Gobierno del Castigo Popular

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Si los Gobiernos de Zapatero, Rubalcaba y demás compinches demostraron ser fehacientemente de Socioslistos, el de Rajoy, Montoro y sus secuaces, va camino de convertirse en el del Castigo Popular.

Lo digo, más que nada, porque es la población la que bajo las distintas formas de trabajador, desempleado, funcionario, sindicalista, consumidor, enfermo, dependiente, pensionista, jubilado, viuda, pequeño ahorrador, autónomo, en definitiva, ciudadano pagador de impuestos, la que verdaderamente está sufriendo por distintas vías, cuáles son: pérdida de derechos laborales, empeoramiento de las condiciones de trabajo, reducción del poder adquisitivo, desprotección en momentos de desempleo, congelación del sueldo, eliminación de las horas sindicales, subidas exageradas en los recibos del gas, luz, carburantes, alimentos básicos, por no hablar de los impuestos directos e indirectos, la introducción del repago por los medicamentos, supresión de las ayudas a los familiares que cuidan a dependientes, estafas múltiples a manos de la banca como las cuentas “Preferentes” consentidas por los sucesivos gobiernos criminales…una crisis en la que no tiene mayor culpa, que la de haber delegado en terceros la responsabilidad de cuidar lo que es suyo.

Es así, como se explica la docilidad con la que hasta ahora los ciudadanos se han tomado tanto ERE, recorte en Educación, Sanidad, Obras Públicas, cuando los auténticos criminales que nos han llevado a esta situación, a saber: financieros sin escrúpulos, especuladores inmobiliarios, empresarios estafadores de subvenciones, políticos corruptos, una Judicatura adlátere de los anteriores, etc, no sólo no reciben su merecido de forma sumarísima, que para colmo, son agasajados con reparto de dividendos, amnistía fiscal, rescates a manos llenas, fondos sin fondo a fondo perdido, línea de crédito a ningún interés, blindajes millonarios a cargo de nuestros impuestos, pensiones vitalicias, contratos indecentes por parte de Grandes empresas como el recientemente firmado por Timofónica con el presunto Urdangarín, eximidos de toda responsabilidad penal o civil directa de su persona o subsidiaria de los entes desde donde operan su delincuente proceder, mientras miles de familias objeto de desahucio, despido y demás calamidades asociadas, se ven empujadas sin remedio a la mendicidad encubierta entre familiares, amigos y la Iglesia Católica, que aún extenuados, todavía les asisten con la esperanza puesta todos en que, tras la tempestad, vuelva la calma.

Así, compungidos por haber dejado al zorro al cuidado de las gallinas, confiados en una pronta recuperación que haga aparecer en el cielo un colorido Arco Iris que no llega, los más aguantan a los menos, por cuanto es más fácil resignarse a luchar, aunque ello suponga sentir el chasquido del látigo del Castigo Popular semana tras semana sobre la espalda, suponiendo que la sumisión absoluta le librará de males mayores que los que nos acontecen.

Pero los criminales que nos Gobiernan en Democracia, saben de todo esto y mucho más relacionado con el arte de la persuasión social de las masas. Por eso, el Gobierno del Castigo Popular y con anterioridad el de los Socioslistos, como todo buen torturador, administra con moderación sus golpes, Viernes a Viernes, no porque, como se ha extendido interesadamente por los mercenarios de la opinión, sean incapaces de afrontar la realidad sin perder de vista el cálculo político o porque la situación va cambiando y las decisiones se han de tomar a salto de mata entre lo malo y lo peor en una inagotable carrear de contención de los acontecimientos con la sensación de poner tiritas a las vías de agua del Titatnic, sino porque, de aplicarse todo el daño de un solo tacazo, el pueblo tendría capacidad de recuperación y respuesta, pues sabido es que, psicológicamente la amenaza es más fuerte que su ejecución, de ahí que al sujeto sometido a suplicio, primeramente se le hicieran ver los instrumentos de los que el verdugo disponía para atormentarle, no tanto por darle a conocer la verdad de su triste futuro, por cuanto someterle sádicamente a su capricho.

Vals triste

VALS TRISTE

Más que por “El previsible” como a Don Mariano le gustaría ser apodado, va a pasar a las hemerotecas como “El rápido” que no “El breve” como vaticinara Rubalcaba durante la pasada campaña electoral, porque, salvo para dar la cara, rápido ha sido en desmentirse con la mil veces negada subida de impuestos, rápido su gobierno en competir en descoordinación con el anterior y tiempo le ha faltado para imitar a sus antecesores en el cargo de mostrarse lenguaraz fuera del territorio nacional para ofrecer titulares de política interna, aunque eso sí, a su estilo: sin quererlo decir.

Así, poco antes de dar inicio la reunión del Consejo Europeo, el Presidente del Gobierno, creyéndose a salvo de oídos indiscretos le confesó a su homólogo finlandés Jirki Katainen, ”La Reforma Laboral me va a costar una Huelga General”, declaración de intenciones, que por suerte o por desgracia, fue recogida por esos chivatos de micrófonos que las cámaras de televisión llevan incorporados cuyo sonoro registro hemos escuchado repetido en estas últimas horas cual fatídico coro de tragedia griega que recuerda a público y personajes el fatal destino que nos aguarda, por muy esperanzadora labor de exégesis e interpretación que haga el pobre apuntador de turno González Pons saliendo al escenario proclamando un desesperado “no hay que entenderlo al pie de la letra” convirtiendo el drama en un esperpento.

Más triste que “El vals triste” del finlandés Sibelius interpretado al violoncelo por “La niña que llora en tus fiestas” de la Oreja de Van Gogh, se me hace contemplar a nuestro Presidente en la necesidad de mendigar un poco de lástima y credibilidad de sus socios europeos, a quienes para convencer de lo duro de sus medidas, les anticipa sus temores, dándoles a entender que está dispuesto a realizar cuantos sacrificios sean necesarios para recuperar la confianza de los mercados y por encima de todos los esfuerzos, el personal suyo arriesgándose a dilapidar en la tarea el apoyo del electorado.

No está mal trabado el guión: el gobernante introduce medidas abiertamente impopulares que de inmediato serán contestadas en la calle por la ciudadanía y los sindicatos y precisamente esta respuesta social será la mejor garantía que el Gobierno del PP estará en disposición de ofrecer de que su ejercicio de ahorro y austeridad va en serio, pues a ese objeto, poco servicio le brinda su gestión al frente de las Autonomías más endeudadas del momento.

Pero ¿ Y si resulta que la gente no desea bailar el vals triste ni para protestar? Sería una gran faena el haber relacionado la efectividad de su plan de choque al natural pataleo de los españoles, pues en el norte de Europa se han acostumbrado a dar por buenas aquellas medidas que reconducen el tópico mediterráneo de la vida tranquila y placentera y para ellos sería muy, pero que muy extraño que un Gobierno anunciara recortes, subidas de impuestos, introducción del copago sanitario y educativo, el cobro de autovías, el abaratamiento del despido, eliminación de pensiones, subida de la edad de jubilación, etc, y que el indolente Pueblo latino se quedara tan contento pendiente de la Liga de fútbol o de irse de Finde a la playa a tomar el sol. Mas, que se puede esperar de unos dirigentes cuyos paisanos tienen el mayor índice de suicidios del mundo. Además, creo que pese a visitarnos los veranos, todavía no nos conocen.

LA foto de Rajoy que nadie esperaba

 

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Cuando todo el mundo espera un gesto, una foto de Rajoy con las autoridades europeas o con sus ministros, aparece esta instanténea del futuro presidente con mi persona, tomada en un parque de Bruselas ante el Palacio Real. Los asuntos de los que tratamos son materia reservada, hasta su toma de posesión, momento en el cual desvelaré más información clasificada.

Entre mentira y engaño

Escila y Caribdis son dos monstruos de la mitología griega que la tradición situaba en las orillas del Estrecho de Mesina entre Italia y Sicilia. La frase «entre Escila y Caribdis» ha llegado a significar la dificultad de hallarse entre dos peligros donde alejarse de uno te haría estar en peligro por el otro, porque Escila vivía en los acantilados y Caribdis era un peligroso remolino. Contra ellos Circe en la “Odisea” de Homero, previno a Ulises del riesgo que corría al atravesarlo, quien por su parte evitó mencionarlo a su tripulación, al objeto de que el miedo no atenazara sus fuerzas a la hora de remar a su paso. No es mi caso.
Creo, que todos ustedes tienen muy claro que a cada legislatura que pasa, nuestras elecciones se parecen más a un estrecho de dichas características, cuyas orillas se aprietan una contra otra como les sucedía a los desdichados que caían en las pérfidas mazmorras de Fumanchú atrapados entre angostas paredes que amenazadoras restringían su espacio con el propósito de aplastarlos muy lentamente. Aquellos infelices sólo tenían una posibilidad de escapar con vida de aquella tortura, a saber: aceptar el trato abyecto que su sádico captor les ponía por delante. Pues bien, nuestra única salida como ciudadanos consiste en elegir a uno de los dos candidatos que nos presentan los grandes partidos, elección terrible que afrontamos como mal menor.
Así nos encontramos ante Rubalcaba y Rajoy, preguntándonos qué menesterosas maldades nos reserva el destino ante su inquietante presencia. Buscando el modo de dilucidar sobre este aterrador dilema, empecé a interrogarme cual Oráculo, sobre cada uno de los candidatos, y de esta manera averigüé lo siguiente: ¿Nos engañará Rubalacaba? ¡No! De ningún modo. Quien nos engañará será Rajoy. ¿Nos mentirá Rajoy? ¡No! Quien nos mentirá será Rubalcaba.
La respuesta de mi Oráculo íntimo, puede resultar paradójica; Pero no lo es. Rubalcaba, como ya le conocemos bien por sus palabras y actos, es muy difícil que nos engañe de nuevo por muchas promesas y mentiras que durante la campaña profiera. Sin embargo, este Rajoy que apenas se pronuncia y esquiva comprometerse, es quien mejor lo tiene para engañarnos, pues para engañar, no es necesario mentir; Basta dar a entender, sugerir y demás tretas del conocido encaminamiento lógico asociativo de la retorcida retórica con la que construyen los expertos los discursos políticos dirigidos a las masas.
Pero como a toda tormenta le sigue un Arco Iris que por supuesto dura menos que la anterior que le da pie, también puedo profetizar, que pese a todo el daño que estos monstruos de la política nos puedan causar a la población durante los próximos cuatro años, por aquello que advirtiera Murphy de que “cuando las cosas van mal, seguro que empeoran”, nosotros mismos somos capaces de procurarnos algo peor, si atendemos a la enseñanza de cómo continua la historia de Ulises en el capítulo dedicado al “Ganado del Sol”. Porque si en ocasiones podemos pensar, que no nos merecemos a los gobernantes que tenemos, créanme si les digo que nos los tenemos más que merecidos. De ahí, que en el fondo de nuestro corazón sepamos de la enorme confusión en la que están las multitudes indignadas que en las manifestaciones del Movimiento 15-M gritan eso de “¡Que no! ¡Que no! ¡Que no nos representan!” Porque lo cierto es “¡Que sí! ¡Que sí! ¡Que sí nos representan! Que son el mejor reflejo a imagen y semejanza de la sacrosanta sociedad que entre todos conformamos desde hace siglos, como lo demuestra nuestra república de las letras cuya producción nacional, pivota sobre la picaresca como quedó retratado en el “Lazarillo”, la “Celestina”, Rinconete y Cortadillo” el “Quijote” “Lucas Trapaza”…que tanto nos hacen reír con la podredumbre de nuestra intrahistoria, cuando es para echarnos a llorar.

Jarabe de palo: Depende

Retozando de gustirinín en su natural ambigüedad galleguiña que nos ha mantenido en vilo sin saber si viene o si va, si saluda o se despide, si se calla o comienza a hablar…una vez más, Mariano Rajoy, ha echado mano del mejor arma que durante toda la legislatura mayores réditos le ha dado, su juguetona lengua, ante la no menos oscilante política ZetaescaPista de la geometría variable con la que el Gobierno en su zigzageante proceder, pensaba dejarle fuera de juego. Sólo que esta vez, en campaña, la fórmula de andar al escondite con la verdad y regatear las preguntas con el vacile y los quiebros dialécticos a los que nos tiene acostumbrados para evitar mojarse, no parece la estrategia más adecuada, cuando media España está pendiente de lo que dices y la otra media de lo que dejas de decir. Sigue leyendo Jarabe de palo: Depende