Tarad@s
La RAE ha abierto la caja de los truenos con su informe sobre sexismo lingüístico y ha creado un cisma entre feministas recalcitrantes y feministas de bolsillo. Yo soy de las segundas. A mí no me molesta que me engloben dentro del término ciudadanos, ni siquiera que me cataloguen en el genérico de vascos, lo que me frustra es la composición de la academia. No es un problema de «miembras» ni de «mujeras».
No creo que los espacios femeninos se conquisten feminizando los términos, ni que no existamos por no ser nombradas, lo que repatea es que haya tantas mujeres en la tropa y tan pocas en los mandos. Lo que excluye a las mujeres no son las letras, ni las arrobas, ni los requiebros gramaticales, son las actitudes. No ofende el lenguaje, sino el ninguneo social. A una trabajadora que se va a la calle por estar embarazada seguro que le da lo mismo el tratamiento gramatical en la carta de despido.
Me la repampinfla que el Consejo de Ministros pase a denominarse consejo de titulares de los ministerios, si realmente las mujeres tuvieran la misma opción de ostentar una cartera. La lacra no es que haya demasiados cargos públicos, es que hay demasiadas cargas públicas. La lengua está llena de trampas clasistas y los trabajadores pueden convertirse en personas trabajadoras, pero los empresarios no serán personas empresarias. El sexismo nunca es lingüístico y la desigualdad jamás es gramatical porque la dura realidad es que existe la misma proporción de tarad@s.
Acta de defunción de Pocoyó
En un intento definitivo de RTVE por lobotomizarnos, la pública amenaza con quitar Bob Esponja y Pocoyó. Quieren arreglar el déficit y terminan por pagar los recortes los niños que, dentro de poco, tendrán que ir a manifestarse al Pirulí vestidos de Dora la Exploradora. También peligra el canal Teledeporte y Saber y Ganar.
Está en la cuerda floja la serie Águila Roja, aunque tal vez si le cambian el nombre y le ponen Gaviota Azul pueda seguir en la parrilla. Igual que Cuéntame. Solo si los Alcántara en pleno se afilian a Alianza Popular tendrán alguna posibilidad de sobrevivir. Tranquilos, que mantienen Corazón Corazón y para compensar, volverán a emitir corridas de toros.
Aunque bien pensado es una gran idea prescindir de Pocoyó. Donde haya un partido de fútbol que se quite lo intelectual. Pero como Rajoy manos tijeras y sus secuaces necesitan recortar 200 millones de euros, ahí van algunas soluciones. Nada de programas de viajes, que los desplazamientos salen muy caros. Un especial de ¡Murcia, qué bella eres! y vamos servidos. Sugiero que tiren de tertulias made in Intereconomía porque los corrillos de fachas se animan solos. Se acabó el pagar derechos a Hollywood, que repongan algún documental del Nodo y un ciclo de películas de Paco Martínez Soria. Y para montar un show con estrellas como Dios manda, un programa doble con Bertín Osborne y Norma Duval. No va a quedar más remedio que leer libros ¡Qué faena!
Secuestro de tizas
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La enseñanza ya no puede salvar los muebles. En el Instituto Lluis Vives de Valencia no tienen ni para calefacción, en Santa Illa School les embargan los pupitres y secuestran las tizas y en Catalunya, los colegios regatean con el papel higiénico. El último capítulo del esperpento nacional se produjo el jueves en Chamartín donde embargaron los muebles de un colegio privado mientras los alumnos daban clase. Entraron y se llevaron mesas, sillas, pizarras, potros de gimnasia y la centralita del teléfono por acumular una deuda de un millón de euros con la Seguridad Social.
El discurso del lehendakari
Como en El discurso del rey, El discurso del lehendakari…. en euskera narra una historia de superación. En marzo de 2009, un titular contaba que Patxi López intensificaba el aprendizaje de euskera ante la opción de ser lehendakari. Pero el liderazgo de la palabra le ha abandonado, y tres años después balbucea al leer unos cuantos párrafos.
La historia habla de cómo el poder político no siempre está asociado al verbo fácil. Ya se lo dijo Antonio Basagoiti, que en la sesión de control al Gobierno el pasado día diez había preguntado en euskera: «Le contesto en castellano porque en euskera no me entiende». Con semejante base dramática, la trama exigía poderío económico. Por eso, las clases de euskera del lehendakari nos costarán este año 48.231 euros y ya nos han supuesto más de 125.000.
La peli de López también tiene un secundario de lujo, ese profesor particular que se traslada de Bilbao a Ajuria-Enea y se acomoda a su agenda. Un profesor, como el foniatra australiano, que se convierte en un coaching de mintza-praktika que no puede ser sustituido por uno de Gasteiz. El discurso del lehendakari… en euskera pone al descubierto la magnitud del desafío, aunque hubiera salido más barato que el protagonista terminase Ingeniería. Un prota que finge sangre azul y por eso recibe clases particulares a precio de oro a cambio de rascar en bolsillos ajenos. Y como gran película que define a una gran nación, el guionista concluye que, con el pastón que se gasta en profes, tiene el voto asegurado de… sus irakasles.