Huevos pasados por agua

Te vas a tener que cambiar de nombre, bonita. Y luego limpiarte esa boquita con jabón. Porque estás soltando unas perlas… Sí, esto va para ti, Cristina Antón. Sí, tú, la que te estás autoproclamando en las redes sociales como una víctima esclavizada por el ministro Blanco, incapaz el pobre de matar una mosca. «Es muy fácil imaginar mi curro desde vuestros sofás, durmiendo ocho horitas cada noche. Si venís a trabajar conmigo no podéis con vuestros huevos. Vuestro puente de puta madre, y yo curro dieciséis meses al año», dice esta controladora aérea de Son Sant Joan desde su blog. Cristina borda el papel de poli malo y encima se pone chulita: «Vamos a acabar empotrando un avión». Más tarde aparece el poli bueno. Es el portavoz sindicalista guaperas del que ya habíamos tenido noticias, César Cabo, ese chico que parece siempre a punto de montar en un yate después de un garbeo por Puerto Banús, y pide disculpas. «Que se entienda que un desquicie semejante solo ocurre cuando un colectivo está presionado al límite».

Con estos prototipos, no es de extrañar que a los controladores les salgan admiradores por haber tenido cojones para hacer lo que ningún españolito se atreve, a pesar de tener cada vez menos trabajo, menos sueldo y peores condiciones laborales. Otros les ríen la gracia por haber fastidiado el puente a 500.000 que se iban de vacaciones mientras que cuatro millones de parados se comen los mocos donde pueden. A mí también me gustaría ver los huevos de los controladores pasados por agua pero no sé yo qué merece más un estado de alarma.

Una de cerdos en el metro

Perros y gatos tienen ya el plácet para usar el transporte público. ¿Y por qué no los cerdos? ¡Ah perdón!, que ya viajan. Y yo que creía que bastantes animales iban ya y resulta que no eran de compañía. Se prohíbe viajar a los exóticos y a las razas peligrosas. Mentira, porque van a montones. Tanto guarro suelto y ahora, además, mascotas. Encima de ir oliendo a sudor revenido, te puede tocar al lado a un fox terrier babeándote la pierna. Tampoco arriendo la ganancia al animal. A un perro, el metro le debe parecer un basurero, con todo ese arsenal de aromas inclasificables.

Para cumplir con la puñetera obligación de ser siempre políticamente correcto y para que no nos denuncie ninguna protectora, le metemos al can un creditrans en la boca y ¡hala!, a pasar por la canceladora. Incorporar un zoo es lo que el Gobierno López debe llamar un transporte integrado. Metro Bilbao permitirá pasar sólo a animales domésticos cuyo peso sea inferior a 8 kilogramos. ¿Cómo? ¿Instalarán básculas en los andenes? Pues yo tengo los días contados. Y en ningún caso podrán ocupar un asiento. Sólo faltaba. El chihuahua viajando sentado y tú, de pie mirándole la jeta mientras gruñe sobre la tapicería. Se aconseja que viajen a partir de las diez de la mañana. Al parecer, también les van a fijar una hora a la que deben hacer sus deposiciones. Los mocordos y las meadas sólo en horas valle, por favor. Señor Arriola, ¿y si aceptamos pulpo como animal de compañía?

Madurita busca

Amaia, madurita, busca compañía

El Congreso ha debatido eliminar la sección de contactos de los periódicos y dejar en el paro a Ainhoa, label vasco o Aldeana guapísima, nada profesional. La ministra Aído quiere prohibir la realidad y vetar esos anuncios en los que Amaia, madurita, busca compañía. De nuevo, un debate hipócrita y puritano. ¿Por qué prohibir la publicidad y no prohibir la prostitución? Ojalá los periódicos no necesitaran los anuncios de contactos, y la gente no necesitara prostituirse, pero si una persona decide ofrecer sexo por dinero de manera libre y consentida, ¿cuál es el problema? Pueden aparecer reclamos de videntes estafadores o curanderos sacacuartos, pero publicar Tía-sobrina, a 50 euros duplex, es pecado. Que la prensa ingrese dinero con estos anuncios es pernicioso pero que salgan en internet es natural. La argumentación se basa en que «los anuncios de contactos contribuyen a la trata de blancas».

Señores ¿dónde están las mafias?, ¿en los anuncios de contactos o en los puticlubs?, ¿en la prensa o en la calle? La deontología profesional no tiene nada que ver con una página de relax. Mucho más grave que una sección de contactos es que el 95% de los titulares los acaparen los hombres, que la mujer sea invisible en prensa, excepto como objeto sexual, o se despache la violencia machista en diez líneas. Todas las habilidades del cuerpo se ponen a diario al servicio de otros con un precio de por medio y el ama dominante que ofrece esclava obediente también tiene derecho a hacerlo.

Chocheando


Fijar una edad de jubilación es más que recomendable. Sobre todo para evitar que muchos chocheen e inicien revoluciones absurdas porque disponen de mucho tiempo libre. Es lo que acaba de ocurrir con los académicos de la RAE, que en una nueva edición de la ortografía, elaborada por las veintidós Academias de la Lengua, marean tanto la perdiz que acaban por volvernos locos. Entre las novedades introducidas han decidido que la y se denominará ye y que guión o truhán perderán la tilde. En una sociedad en la que aumenta cada día la chavalería que escribe valla o balla por vaya, rallar por rayar, por no hablar del pifostio que tienen montado con el ahí, ay, y hay… entre otras muchas barbaridades; estos iluminados se dedican a complicarnos más la vida a los que más o menos nos defendíamos. ¡Es que eso de cobrar por nada tiene que dar un remordimiento!
El texto básico de la nueva Ortografía de la lengua española también acuerda que la escritura con q de algunas palabras (Iraq, Qatar, quásar, quórum) representa «una incongruencia con las reglas». Para evitarla han decidido escribirlas con c o con k, según los casos: Irak, Catar, cuásar, cuórum. ¡Qué lío tan horroroso! Es decir, al final se premia a los analfabetos y a los que mandan sms plagados de faltas a las teles. Ya puestos que incluyan el aiga o el asín que se oye por ahí. Esto es como el chiste: ¡Joé, tanto tiempo aprendiendo a decir piñícula y ahora se dice flim!

Franchutes

Francia va por la octava huelga general, Gran Hermano va por la 12 edición. ¿Adivina quiénes son los gilipollas que se van a jubilar cinco años más tarde? Mientras en Francia ponen firme a su pequeño Sarko Napoleón; en España, sólo se enderezan concursantes de Telecinco sobeteando tetas que llevan tatuado Made in Taiwan. Mientras arde París y los franceses atizan el fuego contra el poder, aquí sólo se calienta una casa, la de Guadalix de la Sierra. En Francia, los estudiantes están en la calle defendiendo sus derechos; aquí, también, pero haciendo botellón. Allí, corren a partirse los cuernos contra las injusticias y aquí nos movilizamos en masa porque unos metrosexuales privilegiados ganan una copa de fútbol. Mientras seamos reducto de ricas y famosas -la semana pasada en Bilbao se citaron las reinas, la baronesa Thyssen y Carmen Lomana-, y quedemos atrapados como moscas en la miel con los culebrones de princesas del pueblo, estamos condenados a tener en el curro una dentadura postiza de repuesto. Así que de mayores, los franceses podrán hacer turismo dignamente en bermudas y sandalias con calcetines mientras nosotros tendremos que traernos la Tena Lady al trabajo para contrarrestar incontinencias, al tiempo que recorremos la oficina con andador y consultamos en internet modalidades de prótesis. Aquí cualquier excusa vale para no moverse: (Tengo que pagar la letra del 4×4, he oído). Así se entiende que haya miles de personas tiradas en el sofá viendo a la Milá.