacia. Empero, es todo un despropósito cuantificar a priori el grado de incumplimiento de la misma que va a acontecer, por muy refinada que esté la ciencia de la estadística.

No sé de donde partirá orden semejante, si desde el Ministerio de Economía para cuadrar el balance y generar confianza en el FMI o directamente desde Hacienda para ensayar nuevos métodos con sus recaudadores, pero de ser cierto que existe tal mandato, es evidente que el entero Sistema se rige por la idea judeocristiana del Pecado Original que traducida al Código de Circulación vendría a decir que “Todo conductor, peatón o cualquier otra cosa que circule, por el mero hecho de existir para la DGT, es infractor.” Más o menos lo que venía a mantener la SGAE y su cómplice el Gobierno con la imposición del Canon Digital respecto a la adquisición de Cds, Mp3 etc.

De seguir por este camino cuyos vericuetos ni el más anhelado juicio sintético a priori kantiano hubiera podido prever, en breve nos enteraremos que los jueces tienen dictado un cupo de sentencias condenatorias, los médicos han acordado un mínimo de pacientes hospitalizados, los docentes poseen una cuota de suspensos a cubrir, los bomberos para ganarse el sueldo descubriremos que han de apagar cierta cantidad de incendios…porque de lo contrario se verán sancionados.

La pregunta que yo me hago, ahora que sabemos que un Guardia Civil ha sido multado por no multar, es la siguiente ¿Y el resto? Se sobre entiende que si sólo un agente ha sido pillado in fraganti perdonando por su cuenta y riesgo la presupuesta naturaleza infractora de sus vecinos, es que los demás si alcanzan dicha marca. Y ello me sugiere entonces otra pregunta ¿Cómo lo consiguen? Supongo que como cualquiera de nosotros a principio de mes estarán relajados disfrutando de la paga recién recibida; luego empezarán a hacer buenos propósitos para ponerse al día en lo concerniente a poner multas, más o menos hacia mediados de mes; ya entrados en la última semana como que se conciencian que han de hacerlo; pero no será hasta el final, incluidos los días 32 y 33 del calendario imaginario, que como los buenos estudiantes se muestren ágiles a la hora de encontrar pretextos a su alrededor para cubrir el expediente.

Entonces, si mi anterior suposición fuera cierta, así como todos circulamos a más de 120 km/h frenando justo antes de un radar, podemos ir tranquilos sin miedo a multas a comienzos de mes, con algo de prudencia a mediados y sólo a partir del 26 o 27 – con cuidado de que no sea Febrero – respetando escrupulosamente todas las normas de circulación. Eso, u ofrecer “ahorita mismo” la correspondiente mordida al gachupino güevon de turno, práctica para cuya erradicación sucede que está pensada la multa por no multar, aunque no se quiera reconocer desde el Gobierno por el desprestigio que general que supone.

¡Todos los políticos son iguales!

¡Nuestra generalización es vuestro crimen! Vosotros los políticos malhechores, delincuentes habituales de corbata y subvención, con vuestro comportamiento adlátere, encubridor, cómplice, conspirador, mirando hacia otro lado, cobarde, sumiso, de moral equivocada sobre la lealtad en el mejor de los casos para con la vileza de vuestros compañeros de escaño, altos cargos del Partido, concejalía y demás lugares comunes para cometer fechorías contra la confianza de la mayoría idiota-democrática, habéis avalado que desde fuera os contemplemos como un conjunto compacto sin fisuras semánticas acerca de vuestros grados de honradez por cuanto sólo sabemos de vuestros delitos gracias a acusaciones externas, bien de la prensa no asociada a vuestra camarilla, bien proveniente de la camarilla contraria directamente, que todavía falta el día en que un miembro de un Partido denuncie las tropelías contra la comunidad cometidas por otro compañero de siglas sin mediar entre ellos rivalidad por un puesto.

Siendo como son tantos los casos de corrupción endosados a dirigentes políticos, representantes democráticos y altos cargos institucionales, la inexistencia de denuncias por parte de los propios compañeros de partido de las malas prácticas a ese respecto de compañeros que hayan percibido o propuesto sobornos, la ausencia de ceses fulminantes por parte de los responsables de velar por la buena conducta de sus subordinados a la más ligera sospecha de que los mismos no llevan una conducta ejemplar en el desempeño de sus funciones, lo difícil que es que alguien descubierto o acusado de haber malversado fondos presente su dimisión sin recibir presiones mediáticas, etc, nos permite establecer que, una de dos: o nuestros políticos sólo están capacitados para vigilar, denunciar y exigir el cese por mala conducta de sus rivales políticos, o bien que cuando se trata de compañeros de partido actúa en ellos el espíritu antes mencionado de solapamiento del crimen y el delito.

¿Saben ustedes de algún caso en el que un miembro de un partido haya denunciado la corrupción de un compañero? ¿En todo lo que llevamos de Democracia ha habido alguna vez que el Presidente del Gobierno haya expulsado a un Ministro por corrupto? ¿Y a un Ministro que haya llevado ante la justicia a algún Alto Cargo de confianza que haya desviado dinero público de las arcas del Estado? ¿Qué me dicen de entre los varios miles de Congresistas, Senadores, Diputados Provinciales o Parlamentarios autonómicos, hay alguno que haya criticado públicamente a su camarada por conocer su vertiginoso enriquecimiento personal? No deseo aburrirles con la misma pregunta recorriendo el elenco sinvergüenza que nos arruina. Creo que con lo expuesto debería ser suficiente para comprender que la expresión ¡Todos los políticos son iguales! les es doblemente merecida: primero porque sin decir en qué son iguales, toda la población – incluidas sus Señorías – la entiende de modo peyorativo y segundo, porque dicho modo que comporta elípticamente su naturaleza corrupta, es del todo justa dado que la denominada Casta Parasitaria parece dividida en quienes se corrompen abiertamente y quienes se lo consienten.

Pero lo peor de todo, es que los medios de comunicación y los electores se están contagiando de tal proceder degradado, sucediendo que quienes apoyan con sus cabeceras o votos a unas determinadas siglas, parecen excesivamente sensibles a los deslices de sus competidoras a la vez que anestesiados éticamente para percibir lo más abyecto y aberrante en quienes creen haber depositado su confianza, asunto peligrosísimo que desprestigia cualquier elección depauperado como está el juicio crítico que se activa únicamente para echar abajo lo que hace la parte contraria y se inhibe de toda acción contestataria o de repulsa cuando el actor principal en cuestión pertenece al campo propio al que hemos tomado cariño.

Antiguamente, cuando la justicia popular alcanzaba no sólo al infractor que también a su cómplice, familia, clan y hasta la aldea entera a la que pertenecía, no hacía falta tanta policía. Cada cual procuraba comportarse lo mejor que podía por la cuenta que le traía a él y a los suyos. Tanto es así, que si era pillado en un renuncio, los primeros en ocuparse de su castigo eran los más cercanos a él. De este bárbaro y salvaje modo de administrar justicia propio una época en la que no habían tribunales, ni jueces, ni abogados ni fiscales, ni cárceles…nos ha quedado la costumbre de que los padres sean quienes castiguen a sus hijos, para que su mal comportamiento no dañe la imagen de toda la familia que podría ponerse en cuestión en todo el vecindario si su prole va profiriendo palabrotas por las escaleras del portal, escupiendo por las calles o poniendo los pies en los asientos del autobús.

Pues bien, cuando las bases de los Partidos denuncien a sus directivos, los compañeros de siglas se adelanten a sus rivales en denunciar la corrupción en el seno de su partido, cuando ante la más lugera sospecha o indicio el afectado presente su dimisión y se someta a investigación y juicio renunciando al privilegio de escapar a los tribunales por su condición de Representante democrático, etc. Entonces, seguramente la generalización desprestigie a quien la profiera y la expresión ¡Todos los políticos son iguales! Necesitará ser completada con la coletilla “Ante la Ley”.

El precio del silencio

Normalmente los articulistas vamos detrás de los acontecimientos, a lo más, al hilo de los mismos, aventurando hipótesis de ulteriores desarrollos, pero siempre tomando como base lo ya sucedido. Pues bien, la columna que ahora mismo redacto, es el premio de consolación que me queda después de haber pergeñado durante todo el fin de semana una pieza ingeniosa sobre lo que yo personalmente haría de encontrarme en la situación de Su Alteza el Señor Don Diego Torres, Socio del Yerno Real el Señor Don Iñaki Urdangarín. En la misma, urdiendo a mi estilo ironía, denuncia, reducción al absurdo de los argumentos etc, planteaba la posibilidad de que este personaje hasta hace poco anónimo para el gran público, no sólo no saliera perjudicado del trance de verse pillado en un asuntillo de corrupción que de no ser por la notoriedad mediática e institucional de su compañero de fatigas, seguramente pasaría del todo desapercibida tal como está el patio, que incluso, podría sacarle rédito de saber hacer valer ante la Sagrada Familia su capacidad de mantener la boca cerrada acatando la ley de Omertá.
Pues bien, hoy Lunes, antes de ponerme a pulir el divertido texto que me traía entre manos desde el Viernes, me desayuno un artículo titulado: “Torres pone precio a su silencio” cuyo contenido literal resumido viene a decir que “Diego Torres exige 10 millones de euros, los honorarios de su bufete de abogados, el pago de la fianza, un trabajo fijo y no ser condenado a pena de cárcel; A cambio, ofrece no implicar a la Infanta Doña Cristina ni al Rey Don Juan Carlos, destruir los más de 200 correos electrónicos comprometedores para la Casa Real y otras instituciones, así como destruir cualquier otra prueba o documento referente al caso.
La noticia me ha frustrado porque soy de naturaleza supervaga, no habiendo cosa que más me fastidie que meter horas en balde, por no reconocer que me habría marcado un puntazo de haber publicado yo antes mi ocurrencia. Pero no ha sido así. Y ahora toca hacer de tripas corazón aprovechando la mezcolanza de realidad y ficción que se me ofrece.
Una vez más, la realidad ha superado mi ficción: en mi texto, yo exigía únicamente 1 millón de euros, sucediéndome como al Sr. Maligno de la serie Austin Powers que tras pasarse una temporadilla en chirona, cuando vuelve tras 30 años a la cúspide de su organización criminal exige como rescate a las Naciones Unidas ¡Un millón de dólares! cantidad que en su día era referente obligado para Fantomas, Fumanchú y compañía, pero que en la actualidad es todo un insulto para el chantajeado. Por supuesto yo también exigía pago de abogados, la fianza, no ser condenado a cárcel…pero lo del trabajo fijo, y los 10 millones de euros, confieso que ha desbordado todas mis expectativas. Pero…¡No del todo!
Porque en mi inocente fantasía, yo sin embargo, planteaba la posibilidad de divorciarme de mi actual esposa para casarme de inmediato con mi amor platónico la Infanta Helena. Con este enlace, a imitación de los efectuados antaño entre las monarquías europeas para evitar guerras y aún los de las grandes familias de la mafia para asegurarse mutua fidelidad, además de aunar intereses para que todo lo ganado en estos años de extorsión y estafa generalizada quedara en Casa Nuestra, me curaba en salud ante cualquier eventualidad o accidente, pues al igual que Diego Torres en la vida real, yo también manejaba la variable de que me quitaran de en medio como revelan fuentes de “El Mundo” le sucede al socio de Urdangarín que está obsesionado con su seguridad personal cambiando constantemente de teléfono para dificultar ser grabado, sin apenas salir de su domicilio, evitando sentarse cerca de ventanas, etc. Y es que, una cosa es robar al Pueblo de Mallorca, al de Valencia o al de España, que a fin de cuentas sale gratis y otra muy distinta es chantajear a la Casa Real, de probada experiencia en estas lides a lo largo de su historia.