A diferencia de la Razón que como irónicamente Hume comentara es lo mejor repartido entre los hombres porque todos creen tener la suficiente, sino toda…el dinero no anda escaso de pretendientes que por mucho que tengan parecen no bastarles en absoluto, a caso porque desde su creación en Lidia como moneda que no la riqueza, su posesión ha sido sinónimo de éxito que bien sabido es que tiene infinidad de padres mientras el fracaso fruto del error es huérfano. Por eso me ha chocado la reciente noticia de que en los casinos las fichas que los empleados se encuentran abandonadas o perdidas por el local entre las mesas de juego se le ha asignado el adjetivo de huérfano cuando de identificarlo más apropiado hubiera sido conocerlo por sus iniciales DNI correspondiente a Dinero No Identificado.
Efectivamente me ha llamado la atención la expresión estridente de “Dinero huérfano” pues nunca se me hubiera ocurrido la posibilidad de que el dinero pudiera quedar tan desamparado de dueño y menos en una situación de crisistafa como la que estamos atravesando. Dinero malgastado por gobiernos e instituciones, mucho; dinero perdido en subvenciones a empresas y culturetas intelectualoides, más; dinero escondido en paraísos fiscales por los bancos y empresarios, a raudales; dinero negro con el que se paga las horas extra y la economía sumergida, ni les cuento; dinero desviado, malversado y sobreseído de las arcas públicas por los políticos, sobran titulares; dinero de fondos reservados, fondo de reptiles y cajas B para sustentar el despilfarro público, ingente; dinero manchado de sangre invertido por la Banca y los accionistas en tráfico de armas, drogas y trata de blancas, evidente; Pero ¿Huérfano? Para mi es toda una novedad.
Con todo, me he maravillado de que, en los tiempos que corren, los empleados de los casinos y los casinos mismos, primero se ocupen de recoger y registrar nada menos que 100 mil euros durante el año pasado en fichas perdidas u olvidadas por los clientes y segundo, lo más difícil, cumplir altruistamente con la ley que les obliga a dárselo a los ayuntamientos que, a la vez, deben destinarlos a fines sociales, cuando es vox populi, que en los bancos y cajas de ahorro, los oficinistas, los cajeros y hasta los directores de sucursal, en quienes ponemos mucho cuidado no les afecten nuestras críticas a los banqueros distinguiéndoles como bancarios aun siendo condición necesaria del engranaje para nuestro saqueo, toda la vida, se espera a fin de mes para hace cuentas de lo que los camareros llaman bote o propina otorgada libre y voluntariamente por la clientela y esta panda de pillos dice cuadrar el desajuste de caja, con el ánimo de repartirse a partes iguales sin tener en cuenta el escalafón – para evitar fugas de información – esas moneditas mal contadas que en todo ejercicio quedan de más gracias al despiste ciudadano y la inocencia de los jubilados.
Va siendo hora, de que, el gobierno entrante Rajoy, el saliente Zapatero o el de la sombra R2d2, tome cartas en el asunto y en vez de estar persiguiendo tanto al transportista por la carretera, al autónomo en su facturación del IVA, al trabajador de baja espiando su enfermedad, al pequeño comerciante si tiene en el mostrador a su hijo, al hostelero contándole los metros cuadrados y las mesas de la terraza, etc, empiece a ponerle coto a esta práctica tan extendida de las propinas apropiadas no sólo por parte de la banca, que también de las cabinas telefónicas que no devuelven los céntimos ni ceden las monedas tragas a la hacienda pública, por no citar las indebidas subidas de más por medio de los inocentes redondeos que Año Nuevo a Año Nuevo, añaden al IPC esa ingente calderilla que acrecienta los beneficios privados y los perjuicios públicos.