Discurso Rajoyano sobre la Soberanía y el Derecho a decidir

España es un Pueblo soberano porque puede decidir; y puede decidir, porque es un Pueblo soberano. Si no fuera soberano, no podría decidir; mas, si no pudiera decidir, tampoco sería soberano.
Pero Cataluña, no es un Pueblo soberano, por consiguiente, no puede decidir; y si no puede decidir, ciertamente, hemos de reconocer que no es un Pueblo soberano.
A este respecto, queda evidenciado una sola cosa en la que podemos estar todos los presentes de acuerdo: Cataluña ¡No es España!

Gamonal

Durante las clases de Historia, el profesorado gusta presentar las Revoluciones dando cuenta de sus motivaciones políticas, intereses socioeconómicos en pugna y un sinfín de aderezos explicativos que seguramente ayudan a comprender con cierta verosimilitud el relato legado por los vencedores, aunque la mayoría de quienes fueran los actores principales de las mismas, no tuvieran plena conciencia de los detalles, siquiera de vivir un hito histórico. Sin embargo, pasan de puntillas por los hechos materiales que desencadenaron precisamente los procesos revolucionarios estudiados, que son mencionados en el mejor de los casos, con la voz nada académica de “Chispa” y las más de las veces tratados como anecdóticos. Mas hemos aquí, que no conozco Revolución alguna que se haya iniciado por un despertar intelectual de las conciencias o la contemplación de una abstracción ideológica y sí muchas a raíz de algo tan trivial como la ordenanza local de recortar las capas dictada por el Marqués de Esquilache o la subida impositiva del Té origen para muchos de la Guerra de Independencia de los EEUU.

Es con este enfoque que interpreto las recientes protestas acaecidas en el barrio burgalés de Gamonal y no en la burda manipulación pretendida desde instancias gubernamentales esparcida por calumnistas tertulianos de tres al cuarto, siempre dispuestos a relacionar cualquier contestación ciudadana con la violencia gratuita, como si la población no tuviera otra cosa mejor que hacer que destrozar el mobiliario urbano pagado por ella misma con sus impuestos y que le dan servicio diario, sin detenerse a atender la problemática que subyace a tan súbito fenómeno, reproduciendo intencionadamente en su discurso torticero sobre la actualidad de los hechos presenciados en vivo y en directo, el vicio academicista apuntado, sólo que, para los políticos y pedorrista a sueldo, a diferencia de los historiadores, no persiguen hacer inteligible su realidad, sino todo lo contrario: arrojar cuanta falsedad sea posible a fin de ocultar la verdad, que un poco más y declaran a “Gamonal” explosivo anti-sistema radical, al objeto de aprovechar la circunstancia para justificar la “Ley Mordaza” de Seguridad maquinada por el Gobierno.

Siendo Burgos un referente internacional de la Derecha, gozando allí el PP de mayoría absoluta en la alcaldía, habiendo cosechado amplio apoyo popular durante las últimas elecciones en el mismo barrio donde discurren los altercados, habiendo figurado en su programa explícitamente el plan de peatonalización contra el que ahora se ha levantado la vecindad…es evidente que las obras del Boulevard, no es más que una excusa, lo que los romanos conocían como “Casus belli” como pretexto para vehicular el clamor ciudadano contra la corrupción institucional y el alza impositiva de tasas, pues nadie en su sano juicio, se opone a que le mejoren el entorno con plazas, jardines y árboles donde los niños pueden jugar sin peligro a que los atropellen; nadie se resiste con fundamento a que le eliminen el ruido y la polución constante del tráfico que irrumpe por doquier en los hogares; ningún comerciante se rebela porque se mejore el acceso peatonal a su negocio…si no es que todo ello, no sea a su vez, una excusa, un pretexto, un “casus belli” también por parte del Exmo. Ayto. para beneficiar al constructor de siempre que también tiene en su poder los medios de comunicación, con quien en cuchipanda se hacen los tejemanejes a expensas de los vecinos que han dicho ¡Basta. Ya!

Y los vecinos han dicho ¡Basta Ya! durante mucho tiempo de modo pacífico, que manifestaciones y concentraciones han habido varias antes de saltar al Tontodiario por los enfrentamientos con los antidisturbios, sin que nadie se enterara, precisamente, por las mencionadas complicidades apuntadas donde las adjudicaciones millonarias del Consistorio son correspondidas con censuras de parte de los medios de comunicación.
Ahora que la calle de Burgos ha ganado y Lacalle, su Alcalde ha perdido, el mejor enaltecimiento del terrorismo consistiría en no transmitir una correcta lectura de lo sucedido en Gamonal, porque la gente buscará por su cuenta la explicación convincente y la hallará, no en un fortalecimiento de la Democracia, sino en explorar su capacidad de lucha y resistencia contra el poder hostil y criminal.

¡Hola! A las armas

Desaparecidas las auténticas ONGs del ámbito político social cuando más hacía falta su presencia disuasoria, los genuinos terroristas campan a sus anchas anunciando a cara descubierta su próximos atentados contra la población civil, sin que esta tenga a quien acudir en su defensa.

El torpe antimilitarismo del movimiento insumiso a los ejércitos, desoyendo la humanista sabiduría de autores como Maquiavelo o la ilustración comprometida de Robespierre, condujo al Pueblo, cual cordero al sacrificio, por la senda del más infame de los pacifismos para que se desentendiera de su derecho natural a la autodefensa y obligación moral para con la sociedad de velar por el bien común de todos sus miembros, especialmente de los más débiles, en aras de una kantiana “Paz perpetua” mal entendida, nuevo señuelo quimérico con el que encandilar a las masas, escarmentadas como estaban del nuevo Reino celestial anunciado por Cristo que pasados dos mil años no había alcanzado más que para el Vaticano o del futuro Estado Socialista prometido por Marx que por lo visto se quedó muy a gusto en la Dictadura del proletariado, entre unas turbas descreídas que sólo mantienen la esperanza en la proclamación de las próximas rebajas por el Corte Inglés y también en esto parece haber cundido la más absoluta de las desconfianzas.

Despojadas las gentes de su Fe en Dios, de toda ilusión política, convertidos los creyentes en crédulos y los idealistas en ilusos, sólo restaba disuadirles de que era bueno para ellas desentenderse por entero del manejo y funcionamiento de las armas, de su control y sobre todo de su posesión, cosa nada difícil transcurridas dos Guerras Mundiales, habida cuenta de que en ellas fueron los pueblos más que sus dirigentes quienes padecieron sus efectos por fuego amigo o enemigo, de modo que, las ñoñerias de novelas escritas entre ambas como “¡Adiós! A las Armas” hicieron estragos en el alma de una población harta de dolor y sufrimiento que huyendo del mismo confió en lemas propagandísticos como “¡No pasarán!” o “¡El pueblo unido jamás será vencido!” cuando de lo que se trataba era de saber luchar, cuyo resultado literario fue la celebérrima “Por quién doblan las campanas” a manos del mismo autor, quien en su inconsciencia, había escrito el prólogo con la anterior, una década antes durante la crisis del 29.

Alarmados por los mediatizados actos de barbarie a manos de incontrolados, el pueblo estadounidense se está planteando la restricción del derecho constitucional a portar armas, que allí tiene todo ciudadano libre y de buenas costumbres. El debate es seguido con morbosa expectación entre los europeos, por el prurito periférico de mantenernos al tanto de cuanto acontece en la Metrópoli, pero sin vernos implicados emocionalmente de modo alguno en la discusión sea cual fuere el resultado, cuando lo cierto es que, aquí deberíamos abrir igualmente la cuestión de si el monopolio de la fuerza podemos continuar depositándolo en unas instituciones que están demostrando ser manifiestamente ineficaces a la hora de frenar el despotismo tiránico de unos representantes que sin disimulo han traicionado la confianza que en ellos se ha depositado, pues si sabido es en Jurisprudencia que, el Derecho descansa en buena parte sobre la Fuerza que lo pueda sustentar por no haber Ley humana que se haga respetar únicamente por la bondad que de ella emane, la moderna Politología habrá de aceptar que, en último término, la Democracia habrá de estar en manos del Pueblo, pero de un pueblo armado, para que en todo tiempo y lugar, podamos deponer por la fuerza a los corruptos criminales traidores, arribistas que en un descuido se hayan hecho con los distintos Poderes del Estado para atacarnos impunemente.

Pero no quiero sembrar de nuevo falsas esperanzas…El pueblo armado, también será vencido. ¡Pero hay que luchar! Primero porque tenemos Derecho natural a la defensa y la venganza; segundo porque Dios está con nosotros en la tarea de combatir el Mal y la Tiranía de los Reptilianos y sus cómplices; y sobre todo, para dar testimonio físico del bien y del mal a las nuevas generaciones, no vayan a pensar que no hay diferencia alguna entre aguantar y resistir.

Un país para los Gitanos

Con setenta años de retraso, Angela Merkel, inauguró un monumento aledaño al Parlamento Alemán para honrar la memoria del medio millón de gitanos exterminados durante la Segunda Guerra Mundial por los Nazis en los Campos de Concentración, olvidados por toda la comunidad internacional.
¡Más vale tarde que nunca! Exclamarán ustedes. Pero resulta flagrante el distinto modo de percibir y resarcir el sufrimiento cuando se confronta la atención que los medios de comunicación, los políticos, artistas, intelectuales y en general todos concedemos a las víctimas de guerras, atentados, accidentes o catástrofes naturales, según dónde acontezcan o a quienes afecten como podemos comprobar cada vez que hay un choque de trenes en África que se despacha en un pis-pas de agencia, mientras a cualquier estornudo en los EEUU se le dedican infinidad de comentarios. El agravio comparativo es mayor si cabe, cuando los grupos comparados diametralmente tratados desde la derrota del Nazismo, en verdad son dos ramas de un mismo pueblo, como ocurre con la Etnia Gitana y el Pueblo Judío.
Los judíos no tienen culpa alguna de que el viento les sea aparentemente favorable en el juego geoestratégico de las potencias vencedoras al calor de su remordimiento por el antisemitismo cómplice consentidor de la barbarie y tontos serían de no haberlo aprovechado. Nada que objetar entonces por mi parte al Estado de Israel del que me declaro partidario – como también lo soy de que se cree de una vez el Estado Palestino – ni de que Alemania, la UE y USA le concedan anualmente ingentes cantidades económicas a modo de compensación de guerra. Lo que resulta indignante, es que mientras a unos inmediatamente se les ofreció la creación de un Estado apenas transcurridos cuatro años, los otros hayan tenido que esperar siete décadas para recibir un sencillo homenaje.
El antisemitismo torpe, deseoso de buscarle una solución rápida al problema Judío, probó durante siglos distintas fórmulas para deshacerse de sus miembros, verbigracia la expulsión del territorio como en la España de los Reyes Católicos, por medio de los denominados progroms cíclicos especialmente en Rusia y los países eslavos del Este, dictando leyes draconianas contra ellos como en Italia o Francia, hasta el extremo que se llegó en Alemania donde decididamente se les quiso dar una Solución Final. Tras comprobar que los judíos resistían la persecución, la marginación, el maltrato, la expulsión, la segregación en guetos y como las ratas lejos de desaparecer, parecían adaptarse a todo, el antisemitismo inteligente decidió crearles un Campo de Concentración disfrazado de Estado llamado Israel. Pero en honor a la verdad, tan piadosa ocurrencia ya había rondado por la mente de Hitler, quien en un acto de humanitarismo miró por su bien buscándoles un sitio apropiado donde poderles enviar para perderles de vista de una vez por todas. Ese sitio era Madagascar. A fin de cuentas, a los EEUU les había funcionado el truco de la fundación de Liberia para librarse de un montón de negros…Pues bien, respecto a los gitanos, nosotros no podemos ser menos.
En estos momentos se está librando un vivo debate interdisciplinar donde concurren historiadores, antropólogos, arqueólogos, mitólogos, genetistas, lingüistas, y cuantos puedan ayudar a esclarecer el más que oscuro, oscurecido origen del Pueblo Gitano, del que se sospecha pueda constituir la Perdida Tribu de Israel, por su paralelismo histórico con el Pueblo Hebreo, su continua trashumancia, coincidencia de costumbres, y un larguísimo etcétera. De probarse que Judíos y Gitanos comparten algo más que nuestro ancestral desprecio, el asunto estaría zanjado, porque los Judíos al igual que los Gitanos dividen el mundo en dos: ellos y el resto llamado con desprecio Gentiles o Payos respectivamente, por lo que no tendrían mayor problema en su integración en Israel que si es preciso podría ensancharse un poco hacia Cisjordania y otro poco hacia el Líbano para asentarlos.
Entre tanto las pruebas en apoyo de esta tesis se van acumulando, bueno sería que la ONU y su brazo armado la OTAN mediaran para tratar de encontrarles acomodo.
El primer lugar que a todos nos viene a la cabeza es la India, porque es allí donde se pierde su rastro histórico. Es el lugar ideal porque entre el batiburrillo de pueblos, etnias, religiones y culturas seguramente pasarían desapercibidos entre Sijs, hindúes, musulmanes… El problema aparece por la sobrepoblación que ya padece el subcontinente y que las gentes del lugar están mejor armadas que los palestinos, no en vano poseen armas nucleares.
Precisamente, para evitar la falta de espacio y tener que enfrentarnos a un determinado país ya constituido como es la India – cosa que no sucedió con la inexistente Palestina – una segunda opción sería animarles a repoblar la Antártida, todo un continente para ellos solos. Lástima que haga tanto frio, porque yo creo sinceramente que los distintos países con presencia en la zona, la cederían muy gustosos a este propósito.
Un tercer lugar sería el desierto egipcio, donde los Gitanos como los judíos forjaron gran parte de su idiosincrasia. Esto hubiera sido factible antaño, durante la dominación británica, como lo fue para los judíos su protectorado en Oriente Próximo. La idea, sería presentar a las autoridades egipcias el asentamiento como provisional a la espera del dictamen de los expertos, de manera que de resultar que los gitanos son israelitas, ya estarían cerca de su tierra de destino. En este caso, la dificultad estribaría en convencer a Egipto de que dicha tierra prometida no sería el Sinaí.
Un cuarto destino podría ser Rumanía por aquello de ser conocidos como Pueblo Romaní y que allí abundan los de su raza. Pero como quiera que Rumanía se las ha apañado para ingresar en la UE, como que no soluciona nada la solución y lejos de resolver el problema Gitano, este se enquistaría en el corazón mismo de Europa.
Después de haberle dado vueltas a la cuestión aquí traída, yo sólo le encuentro una salida, cuál es, que España, que históricamente ha maltratado al Pueblo Gitano como el que más, les ceda voluntariamente al objeto de expiar la culpa colectiva, alguna de sus muchas autonomías para que a ella acudan los gitanos de todo el mundo y tras asentarse, empadronarse y recibir los papeles pertinentes, convocar un referéndum de autodeterminación con lo que quedarían fuera de la UE y ¡Sanseacabó!

Mapuches: pueblo prescindible

Los Mapuche, autodenominados humildemente “gente de la tierra” rebautizados por la historia como Araucanos, son uno de tantos pueblos indígenas que sin adaptarse como es debido a la civilización, pretende sobrevivirla a nuestra costa, como esos animales salvajes que cuentan con Greenpace para sortear su decadencia dándole esquinazo a Darwin. Ocupan el Suroeste de Argentina y Centro Sur de Chile, Estados modernos que sufren ciclicamente su presencia, como la que actualmente ha sabido captar la atención internacional esgrimiendo el típico victimismo que tantos réditos parece darles a otros pueblos prescindibles o fallidos que viven de lloriquear en los medios de comunicación la opresión a la que son sometidos palestinos, saharauis, tibetanos, kurdos, y toda suerte de tribu que en su día fuera incapaz de defender su derecho natural de dominar y no ser dominado. Porque, digo yo, si nosotros que podemos, no oprimimos a los Mapuches…¿Quién los va a oprimir? ¿ Los Yanomamo? ¿ Los Hopi? ¿A caso los Zulús?
Bosquimanos, lapones, bereberes, aborígenes australianos, y resto de pueblos dedicados a vivir de su folclore, única excusa justificadora de su fracasada existencia entre nosotros, de cuando en cuando se revuelven más por vergüenza que por el arrojo que les faltó para afrontar la modernidad, con el objetivo de mendigar la solidaridad de las sociedades que les oprimen, ruin mezquindad moral de la que se sirven los débiles e inferiores como bien advirtiera Nietzsche pero que sólo es atendida por naturalezas afines capaces de comprenderles en su ignominia, motivo por el cual, tarde o temprano acaban sucumbiendo al destino contra el que no han sabido o querido luchar.
Llama la atención que la Progresía tan animada a la renovación de los valores individuales en favor del aborto y la eutanasia, que no hace ascos en tirar abajo los pilares de la tradición, la familia y las instituciones que se le pongan por delante en aras de abrirle paso al progreso, en cambio se muestre tan conservadora a la hora de ponerle punto final en su insignificancia a especies que si quiera han llegado a ser nombradas, y sociedades que poco o nada han aportado a la humanidad, salvo la pincelada policromática cultural contra la que el Ser Humano como especie, ha venido rebelándose desde el principio de la Historia, clave de nuestro éxito, flecha del tiempo lógico y natural contra la que ahora algunos desean invirtamos su dirección amén de salvaguardar la otrora detestada diversidad.
Y es que, todavía los hay que no tienen conocimiento de que existen asuntos en los que la posible percepción angustiosa de un mal singular que afecta a los individuos, puede sin embargo ser altamente positivo para el conjunto de todos ellos, sin ir más lejos la Muerte misma. Cuánto más entonces, si la misma les acontece a los más débiles, inferiores, fracasados y prescindibles, que lejos de enriquecernos, suponen todo un lastre, del que a falta de una buena planificación, bueno es que el azar social haga el trabajo por nosotros.