Matar al Tirano es una decisión ética. Dejarlo vivir, también.
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¿Temámosles? ¡Matémosles!
El miedo es a la psique, lo que el dolor al cuerpo, un mecanismo evolutivo de alerta que permite a la conciencia evitar un futuro peligro o perjuicio para la supervivencia. Pero, mientras el dolor físico desaparece o se atenúa desde el momento en que la causa que lo provoca se aleja en el tiempo y retira en el espacio, no así acontece en el caso del miedo, cuya causa material, aún desaparecida de la realidad circundante, puede permanecer actuando por medio del recuerdo durante periodo indefinido con igual o mayor intensidad si cabe, condicionando igualmente el comportamiento y la respuesta de las personas que lo padecen.
Esta característica del miedo, la de continuar activo separado el sujeto de la causa que se lo provoca, lo convierte a ojos del Gobernante Criminal y de las Élites Extractoras para las que trabaja, en un eficaz instrumento de control infinitamente preferible a cualquier otro dispositivo de represión habitual que requiere de mucha mayor inversión económica en cámaras de videovigilancia, material antidisturbios, contratación y entrenamiento de personal de confianza…cuyo acción en provocar dolor, dura lo que dura, y aunque ciertamente ese puntual displacer en algunos elementos de la masa social contestataria pueda ser suficiente para disuadirles en la participación de ulteriores protestas cívicas o pacíficas reclamaciones vecinales, lo cierto es que, más ello, no anuncia otra cosa que pan para hoy y hambre para mañana, porque el grueso de los individuos afectados por la represión física, dejará de dolerse de los porrazos y aún de las torturas, y, más pronto que tarde volverá a las andadas mejor preparado para el combate cuerpo a cuerpo, salvo si, a su lamento inicial, se le sabe asociar una buena dosis de temor que aun naciendo de un motivo racional, pueda fomentarse su acrecentamiento mental de modo irracional.
También es verdad, todo hay que decirlo, que de igual forma que la mayoría variamos de comportamiento más por imperiosa necesidad que por íntimo razonamiento, nuestro respeto al a la ley justa es debido en mayor medida al castigo de su incumplimiento por medio del empleo de la fuerza, que a la interna adhesión de la conciencia a su benigna realidad y en consecuencia, no seré yo quien critique esta forma ancestral de proceder, tratándose nuestra sociedad de hombres y no de ángeles, pues si la gente no obra bien por amor a Dios, que entonces sea por miedo al demonio.
Por supuesto, los Gobernantes, como enemigos naturales que son de la sociedad, dan continuos motivos para ser temidos antes que respetados por parte de sus ciudadanos, quienes, fomentados en su afición, antaño desde los púlpitos en las llamas del infierno y ahora a través de los Tontodiarios mediante la retransmisión desde cualquier punto del globo de cuantos robos, asaltos y asesinatos en directo se puedan hacer eco, sucumbimos ante cualquier suya amenaza sin ofrecer la más mínima resistencia haciendo buena la sentencia “No hay guerra más perdida que la que no ha sido librada” y dando sentido a aquella extraña formulación de Shakespeare “Solo tengo miedo a tu miedo”.
Ciertamente, el miedo es libre. Pero la Libertad no es miedosa y menos todavía cobarde. Las personas libres, asumimos el miedo, pero no nos consumimos en él. Es verdad que no podemos evitar tener miedo al Gobernante Criminal; yo sé que me la juego pensando como pienso, escribiendo como escribo y hablando como hablo en los círculos sociales en los que me muevo. Pero las personas libres superamos el miedo del único modo en que es posible hacerlo: enfrentándonos a sus causas y aceptando las consecuencias directas de la lucha consciente.
Como afirmó Julio Anguita en su día “ Es más sencillo rendirse que presentar batalla” y en ello colabora no poco la cobardía disfrazada de prudencia y la no menos dañina autocensura escudándose en la temida responsabilidad por medio de amenazas bajo el aspecto de consejos tales como “¡Ten cuidado con lo que dices!” O “Lo que escribes es peligroso!” Como si nuestro silencio fuera menos dañino para nuestros derechos civiles y supervivencia dejándoles hacer y deshacer a su antojo desde el omnímodo Poder, extremo que cunde entre las masas cuando el miedo irracional, se apodera de la mayoría que huye y se esconde despavorida de una minoría.
Así, el pasado 1 de Mayo, Pablo Iglesias, lo anunció muy claro: ¡Es hora de que el miedo cambie de bando! En alusión al miedo que tiene la población de perder su puesto de trabajo, la prestación por desempleo, su casa, la sanidad universal, la educación pública de sus hijos, la pensión de jubilación, etc, y que lo sientan, aunque sea por un instante cerca de sus nucas, aquellos que lo provocan. Y para ello, bueno es empezar por trocar en nuestro fuero interno, las sílabas de ese tácito circulante ¡Temámosles! referido a los criminales que arruinan nuestras vidas, por ese astutamente acallado por los medios de comunicación ¡Matémosles!
¡Sí! Estoy conforme
Con Alba González Camacho, alias Corazón Negro, la joven de 21 años que este pasado Lunes ha sido condenada en la Audiencia Nacional a un año de cárcel tras ser acusada de enaltecimiento del terrorismo por publicar en Twitter mensajes alabando la labor de los GRAPO, me sucede como con las voces de la radio, que no puedo más que adjudicarles cuerpos delgados, suaves cabellos dorados, ojos claros, blanca sonrisa, trato afable…pese a tener bien presente la advertencia “si la voz de la radio te enamora ¡no te acerques a la emisora!” Vamos, que puede acontecer a la inversa de lo ocurrido con las estrellas del cine mudo cuando el público tuvo oportunidad de escuchar las voces de aquellos rostros bonitos.
Según la acusación formulada por la fiscalía, el perfil mostrado por la acusada en Twitter es de una gran actividad, hasta el punto de que el 24 de diciembre del 2012 se registraron un total de 5.774 mensajes a cuya lectura tuvieron acceso 3.183 seguidores del perfil. Entre otros muchos mensajes publicados por esta joven encontramos «Lo alto que voló Carrero no es nada en comparación a cómo va a acabar Rajoy en cuanto estalle la Revolución»; «Que vuelvan los GRAPO… necesitamos una limpieza de fachas urgente»; «Prometo tatuarme la cara de quien le pegue un tiro en la nuca a Rajoy y otro a De Guindos»; «Que alguien llame a los GRAPO para que vuelvan» o «Si ahora vuelven los GRAPO triunfan. Me sé más de uno que se metería». Tras el debido examen de su contenido, la Fiscalía considera que los mensajes tienen un contenido ideológico de elevado carácter radical y violento y, por ello, acusaba a la joven de un delito de enaltecimiento del terrorismo.
Sin embargo, la acusada, ha aceptado la petición de pena solicitada por la fiscalía después de haber llegado a un acuerdo asesorada por su abogado por lo que no ha sido necesario finalmente celebrar el juicio, ahorrándose así su ingreso en prisión toda vez se ratificara ante el Presidente del tribunal, Javier Martínez Lázaro con un escueto “¡Sí! Estoy conforme”. Y yo, también estoy conforme con todo lo aquí expuesto:
¡Sí! estoy conforme, con el espíritu intelectual de lo publicado por esta chica tan simpática y jovial que por inexperiencia ha dicho lo que mucha gente siente impulsivamente más que piensa racionalmente, al desconocer lo señalado por Antonio Machado sobre que “en los tiempos que corren, hay que pensar lo que se dice y no decir lo que se piensa”. Un discurso como este merece ser expresado en forma de canción, poesía, teatro…donde el drama y la tragedia soportan como las finanzas y la política toda clase de crímenes y aberraciones, que con suerte gozarán del aplauso público en lugar de su reprobación, además de esquivar multas millonarias y penas de cárcel que pueden arruinar la vida de una bellísima y encantadora persona como Alba.
¡Sí! estoy conforme, con el trato alcanzado por la defensa, la fiscalía y el juez, por entender con ellos que esta noble joven es antes transmisora de un sentimiento social que emisora de una consigna revolucionaria, más víctima de los indignantes acontecimientos que potencial cerebro intelectual de los mismos, síntoma particular de una enfermedad que va propagándose vertiginosamente por el cuerpo social causada por la corrupción político-empresarial del país, nueva forma de externalizar la histórica opresión de las clases dirigentes en convivencia con las élites extractoras.
Y ¡Sí! Estoy conforme, con que ella esté conforme con su condena. Porque todos estamos conformes con ella. Y ella está conforme con nosotros. Su condena es la nuestra. Porque nosotros estamos condenados como ella a soportar la arrogancia del gobernante criminal que obliga a mostrar nuestra conformidad por la cuenta que nos trae. Pero en el fondo de nuestros corazones negros late el eco que logra-poder vencer la tiranía.
La otra Convención de Valladolid
El pasado fin de semana, con la escusa de la Convención del PP en Valladolid, me he dejado caer por la insigne capital del Aznarismo para hacerme una composición de lugar a fin de poderles ofrecer de primera mano una crónica personal que a buen seguro será distinta de las cacareadas por los Tontodiarios para el aturdimiento general.
Llegué el Viernes a eso de las 16:00h. La estación de tren estaba tomada por la Policía Nacional cuya presencia desde entonces no dejó de acompañarme en el paisaje urbano desplegados sus cientos de efectivos por calles, aceras, comercios y plazas aportando esa nota de color que requiere un Estado de derecho como el nuestro, auxiliada en todo momento por la policía municipal que sacó a la calle lo mejor de su plantilla como nunca antes habían disfrutado los vecinos, así como por la omnipresente Secreta bien visible, trajeada con gafas de sol y pinganillo para que nos olvidemos de los que van con vaqueros y chupas de cuero mezclándose entre la indefensa población.
Nada más llegar, me puse en contacto con los revoltosos habituales para enterarme del Programa de protestas que habían tenido a bien organizar en momento tan propicio como el que se presentaba al objeto de hacerles escuchar, ver y sentir el enfado social que ha generado la política criminal del Gobierno. Así se puso en mi conocimiento que a lo largo de esos tres días, estaba prevista una movilización general continua, donde por turnos distintas plataformas ciudadanas del ámbito educativo, judicial, sanitario, feminista, contra los desahucios, afectados por las preferentes, colectivos de Parados…iban a mostrar su rechazo a la presencia en Valladolid de la plana mayor del PP tachada de indeseable por dar mala imagen a la ciudad.
Y efectivamente, así ha sido. En menos de 48 horas, he podido contar no menos de una docena de manifestaciones multitudinarias, cada una de ellas congregando entre 1.000 y 10.000 personas, cifras reconocidas por fuentes nada sospechosas de revolucionarias como son los medios de comunicación.
La movilización de las fuerzas vivas de Valladolid ha sido ejemplar en todos los aspectos apreciándose un gran trabajo sostenido desde hace años en los colectivos vecinales, las asambleas del 15-M y un alto grado de ayuda mutua entre pequeños partidos, sindicatos minoritarios y Organizaciones civiles que han sabido aunar esfuerzos por encima de sus siglas para levantar un muro social contra la imposición de manera cívica, pacífica, inteligente pero enérgica, actitud que está calando hondo entre los ciudadanos que han empezado a aceptar que el único camino es la lucha diaria, desde sus puestos de trabajo, desde la escuela, desde el hospital, a pie de calle, convencidos de que los Gobernantes son nuestros enemigos naturales y no nos representan aunque salgan elegidos de las urnas.
Además de las clásicas procesiones convocadas mañana, tarde y noche, gritando al asfalto – dado el escaso eco mediático que reciben las protestas sociales pacíficas – las consignas de siempre “Contra el paro y contra la pobreza. ¡Reparto del trabajo! ¡Reparto de riqueza!” se han hecho escarches a los comedores del PP allí donde tenían intención de desayunar, comer, cenar y hasta de madrugada cuando salían de marcha, pues no es de recibo que mientras la pobre gente harta de sus crímenes políticos sin techo donde vivir, sin dinero para pagarse la calefacción, sin poder dar de comer a sus hijos, protesten vigilados por la policía como si fueran delincuentes, ellos, los auténticos criminales, puedan irse de pinchos y copas como si nada.
Y mientras todo esto ocurría, mientras los miembros del PP estaban reunidos en su convención nacional, mientras la pobre gente protestaba vigilada por la policía – Que todo hay que decirlo ¡cumple órdenes! contra su voluntad – Yo he asistido invitado por el “Grupo de los Siete” a otra Convención en la que hemos participado profesores de Filosofía, Ética y Religión, para tratar sobre la legitimidad del Tiranicidio y la Lucha armada por parte de la sociedad civil, así como el Derecho de los ciudadanos a portar armas.
Causas Segundas
Desde que durante los Noventa apareciera la nueva versión oficial del Catecismo de la Iglesia Católica bajo los auspicios de Su Santidad Juan pablo II, donde por primera vez en casi dos mil años se ponía reparos explícitos al siempre grato Tiranicidio, no he dejado de cavilar sobre la escurridiza cuestión de, si acaso, ello, no supuso un serio retroceso moral para la especie, por cuanto la salvaguarda de un individuo gobernante no debería anteponerse a la seguridad de muchos ciudadanos que bajo su yugo padecen toda suerte de calamidades, cuando no sin esfuerzo la voluntad de un Dios Bueno y Misericordioso podría cumplirse a través de lo que en Teología se conoce como “Causas Segundas” que a este menester no faltarían, contándome yo entre los prestos a convertirme en su brazo ejecutor, toda vez escuchara la voz interior para dar cuenta de la víctima con cuya sangre, más que redimirnos como Comunidad, nos congraciará con la armonía deseable para toda Sociedad, cuál es, que todo sea en la Tierra como en el cielo.
Pero, cada vez que planteo la cuestión públicamente, cosecho un clamoroso abucheo – si bien decreciente – por parte de la manada civil embotada de ñoño pacifismo rechazando cualquier tipo de violencia salvo la que hay que suprimir, esgrimiendo el Mandamiento “¡No matarás!” para sostener absurdos como que al Mal no se le debe combatir con el mal, moraleja falaz de masas administrada, puede que por “La Guerra de las Galaxias”, mas no por los Evangelios y mucho menos por el Antiguo Testamento donde se pone de manifiesto que Dios sólo ayuda al que lucha, de ahí que abandonara a su suerte humana a su propio hijo, cuando éste, evidentemente equivocado, optó confiado por no defenderse cuando iba a ser apresado pese a ir bien armado su séquito apostólico en un episodio recogido por los cuatro Evangelistas, tanto como para que el muy infeliz, en su total incomprensión clamara desde la cruz “¡Padre! ¡Padre! ¿Por qué me has abandonado?”. ¿Por qué iba a ser? Para que aprendiera la lección de que no es lo mismo aguantar que resistir, pues por encima de las decenas de Mandatos contenidos en la Biblia, del Decálogo de Moisés y de los dos añadidos por Jesús durante el “Sermón de la Montaña”, hay uno, que este exegeta les brinda conocer implícito en todos ellos, a saber “No harás nada ¡En vano!” bajo cuya Luz han de interpretarse todos los demás, de modo que, el famoso Quinto Mandamiento, en vez de expresarse con la contraproducente fórmula conocida, en verdad dice “No matarás ¡En vano!”que se comprende sin reservas, pues por definición no puede haber nada malo en eliminar el Mal.
Con todo, soy de la opinión, de que el Bien no ha de imponerse a una Sociedad inmadura para recibirlo como tal, pues lo contemplaría como Mal, embistiendo contra él con la virulencia ahorrada para con cualquier Tiranía antecedente por ser esta la mejor amoldada a su naturaleza del todo envilecida, plebeya y esclava, y en consecuencia, lo suyo es dejar hacer al gobernante criminal como le plazca hasta que por pura supervivencia el Pueblo se levante en armas, siendo entonces, ¡Sí! demasiado tarde para ejecutar al Tirano de modo divino o al menos de forma cívica-democrática, que es la que yo propongo, dejando al caos y el azar dirigir los entresijos de la historia y no a la Razón ilustrada.
Por contra, el Tirano no tiene reparos en dar perfecto cumplimiento de la voluntad del Maligno cuyas consecuencias sufrimos todos como caídas del cielo, casi merecidas, por nuestras muchas culpas asumidas gracias al Telediario en el que nos vemos retratados como sujetos capaces de generar accidentes de tráfico, perecer en el trabajo, agrandar el agujero de ozono, el hambre en el mundo…pasándosenos desapercibidas aquellas también “Causas Segundas” verbigracia, los denominados recortes, que evidentemente actúan desde el lado oscuro para que acontezcan desgracias como la intoxicación y muerte de toda una familia que vivía sin empleo, desahuciada por el banco, comiendo de las sobras de los contenedores y sin la debida asistencia sanitaria.