Ahora los vascos damos risa…

Allí abajo, cuadrillaVamos mejorando. Para los españoles y su factoría de tópicos, los vascos hemos pasado de dar miedo a dar risa en una transición de apenas dos años y algunos deseos. Lo de ahora -el carácter vasco como objeto cómico- es desmesurado, como antes todo lo que se decía y maldecía de Euskadi -el cuento de ser radical y violento- era falso. El estereotipo germina en un caldo de cultivo con elementos de exageración, generalización y repetición. Y en un contexto favorable. El éxito de «Allí abajo», con más de seis millones de espectadores y el 46,3% de audiencia aquí arriba, hay que situarlo en una secuencia lógica que comienza con Vaya Semanita, valiente y pionero, sigue con «8 apellidos vascos» y termina con la serie de Antena 3. La diferencia sociológica es que la apuesta de ETB supuso la invención de la risoterapia para tiempos de cólera, mientras que el sainete y la serie son simples secuelas tras el armisticio. Está bien que los andaluces, y españoles todos, vean que los vascos exportamos humor y no solo acero y gastronomía.

Lo que plantea «Allí abajo», al igual que el film en que se inspira, es un pacto de humor entre España y Euskadi con la quema de sus respectivos tópicos en la hoguera de la comedia chusca. No está mal la risa como instrumento diplomático, siempre que la libertad de cada tribu no salga mermada por la imposición de la unidad de destino. Es balsámico ridiculizar hasta lo más sagrado y también, qué carajo, que se rían a nuestra costa. Respondamos a carcajadas y no como islamistas matando a dibujantes por unas viñetas laicas, ni como la izquierda abertzale, escamada aún con «8 apellidos vascos» por el burlesco retrato de sus activistas. Vivir a pelo no puede ser tan cutre y tan caro.

Oscar Terol es el responsable del milagro de la multiplicación de la risa. Es guionista del serial, además de actor y miembro de la cuadrilla que reaparece en esta historia. Nos alegra el triunfo y el poder del humor sin fronteras y que todo el mundo entienda que el ser humano se muere cuando ya no recuerda la última vez que fue feliz.

Un comentario en «Ahora los vascos damos risa…»

  1. Muy buena reflexión . Estoy de acuerdo que es mejor dar risa que no pena. Pero me parece que siempre reírse del pueblo vasco y de los que habitamos aquí es bastante cansino. Creó que es un «filon de oro», el tema ocurrente de los vascos.
    Mejor que sean cosas diveertidas que no tristezas y penurias.
    Muchas felicidades por su comentario tan bien expresado.

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