¡Cuidado, chicas, que vienen las fiestas!

EL FOCO

Onda Vasca, 22 junio 2017

Las hogueras de San Juan, con su noche mágica pero también desmadrada, vienen a marcar el comienzo del largo periodo festivo de nuestros pueblos y ciudades, que no se detendrán hasta finales de septiembre, por San Miguel. Las fiestas son la parte más visible del verano. Y diría que según como se divierte una persona o una comunidad es como es esa persona o ese pueblo. Nos divertimos como somos y somos como nos divertimos.

No voy a enfocar a las fiestas. No en esta ocasión, aunque es verdad que valdría la pena echar una pensada sobre nuestro modelo festivo, porque tiene mucho de corrosivo y bastante de inmadurez. Lo que me interesa hoy iluminar es lo que ocurre en nuestras fiestas, uno de sus efectos y también uno de sus síntomas. Me refiero a las agresiones sexistas que, de forma de palabra, hecho y actitudes, ofenden a las mujeres y perturban la convivencia festiva.

Empecemos por decir que las agresiones sexistas en fiestas no son nuevas. Son una tradición, como consecuencia la desigualdad entre sus distintos miembros. Pero las fiestas, con su esencia de transgresión y excesos, son un refugio para los cobardes. Como ocurre también ahora con las redes sociales. El tumulto, la juerga y el anonimato son n caldo de cultivo para los canallas, esos cobardes que, carentes de toda ética, vacíos de autoestima y sin alma, agreden a las mujeres con sus palabras, sus gestos y sus acciones.

La sociedad que lidera está en pie de guerra contra el sexismo en fiestas. Piensa que esto del sexismo festivo no es una maldición, algo inevitable que hay que aceptar. No. Hay que atajar estos hechos. Lo que ocurre es que no sabe muy bien qué hacer. Hacer un llamamiento racional a los hombres que tienden a sobrepasarse, de palabra o hecho, ante las chicas en los espacios festivos sirve de poco. Porque lo racional exige una receptividad inteligente.

Las instituciones, generalmente los ayuntamientos que son organizadoras de las fiestas de pueblos, barrios y ciudades, ponen en marcha campañas de prevención y concienciación para evitar que se produzcan agresiones o maltrato contras las chicas. Y están muy bien. Idean lemas y mensajes ocurrentes, llamativos para crear una mentalidad positiva y preventiva. “No es no”, es el lema recurrente, porque viene a decir que cuando una mujer niega un acercamiento sexual de cualquier tipo, un hombre que se viste por los pies lo acepta.

Sin embargo, hay que aceptar la ineficacia de estas campañas. Sirven para autoafirmarnos a quienes respetamos a los demás, sobre todo a las mujeres, pero no sirven con los machistas, agazapados en fiestas y pertrechados tras una copa de alcohol para atacar siempre que puedan y cuando puedan.

Se dice en estas campañas que el alcohol y las drogas, compañeros de la fiesta, no son excusas para las agresiones machistas. Naturalmente que no. Pero son uno de los motivos con individuos concretos. La inmensa mayoría de la gente bebe excesivamente en fiestas; pero no por eso se dedican a agredir a las mujeres. Pero hay un porcentaje pequeño de hombres para quienes el alcohol y las drogas solo son detonantes de su machismo previo. Hay hombres propensos al sexismo. Su perfil es el de aquellos con una baja autoestima, narcisistas, agresivos, fracasados emocionales e intolerantes que, en entornos propicios, sacan a relucir su lado oscuro y se creen reyes del espacio donde las normas se relajan y parece estar permitido todo. Cuidado con éstos. Son un peligro.

He dicho antes que las campañas de prevención del sexismo en fiestas son ineficaces. Pero, aun así, son necesarias. Son como las antiguas campañas de prevención del consumo de drogas. O las campañas antitabaco. Los mensajes no traspasan la conciencia, porque quienes los reciben no están en estado libre de conciencia. La sociedad necesita emitir un mensaje de prevención y llamada al respeto colectivo por mucho que no sirvan de nada, porque los machistas agresivos y sin autoestima ni escuchan ni entienden.

En este contexto se ha desarrollado la campaña de la radiotelevisión pública vasca. EITB ha movilizado a todos sus efectivos y ha lanzado una fuerte acción de comunicación para prevenir y concienciar a la sociedad sobre las agresiones sexistas en fiestas. “No es no”, dice también su eslogan, nada original, pero el más esencial, la clave. Sus presentadores y locutores más reconocidos han puesto su voz y su rostro en esa campaña. Y seguro a todos nos parece bien. Cumple así ETB su función social. Pero aceptemos que es muy poco contra los canallas.

También el ayuntamiento de Iruña-Pamplona ha lanzado su campaña contra las agresiones sexistas en los Sanfermines. Incluso su alcalde se ha prestado a situarse como emisor de los mensajes, en euskera, castellano, francés e inglés. Las imágenes de agresiones sexistas en Pamplona han dado la vuelta al mundo. Y avergüenzan a los vecinos de la capital navarra. Es un formidable intento; pero mientras no pongamos en tratamiento a los machistas agresivos y carentes de autoestima, y no los castiguemos como merecen, las campañas serán nobles intentos de prevención, pero ineficaces. Hace falta, desgraciadamente, una policía festiva. Ya la hay en algunos lugares. Pero son pocos y los machistas de riesgo muchos.

Tenemos un modelo festivo sobrepasado. Es el fondo del problema. Pero sobre todo tenemos una pequeña parte de los hombres que se creen con patente de corso. La fiesta no va con ellos. Hay que ir a por ellos.

¡Hasta el próximo jueves!

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