La paga o la vida

No sé de qué se quejan los egipcios o los tunecinos. Con la que está cayendo, cada vez encuentro más beneficios a un sistema dictatorial. Al menos, de esta forma, se lleva la pasta el de siempre. Alea Jacta Est. La reforma de pensiones se ha consumado y con ella nuestra suerte. Es inconcebible que nos retrasen la edad de jubilación cuando el 40% de los jóvenes está en paro. Es incalificable que se haya estado discutiendo que para cobrar la pensión máxima haya que trabajar cuarenta años cuando los diputados solo necesitan once para percibirla. ¡Ah! que nos hemos quedado en 38,5. ¡Vaya bicoca! Es vergonzoso que los ex presidentes cobren sueldos vitalicios de 80.000 euros, mientras ocupan poltronas a otros 10.000 euros la sentada (es lo que sale de dividir sus sueldos anuales como asesores entre las veces que van a un consejo de administración), o dan charletas a 30.000 euros la pieza.

No se me escapa que plantear ahora recortes para parlamentarios y ex presidentes es demagogo pero me importa un carajo que se haga populismo si eso sirve para apearles de una enésima parte de sus privilegios. Los políticos podrán tener un sueldo mayor o menor en función de su responsabilidad, pero mesurado. Cualquier privilegio, diferente al del resto de los ciudadanos, es un abuso y como tal debe tratarse. Pero a nosotros nos computarán 25 años de trabajo para calcularnos la pensión y, al final, nos quedará una porquería. ¿Y para esto queremos tanta democracia?

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