Gamonal

Durante las clases de Historia, el profesorado gusta presentar las Revoluciones dando cuenta de sus motivaciones políticas, intereses socioeconómicos en pugna y un sinfín de aderezos explicativos que seguramente ayudan a comprender con cierta verosimilitud el relato legado por los vencedores, aunque la mayoría de quienes fueran los actores principales de las mismas, no tuvieran plena conciencia de los detalles, siquiera de vivir un hito histórico. Sin embargo, pasan de puntillas por los hechos materiales que desencadenaron precisamente los procesos revolucionarios estudiados, que son mencionados en el mejor de los casos, con la voz nada académica de “Chispa” y las más de las veces tratados como anecdóticos. Mas hemos aquí, que no conozco Revolución alguna que se haya iniciado por un despertar intelectual de las conciencias o la contemplación de una abstracción ideológica y sí muchas a raíz de algo tan trivial como la ordenanza local de recortar las capas dictada por el Marqués de Esquilache o la subida impositiva del Té origen para muchos de la Guerra de Independencia de los EEUU.

Es con este enfoque que interpreto las recientes protestas acaecidas en el barrio burgalés de Gamonal y no en la burda manipulación pretendida desde instancias gubernamentales esparcida por calumnistas tertulianos de tres al cuarto, siempre dispuestos a relacionar cualquier contestación ciudadana con la violencia gratuita, como si la población no tuviera otra cosa mejor que hacer que destrozar el mobiliario urbano pagado por ella misma con sus impuestos y que le dan servicio diario, sin detenerse a atender la problemática que subyace a tan súbito fenómeno, reproduciendo intencionadamente en su discurso torticero sobre la actualidad de los hechos presenciados en vivo y en directo, el vicio academicista apuntado, sólo que, para los políticos y pedorrista a sueldo, a diferencia de los historiadores, no persiguen hacer inteligible su realidad, sino todo lo contrario: arrojar cuanta falsedad sea posible a fin de ocultar la verdad, que un poco más y declaran a “Gamonal” explosivo anti-sistema radical, al objeto de aprovechar la circunstancia para justificar la “Ley Mordaza” de Seguridad maquinada por el Gobierno.

Siendo Burgos un referente internacional de la Derecha, gozando allí el PP de mayoría absoluta en la alcaldía, habiendo cosechado amplio apoyo popular durante las últimas elecciones en el mismo barrio donde discurren los altercados, habiendo figurado en su programa explícitamente el plan de peatonalización contra el que ahora se ha levantado la vecindad…es evidente que las obras del Boulevard, no es más que una excusa, lo que los romanos conocían como “Casus belli” como pretexto para vehicular el clamor ciudadano contra la corrupción institucional y el alza impositiva de tasas, pues nadie en su sano juicio, se opone a que le mejoren el entorno con plazas, jardines y árboles donde los niños pueden jugar sin peligro a que los atropellen; nadie se resiste con fundamento a que le eliminen el ruido y la polución constante del tráfico que irrumpe por doquier en los hogares; ningún comerciante se rebela porque se mejore el acceso peatonal a su negocio…si no es que todo ello, no sea a su vez, una excusa, un pretexto, un “casus belli” también por parte del Exmo. Ayto. para beneficiar al constructor de siempre que también tiene en su poder los medios de comunicación, con quien en cuchipanda se hacen los tejemanejes a expensas de los vecinos que han dicho ¡Basta. Ya!

Y los vecinos han dicho ¡Basta Ya! durante mucho tiempo de modo pacífico, que manifestaciones y concentraciones han habido varias antes de saltar al Tontodiario por los enfrentamientos con los antidisturbios, sin que nadie se enterara, precisamente, por las mencionadas complicidades apuntadas donde las adjudicaciones millonarias del Consistorio son correspondidas con censuras de parte de los medios de comunicación.
Ahora que la calle de Burgos ha ganado y Lacalle, su Alcalde ha perdido, el mejor enaltecimiento del terrorismo consistiría en no transmitir una correcta lectura de lo sucedido en Gamonal, porque la gente buscará por su cuenta la explicación convincente y la hallará, no en un fortalecimiento de la Democracia, sino en explorar su capacidad de lucha y resistencia contra el poder hostil y criminal.

Todos podemos ser Anonymous

El fenómeno global “Anonymous” iniciado en la red consistente en acordar vagamente objetivos comunes merecedores de padecer la furia colectiva de un ciberataque que cada cual, por su cuenta y riesgo, asume llevar a cabo bajo la común etiqueta, hace tiempo que ha trascendido la realidad virtual de las páginas Web, interactuando con igual estrategia en el tejido espacio-temporal. Tanto es así que, la misma OTAN ha tomado cartas en el asunto declarando abiertamente a esta amorfa organización, “Enemigo potencialmente peligroso” paso previo para identificarla como Terrorista y poderla perseguir con nuestro beneplácito.

Y es que, la ciudadanía, perteneciente a la especie “Sapiens Sapiens”, desembarazada del yugo académico de toda institución docente que oprime y mengua la capacidad cognitiva de cualquiera, aprende más rápido por su cuenta, pero no lo que conviene interiorice para convertirla en rebaño y sí, el fruto del árbol prohibido que jamás fue la inocente manzana, como se cuenta a quienes nunca han leído el “Génesis”, sino el Conocimiento liberador que nos hace plenamente humanos.

El “Anonymous civil” opera evidentemente de modo anónimo: Alguien con la precaución de no ser localizado, cuelga en Facebook, Foro, o Blog, un caso concreto cuyo relato es extrapolable a una problemática social como pudiera ser que una compañía de telefonía le ha cobrado dos veces la factura de Abril. Expuesto el problema, se propone realizar un conjunto de acciones realizables por cualquiera, en todo momento y desde cualquier lugar, como pudiera ser, saturar las centralitas de los números gratuitos de la compañía preguntando educadamente por el caso, realizando altas pero sin llegar a confirmarlas, devolviendo recibos bancarios, o mejor aún, revocar la domiciliación de los recibos, para ponerles trabas en lo sucesivo.

Por el momento, las medidas más conocidas que no las más extendidas, se limitan a las famosas quedadas repentinas para concentrarse aquí y allá de las que se hacen eco los medios; Pero ya se han detectado movimientos llamando al boicot de ciertas marcas a las amas de casa; Convocando la gente para que acuda a ponerse hasta las botas en las franquicias de comida rápida para marcharse ¡todos a una! sin pagar; Promulgando la gratuidad del metro en fecha y hora concreta para que todos viajen sin billete; Animando al asalto de grandes superficies, pillando por sorpresa a las Fuerzas de Seguridad que desbordadas, se ven ineficaces contra estas avalanchas organizadas por entidades como Asambleas de parados, Sin techo, Colectivo de desahuciados, Okupas…que para colmo, cuentan con la comprensión, el aplauso y admiración de una población cada vez más temerosa de caer en la miseria y por consiguiente más solidaria.

Estos mecanismos de autodefensa civil, todavía silenciados por los medios de incomunicación, son de sencilla ejecución colectiva pero de compleja realización individual. Por ello, muchos han comenzado a contribuir con su pequeño granito de arena en lo que se ha dado en llamar, “Extensión del sufrimiento” aportando datos relevantes de los poderosos para que el seguimiento les haga sentir en sus nucas el aliento de cuantos tienen muy jodidos en sus vidas, como puede ser colgar en la red sus caras con una leyenda de los millones llevados a Suiza, el número de empleados despedidos por su empresa, los sobornos recibidos, dónde tiene sus propiedades, dónde le gusta comer, irse de vacaciones, la escuela de sus hijos, la peluquería de su mujer…seguimiento realizado con la misma tecnología usada contra nosotros en tiempo real; En este orden de cosas, también el deterioro premeditado de productos en comercios para que quede claro que si nosotros no lo podemos comprar y disfrutar, nadie podrá hacerlo, al menos con la tranquilidad que ofrece la famosa Paz Social que sólo puede obtenerse cuando hay un equitativo reparto ¡No del trabajo! como les gusta proclamar a los sindicatos del crimen, sino de ¡la riqueza! va ganando adeptos por momentos, muy en sintonía con los lemas con los que Anonymous finaliza sus comunicados ¡No perdonamos! ¡No olvidamos! ¡Somos legión!