El extraño Caso Peter

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En su preocupación por que se descubra plenamente a la conciencia colectiva el auténtico trasfondo ético de sus innatas inclinaciones así como la naturaleza moral de su comportamiento, el gobernante criminal, ha emprendido una campaña propagandística de atontamiento general deslizando entre la ignorante población mensajes publicitarios cuyo contenido subrepticio transmite la idea falsa de que ¡Todo el mundo es bueno! contrariando, puntualmente, la consigna habitual de columnistas y tertulianos a sueldo, dirigida a culpabilizar al individuo de los males que afectan a la globalidad, pues, si esta estratagema ayuda a provocar en las gentes desprevenidas un sentimiento de complicidad justificadora exculpatoria con los vicios y corruptelas de sus jefes y dirigentes, la presente técnica de percusión empleada, colaborará no poco en dar amparo psicológico a la imagen que se desea transmitir de que la mayoría de nuestros gobernantes son personas honradas, siendo los corruptos su excepción. En esta dirección trabajan a destajo anuncios como el de la lotería, con el que se nos bombardea a diario durante casi dos meses, pero también, sucesos locales como el protagonizado por Peter Angelina, cuya cobertura mediática nacional en minutaje no ha sido inferior al recibido por los Premios Nobel de cualquier disciplina, realidad esta que merece especial reflexión.

Peter Angelina, es un médico nigeriano de 35 años afincado en Sevilla donde desde hace quince años malvive vendiendo pañuelos de papel en un semáforo mientras estudia para convalidar sus titulaciones. El pasado 3 de Diciembre se percató de que de un vehículo se caía un maletín que inmediatamente depositó en la comisaría más cercana. Al rato, se vio sorprendido por un grupo de agentes que se le acercaron para felicitarle. Habían localizado al dueño del maletín, que contenía 3.150 euros en metálico y seis cheques nominativos por otros 13.000 euros, además de documentos y un móvil. el agradecido dueño, le entregó en recompensa por su buena acción 100 euros. La cuestión metodológica que planteo aquí es ¿Por qué es noticia el comportamiento de Peter? Mi respuesta ya ha sido ofrecida en el párrafo precedente: es noticia porque responde a una planificación gubernamental de atontamiento general encaminada a que creamos que la mayoría de las personas somos honradas lo que por extensión implica necesariamente a nuestros dirigentes políticos y económicos.

Que la mayor parte de nosotros somos gente honrada la mayor parte del tiempo en el mayor número de circunstancias, se cae por su propio peso por suerte para la Religión, la Jurisprudencia y el aparato represor del Estado. En cualquier caso, con un ciudadano que devuelve lo que no es suyo acontece lo advertido por William Maxwell Aitken «Si un perro muerde a un hombre no es noticia, pero si un hombre muerde a un perro, eso sí que es noticia» no tanto por el suceso en si, cuanto por su infrecuencia, lo que explicaría el alcance y difusión dispensado por radios y televisiones al suceso puntual de Peter. Dado que esta evidencia de Pedro Grullo, no escapa ni al periodista correa de transmisión de las órdenes gubernamentales, ni al dirigente instigador de las mismas…se colige que no puede ser su enseñanza mediática lo que se desea transmitir, pues esta rezaría tal que así: “la mayoría somos tan sinvergüenzas que entre nosotros es noticia que alguien devuelva lo que no es suyo”. Pero, si ni esto no es el mensaje, por fuerza tiene que se lo contrario, es decir ¡Que todos somos buenos! Pero entonces…¿por qué es noticia? Cuantos de ustedes se resistan a aceptar la respuesta por mi ofrecida anteriormente, habrán de explorar otras posibles contestaciones al interrogante, entre las que se podrían mencionar la siguientes:

Una explicación amplia y unificadora de factores estipularía que, el caso de Peter es noticia, no tanto por el acto en si, cuanto por las características y circunstancias de la persona que lo realiza que lo hacen especial: es inmigrante, negro, médico, universitario, joven y vendedor de pañuelos de papel en un semáforo. Quines ofrecen esta explicación son hábiles para deslindar la acción, del sujeto, pero torpes para advertir que por el mismo proceso, cualquier acontecimiento que acaezca a esta persona sería noticiable, verbigracia, que le tocara la lotería, que socorriera a un viandante de un ataque al corazón, que fuera detenido en una redada del 15-M, que muriera en un cotillón de Cáritas, etc, porque, es su vida cotidiana la que de por si, lamentablemente, es noticia, realidad que por lo demás nos ocupamos de silenciar, pues yo, particularmente, conozco varios manteros sin papeles que son ingenieros, farmacéuticos, filólogos…sin que nadie hable de ellos ni una sola vez.

Otras posibles razones serian ya de perfil bajo y corte parcial fijándose en un único aspecto del sujeto como fuente de la que emana su notoriedad. De esta guisa, algunos podrían apuntar a su condición de inmigrante, de ser un negro, de vivir de la mendicidad y demás, para, amparados en el prejuicio xenófobo, racial o de clase, justificar que es noticia no por contradecir nuestra indiscutida nobleza moral, cuanto la inclinación natural del grupo al que pertenece. No seré yo quien niegue a esta explicación su valor de confortabilidad; mas, me preocupa que la misma se pueda extender a su alopecia, corpulencia, forma de vestir o al hecho de que lleve gafas, pues en ese caso, poco habríamos avanzado en la cuestión.

En definitiva, que si el extraño caso de Peter no es noticia porque es negro o nigeriano, menos todavía porque sea universitario o médico, ni porque se desee comunicar a la audiencia que su buena acción es excepcional…lo que nos queda, es la comentada sospecha de que se nos desea someter a un sibilino lavado de cerebro en masa.

Fútbol y Estado de Bienestar

Sí para el decimonónico, K. Marx, la Religión era el opio del Pueblo, puede afirmarse que, asentada la televisión como somnífero social, el fútbol viene a ser su anestesia general, divulgada apreciación de tintes peyorativos acompasada de la exclamación ¡Pan y circo! que lamentablemente obvia cuanto de positivo había en la famosa máxima, a saber: que en un mundo de continua explotación de los más débiles, sufrimiento de las gentes más humildes y latrocinio por parte de las elites político-económicas, la Religión, ahora el fútbol, era la única que mitigaba su padecimiento, acaso por ello mismo, lo soportaba, sin rebelarse contra sus opresores.
Y seguramente, sea cierto que, la Organización Criminal Del Estado (OCDE) haya hecho lo posible durante la segunda mitad del siglo XX para aprovechar el desafecto espiritual de las masas hacia la milenaria Religión a fin de redirigirlo hacia la competitividad deportiva justificadora de la competencia capitalista y del más cruel evolucionismo social donde sólo sobreviven los más fuertes y bueno, como en los Campos de Exterminio, quienes tengan fuerzas para trabajar, pues como rezaba a la entrada de Auschwitz “El trabajo os hará libres”.
Mas ni por esas, estoy dispuesto a aceptar que la religión entonces, o el fútbol ahora, sean sujetos directos de opresión de las clases trabajadoras; en todo caso, objetos, instrumentos al servicio de manipulación, especialmente de cuantos incapaces de tomar lo bueno y evitar lo malo se entregan, en cuerpo y sobre todo alma, a dicha práctica religiosa en nuestros días reconvertida en afición deportiva. Y es precisamente a estas ingenuas gentes que va dirigida la siguiente estratagema psicológica respecto a cómo deben encauzar su entusiasmo futbolístico.
Como cualquier otra actividad o espectáculo, el fútbol, desencadena en quien lo practica u observa, distintas emociones que pueden alterar para bien o para mal, el Estado de Bien estar personal; mas, hete aquí, que también el colectivo. Ciertamente, desde un punto de vista epicureista, poco más podemos hacer en su práctica para mejorar las cosas, que confiar en el justo reparto al 50% del placer de la victoria frente al displacer de la derrota, aunque, mucho me temo, que en esto, como en el Movimiento Perpetuo, el rozamiento de la competición, siempre juegue en contra y una especie de entropía agonal imprima en la psique del deportista con mayor fuerza los sinsabores que las alegrías. Empero, ¡sí! nos es posible como espectadores, minimizar los daños emocionales al tiempo que ver elevados en número los momentos de entusiasmo, cosa que inequívocamente lleva aparejado un sustancial aumento de la Felicidad individual por muy estoico que uno se crea, y por extensión, desde una perspectiva utilitarista, un refuerzo sostenible del Estado de Bienestar en su más amplia acepción socio-político-económica-cultural. ¿Cuál es la fórmula?
Durante mi etapa de bachiller, reparé en un curioso fenómeno: cierto profesor de una materia tan afable como Geografía e Historia, arrancaba la semana siempre de muy mal humor: ponía controles sorpresa, mandaba la repera de deberes, gruñía y fruncía el ceño a diestro y siniestro; de tener que corregir un examen, mejor que lo pospusiera….Su contrapunto, lo representaba un profesor de Matemáticas, que iniciaba los Lunes de tan buena mañana que raramente se avanzaba materia, yéndose la hora en anécdotas y paradojas. Tal era el contrate, que debía haber una explicación. Pero tal explicación no la encontré en sus personalidades, pues conforme avanzaban los días de la semana, ambos parecían hallar cierto equilibrio hacia el Viernes. Al final, la clave estaba en que cuando aquello, los partidos de liga se disputaban únicamente en fin de semana, y resultaba que mientras uno era del Osasuna, a la sazón eterno candidato a farolillo rojo, el otro era del Madrid, siempre en puestos de cabeza con aspiraciones al liderato. La conclusión que extraje era clara: el fútbol, como espectáculo, puede ser fuente de felicidad e infelicidad en las personas; y estas a su vez, pueden transmitir a los demás dicha impresión provocada por los aciertos o desastres de sus respectivos equipos. Luego, hemos de evitar ser de un equipo mal que pierda, com dicen los pobres béticos. Desde entonces, yo soy del Athletic sólo cuando gana, y me va genial. Cuando vence, me alegro, y cuando pierde ¡Que se jodan!
Mi receta, consiste precisamente en proponerles a todos ustedes que, si son de un equipo como se es de una pareja, lo sean de uno como el Madrid o el Barcelona, pues sus alegrías son mayores a sus penas, aunque para compensar, las primeras son de baja intensidad mientras las segundas parecen muy pronunciadas, relación asociada a la valoración de las apuestas. Si por tradición o cabezonería, se empeñan en ser de un equipo modesto, entonces les animo a ensanchar su capacidad emotiva y tener dos equipos en tándem como por ejemplo el Racing-Real Madrid, combinado el fracaso con el éxito, pero nunca dos del mismo signo como Granada-Celta, que sólo contribuirá a generarles una depresión. Más lo que yo les recomiendo es que sigan siendo de su equipo de siempre, pero sólo cuando gane. Cuando pierda, acudan a otro en cercano en su simpatía; si este segundo también ha perdido, acudan a un tercero y así hasta dar con quien le procure la felicidad de la victoria, más o menos, como hace la gente inteligente con el horóscopo de la semana, que primero le concede una oportunidad al asignado por nacimiento, pero de no ser satisfactorio, bueno es acudir al del hermano, la madre el amigo…. De esta forma, pese al afianzamiento de la crisis, la amenaza de la tercera recesión, el aumento del paro, la bajada de los salarios, el empeoramiento de las condiciones de vida, el recorte de prestaciones, la continua subida de la luz…ustedes, experimentaran incomprensiblemente, un incremento general en su Estado de Bienestar psicológico y emocional.

Psicoretrato Etnográfico Peninsular

De entre los distintos pueblos que han jugado un papel en la vertebración sociopolítica española, indudablemente, Castilla, destaca pronto como sujeto agente del proceso al tiempo que los demás asumían un rol pasivo por medio de matrimonios como León o Aragón y pleitesías como el Señorío de Vizcaya o forzados por conquista como los reinos musulmanes de Al Ándalus; acaso por ello también se le deba reconocer ser la que más ha contribuido en consolidar La España invertebrada denunciada por Ortega, extremo que se deja traslucir a través de las actitudes, proyecciones y percepciones con las que se relaciona Castilla con el resto de identidades que conforman España.
Pero antes de dar paso al pintoresco psicoretrato etnográfico peninsular, debo curarme en salud, subrayando que esta mia aportación que se introduce en aspectos sutiles demasiado subjetivos, tiene por objeto servir de ayuda para la convivencia, aunque para ello sea preciso realizar una escandalosa llamada de atención y si alguien se siente ofendido por lo que aquí exponga, espero se tenga en cuenta que las ofensas en el texto contenidas no nacen del autor que los recoge cuanto de la realidad que se describe.

Mal que bien, España es un proyecto mayoritariamente castellano; en consecuencia, sobre su estructura ha imperado la proyección de su singular idiosincrasia sobre sus vecinos a los que fue asimilando en el despliegue hegeliano triunfal de su espíritu colectivo. Dicha proyección, poco a poco, fue calando en la mutua percepción que entre sí tienen el resto de pueblos que conforman España, hasta el punto de que puede parecer capcioso atribuirle a una sola de sus partes la fuente originaria de la misma, pero no hay mejor explicación para entender lo que se describe a continuación:

Lo más noble de Castilla, no se ha proyectado sobre los reinos a los que convenció mediante enlaces matrimoniales para unirse a ella antes de asimilarlos metabolizando su identidad, sino sobre esa difusa entidad de los vascos. El vasco es envidiado por muchas cualidades como su fortaleza física, gallardía, arrojo, pero sobre todo, por el celo con que defiende desde siempre su libertad e independencia. Esta envidia, se traduce en la expresión “¡Puto vasco!” que más que un insulto, se trataría de una reacción propia de quien sufre complejo de inferioridad. Y ¿Qué hay de noble en todo esto? Muy sencillo: no siendo la envidia una virtud, si lo es lo envidiado. Y de la envidia a la admiración, sólo hay un paso.

Mientras los vascos son un pueblo convencido mediante pactos y juramentos, los catalanes son un pueblo vencido, de modo que, mientras en los primeros sus protestas son recibidas con admiración como refrendo de su autonomía, en estos otros se percibe como acción rebelde y levantisca para cuyo sometimiento no se ahorran medios como el insulto. Y así, si el vasco es un pueblo envidiado, el catalán es un pueblo insultado, donde el insulto tiene como finalidad principal provocar su desprestigio, propiciar su aislamiento y generar el rechazo general. Así, los catalanes son tildados de agarrados, maleducados, huraños… Por decirlo de alguna manera, el pueblo catalán ha heredado el San Benito histórico de Judíos y moriscos en su día expulsados del territorio, que en principio les hubiera correspondido a los recién llegados gitanos.

Muy distinto es el caso de los gallegos, quienes sencillamente son despreciados sin padecer la envidia ni el insulto. Se trata de un desprecio absoluto cuya raíz estriba en su presunta inferioridad sociocultural, un desprecio genuino que no se toma la molestia ni de explicitarlo; simplemente se da por hecho. Por este motivo, no existen exclamaciones como las apuntadas para vascos y catalanes, referidas a los gallegos.

Y si los gallegos son íntimamente despreciados, los andaluces, ¡estos sí! además son abiertamente ridiculizados, no por adjudicárseles una condición de inferioridad cultural, cuanto por haber sido conquistados. La mejor prueba la tenemos en que nadie se ríe de los acentos vasco, gallego o catalán y en cambio todos conocemos los chistes y mofas a costa del ceceo y el seseo. Y esto sucede porque mientras se vence a un semejante como ha podido ser el caso de los catalanes, se conquista a un extraño.

Aragoneses y navarros, por distintos motivos históricos han sufrido la suerte de los segundones en la aristocracia, es decir, han sido marginados de lo sustancial, si bien, reconociéndoles con cierta guasa su carácter noble y afable, que traducido a castellano viejo, es tanto como llamarles tontos.

Portugal, como otras identidades peninsulares aquí no citadas, sencillamente ha sido del todo ninguneada desde Felipe II. Para apreciarse lo que digo, baste comparar su situación con la de los gabachos, franchutes y chovinistas de los franceses. A lo más que pueden aspirar los portugueses, es a participar del secreto desprecio de los gallegos con quienes siempre se les tiene asociados mentalmente.

Esta proyección y percepción castellana de la envidia, el insulto, el desprecio, la caricatura y el ninguneo de los demás pueblos que forman parte de la península ibérica, también le pasa factura a los castellanos y más concretamente a los Madrileños que capitalizan su poder vertebrador, quienes ciertamente, parecen ajenos a la envidia de los otros, a sus insultos sistemáticos, a su desprecio estructural, al escarnio de su cultura, a la marginación de sus costumbres o al imposible ninguneo de su omnímoda presencia legal, institucional, lingüística, cultural, deportiva…; en cambio son profundamente odiados por todos los demás.

En la medida que tomemos conciencia de esta pintoresca realidad psicoemocional y lo deseemos cambiar, estaremos en mejores condiciones para alcanzar un mejor marco de convivencia que el actual.

Del sueño a la pesadilla


Pese a ser su coetáneo, Calderón ninguneó la Duda cartesiana para distinguir lo real de lo irreal en metafísica evanescencia poética preludiando la inhibición romántica de la angustia existencial de su personaje Segismundo guiado por el diablillo que engaña a la conciencia haciéndola creer que “La Vida es sueño” pero no el “Sueño de una noche de verano” shakespeareana, más bien el de la Razón goyesca que derrotada por “La siesta de un Fauno” mallameana, desesperada ve el mundo al revés como José Agustín Goytisolo en el “Lobito bueno” donde el pirata es honrado y la bruja hermosa, versión magistralmente retorcida del “Ahora que vamos despacio” contemplando como los monstruos razonan.
El cerebro humano, indistintamente de lo tonto que sea el individuo que lo posea, piensa por su cuenta para defenderse de la alta probabilidad de haber ido a parar a un sujeto incapaz de procurarle felicidad y muy al contrario no evitarle dolor ni sufrimiento. Al margen de todos sus vicios, necesidades, ambiciones y claves motivadoras que pudieran interferir en su bienestar psicosomático, se las ha apañado durante millones de años para obligarnos a descansar. A tan inteligente medida como que nos entre el sueño le debemos ser sociales, porque no somos sociales por naturaleza como dejó sentado Aristóteles, sino ¡porque dormimos profundamente! lo que convirtió en imprescindible la cooperación en las tareas de vigilancia y la confianza mutua para no despertarse con el susto de verse degollado por el vecino, por no mencionar que en el peor de los casos de explotación laboral, a lo más que se les pueda hacer trabajar a los esclavos sea 16 horas diarias.
La mayor parte de la gente incluido usted, es tonta, porque no hace caso a sus cerebros que en gran proporción son muy inteligentes. En su inteligencia, cuando las cosas se ponen feas por el imbécil de dueño que le ha tocado soportar en esta vida, el cerebro da las órdenes oportunas para desenchufarse de la conciencia esquivando cualquier impresión negativa que le hiciera odiar el mundo y la existencia; es lo que conocemos como estado de coma.
Y no es que el hipotálamo sea un viva la virgen. ¡Ni mucho menos! La mayor parte del tiempo acepta el dolor como algo bueno que debería poner en alerta al sujeto sobre un particular que no le conviene. Pero de ahí a hacerse mártir o masoquista para bienaventuranza del Alma y placer del libertino respectivamente, pues como que no está por la labor interviniendo la parte no demente de la mente derivando al inconsciente lo que la conciencia no sabía administrar adecuadamente.
Vivimos una época de pesadilla en la que los anuncios más avanzados en venta inmobiliaria pagan al comprador por quedarse una casa que le regalan bajo compromiso de poner la propiedad a su nombre con tal de librarse de la hipoteca; donde los licenciados se matan por trabajar gratis durante años con tal de poder presentar en su currículo alguna experiencia laboral antes de cumplir los 30; en la que se persigue a quien paga a su pareja para casarse y obtener así la nacionalidad y sin embargo quien lo hace a un propietario de un piso se le facilita legalmente; un momento en que los gobernantes que se supone han de trabajar para el bien del pueblo al que dicen representar, actúan en su contra sin que les pase absolutamente nada pudiendo pasear tranquilos sin miedo ni perjuicio, cuando jamás fue así en la historia donde siempre han habido intentos continuos de deshacerse de los tiranos.
La vida democrática de las personas, es un suceder de días legislativos que pasan sin pena ni gloria diferenciándose poco del de los animales: durante su tiempo de vigilia, se procura el alimento, evita serlo de otros, busca cobijo, procrea…o sea, se mantiene vivo que no es poco; cuando duerme, parece estar inmóvil, ausente, impasible, casi muerto y sin embargo, en su interior parece gozar de una libertad que extraña cuando cree estar despierto. Sólo de sobrevenir una pesadilla, el cerebro despierta al sujeto y suele hacerlo bruscamente, aviso.