Los próximos cuatro años en Madrid prometen ser increíblemente amenos. La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha pedido en el Vaticano una reflexión sobre “por qué uno se va de putas” y reclama un debate sobre las causas del consumo de prostitución entre los jóvenes. Y todo porque el Papa ha dejado el discurso sobre el sexo de los ángeles y ha bajado a la tierra reuniendo a 65 alcaldes de todo el mundo para hablar de clima y esclavitud. Las expresiones naif de la alcaldesa no dejan de sorprender, y por mucha jueza que haya sido, parece tener muy poco juicio. ¿Así que alguno se va de meretrices porque no hay políticas educativas de sexualidad? En el norte de Europa llevan haciéndolo cuarenta años y hay prostitución hasta en los escaparates.
Los ciudadanos esperamos de nuestros gobernantes algo más que el hecho de que viajen en metro. Esperamos, por ejemplo, que no digan tonterías que deban rectificar un día después. Esperamos también que no nombren a concejales cuyos twits se exponen en las universidades mundiales como ejemplo de incorrección política. Y sobre todo que no sermoneen en el Vaticano sobre la prostitución mientras su segunda en el mando asalta capillas tetas al viento. En fin, me imagino a Carmena, Zapata, Mestre y cía reflexionando… y comienzo a hiperventilar. Habrá que revisar la web V.O., la página de la verdad, para saber qué ha querido decir.