El engaño de la suma pactil

Ahora que el discurso rajoyesco popular adquiere tintes zapateriles en cuanto a optimismo se refiere anunciando que hay una salida del túnel, que tras la tormenta veremos un hermoso Arco Iris y todas esas cosas sobre las que nos advirtiese “Asterix y el Adivino” para que no nos dejásemos embaucar por vulgares charlatanes con una fraseología que nada aporta al conocimiento salvo distracción y despiste como cuando el horóscopo nos recomienda “no hagamos caso de los malos consejos”, resulta que a la misma se le une la rubalcabización socialista en forma de “Pacto” para transmitir a la población que Gobierno y Oposición – que me da la risa – suman esfuerzos, impostante simulación que se despliega en tres engaños:

El primer engaño consiste en presentar el Pacto como una realidad excepcional, cuando hasta los bachilleres se han percatado pese a la indocente labor contraria, de la reedición de aquella denunciada alternancia decimonónica entre Cánovas y Sagasta ninguneando la voluntad del pueblo, operada desde hace lustros por los dirigentes del régimen conocido fuera de nuestras fronteras como Social-Populismo, pues se evidencia que, en lo esencial, la política nacional española no se ve alterada por la presencia del PP o del PSOE en los sucesivos gobiernos, vayan bien o mal las cosas, salvo en aspectos folklóricos o decorativos de la sociedad civil, pues no se aprecian destacables diferencias en las partidas presupuestarias, ni en la organización del Estado, la regulación del empleo, la supervisión del mercado, el control del fraude y menos aún en las concesiones y privilegios que se concede a la Gran Banca, coincidencias que se explican en aras de mantener la estabilidad.

El segundo engaño, presenta el Pacto como deseado por la población. ¿Pero se puede saber qué infeliz desea en nuestros días ver en Democracia coincidir a Gobierno y Oposición? ¿Desde cuándo en Democracia es buena la unanimidad? Cierto que en sociedad hay que buscar el consenso ¡Pero desde el disenso! Nunca desde la consensualidad consensuada de antemano. En el mundo sindical ya hemos comprobado desde hace tiempo a donde conducen los pactos negociados en los Comités de Empresa rubricados por los sindicalistos con la Patronal y no parece que sea un modelo deseable a repetir.

Por último, el tercer engaño, es hacer creer que de la suma de los esfuerzos de estos dos dirigentes y de sus respectivos Partidos, se deriva un producto bueno, a caso mejor que el que nos pudieran ofrecer por separado. Como mucho será mayor…Pero dudo sinceramente que sea mejor y menos todavía, bueno para nuestros intereses. Me explico:

Cuando operamos con elementos neutros pongamos por caso 1naranja+1naranja, de su suma obtenemos 2 naranjas, sin que su color se vea transformado en otro más bonito a nuestros ojos. Sin embargo, por alguna extraña razón psicológica relacionada con el “Efecto horizonte” la conciencia tiende a corregir defectos de los sumandos cuando estos por empatía se relacionan con personas, de modo que, por mucho que se prevenga contra semejante despropósito, mucha gente contempla inconscientemente que dos tontos hacen un listo, en vez de entender que lo que hacen de unirse son más tonterías que en palabras de Forrest Gump, es lo que les define como tales.

No seré yo quien llame tontos a nuestros gobernantes. Ello no es óbice para que en su maniobra pactil observe la misma esencia criminal que en los Estados Unidos de los años Veinte condujera a los gánsteres a concretar un gran pacto entre las distintas familias para hacerse con el control del negocio del juego, las drogas y la prostitución, sin que a nadie honrado se le ocurriese contemplar dicho acuerdo como algo elogiable en titulares de primera página o en columnas de opinión.

Porque la naturaleza de un Pacto, como la de la lealtad, la admiración o la obediencia, no es independiente del objeto y sujetos que lo conforman de modo que, únicamente atendiendo estos, estaremos en disposición de extraer alguna conclusión sobre su bondad o perniciosita. Y ahora, ustedes mismos.

La Tercera Vía de IU

De ser yo un dirigente de IU, me abstendría seriamente de situarme frente a la aparente disyuntiva de pactar con el PSOE una fórmula de Gobierno en Andalucía y Asturias o dejar la vía libre a un Gobierno del PP como ha sucedido en Extremadura, pues ambas opciones, si es que se las puede continuar llamando así a las dos caras de la misma moneda del PPSOE, le son abiertamente nocivas, dado que, los pactos con el PSOE acaban devorándole como alternativa y envolviéndole en el papel de cómplice moral de sus fechorías pasadas por salvarle el culo in extremis y futuras por permitirle continuar, mas sumar sus fuerzas por activa o por pasiva con el PP, como que tampoco le favorece demasiado a ojos de un electorado borriquil que cree que la “S” del PSOE es de “Socialista” y que “Socialista” es sinónimo de bueno, cuando bien pudiera suceder que obedece a la “S” de Sinvergüenzas. ¿Qué hacer entonces?

Así planteado, IU como los electores, está perdida. ¡No hay opción buena! Y sin embargo, creo que podría caber una tercera vía consistente en lo siguiente: Tras unas elecciones estatales, bien es verdad que a una formación política como IU sólo le queda esperar a ser bisagra de tal o cual partido y su situación nunca es deseable porque si pacta con uno de los grandes o deja de pactar, ya vemos lo que ocurre y de sustraerse al juego de la política sin afrontar sus compromisos, aparece ante sus votantes como un voto inútil, cosa que a la postre acaba pasándole factura. Pero ¿qué de nuevo acontece tras unas elecciones autonómicas que no sucede en las estatales? Que IU puede negociar con el Gobierno del Estado, un actor nominalmente neutral con el que se puede llegar a pactos de alcance Nacional que afecte a los Gobiernos autonómicos sin que en ello le vaya su prestigio en ninguno de los escenarios antes comentados.

Así, como decía, de ser yo un dirigente de IU, iría directamente donde Rajoy y le expondría sin tapujos mi disposición a llegar a algún tipo de acuerdo entre la formación socialdemócrata de IU y su Gobierno Neoliberal de España. Pero ¿Qué tipo de acuerdo puede ofrecer una formación tan pequeña como IU que pueda interesar a un Gabinete con la mayoría absoluta como la que goza en la actualidad el Presidente del Gobierno?

IU en estos momentos, como Cesar de la situación, tiene en su mano la capacidad de otorgar el Gobierno autonómico de tres Comunidades como son Extremadura, Andalucía y Asturias que es lo mismo que decir, la posibilidad de autofinanciación paralela para dar de comer a los liberados del Partido en estos momentos de austeridad y escasez, asunto nada baladí para esta gente que se preocupa de solucionar los problemas de la ciudadanía. Pues bien, en vez de meterse en pactos trampa con los representantes locales del PPSOE de los que no va a obtener más que sinsabores internos, calentamientos mediáticos, e incomprensiones foráneas, lo suyo es ensayar ofrecer su abstención al Gobierno de Rajoy en estos tres Parlamentos a cambio de que éste, modifique sustancialmente la Reforma Laboral. Pueden suceder dos cosas, ambas provechosas:

El Presidente del Gobierno accede, en cuyo caso IU se abstiene permitiendo con ello el Gobierno autonómico del PP en las tres citadas Comunidades; O bien, el Gobierno de Rajoy rechaza el ofrecimiento e IU pacta con el PSOE en las tres Autonomías. En el primer caso, estoy seguro de que nadie ni dentro ni fuera de la Izquierda triste podrá reprocharle el haber negociado un pacto global con resultado tan provechoso para toda la Clase trabajadora; Y en el segundo caso, ha quedado claro a todo el mundo que se ha hecho todo lo posible por no enmierdarse con el PSOE, demostrando también así, su capacidad real de hacer política como el que más. Yo sopesaría esta tercera vía y por supuesto me reservo todos los derechos de autor.