Grados de matar. Ocurrencia

Si matas a una persona sin querer, eres un homicida involuntario; si lo matas en una pelea de una puñalada pero sin intención previa de causarle la muerte, entonces eres un homicida en toda regla; en cambio si a esa misma persona la matas con premeditación y alevosía, entonces puedes considerarte un asesino. Pero si lo eliminas por encargo de un tercero, resulta que te conviertes en sicario; en verdugo si lo ejecutas en nombre del Estado; si lo haces por cuenta de una organización para reclamar cualquier reivindicación, entonces eres un terrorista; si matas a varias personas en un periodo dilatado de tiempo, ya eres un asesino en serie; mas si los matas todos de golpe, entonces eres un asesino múltiple; si la cantidad excede de los cartuchos que puede cargar una ametralladora, puedes considerarte un asesino en masa; si la masa de gente a la que matas, sea de una vez o poco a poco, pertenece a un grupo racial, cultura, o país, entonces has alcanzado el grado de genocida; Pero si a lo que aspiras en esta vida es a matar premeditadamente a todo el mundo y de una sola vez, ya te puedes ir olvidando del asunto, porque para eso necesitarías ser Dios.

Círculo criminal. Ocurrencia

Los medios de comunicación protegen los excesos policiales; los excesos policiales protegen a los políticos corruptos; los políticos corruptos protegen las estafas de la banca; la banca protege a las empresas asesinas; y finalmente las empresas asesinas pagan a los medios de comunicación mediante la publicidad.

¡Manos arr-iva!

 

Mientras los advenedizos de traje y corbata colocados en sus ¡escarnios! por el crimen organizado perpetraban su Golpe de Estado bajo el paraguas de la Partitocracia custodiado por leoninas intenciones a sus puertas, fuera de ellas, en la calle, gritos de ¡Manos Arriba! se dejaban sentir a plena luz del día, con la desesperación de un Pueblo que clama a los cuatro vientos su desgracia de forma pacífica por miedo a que gargantas esbirros mercenarias a sueldo de quienes les dictan los partes y consignas, les identifiquen de terroristas urbanos armados de palabrotas desde los nuevos púlpitos de la más abyecta Tiranía que son los medios de manipulación, los cuales, sin ningún pudor a la mínima han tildado de violentos a los mineros que estos días defienden sus legítimos derechos como en su momento no escatimaron adjetivos del mismo pelo para degradar a los cientos de miles de personas que apoyamos las manifestaciones del 15-M otorgándonos el impresionante título de “Perroflautas” que ahora lucimos con tanto orgullo para distinguirnos de los “Perro-distas”.

 

Los criminales se protegen entre si: Los medios de intoxicación protegen las abusivas actuaciones policiales contra la ciudadanía; La policía al servicio del poder protege a los políticos corruptos de la ira de la gente; los políticos corruptos socorren a la Banca estafadora con dinero público; la Banca estafadora colabora con la Patronal asesina para oprimir a la gente obligándola a malvivir trabajando todo el día, con sueldos miserables, sin que puedan gozar de una vivienda digna en vida, mal alimentándose, sin tiempo para disfrutar de su familia y amigos, siempre angustiados por saber si el pan nuestro de cada día nos lo robarán hoy, pendientes de mantener el empleo cual espada de Damocles sobre sus temerosas cabezas…

 

Pero yo, yo estoy protegido por Dios y la Verdad; por eso me permito el lujo de, bajo mi entera responsabilidad y en pleno ejercicio de mis facultades, llamarles a todos ellos lo que son ¡Criminales! ¡Manipuladores! ¡Corruptos! ¡Estafadores! Asesinos! Auténticos terroristas integrales de la sociedad… sin miedo a que me pongan una querella, ni a que me suceda lo que me tenga que suceder, pues aun teniéndome por una de las personas más profundamente cobardes de cuantas conozco, también me sé de las que menos soporta no denunciar la injusticia cuando esta acontece ante mis narices, siendo entonces mi fatal destino hacerme solidario con la causa de los más desfavorecidos, para convertirme en voz de los sin voz, aunque ello me depare males que fácilmente esquivaría con solo mirar a otra parte o ponerme de lado. Sea entonces que para que no quepa ambigüedad en mi discurso, tengo en la actualidad por criminales a los máximos dirigentes de los partidos políticos con representación en los numerosos parlamentos, así como a los directivos de los principales bancos, sindicatos, grandes empresas, máximos representantes de la magistratura y al propio Jefe del Estado que el otro día se puso, como con anterioridad lo hicieran todos y cada uno de sus antepasados – salvo Don Juan – del lado canalla, cuando tuvo la oportunidad de redimir todos sus pecados sociales e históricos de haberse puesto de parte del Pueblo con sólo haber declinado la invitación a presidir tan ignominioso gabinete de Ministros.

 

Por eso, invito a todas las personas de bien a unirse a nuestro Santo Padre Benedicto XVI en ecuménica oración junto a nuestros queridos Obispos, y a alzar conmigo de nuevo las ¡manos arriba!, pero esta vez no en señal de derrota o desesperación, sino hacia el cielo, con la esperanza de una próxima victoria frente al Mal,  implorando al buen Dios, que nos asista en la batalla dándoles a todos y cada uno de ellos su merecido y a nosotros fuerzas suficientes para en sintonía con el “Ora et labora” benedictino ponernos manos a la obra en su divino cumplimiento, si es que es preciso lo de ir rogando con el mazo dando. ¡Dios mátalos! ¡Cristo óyenos!