Mamandurría

Cohorte de admiradores de Carlos Dívar

Recordando la extinta serie «Los ladrones van a la oficina», esta semana se ha consumado la millonésima pillería. En un país repleto de rateros y timadores de guante blanco, la indemnización que solicita Carlos ‘cara cemento’ Dívar es solo una gota de agua en el océano de la corrupción. Que a la excuarta autoridad del país, a la que pillaron malversando fondos públicos, le quieran dar 208.000 euros en lugar de cadena perpetua, dice muy claro dónde estamos.

A ver qué trabajador presuntamente roba, se va por la puerta de atrás con serias dudas sobre su integridad y encima hay que pagarle doscientos mil euros, el equivalente a la extra de Navidad que le han quitado a 200 funcionarios. ¿A éste que le aplican los 33 o los 20 días de indemnización de la nueva reforma laboral? No, bueno, que debe ser eso a lo que se refería la lideresa Esperanza Aguirre cuando sacó a relucir lo de las mamandurrias. O sea, las prebendas, los sueldos por la jeta, las gangas desmerecidas… lo de Dívar mismamente.

¿Dónde está el ministro de Justicia cuando se le necesita? Pues jugando al despiste con la Ley del Aborto y defendiendo los derechos de los que están por nacer porque a los que están ya vivos les aplica la teoría Andrea Fabra: ¡Que se jodan! Con este espectáculo, el Gobierno todavía pretenderá que Finlandia financie estos desmanes y que Alemania mande al Caribe a la prima de riesgo. Y ahora, queridos lectores, a seguir disfrutando del show de Mariano y sus muñecos.

Barrio rojo

Todo empezó hablando catalán en la intimidad y ha terminado con la caja registradora sonando sin parar. Eso sí, los catalanes, puestos a pedir dinero, lo han hecho con clase, en inglés y en una entrevista en la BBC. Pero no crean que solo piden pelas a Rajoy, Barcelona comenzará el 1 de agosto a pasar la cesta entre las prostitutas que ofrezcan sus servicios en la vía pública y multará a los eventuales clientes. Los mossos ya han empezado a empapelar a las chicas de carretera. Pero la prostitución de lujo, ni tocarla. Clasistas hasta para dar por saco.

Mientras la pasta no deja de sonar, en BCN, las meretrices callejeras podrán ser sancionadas con trescientos euros por infracciones leves y hasta 3.000 por las graves. Y quien tenga la tentación de irse de pilingüis puede apoquinar hasta 1.200 euros. Desde aquí propongo al president Artur Mas que legalice el servicio, las matricule en la Universidad de la Vida, cree un título homologado en Prostitución y Otras Artes para que coticen a la Seguridad Social y que las practicantes del oficio más viejo del mundo no estén libres de impuestos, así el gobierno se convertiría en el mayor proxeneta y recaudador.

Para tal menester, la Generalitat ya maneja un fichero de pelanduscas. Aunque sorprende que, en lugar de perseguir a los chorizos y corruptos, se dediquen a acosar a puteros y fulanas. Las putas se han rebelado, dicen que no molestan, y creen que no deben pagar este IVA revolucionario. Por favor, dejen trabajar a estas señoras, que sus hijos no saben.

El chorichandal

Javi Martínez también se ha atrevido con el chorichandal
Javi Martínez también se ha atrevido con el chorichandal

Los deportistas olímpicos españoles van a traerse medallas sin esfuerzo porque los contrarios no van a dejar de reír cuando aparezcan por las pistas. Y es que el equipamiento oficial de Londres 2012 es el chonichandal o el chorichandal, representante del espíritu patrio. O como dice estos días uno de los comentarios más retuiteados: «No es para ir a por el oro, es para ir a robar cobre».

Hasta Nadal ha desertado, temeroso de verse disfrazado de Fu Man Chú con esa estética txinorri en rojo y amarillo. Porque ni un Jonan cualquiera de Baraka yendo a emborracharse a madalenas lleva una pinta tan kitsch, ni ese estilismo macarra mezcla de moda rumana y Power Rangers. La equipación española para los Juegos Olímpicos ha generado una polémica en la que los vocablos más repetidos son hortera y horroroso.»¡Qué vergüenza!» (Ruth Beitia), «Vamos a parecer las azafatas de Singapour Airlines» (Anabel Medina) o «Nadie se va a perder en la villa» (José Javier Hombrados) son algunas de las críticas que le han llovido al uniforme por parte de los deportistas.

El velocista Ángel David Rodríguez escribía: «Al verla solo podía decir Bailarrr. Bailar bailarrr. Booomba», en referencia a la canción de King África. Que a los pobres casi les ha faltado pedir a gritos un vale de 30 euros para comprar en Decathlon algo más decente. Lo poco que se sabe es que la autora de tan bochornosa indumentaria es la firma rusa Bosco y que su diseñador no ha pasado el control antidopaje.

Dedicado a los trolls

¿Está el humor? Que se ponga… El pasado domingo tuve a bien escribir una columna en DEIA tomándome a choteo la presentación de carteras de Bildu, su consejería de Soberanía Alimentaria y cosas por el estilo. Yo creía que Vaya Semanita había levantado la veda con sus gags y sus parodias sobre la izquierda abertzale y el país se estaba ¿normalizando? Si la Casa Real ha sido el hazmerreír público, no veo por qué la política (por muy radical y patriótica que se considere) debe estar blindada de la ironía y del cachondeo. Pues el chorreo fue importante: insultos, descalificaciones personales…

Algún alma caritativa de DEIA tuvo a bien borrar la mayoría de los comentarios injuriosos, que yo, desde luego, no habría censurado pues solo describen a quienes los formulan. Los trolls crecen y se reproducen y canalizan su agresividad como pueden. Por eso, ni corta ni perezosa, colgué el mismo post en el blog y el torrente de improperios no se hizo esperar con acusaciones más ofensivas, hirientes y malsonantes.

De verdad, agradezco a ekuus20, aimaz, vag, eurrera, ganeko, pibpib, ziridenda, ff, … y tantos otros con tan reconocibles nombres que, amparados en el anonimato, me pongan a caldo perejil. Escupir mierda por la boca es un deporte de muy bajo riesgo cuando no das la cara. Me ayuda a entender su concepto de la libertad de expresión, sobre todo desde el día en el que una herriko taberna me echó a la calle por preguntar para un reportaje sobre el cese de la actividad armada de ETA.

Bildugstán

En la república de Bildugstán crece la comida en los retoños del árbol de Gernika, es por ello que sus dignatarios han pensado en instaurar la Consejería de Soberanía Alimentaria, que debe ser algo así como que cada vasco plante una vaca en su balcón. O quizá signifique que la consejera va a negociar con las gallinas si quieren consumir maíz transgénico o de lata y consensuar con la ovejas latxas si prefieren la hierba fría o del tiempo. Un ejemplo de democracia animal.

Tal vez los menús diarios se promuevan por decreto ley. A ver; de primero hay que poner marmitako, de segundo, txuletón y de postre, goxua. Queda erradicada la tortilla española, la francesa, la paella valenciana… En el nuevo departamento, los pimientos de Gernika y las alubias de Tolosa pasarán a ostentar alguna dirección general mientras las calles se llenan de bolsas de basura soberanas.

Tampoco está mal la idea de la Consejería de Relaciones Exteriores. Un área imprescindible, como todo el mundo sabe, para tener relaciones exteriores con Burgos y Salamanca. Me gusta la idea de que Interior pase a denominarse Libertades Ciudadanas, un apelativo muy oportuno cuando un agente reduce a un atracador. Porque el marketing es decisivo desde que las patas de cerdo pasaron a denominarse manitas. Debe ser por eso que Laura Mintegi presentó un equipo de gobierno irreconocible. Ni un Ternua, ni una mochila… ¡Qué cambio después de 35 años de palestinos!